Los terapeutas de palo, los cuales sigo religiosamente en sus cuentas de twitter, ask, tumblr e instagram para que me digan cómo llevar mi vida, creen que ya estoy preparado para dar un paso adelante en mi terapia para afrontar mis traumas infantiles. Traumas causados por dibujos animados. Bien es sabido que en algún que otro momento a los animadores/guionistas se les va la mano y acaban insertando escenas, personajes o temáticas que resultan involuntariamente dañinas para una mente infantil aún no preparada.
Aquí en virucom, Halloween es la fecha señalada para hablar de monstruos, terrores nocturnos o, por parte de un servidor, afrontar los recuerdos de las producciones animadas que tan malita me han dejado la cabeza. Este año me toca un producto televisivo: Los Mumin. Porque los traumas con los dibujos no se reducen al cine y a la madre de Bambi (más que su muerte, lo que a mí me afectó fue el incendio al final, que por cómo acaba la película parece que no fue “ná”, pero fijo que la fauna afectada no opinaría lo mismo…).
Los Mumin
A primera vista, las criaturas creadas por Tove Jansson, y su mundo, parecen de lo más inofensivo. Dora la Exploradora podría pasarse por el Valle Mumin y vegetar sin correr peligro. Supuestamente. Los personajes que pueblan el valle, la familia Mumin, la pequeña My, Sniff, etc, son unos seres agradables a la vista, apacibles, de actitud mucho más sosegada que, por ejemplo, los esquizofrénicos de Lazy Town. SUPUESTAMENTE… Hay que tener mucho cuidado con Los Mumin y las suposiciones, pues te pueden pillar muy desprevenido. Hasta Sherlock Holmes por tanto suponer acabó cayéndose por un precipicio.
Sólo en una serie como los Mumin pasan de estar recogiendo conchas en la arena, a caer en la trampa mortal arenosa de un bicho a lo Dune. O que jugueteando con un sombrero mágico con poderes ñoños (como nubes rosas que flotan), acabes transformado en Gollum y repudiado por tus familiares y amigos. O que se acerca el invierno y que… ooooooh jo jo jo, esa es otra: En Los Mumin sí que llega el invierno. Llega de verdad, con sus monstruos y todo, y mucho mejor que en Juego de Tronos. Si me estoy colando, os doy permiso para que me lo reprochéis… pero eso sólo cuando podamos comparar con el invierno de Canción de Hielo y Fuego, cuando llegue en el próximo libro (¡o en el siguiente!), digamos en… ¿2024? Jijijiji. Mientras esperamos a que el gordo purgue sus tripas creativas de una vez, hagamos tiempo enfrentándonos a los momentos más chungos de Los Mumin, o al menos, los míos.
El cabrón de Stinky
En las series de dibujos de corte infantil suele haber personajes antagonistas, pero para educar a los pequeños espectadores con un mensaje sano “el malo” suele ser el típico gamberro que al final siempre acaba recibiendo su merecido, nunca gana (Ay, Pierre Nodoyuna… ¡algún día se hará justicia y darás una!) y cuyos planes malvados no pasan de meras travesuras. Al principio Stinky cumple con los requisitos del estereotipo de ladronzuelo de buen corazón, pero de eso nada. Nadie con buen corazón llegaría a los extremos a los que llega esta especie de Critter bastardo.
Sus mayores crímenes que se me quedaron grabados en la memoria fueron los actos crueles que perpetró contra niños inocentes. En un episodio, una niña acude a la familia Mumin para recuperar su cuerpo, pues por culpa del shock que le produjo vivir con un familiar muy estricto, acabó anulada como persona y de tan tímida que se volvió invisible (¡de traumas va la cosa!). Con la ayuda de los amables Mumin y los demás amigos, poco a poco va recuperando la alegría de vivir y la visibilidad. Pero ante un caso tan trágico, a Stinky no se le ocurre otra cosa que pensar en aprovechar la conición de la niña para robar bancos. No le interesa que la niña se recupere, así que la engaña cuando estaba jugando en el bosque y la encierra en una cueva tapando la entrada en unas rocas. Stinky, no contento con ejercer de ladrón, realiza prácticas de etarra.
