Me entero hoy por mi amigo MAT de una triste desaparición: la de el ex-ídolo adolescente Corey Haim. Si el fallecimiento  de algún artista de cuya obra has disfrutado siempre es triste, lo es más aún cuando compruebas que apenas era unos años mayor que tú. Bendita sociedad moderna, que nos mantiene la cabeza ocupada con el trabajo, el ocio y el consumismo para que no le demos muchas vueltas al asunto. En todo caso, como ya sabéis que yo soy muy fan de los ídolos adolescentes, permitidme que dedique unas líneas al personaje.

 

Como todos, le cogí cariño a Corey gracias a Jóvenes Ocultos, su papel más recordado y posiblemente la mejor película en la que intervino. Después se convirtió en un habitual de mi pantalla gracia a Telecinco y Antena 3, que no sólo emitieron Papa Cadillac hasta la saciedad, sino cosas como Una de las chicas, en la que se travestía para hacerse amiga de una chica que le gustaba. Por Helen Slater me travestía yo también.  Seré muy básico, pero es un tipo de argumento que nunca falla en hacerme pasar un buen rato, ya sea un él haciendo de ella o viceversa.  Cosas como Miedo Azul o Proyecto Terror formaron parte de muchas tardes y noches felices en mi infancia y adolescencia y el tipo siempre me cayó bastante bien. No llego a los extremos de Lisa Simpson, que era adicta a llamar a su línea 900 y se lo imaginaba a caballo con el pecho al descubierto, pero sí a los de tragarme aquellos thrillers eróticos en los que retozaba en pelotas con Nicole Eggert / Summer de Los Vigilantes de la playa.

El tipo no debía andar muy feliz y su adicción  las drogas se cobró finalmente su vida. “Tranqui, que yo controlo”.  Imagino que su condición de gloria del pasado, destinado a pasearse ante de los 40 por convenciones donde firmaba DVDs de pelis con más de 20 años y de hazmereír en programas como Los dos Coreys no debía de ayudar mucho. EL tipo hasta llegó a vender una muela en ebay. Dado que fue MAT el que me dio la noticia, me parece apropiado rescatar este texto que él mismo escribió para la web sobre Corey y terminar la historia con un toque de humor. Texto, por cierto, de 2004, antes de youtube, el rapidshare  y Film Affinity. Que se dice pronto. Os dejo con su artículo dedicado a Papa Cadillac.

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 Quien me iba a decir a mi cuando descubrí esta joya en su estreno videográfico, allá por los finales ochenta, que años mas tarde yo también conduciría mi propio coche e incluso habría de pagar alguna multa por exceso de velocidad. Todo aquello me sonaba a un futuro muy lejano, a ciencia ficción, casi. Y en cierto modo, sigue haciéndolo. Y es que eso de que en los USA los teenagers se puedan sacar el carné de conducir a los 16 años es algo que siempre me ha fascinado y horrorizado a la vez. En su día me parecía genial. Hoy, viendo la juventud cani que tenemos, me da miedo. Aunque ¿desde cuando es impedimento no tener en el carnet para poder conducir?

 Y es que el coche es símbolo de  independencia y libertad. Tanto de movimiento como sexual: es el primer picadero de muchos.  Para los americanos, entender la adolescencia sin coche es casi imposible. Supongo que por ello, a parte de por sus virtudes como película, esta License to Drive siempre me ha parecido una genial muestra de cine para adolescentes. Repasemos algunas de las cualidades que hacen de ella una de mis favoritas.

  

 

 
 Papa Cadillac nos cuenta las desventuras de Les Anderson, un chaval que como nosotros cuando éramos adolescentes, sufre los embates del destino… pero todos juntos a la vez y durante el mismo fin de semana. Primero consigue una cita con la chica del instituto que le vuelve loco y después suspende el examen de conducir y por lo tanto se queda sin un elemento indispensable para su esperada cita: el coche. ¿Se dará por vencido Corey Haim ante tamaña ironía? ¿Renunciara a sus sueños por una prohibición rotunda y un severo castigo por parte de sus padres?

 

Si respondéis afirmativamente, es que sois mas ingenuos que Bob Esponja (otro que también tiene sus problemas con el carné). No habrá mas narices que robar el Cadillac del abuelo y echarse a rodar en una noche llena de sorpresas y emociones junto a la chica y a sus amigotes. Ojo, no vayan a confundirse, que estamos en los 80. En la película se pronuncia “Cadillac” en un perfecto castellano. Así que a partir de ahora léanme “Cadiyac” en vezde esa anglosajoneria que tienen en la cabeza. Todo esto nos lleva a la consiguiente reflexión: ¿Qué sustancia ilegal habría inhalado la persona responsable de ponerle el titulo en España? Joder ¿Papa Cadillac? Es que solo hay que ver la película (a ver si va a ser eso…) para darse cuenta de que el puto Cadillac, pertenece al abuelo y no al padre, que tiene un BMW. Desconocemos, como siempre, el origen de tan atropellado titulo. Eso sí, suena mejor que “Abuelo Cadillac”.

