Rindo hoy homenaje a un gran profesor, el insigne Don Alfonso Ferrón del Río (hoy, director general de Alfedel, sociedad promotora de centros educativos), y su aparición estelar en aquella primera clase de religión de 8º de EGB. Aunque es una dramatización, en suma todo ocurrió así, y fueron estos los momentos más notorios:
Buenas tardes, algunos de ustedes ya me conocerán, otros no. Tanto para los que sí como para los que no, soy Don Alfonso, y este año han decidido que sea yo quien les imparta la bonita asignatura de Religión.
Este es un año muy difícil para ustedes, bastante tienen con aprobar asignaturas importantes como matemáticas o lengua, como para que yo les atormente con otra asignatura, exámenes y todo ese rollo. Yo opino sinceramente que la religión es algo que va por dentro y que se aprende en familia o en la iglesia, al colegio se vienen a aprender las demás cosas. Si alguno de ustedes va a misa, se habrá fijado en que el cura nunca les enseña a resolver ecuaciones ni lo que es la sinécdoque, pero en fin, esta es mi opinión personal, que poco importa en el caso.
Esto no significa que vayan ustedes a dedicar dos horas a la semana a cambiar cromos o a comentar las “zapas” que se ha comprado fulanito, sino que intentaremos que, aunque llevadera, sea una clase lo más útil posible. Cada día comentaremos algún aspecto religioso, bien espontáneamente, bien por alguna noticia del periódico o la tele, y cuando empiece la liga, la comentaremos también, e incluso rezaremos por el Real Madrid. Si hay alguien de otro equipo… que se vaya a ética.
También he pensado ponerles algunas películas, pero no se preocupen, no serán esos rollazos que ponen en semana santa. He pensado ponerles La Vida de Brian y alguna otra que se les pueda ocurrir a ustedes, siempre que tenga algo que ver con la asignatura, claro…
Siguiente clase:
Hoy vamos a hablar de la religión en consonancia con los cambios de marchas de las bicicletas Shimano. Hay veces que necesita uno fe para subir según qué cuestas…
Siguiente clase:
Hoy hace muy buena tarde y he pensado que quizás, como es viernes, querrían irse antes a casa. Pero como tienen la mala suerte de ser primera hora y tener otra clase después, nos vamos a quedar aquí, vamos a abrir las ventanas para que entre el solete y a hablar de tradiciones de la iglesia que ya han pasado de moda, como por ejemplo, la confirmación. ¿Alguno de ustedes ha pensado en hacerlo? Piensen que no es como la comunión, nadie les va a regalar una bici ni una videoconsola…
Siguiente clase:
(entra una mujer con el pelo color «rubio cuarentón»; se organiza el jolgorio de cuando aparece un profesor sustituto de aspecto débil)
Don Alfonso no puede venir hoy, así que como imagino que tenéis tareas que hacer, poneos a ellas en silencio.
Siguiente clase:
… de modo que ya saben lo que son los diez mandamientos, y lo difícil que es seguirlos. Bien, como sé que muchos de ustedes fuman, aunque lo nieguen, yo no soy su padre y si les pido el favor de que me presten un mechero hasta la próxima clase, espero que sean buenos cristianos y me lo den.
Siguiente clase:
Don Alfonso tenía una reunión importante y no puede venir. Podéis hablar hasta que acabe la hora, pero en voz baja.
Siguiente clase:
Silencio. Silencio. A ver, callaos, por favor. A partir de hoy, os voy a dar yo la clase de religión. Me llamo (he olvidado el nombre, todo el mundo la llamaba La Numancia). ¿Qué era lo que hacíais con Don Alfonso?
(alguien le da una respuesta franca y determinante)
Subsiguientes clases hasta junio:
(La Numancia se pasea por la clase, en medio de un follón considerable)
Callaos. En silencio. Silencio, no arméis barullo, por favor. (se acerca a un grupito) ¿Dónde vais este fin de semana? Ah. Sí, yo voy a mi pueblo…
Ese año sacamos todos notable.
¿Nos abandonó Don Alfonso sin miramientos? ¿Tuvo algo que ver el origen de Alfedel con su retirada de nuestra clase? ¿Tenía tantas cosas que hacer que le era materialmente imposible «darnos clase»?
Los rumores apuntan a que una o varias madres se quejaron de lo inapropiado de los argumentos de nuestro profesor. Me pregunto si a esas madres les satisfizo el hecho de tener dando vueltas por el aula a una señora a la que tomábamos el pelo a nuestro antojo, y hasta echarnos partidas de cartas o jugar a tirarnos una revista porno de mesa en mesa, mientras la pobre Numancia corría de uno a otro para intentar cogerla. La cara que se le puso al ver lo que era fue tremenda.