La maldad de Stinky no se limita a dejarse llevar por sus impulsos de avaricia. A lo largo de la serie, Stinky no necesitará más motivación que la de tocar los cojones. Lo más grave fue cuando intentó instigar a unos niños (los hijos de aquella estirada que se mudó al valle en un episodio) a que jugasen a lanzarse con una liana como Shia LaBouf Tarzán sobre un despeñadero donde fácilmente podrían haberse abierto la cabeza. Queda demostrado que Stinky se identifica más con la figura mitológica del desconocido que vende caramelos con droga a la puerta de un colegio. El mamón de Stinky sería capaz hasta de darlos gratis. For The Lulz.
Snufkin, mal amigo, peor persona
Snufkin es el poochie oficial del Valle Mumin. Un presumido, un anarquista, delincuente, sin-techo, hippie, sabiondo, comunista, insufrible Gary Stu, gamberro, pordiosero, un fumeta (¡en los libros originales!), refugiado, listillo, vago, tuno, repelente, y lo peor de todo, un Manrico. Al menos así se llamaba durante unos cuantos episodios del doblaje castellano, cuando estaba Pepe Carabias. Pese al odio que profeso a Snufkin, lo cierto es que no es más que profunda admiración que acabó convertida en decepción y posteriormente en rencor. No hace falta entenderme a mí, el propio protagonista, el chico Mumin, retrata mi caso. Durante toda la serie, Mumin siempre está perdiendo el culo por poder estar junto a su mejor amigo. Es natural, con toda esa pose superforzada de nómada misterioso supermolón, y lo bien tratado que está por el guión de la serie: Siempre calmado, más de una vez los problemas o peligros los resuelve Snufkin, ya ni con astucia, ¡sólo tocando la puta armónica! ¡Qué disparate, encima ni se sabe más de dos canciones! Snufkin mola más de lo que se merece.
Aunque la serie vaya avisando de la separación de los amigos no deja de ser un momento muy duro y triste. Encima es que la justificación que da Snufkin es de risa. Cuando en Campeones: Oliver y Benji, Tom se tuvo que separar de Oliver por culpa del trabajo de contratista del zarrapastroso de su padre, pues estaba justificado, mientras que los motivos de Snufkin son puramente egoístas. “Es que a veces me gusta estar solo, conmigo mismo y taaaal”, anda y que te la pique un pollo, niñata, que no pegas palo al agua, con la armónica parriba y pabajo. Qué eres, ¿un estudiante de bellas artes atormentado? ¿Un poetiso que necesita aislarse para escribir ripios sobre tu gris existencia y que luego te lo publique la editorial de tus papis? No engañas a nadie, farsante. Lo que no quieres es enfriarte el culo en invierno. No eres un colega.
Aunque Snufkin siempre acabe volviendo a los pocos episodios, el daño ya está hecho y marca un precedente para otra potencial e inevitable separación: La de cuando tu amigo, por muy amigo del alma que sea, se echa novia y pase de ti completamente. Ya seas un mumintroll o humano, cuídate de la gentuza como Snufkin.
Los Bichos Esos con Forma de Condón
La familia Mumin es muy de embarcarse en aventuras, viajando lejos de casa sin rumbo ni mapas, cualquier cosa con tal de escapar del aburrimiento (ya veis, se aburren a pesar de las mi cosas aleatorias que ocurren en el valle). En una de estas acaban llegando a una isla misteriosa. Creo que ya ha pasado bastante tiempo como para dejar atrás los chistes sobre Perdidos, ¿estamos? Estamos.
Allí encontrarán el poste… no, ¡el altar pagano! que aparece en la foto de encima de este párrafo. El Señor Hemulen (el que coleccionaba plantas, que tenía cara de mumin pero no era un mumin… ¿?) comete el grave error de encapricharse con el barómetro que hay colgado en el poste. En realidad ese poste es un pararrayos el cual sirve de punto de encuentro de los Hattifatteners, unas criaturas con forma sospechosa y numerosos como una plaga bíblica. Cuando se percatan de la desaparición de su adorado barómetro, marcharán contra los pobres Mumin en modo zombie de Guerra Mundial Z.
