Durante varios días la página ha estado caída, y mis técnicos y yo parecíamos no ser capaces de arreglarla. He llegado a desesperar. Una vez más encontré consuelo en la música. Siempre la música. Palabras y melodías que eran un bálsamo para mi afligida alma, canciones como… como ésta que os traigo hoy.

Delfín Quispe ha conseguido lo que cualquier  tubeartista busca: no quedarse en one hit wonder. Gracias a ese eje del mal que formó con Wendy Sulca y La Tigresa logró volver a estar en boca de tantos. Con su nuevo tema creo que no lo va a conseguir, pero por intentarlo no va a quedar: su nuevo hit, En un pequeño motel, ha conseguido volver a conmoverme.

Yo no puedo dejar de ver una escena de las cerdillas de Torbe en todo el vídeo. Lo cierto es que el clip confirma una escalofriante realidad, como la peli: que hay mujeres capaces de despelotarse por aparecer en un vídeo de Delfín hasta el fin. Da que pensar. Queda patente que nada como un cochazo para atraer a las féminas.

Sorprende el giro de la carrera del artista americano:es el primer temazo que dedica a asuntos más frívolos, ya que su carrera se caracteriza por tocar temas comprometidos e incómodo en las letras de sus canciones. Delfín demuestra así su versatilidad: lo mismo le canta al amor que se convierte en un inquisitivo activista político. Está claro que alguien tiene que hablar de esas cosas ya hacer esas preguntas, tales como “¿quién lo hizo, y por qué lo hizo?”, o recodarnos que en Israel, a pesar de todo, también se puede encontrar el amor. Quién mejor que él para concienciarnos del abuso al que sometemos a la madre tierra.



¡Yo maldigo la humanidad! ¡Os maldigo a todos! Bueno, menos al inventor de la rana Keropi. Que graciosa es. Lo único que me queda por hacer es suplicar a la comunidad ecuatoriana en España que, por favor, cuenten con el grandísimo Delfín Quispe para alguno de esos conciertos que gustan de celebrar para recordar sus raíces.