Por cierto, se viró la tortilla y mientras nosotros nos tocábamos la nasa, los de ética curraron ese año poco menos que como cabrones, de lo cuál me alegro. Ya estaba bien de repetir cada año el debate sobre el aborto y las corridas de toros, joder. Les iba tocando currar un poco, para variar.
No tuve la suerte de conocer a Don Alfonso (soy de Barcelona xDD) pero se le ve un profesor de los de verdad, de los que no quiere dar chapa y acabas teniendole cariño y todo.
Por lo leido, un personaje entrañable!
Morrocotuda entrada.
Sí, los profesores de Religión siempre fueron los más curiosos. Yo he conocido desde seminaristas gayers a tipos como Don Alfonso en plan excéntrico pythoniano.
Siempre me cayeron mejor que los profesores de ética. Por irónico que parezca, solían ser menos moralistas y más desengañados.
El profesor de ética progre era una invitación a afiliarse a Bases Autónomas cuando te martilleaba con su discursito.
En 2º de Bachillerato tenía un profesor de CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad) que simplemente nos ponía películas que él decía que eran relaccionadas con la asignatura. Pero os digo las películas que vimos que me acuerde: La filmografía completa de Verhoeven (Starship Troopers, Robocop, etc.), El planeta de los simios, Alien, Blade Runner, alguna de David Cronenberg, etc, etc.
Le estoy eternamente agradecido.
Don Alfonso es todo un referente vital que merece la loa que tan bellamente le has dedicado.
Un amigo de la blogosfera me ha recomendado este artículo y le estoy agradecido, ya que le hizo bastante gracia que, a la vez, se rememorasen curas fuera de lo común en dos blogs distintos. Si quieres saber las andanzas de Requejo, el cura ufólogo, puedes pasarte por mi humilde bitácora.
Rezaré por el Real Madrid, aunque sea del Celtiña…
Mi profesora de religión de segundo de BUP me dijo que escribía mal y que nadie iba a entender mis exámenes, que jamás aprobaría la Selectividad y que no entraría en la universidad.
Las clases de religión son curiosas y te curten para la vida 🙂
Yo lo que mejor recuerdo eran cuando los hermanos de mi cole, ya en 1º-2º de BUP, nos ponían canciones de rock cristiano (nada que ver con Stryper) y nos hacían cantar. Había un hermano que tocaba el instrumento más penoso que he visto hasta la fecha. No se como se llamaba pero yo lo recordaré siempre como el piano-flauta. El artilugio consistía en una boquilla por la que el tipo soplaba y accionaba un pianillo conectado al final de la boquilla. Buenisísimo, agradecería que alguien me diera más información sobre el artilugio.
Yo si recuerdo a Don Alfonso (basicamente, por ser uno de los vandalos presentes en aquella clase, sino de que). Yo venia de un colegio de monjas con la Religion (en mayuscula por ser obligatoria, pues no habia alternativa de etica) pendiente y lo primero que me dijo fue «no te preocupes, cuando lleguen las recuperaciones hablamos. Lo siguiente que supe sobre el tema es que tenia un aprobado bien majo.
Entre eso y la fabricacion de cartas Magic en talleres clandestinos, merece ser recordado.
Milgrom, ese instrumento era la melódica, de infausto recuerdo y receptor soberano de babas varias (en algunos colegios, era el precedente obligatorio de la flauta y muchas madres súfrían por ello).
¡Quiero saber más sobre las cartas de Magic clandestinas!
¡Ostias TheSlayerjander, qué idea! Ea, la próxima entrada irá sobre aquel asunto de las Magic, que también fue la recaraba. Aunque ese sí que será dramatización a través de testimonios, porque justo ese día yo no fui a clase.
Aquí tengo un video que viene al pelo: http://www.youtube.com/watch?v=gPQgpWApKnA
Yo sé tocar la flauta. En todos los sentidos.