El episodio de los Hattifatteners(o “sombreritos locos” en el doblaje español) es el primero de otros tantos en los que Los Mumin como serie se desmarcan del resto de producciones infantiles clásicas venidas de Japón. Por muy tristonas que se pusieran Heidi o Marco, el diseño ñoño e inofensivo de los Mumin hace que los cambios radicales de tono hacia la acción, el misterio o el terror queden más marcados. Te lo esperas menos. Ver a la familia Mumin asediados por estas criaturas que dan calambre se aleja bastante de la inocencia de La Abeja Maya.
La Bú
Si hay un personaje reconocible en la franquicia Mumin más allá de los trolls blanquitos barrigudos, esa es la Bú o “Gröke”. A este monstruo con forma de fantasma del Pac Man con sobrepeso hay que atribuirle casi todo el miedo que han sentido distintas generaciones por culpa de los Mumin, desde los cuentos ilustrados originales hasta las series anime o las adaptaciones mediante stop motion (lo cierto es que el stop motion siempre da mal rollo, sea cual sea). Una pesadilla intergeneracional.
La Bú, un monstruo enorme difícil de identificar, de color apagado, con una cara de ojos muertos y boca dentuda. Es la reina Midas de los congelados, pues todo lo que toca alcanza temperaturas heladas. Por si no fuera suficiente el terror que transmite con su rictus inexpresivo, suele aparecer de noche y rodeada de niebla. Es que se acaba juntando todo: A casi todos los niños les cantan eso de que viene el coco, suelen tener miedo a la oscuridad, asocian los monstruos con los rincones oscuros o la noche, y llegan los japoneses sacando episodios a lo Noche de los Muertos Vivientes, con los Mumin atrincherados en casa esperando mientras la figura misteriosa se va acercando poco a poco.
Hay un rumor que circula por internet: En un principio la imagen, el brillo del episodio tenía una claridad normal pero los animadores pensaron que los niños podrían asustarse con la imagen de la Groke (ya tenía la fama, de adaptaciones de los Mumin anteriores, que hay unas cuantas). Decidieron oscurecer los fotogramas para que la Bú se viera “peor” y no causara miedo. Esta idea llevada a la práctica provoca el efecto contrario y la imagen oscurecida acaba proporcionando un aspecto aún más terrorífico. Y ahí no acaba todo, pues en cada país a la hora de localizar/doblar la serie les dio por añadir exagerados sonidos guturales (lo que le faltaba) a las apariciones de La Bú o amenazas como su “¡VOLVERÉ!” en la versión inglesa, elementos que en el original no eran TAN jodidos:
La guinda del pastel la pone la puñetera banda sonora. Los Mumin también es una serie recordada por su magnífica música, con unas melodías que casaban perfectamente con lo que transmitían las escenas, ya fueran sobre la candidez de los Mumin, las travesuras de May o sensaciones de grandes aventuras. La putada es que en los momentos de miedo también se curraron temazos desde el punto de vista del fan del cine de miedo, pero que poniéndose en lugar de unos críos de cinco o seis años, es como ponerse a ver a esas edades Poltergeist. No es una buena idea:
La Dama del Frío
Hay otro ente invernal a tener en cuenta en la mitología de los Mumin. Pese a no hincar tan profundamente en la memoria colectiva traumatizada como ocurre con la Bú, de vez en cuando sí que encuentras a un fan que sí se acuerda de la espectral Dama del Frío. Los tintes terroríficos de su episodio se aprecian mejor en la adultez. Comparado con el estilo de las apariciones de la Bú (que rozan el género Slasher, con algún susto repentino que se lleva el pobre Sniff), el trato a la Dama del Frío es menos convencional y el terror se manifiesta través de pequeños detalles, casi imperceptibles si no estás atento. Para mayor inmersión, acompañad la lectura de los siguientes párrafos con la escalofriante (qué apropiado) canción que le pusieron a la Dama del Frío:
Cuando llega el invierno, la familia Mumin tiene por costumbre echarse una siesta de la hostia que dura toda la estación, lo que ellos llaman hibernar. Mumin sigue rumiando el disgusto que le causa la partida de Snufkin (¡al paredón con él!) y durante uno de estos inviernos no consigue conciliar el sueño y se despierta. Se encuentra con la pequeña May, con su personalidad de culomalasiento la jodía nunca para y se dedica a dar vueltas de aquí para allá por los parajes nevados (¡como en Skyrim!). Tras un breve encuentro fortuito con la fantasma Bú, que durante la serie aparecerá de vez en cuando para asegurarse de sigue acojonando, Mumin y May descubren a Too-Ticky, la cual se encarga de preparar un ritual relacionado con la Dama del Frío.