 

  Cualquier película que incluya a los dos Coreys en el reparto merece ya un rinconcito especial en la estantería, libre de polvo y alejado de manos golosas. En ésta, como solía pasar, es Corey Haim el que se lleva el gato al agua consiguiendo el papel protagonista, pese a que Corey Feldman también hizo la audición para el rol de Les Anderson. Feldman, ya desde sus inicios se vio relegado a papeles secundarios de amiguete cachondo que termina metiendo en problemas y/o ayudando a salir de ellos al protagonista. Como cuando se hizo amigo de Michael Jackson.

Es Corey Feldman un personaje que merece sin duda un articulo para el solito, con el que debería iluminarnos una vez mas nuestro gran gurú Viruete. Aquí los dos Coreys lucen sendas cabelleras abultadas por la laca a tutiplén, llegando en el caso de Feldman por arte de greña melenera, a convertirse en el ‘mulletero’ oficial de la película. No seria ni su ultimo mullet ni el mas llamativo, pero ahí estaba para marcar la diferencia.

 

El resto del elenco no tiene desperdicio. Los padres del protagonista son Richard Masur y Carol Kane, dos caras que estamos tan hartos de ver de secundarios, que el día que protagonicen algo… seguro que nos lo perdemos. O la ahora cotizada Heather Graham (la Rollergirl de Boogie Nights), que mas que un personaje en si, es el macguffin mismo de la película, ya que se convierte (como no podría ser de otra manera) en el empujón sexual que mueve al protagonista a emprender sus locas aventuras (citaremos como curiosidad que la muy perraca no incluye en su currículo esta película, cuando no solo debería estar de lo mas orgullosa sino que debería mostrar pleitesía a la cinta que hizo posible que asistiera al 16 cumpleaños de Corey Haim, evento al que seguro no ha vuelto a tener acceso, por mucho Paul Thomas Anderson que le haya dirigido).

 

Aparición mítica la de James Avery como examinador de trafico, al que todos recordamos por su papel de Phillip Banks, o el tío Phil de El Príncipe de Bel Air. Aquí, como en las primeras temporadas de la serie, todavía lucia esa especie de huevo-chichón en medio de la cocorota, que desaparecería mas tarde, supongo que tras alguna intervención quirúrgica de tipo corrector. Este personaje tiene en la película las frases mas recordadas por un servidor, siendo mi preferida, nada mas entrar Corey Haim en el coche, “Amárrate hijo, que aquí se masca la tragedia.” ¿se puede presentar un personaje de una manera mas contundente? En el apartado anectodico, para que os podáis lucir en las reuniones de frikis, sabed que James Avery viene poniéndole la voz a Oroko Saki (el mismisimo Despedazor) desde las primeras temporadas hasta las películas para televisión, de las aventuras animadas de las Tortugas Ninja.

 La película esta llena de situaciones y diálogos muy divertidos, y pese a su notoria falta de presupuesto, goza de unas escenas de acción  muy apañadas para un film de este tipo. La secuencia inicial con nuestro Corey, conduciendo un Ferrari y escapando del malvado autobús escolar (escena que no soy el único en reconocer que le recuerda a Pesadilla en Elm Street 2) es adrenalina pura, a parte de encerrar mas simbolismo que una película de Bergman.

 

Tengo mis dudas sobre si una cinta dirigida casi exclusivamente a los adolescentes podría mostrar hoy día a unos protagonistas que se saltan a la torera todas las normas de trafico y hacen numeritos circenses, saltando de un coche a otro en marcha. Por que como todos sabemos, los actuales jovenzuelos, no tendrían mas remedio que atender a una pulsión invisible pero intensa, que los arrastraría a emular lo que en la pantalla se ve tan divertido y poco arriesgado. No, no: Supersalidos no es para blogueros, no para adolescentes, aunque trate sobre ellos. En fin, que lo que no se es como siguen programando una película tan arriesgada, aunque solo sea en los canales de pago.

   

 Si no la habéis visto ya, y no la podéis pillar vía satélite, podéis esperar a que la programen un domingo por la tarde en La Sexta o  directamente, recurrir a los programas de intercambios de archivos esos tan malos. En nuestro páis aún no ha aparecido en DVD, y en EEUU la edición especial de dos discos, que sin duda merece, se hará esperar.

  Me despido con una frase del protagonista, cargada de lirismo y sentimiento, con la que mas de uno podra sin duda sentirse identificado: “Me he tropezado con ella mil veces y ella nunca se ha tropezado conmigo.” El secreto de la vida. ¿Y decís que después de esto, Corey se dio a las drogas? Increibleble.