Cuando
tenía quince años e iba al instituto un
profesor de inglés bastante enrrollado, Fernando,
nos mandó hacer una redacción sobre alguien
a quien admirásemos. Yo, que tenía cierta
complicidad con el profe debido a nuestros gustos comunes
en cine, elegí como modelo de comportamiento a
Jason Vorhees. Recorté una foto de la revista
Todo Pantallas
y, al final del trabajo, comentaba
contento la posibilidad de un Freddy vs Jason.
Sólo han tardado unos diez añitos en hacerla.
Y evidentemente, tras su éxito, ya se barajan futuros
crossovers de asesinos en serie.

Lo
que pocos saben es que uno de esos cruces ya tuvo
lugar hace en 1995, poco después de que yo
escribiese aquella redacción. En aquella
ocasión los protagonistas de tan celebrado
acontecimiento eran Jason y Leatherface,
el matarife de La matanza de texas.

El
sangriento cross-over tuvo lugar gracias a la editorial
Topps, cuya rama de cómics quedó extinta
hace tiempo. Si recordamos que entre sus tebeos
estaba una serie creada por Leonard Nimoy,
no nos extrañará su triste final (aunque
la del robot de Neil Gaiman no estaba mal).
Y también tenían cierto interés
por los cómics de terror, publicando la adaptación
del Drácula de Coppola de Mike
Mignola
, otra adaptación de Jason
va al infierno
y finalmente esta miniserie
de tres números donde se producía
el tan esperado cruce.

La
historia comienza con Jason en el fondo de Cristal
Lake
. No sé cuantas partes terminan con Jason
en el lago, pero por lo menos tres fijo, con lo cual no
tenemos una referencia temporal exacta. Casi mejor, ¿a
quién le importa? Una malvada corporación
(como todas) se ha pasado años soltando mierda
en el lago (¿dónde andará el Capitán
Planeta?
), y como purificarlo sería demasiado
caro, deciden drenarlo y enterrar las aguas clandestinamente.
Con lo cual el de la careta de hockey pronto queda libre.
Pero para nuestra sorpresa, los pérfidos ejecutivos
no reciben ninguna clase de castigo por parte de nuestro
enmascarado amigo. Aquí falla algo.

En
esto que, deambulando, deambulando, se mete en un
tren. Allí mata a unos cuantos, para entretenerse
durante el viaje. El revisor parece que no pasa. No hará falta usar eso de «me echáis porque soy negro» que he visto más de una vez.
Total, que el tipo se planta en… ¡Texas!
Pronto conoce al mismísimo Leatherface,
que junto con su hermano, andan persiguiendo la
cena de esa noche. La primera impresión (que
es la que cuentan, dicen) no es muy buena y los
dos colgados deciden batirse en duelo.

Pero
al igual que en los tebeos donde luchan dos super-héroes,
pronto se dan cuenta de que no son enemigos, sino
espíritus afines. Juntos se cargan a un pobre
desgraciado que pasaba por ahí y los hermanos
carniceros deciden enseñarle su bello hogar. Tú, friki sin amigos, lo que tienes que hacer es salir más a matar por ahí. Recuerda que los asesinos en serie tienen hasta sus propias convenciones, como bien nos enseñó Sandman.

Y
de eso va el número dos… Una especie de visitar
turística a la mansión de Leatherface y
compañía. El tío cocinero, cabeza
de familia, nos enseña su preciosa cocina y cámara
frigorífica, y nos cuenta como su sueño
es el de montar un restaurante de comida canibal. No sabe
que los chinos se le han adelantado. El hermano cabrón,
por su parte, presume de taller de manualidades, donde
gusta de hacer sillas con huesos o un Papa Noel
a base de despojos humanos. Lo importante es tener espíritu navideño, así que no le pongáis pegas al chico… Y ya.
Este segundo capítulo, aunque entretenido, ya nos
deja claro que aquí hay algo que no funciona.

El
tercer y último número comienza con más
de lo mismo: la vida diaria de la familia de majaretas,
Jason y el primo van a cazar alguien para la merienda…
Todo va sobre ruedas hasta que el primo se cabrea porque
Leatherface le coge un tebeo de Iron Man sin su
permiso. Normal. El colgao le da un par de capones a cara
de cuero, Jason interviene y ya se ha montado. Desgraciadamente
la supuesta pelea se resuelve en unas paginitas y todo
queda como al principio. No les voy a estropear el resultado
de la pelea, aunque sí quiero realizar algún
tipo de análisi del enfrentamiento, apoyándome,
una vez más, en las palabras del bardo inmortal:
tres contra uno, mierda para cada uno.

Jason
vs Leatherface es un cómic decepcionante. El
guión nos promete un combate cataclísmico
que nunca tiene lugar, quedándose en un par
de rencillas como las que pudieron tener ustedes en
el instituto (que no en el colegio, donde si que había
hostias de verdad). Además, la guionista (Nancy
Collins
) falla miserablemente a la hora de presentar
la personalidad de los personajes: Jason, lejos de
ser la fuerza de la naturaleza que es en las películas,
resulta un tipo amargado por una infancia desdichada.
Casi nos da pena, a pesar de haberse cargado a más
de cien personas en sus pelis.
Jason,
resolviendo sus problemas a la americana.


Leatherface, por su parte, es un indefenso retrasado al
que sus hermanos maltratan. Que sí, que la autora
intenta que veamos la empatía de el del machete
por el de la sierra eléctrica, pero es que me da
igual: lo que queríamos es verles partiéndose
la cara en un combate de Ultimate Fighting Championship.
Eso sí, el dibujo de Jeff Butler es bastante
bueno y efectivo, típica escuela inglesa de dibujantes,
recordando a muchos de los del 2000 AD o a veces
a un Steve Dillon (Predicador) pasado de rosca.
Y con portadas de Simon Bisley, casi na.

Me
he caído y no puedo levantarme

Es
una pena que una ocasión tan buena de hacer un
cómic histórico para los fans del cine de
terror fuera marrada por sus autores. Pero bueno, la cosa
se deja leer y mientras no lo utilicen como base para
una futura película no habrá ningún
problema. Ahora a ver si se animan y recuperan la noble
tradición que ya se inagurara en los años
30 de cruzar monstruos de las películas. Y si en
su día salían Abbot y Costello y
en los 80 Martes y Trece (Aquí huele
a muerto
), hoy que salgan Cruz y Raya o los
de Jackass. ¿Qué tal el tantas
veces comentado Aliens vs Predator? ¿Y
el Robocop vs Terminator? ¿O el Batman
vs El chapulín colorado? ¿Y Javier
Rosado
contra Gandalf? ¡El cielo es el
límite!

 

¿Cómo?

¿Qué
los quieres leer tú mismo?

Pues
aquí los tienes

Jason
vs Leatherface 1

Jason
vs Leatherface 2

Jason
vs Leatherface 3

¡Bájatelos
ahora, que no van a estar mucho tiempo en la web!

Están
en inglés (son fáciles de entender). Para
leerlos, utiliza el programa CDDisplay.
Utiliza "L" para cargar los ficheros rar, el
cursor para moverte y Avpág para ir pasando las
páginas.

¡Enjoy!
Y cuidadín cuando comas tu «hamburguesa casera especial» en una tasca con pinta extraña… Nunca
se sabe.