La primavera no llegará, ni el sol volverá a asomar por el horizonte a no ser que atiendan los caprichos de la Dama del Hielo, un espírito helado que si te mira directamente a los ojos acabas petrificado por el hielo. Too-Ticky construye un caballo con nieve y escarcha que apacigüe su ira invernal. La pequeña May en su línea: Se toma estas circunstancias como un desafío y pondrá en juego su salud con tal de conseguir ver con claridad el rostro de tan enigmática criatura. Una idea malísima: Con esos ojos inyectados en sangre, yo no me acercaba al bicho ese ni con un cinco burkas encima.
La pequeña May consigue salirse con la suya gracias a la ventaja que le da ese cuerpecito de Eva Hache que se gasta: Enana y flacucha. Su alegría le dura poco. Cualquiera que se pique con los espíritus deberá enfrentarse a su ira. La Dama del Frío, tras reclamar la ofrenda del caballo de hielo, regresa para enselarle esa lección a May. Cara a cara.
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Hay demasiadas sinopsis y análisis bien intencionados hablando de las historias de los Mumin, que si la serie aboga por la amistad, el diálogo para solucionar conflictos y el amor por la naturaleza, como si hubieran sacado el discurso del anuncio de la Teletienda que te venía 20 series para niños (Heidi, Marco, Banner y Flappy, y todas esas de Érase Una Vez… en combo). Todo eso está equivocado. Las partes calmadas, las que no me taladraron el celebro de niño, se alejan del estereotipo de serie Teletubbie. Abundan los gags cómicos, las anécdotas surrealistas y la magia aleatoria es la que acaba salvando el día y no esas chorradas del diálogo y la paz. Prima más el entretenimiento y la imaginación que aquello de la bondad y otros avinagrados “valores tradicionales”.
Es más, aunque parezca que en el artículo exagero, este documental sobre la autora Tove Jansson arroja luz sobre la cara oculta de los personajes de la serie, que hasta el más simpático puede estar basado en alguna etapa triste de la vida de Jansson. En el mismo canal podréis acceder a un puñado de capítulos de la serie. Está todo en inglés, pero si el universitario español medio está cualificado para limpiar váteres en v.o. dudo que os cueste entenderlo.
¡Se acabó! ¡Ya me he desahogado! ¡Qué alivio! A lo mejor esta noche puedo tener una pesadilla como los de la gente normal, de esas donde se te caen los dientes, caes desde muy alto o de alguna idea pajera freudiana. A ver si para el año que viene localizo aquel especial de Charlie Brown en el que se dedicaba a visitar camposantos de guerras mundiales y me quito de encima el peso traumático correspondiente. Como si Charlie Brown no fuera lo bastante deprimente sin salir de su casa. Feliz Halloween, por cierto.
que miedo!!!!!!
A mí me tiemblan hasta las calandracas ….
