Si
me pongo a hacer un repaso de mis series favoritas,
o al menos de aquellas que viví con más
intensidad, una de las que destaca es Campeones. Captain
Tsubasa
que dicen los japos y los otakus. Todos
los días a las 20:30 el mundo se paralizaba,
y para mí no existía nada más en
el universo que las jugadas de Oliver, Tom,
Mark Lenders y compañía. Perderse
un episodio era una tragedia semejante a presenciar
un concierto de La década prodigiosa.
El fascinante mundo de Oliver lo era todo para mí,
que hasta llegaba a ponerle los nombres de los equipos
de la serie a los del Match Day II.

En
una serie tan larga y que uno sigue con tanta pasión,
tiempo a fijarse hasta en los más ínfimos
detalles, a aprenderse el nombre de todos los personajes
e incluso a coger cariño al más insignificante
de estos. Es increíble el talento que tuvo
el autor para crear personajes carismáticos.
Todos teníamos nuestros favoritos. Los mios
eran Benji, Ralph Peterson, Julian Ross
o Philip Calahan. Y Alan. Alan Crocker ¿O
era Alan Parker?

Es
posible que no le recordéis, pero Alan era el
segundo portero del New Team, tras el insustituible
Benji Price. El que iba primero de rojo y después
de azul. Es uno de esos personajes que sólo aquí,
en ésta nuestra supersección de secundarios
podría encontrar revindicación. En alguna
escena coral ya se había visto que el equipo
contaba con un guardameta suplente, pero el protagonismo,
calidad y carisma de Benji lo hacía del todo
irrelevante. Hasta que, en un melodramático golpe
de efecto, el Gran Superportero japonés con voz
de Pepe Carabias… se lesionaba.

Nótese
la cara de resignación

 

Entra
en escena Alan, llamado Yuzo Morisaki en su versión
original. Ese chaval en el que nadie se había
fijado, ese chico que se sienta en la penúltima
fila del colegio, calladito y con sólo un amigo
o dos, y que se ve en la tesitura de sustituir a una
leyenda como era el señor W. Genzo. Los
propios compañeros del equipo no tenían
confianza en él, por lo que decide someterse
a un entrenamiento intensivo, ayudado por Oliver. La
prueba de fuego para comprobar la eficacia del entranamiento
fue enfrentarse a 100 disparos, 10 por cada compañero
del equipo, prueba que pasa con notable alto y que le
convierte en el portero oficial del equipo.

Fue
este episodio el que me hizo que se ganara mis simpatías,
pues a pesar de no tener ese talento natural que tenía
Price, era capaz de esforzarse para hacerlo lo mejor
posible. Que pena que después de aquella épica
gesta se nos demostrara que la calidad de Alan equivalía
a la de un Buquets en un día malo, y es
que el pobre chico recibía goles a troche y moche,
y más palos que una estera. Cuando Mark Lenders,
Julian Ross o cualquiera de los jugadores estrella
avanzaba hacia la portería rival, el equipo entero
se echaba a temblar y corría a interponerse en
la trayectoria del balón. Igual que con Busquets.

Escondite
inglés

Fue
el mismo Mark Lenders el que, fijándose en el
caracter apocado del chaval, decidió iniciar
una guerra psicológica en el primer partido que
nuestros protagonistas dispuraton contra el Muppet
(¿quién le ponía los nombres a
los equipos?). Su táctica: plantarle un balonazo
en toda la cara al pobre Alan, que quedó traumatizado
e incapaz de acercarse a un balón, no vaya a
ser que se repitiera el impacto en plena jeta. Esto
le costó al New Team algún gol más,
hasta que Oliver, siempre Oliver, que lo tenía
que hacer todo él, como el gato de Hong Kong
Phooey
, le demostró que el balón era
su mejor amigo y no había que tenerle miedo.

Alan
descuida la portería y hace enfermero.
No es que se notase mucho su asencia, nos tememos.

Durante
el resto de la serie, Alan permaneció no en un
segundo, sino en un tercer plano, recibiendo muchos
goles de los jugadores buenos, aunque a veces demostraba
su valía parando algún balón. Muchas
veces formaba parte de una especie de muralla humana
para contener los megatones de potencia del Tiro
del tigre
. Se convirtió en el portero fijo
del New Team cuando Benji marchó a Alemania
Y atención porque el chaval llegó a ser
incluso internacional, jugando varios partidos debido
a la lesión de Benji (¡siempre igual!)
y la renuncia de Ed Warner, que estaba hasta
los huevos de estar a su sombra. El chico hizo lo que
pudo ante semejante papelón, un poco como Paul
Rodgers
con lo de Queen.

Hay
que entender que en el universo de Oliver y Benji hasta
los porteros daban la nota, tenian técnicas y
paradas especiales, y eran capaces de volar por el campo,
atajar con las manos cataclísmicos disparos que
agujereaban el cemento y jugar aunque el brazo les colgase
de un filamento. Aquí lo más “parecido”
en porteros sería Xilabert en su buena
época, o, si me apuran, El mono burgos
y sus tonterías. Digo en lo de dar la nota, claro.

En
realidad iba a por el de la cinta

 

Si
os fijáis, al principio del artículo me
he preguntado por el verdadero apellido del portero.
Y es que durante el primer campeonato la voz en off
que narraba todos los partidos (voz mítica que
debería de narrar los choques europeos entre
los galácticos y el equipo de turno) lo
identificaba como Alan Parker. Seguro que los
traductores no cayeron que ese nombre lo habían
sacado del director de Fama, entre otras muchas
películas. Cuando se dieron cuenta de que Alan
Parker había sido nominado al Oscar, decidieron
cambiarlo por Alan Crockett. El pobre chico podía
asistir perfectamente a la consulta de Frasier,
porque entre balonazos que le bajaban la autoestima
y crisis de identidad el chico podía haber acabado
peor que los de Doce monos.

Alan
tuvo algún momento de gloria en los episodios
del manga inéditos aquí, parando lanzamientos
especiales de los delanteros de Tailandia (uno
de los cuales jugaba en el Atleti), por ejemplo.
Ignoro que habrá sido del jugador, pues la serie
continúa en japón, y lleva continuando
varios años, habiendo cantidad de torneos que
nos lo hemos perdido. Imagino que si Ed y Benji vuelven
a lesionarse, tendrá que salir nuestro portero
favorito una vez más. Es la grandeza de una serie
como Captain Tsubasa y su universo, que hay sitio para
todos. O casi todos. A mí que queréis:
es que me daba pena el chaval.

Esto
lo pongo porque mola cantidad.