La si do do si la sol fa fa
Do re mi do re mi do mi fa sol mi fa sol sol la sol fa mi do sol la sol fa mi do do sol do do sol do
do do sol sol la sol fa sol
Es una de las enormes pérdidas de la EGB a ESO. Quién no ha tocado (mal) la Novela del Abeto Ben no merece entrar en la morada de Dios que diría Platón, el hijo de Cucharón.
yo estudie toda la egb en un colegio de monjas, y aunque nuestras profesoras de religion solian ser las mismas monjas y eran majas (aunque te metieran la religion a copon, a veces en plan «historia de judea» e «historia de las religiones: buda»), el cura que oficiaba las misas del colegio era increible: un tio joven, de no mas de 30 años, con el pelo siempre teñido de verde o azul, que vestia en plan grunge y le encantaba fumar y beberse sus tercios. cuando tenia que confesarte era en plan: «anda, dejate ese rollo del «ave maria purisima», vamos al bar ese de al lado, me das un cigarro porque se que fumas, nos bebemos una cerveza y no me digas que no bebes que no soy tonto, y me cuentas lo que tengas que contarme». me pregunto donde andara ahora….
cuando llegue al insti decidi dar etica, pero me pasaba mas horas en clases de religion que de etica… porque me toco otro cura grunchi. cuando me vio con mis pelos de colores y mis piercings y que me sabia las canciones de los doors entre tantos pelados que habia en el isnti, me cogio cariño. y como solo ponia peliculas relacionadas con algun tema de la religion en sus clases (seven, el cuervo, la vida de brian, etc) me pase 1º y 2º de bup viendo peliculas en vez de discutir «aborto, si o no» 😛
Oyoyoyoyoy ¡Si es que vas provocando! ¡Maldito! ¡Hereje! Sales de Kubrick para tocar la religión. Luego dirás que no te gusta la polémica. Oyoyoyoyoyoy. ¡A la hoguera! ¡Bu! ¡Fuera! Sólo lo haces para llamar la atención, metiéndote con las cosas que le gustan a todo, como don Alfonso. Qué poca vergúenza. 😉
Siempre lamentaré no haber sido influido por la religión por aquella tía buena que les daba clase a mis compañeros cuando teníamos eso de 12-13 años. Aparte, nos lo pasábamos bien y teníamos nuestras tareillas para compensar y por lo menos no tuve que aguantar en el instituto a Aquilino «el cura con dos cerebros».
Por cierto, meterte con Kubrick… muy mal, ¿eh? Eres un comunista peligroso con esas opiniones.
Grande tu profesor, grande. 😀 Yo he tenido algunos así: uno de Matemáticas soltaba tanta frase estelar por minuto que, tras un curso copiándolas a escondidas en la libreta, recopiladas me ocuparon cosa de 16 páginas de word. ^^ Buen blog, no lo conocía… Tendré que volver más por aquí. 🙂
Señor Montana, le recuerdo que las autoridades sanitarias y tres miembros del SWAT le recuerdan que deje de mentar el colgajo de Don Alfonso de manera altiva. Acuerdate cuando nos subio a todos la nota simplemente porque habian abierto el «Sansa» nuevo.
Seguramente mucho antes de que a vosotros os diera clase D. Alfonso era MI PROFESOR de Matracas y de Ciencias Naturales. Os puedo asegurar que sus clases eran tan magistrales que no necesitaba elevar en ningún momento su voz descascarillada para que el silencio cubriera el aula. Supongo que el desgaste le habrá llegado con el tiempo, lo de la enseñanza es una profesión para unos años concretos. El estudió en una época distinta, en la que el profesor llegaba borracho de la bodega y quería pegar a los alumnos, mientras Jarillo en un rincón, con los labios partidos, no jugaba con nadie. Si Alfonso lee este mensaje, espero que nunca lo olvide. Y gracias por lo que aún conservo de lo que me ha enseñado.
Yo fui a un colegio de monjas hasta 2 de ESO. Cuando me cambié a mi instituto, les supliqué a mis padres que no me obligaran a coger Religión. Por suerte, no me hicieron caso; y digo por suerte porque Pumares, el profesor, era un personaje que nos ponía películas como Seven, Conoces a Joe Black o Matrix, nos llevaba de convivencias (con la consecuente borrachera) y que en una ocasión, aprovechando la fe y admiración que teníamos en su persona, nos metió el bulo de que las galletas cuadradas provocaban demencia. Alguna vez le invitamos a fumar porros con nosotros, pero nunca accedió. Otra vez, le ofrecimos 1000 duros si se cagaba en Dios; pero tampoco aceptó. Un gran hombre.
Pues a lo mejor el tal don Alfonso era un profe de religión cojonudo, pero como presidente de Alfedel le ponen en internet de hijoputa para arriba… Y no sé por qué, pero me creo todo lo que dicen sobre este personaje en esas páginas web….