Manrico era lo puto peor. Emo-hipster. Gafas de pasta le faltaban. Lo odiaba, con ese espíritu que parecía Victor Manuel…
Me recuerdan a los monstruos del Esoterroristas…
y lo de Snufkin de mayor… xD
Yo veía los Mumin de niño, y tuve la mala suerte de ver el capítulo de la Bú. Tuve muchísimas pesadillas, no miento. Lo pasé muy, muy mal. Aún me da miedo.
John Carpenter’s The Groke
Yo esta serie, por algún extraño motivo, sólo la pillaba cuando iba de viaje con mis padres en vacaciones. Me encantaba porque me parecía rara de cojones, muy distinta de muchas otras series. No recuerdo ningún episodio en concreto, pero sí que tenía momentos rarunos e inquietantes. Molaba.
guau, únicamente recordaba el capítulo de la dama del invierno, debió impactarme mucho de pequeño, y a Manrico, que nunca me cayo mal ¿por qué, con lo simpático que era?, y por alguna razón mezclaba o confundía la serie con la del valle del arce, por lo que no podía encontrarla, hasta que la localicé hace un tiempo. Tengo hasta el cap 53 y luego sueltos hasta el 100. Es una serie muy difícil de localizar hoy en día
Snufkin es un caso de estudio. Hay un episodio que no he comentado porque no da miedo, pero que me dejó perplejo por las acciones de Snufkin: En ese episodio sale una especie de orfanato, y Snufkin a bote pronto le da por irrumpir en él de noche y liberar a todos los niños. Pero lo raro es que no era un orfanato dickensiano ni nada, ¡no parecía que los niños sufrieran!
Lo cachondo es que tras liberar a los críos, Snufkin va y se desentiende: “Ale, ya sois libres, valeos por vosotros mismos y ni se os ocurra seguirme porque NO ME GUSTAN LOS NIÑOS”. Los libera y luego pasa de ellos ¿?¿?¿?¿? Lo dicho, ¡Snufkin terrorista!
Yo soy muy fan de los Moomin. De la tira original, al menos… ¡de la serie no me acuerdo de nada! Salvo de la cancioncilla.
creo que los veia mi hermano…son del 89??90??…me suenan mucho y si son psicodelicos jjj…yo era mas de aldea del arce,snorkkels…pequeño pony..
y q me decis de gallofa y fompañia??esos si que daban cague…
Jajjaaja me encantaba la canción de la intro: «Somos los Moomin, somos los Moomin…»
La Bú. PUTO SÍ.
Tan traumado estás que te habéis detenido a buscar cualquier cosa que se te ha pasado por la cabeza para voltear a cada personaje.
Los mensajes que transmite son bastante buenos, que algunos los haya asustado ya es otra cosa.
AMOR INFINITO a este post.
Hacía tiempo que tenía muchas ganas de ver un post en condiciones acerca de los terribles momentos inquietantes de esta serie. Ver esto en La 2 nada más levantarse y que emitieran el puto episodio de la Bú me dejó acojonado durante semanas enteritas, tanto que hasta le dediqué una redacción escolar.
Y mira que los personajes eran entrañables, era una serie muy molona… pero sabían cómo dar mal rollo, los cabrones.
Y ese episodio de Charlie Brown SÍ. Voto por ello. Ya son ganas de ser deprimente. Y yo que pensaba que era el único que lo recordaba… http://i.imgur.com/cAlcW4l.jpg
«…pero eso sólo cuando podamos comparar con el invierno de Canción de Hielo y Fuego, cuando llegue en el próximo libro (¡o en el siguiente!), digamos en… ¿2024? Jijijiji»
Eso, eso, tú hurga en la herida :'(
He calculado años de más porque leyendo su blog, Martin entre pitos y flautas hace de todo menos darle a la Canción, y encima con su asistencia al libro para acompañar la saga, Guía-Enciclopedia de Poniente (o algo así), dijo que se estaba animando con un manuscrito sobre las guerras del pasado en Poniente. Me huelo otro strike como el de Festín de Cuervos con un libro precuela antes de Vientos de Invierno jajaja. Bah, ya saldrá todo, tarde o temprano.
Eran como los vecinos chungos de la aldea del arce
Que miedo daba La Bú
He celebrado un jalogüin exquisito:una revisión completa de los vídeos de Nacho Espejo.Sólo apto para paladares refinados.
Ni puta idea de quienes eran estos bichos hasta ahora que acabo de leer el artículo. Joder, cuando Akatsuko está inspirado, vaya parrafadas que se curra…
¡Y yo que creía que me quedaba corto! No alarmarse, que ya me tomo descanso unos meses, que yo tampoco quiero que esto se convierta en akatsu.com 😉
Coincido en todos, y apuntare un sentimeinto mas hacia snufkin; desconfianza.
Desde que apareció no me fié ni un pelo de el, a mi mente de niño ya le parecia que era un farsante, un actor que en cualquier momento se quitaría la mascara y trataría de cargarse a moomin o algo así.
Pero es que las tiras y los libros nos muestran otros demonios, como la madre de la pequeña my; una tiparraca que dedica su vida a parir a todos los niños que puede para luego abandonarlos brutalmente a su suerte y seguir procreando. Una saga rara rara rara y que rezuma mal rollo por todos los lados.
El unico que no parece tener lado oscuro es el propio moomin, que no es mas que un nobita pintado de blanco con el morro gordo.
Snufkin es un caso de estudio. Hay un episodio que no he comentado porque no da miedo, pero que me dejó perplejo por las acciones de Snufkin: En ese episodio sale una especie de orfanato, y Snufkin a bote pronto le da por irrumpir en él de noche y liberar a todos los niños. Pero lo raro es que no era un orfanato dickensiano ni nada, ¡no parecía que los niños sufrieran!
La madre de My también sale en la serie junto a su veinte críos. En su episodio, Moomin se fabrica él solito una casa, un pisito para su disfrute y al final les acaba cediendo la casa a la prole de la señora esa. A mí lo que me fascinó de la familia de My es el hecho de que la pequeña My se va a vivir a veces con los Moomin porque la hermana mayor de My «se agobia y necesita descansar un tiempo de su hermana pequeña». Qué triste.
Lo cachondo es que tras liberar a los críos, Snufkin va y se desentiende: «Ale, ya sois libres, valeos por vosotros mismos y ni se os ocurra seguirme porque NO ME GUSTAN LOS NIÑOS». Los libera y luego pasa de ellos ¿?¿?¿?¿? Lo dicho, ¡Snufkin terrorista!
Nobita pintado
Ahí, ahí, no os fieis de los snufkins del mundo, esos sólo quieren aprovecharse de vostros y usar vuestros sofás para dormir la mona.
La madre de My también sale en la serie junto a su veinte críos. En su episodio, Moomin se fabrica él solito una casa, un pisito para su disfrute y al final les acaba cediendo la casa a la prole de la señora esa. A mí lo que me fascinó de la familia de My es el hecho de que la pequeña My se va a vivir a veces con los Moomin porque la hermana mayor de My “se agobia y necesita descansar un tiempo de su hermana pequeña”. Qué triste.
A mi la serie me gustaba bastante, y creo que nunca me dio mucho miedo. Lo curioso es que hablando con varios amigos, estos la recordaban como una serie que los acojonaba ( De hecho, por «La serie esa chunga de los hipopotamos blancos» se da cuenta mas gente de que gente es)
La serie que si que me traumatizó fue una que se llamaba «los animales de bosque». También la emitían por la dos, mas o menos cuando los Moomis. Es la serie de dibujos más dramática de la historia, ni la madre de Bambi ni hostias:
http://www.youtube.com/watch?v=am0AtgfR0uI
http://www.youtube.com/watch?v=N_1Bu80v23E
Mierda, han vuelto los traumas que me causaron esta serie.
De esa sí que me acuerdo yo. Qué deprimente era, en cuanto le cogías cariño a un personaje, se encontraban con una carretera y bang!, más muertos que en canción de hielo y fuego.
Yo no recordaba para nada esta serie. En su momento supongo que me tiró para atrás su pinta naif y moñas. Leyendo el artículo y oyendo las sintonías veo que me perdí momentos de terror puro.
Esta serie y la serie esa mierder del koala eran un jodido trauma de la hora de la merienda. Luego decían que «Los Caballeros del Zodíaco» eran violentos y nada recomendables.
JOAOJAOJAJOA Pues yo voy a ser aqui el cortarollos y el que se va de diferente: A mi me molan los monstruos y los capitulos de la baba yaga esa me flipaban a tope.
De hecho me daba mas mal rollo ese bicho que era como una comadreja antropomórfica que la Groke y cia.
La verdad es una serie con la que más que nada tengo recuerdos confusos y vagos. Nací en el 91 jjajoajoajo soy un newfag
Esta no la recuerdo, gracias por darmela a conocer.
Recuerdo vagamente la serie en stopmotion, y es cierto que en casa a mis hermanos y a mi el monstruo este «the groke» nos dejó tocados, aunque si la memoria no me falla en el doblaje español la llamaban LA MOZRRA
Recuerdo que en unas vacaciones se tiraron una semana en algun canal de via digital (¿canal super3?) con una maratón de la serie y acabé viéndola entera. Muy malrollera, hasta el capítulo más inocente escondía siempre algún detalle raruno.
No me acuerdo ahora muy bien pero quedó marcada en mi cabeza una «saga» de unos pocos capítulos (algo raro porque casi todos eran autoconclusivos) cuando ya estaba muy avanzada la serie en los que parecía que se iba a acabar porque se acercaba una amenaza que iba a acabar con todo y salían casi todos los personajes luchando o escondiéndose de ella, incluso stinky y la bú
Pero qué decis? Snuffkin moló, mola y molará hasta el final de los tiempos.
Era un transeunte del mundo que se dedicaba a viajar y a colectar sapiencia por el mundo. Sólo volvía al Valle Moomin para volver a ver a Moomin, que de Nobita nada, era un buen chaval que se dedicaba a vivir aventuras.
La Bu, o la Buca, que es como yo la conozco, es el típico ejemplo de ser juzgado por su apariencia más que por su fondo. Y en el fondo era buena. Cualquiera puede recordar cuando se fue del Valle Moomin cuando Mamá Moomin accedió a darle la concha en forma de corazón, y dejó de rastrear a los duendecillos aquellos de voces chillonas. «La belleza está en el interior»
Snuffkin era buena gente, siempre dispuesto a ayudar. El capítulo que comentas del orfanato, creo que el y pequeña My estaban ayudando a los niños porque su cuidadora había quedado atrapada por la riada. Creo que fue salvada por Moomin y Snorkmaiden y al final todos volvían juntos.
Eso si, Stinky era un hijoputa.
Esa referencia a lo Darksouls me ha matao XD También veía la serie por las tardes si mal no recuerdo y la tenía grabada en VHS. Me ponía a ver mucho el episodio de la Dama del Hielo y de la Bú. Creo que era masoca, pero por lo visto era mi autoterapia para lidiar con los terrores nocturnos que tenía cuando era pequeña y que me los provocaba mi hermano mayor con sus películas de terror gore y demás D:
Esta serie la estuvieron repitiendo varios años en tve2 a la hora de comer (si, justo antes de ir al colegio por la tarde) y después la estuvieron haciendo por las tardes a la hora de la merienda. A mi me gustaba la serie, me parecía curiosa y no recuerdo que me diese miedo. Recuerdo ver el capítulo que aquí se menciona y no recuerdo que me diese miedo.
Y es que los dibujos animados que hacían en los 90 los ponían como si fuesen para críos y en verdad no lo eran del todo.
La Bu tío… La Bu… Me cago en los muertos de ese puto bicho, probablemente mi trauma infantil por excelencia. Cuantas veces habré intentado buscar, tanto la serie, como al bicho en sí. Hoy por fin la búsqueda ha llegado a su fin. Muchas gracias por el análisis y por despejar mi duda sobre si de verdad este puto monstruo era para tanto en un niño de 4 o 5 años. Un 10 al post!
Esos hijos de perra me traumaron para toda la vida…
No me he podido reír más con este post. La serie me parecía un truñal y me deprimía al nivel de la del koala a la que todos se quieren cargar. Los hipopótamoomins me ponian de los nervios, tan gordos y parecía que les faltaba un hervor. Coincido en que el peor era Snufkin, un hippie colgao al que se la suda tu vida, el típico que te echa un polvo y luego se pira porque es un espíritu libre. Lo odiaba hasta la muerte, me daban ganas de darle dos hostias y decirle vete a jugar con los demás, desaborío, que eres demasiado guay para hacer lo que el resto o qué? En fin, luego leí que Tove se inspiró en Atos Wirtaten para el personaje de Snufkin, menudo capullo debió ser. Las chicas nos enamoramos de los malotes.
En realidad Tove era bisexual, el personaje de Snufkin esta basado entre Atos y Vivica Bandler una chica con la que tuvo romance lesbico pero que al final se fue durante el otoño por que estaba bien segura de su heterosexualidad con su esposo, dejando a Tove (Moomin) super sad, el personaje simboliza igual la depresion de la Tove (esta maja tenia serios problemas psicológicos), las ganas de empacar e irse a otro sitio sola hasta que conocio a una chica llamada Tuuliki en la que se baso al personaje de Too tiki
Coincido absolutamente en todo lo comentado. Añado únicamente que la puñetera Tove Jansson era incluso más cruel y despiadada con el pobre Mumin que cualquier episodio incluso de los de la serie del 1969. En el primer capítulo de los libros de la edición de CocoBooks (reediciones al castellano de los originales), el bueno de Mumin que no sabe decir que no, pierde la casa, después de tener que echar a 15 invitados y no sé cuantos parientes indeseados. En el segundo capítulo intenta suicidarse, ahogándose, tras pensar que está solo en el mundo «ni familia, ni amigos, ni novia… mejor me voy a ahogarme»… la suerte es que dice ser «un excelente nadador» y es incapaz de ahogarse (básicamente flota). ¿Pero es que esa mujer nos quiere arruinar la infancia maltratando así a sus personajes? Y, debo decir, que aun de adulto la escena del repudio familiar a Mumin por tranformarse en una especie de gollum, escuchado en la versión inglesa, me sigue marcando, y llamadme blando sensiblón, pero las dos primeras veces que las reviví me hicieron llorar, por el simple hecho de que salía Mumin (transformado) del sombrero, más expresivo que nunca, alegre, feliz, jovial, riendo por haber ganado al juego del escondite. Poco a poco va dándose cuenta cómo las respuestas que le van dando sus amigos y familiares cuesta de entender en el ambiente amable y tierno al que está acostumbrado. Son toscos e incluso hostiles. Finalmente, después de recriminarle varias veces lo feo que es, le aconsejan que se mire a un espejo. Momento en que pierde los nervios al ver que su apariencia es completamente diferente y rompe a llorar. Se intenta abrazar a su madre e incluso a ella le cuesta reconocerle. Hay que reconocer que la música dramática que le ponen y la voz inocente de la versión inglesa de un Mumin completamente desesperado porque ni sus amigos ni sus propios padres lo reconocen, suman puntos para hacerte pasar un mal rato. Finalmente la cosa acaba bien, pero ya te llevas el trauma de por vida.
Ese episodio fue cruel amigo
Nmms la Orca me asusto fuerte, veo películas de terror todo el tiempo pero, cuando vi ese capítulo, con esa ambientación, si me cague.
Leeeeei súper agusto todo lo que escribiste, nunca me aburrí. Muchas graciaaas.
Ay amigos y es que en las versiones del 69 Snufkin y Moomin usan armas de fuego, en la del 72 con tal de que Snufkin no se vaya Moomin se tira desde una montaña donde se parte todo y aun asi logra pararse y ponerse en su camino para evitar que se vaya, y la nueva del 2019 snufkin es mas acido, arisco etc, la Tove asi lo creó proyectando sus problemas mentales en sus personajes