He sentido una gran perturbación en la Fuerza, como si mil lectores de toda la vida gritaran al mismo tiempo y de repente se silenciaran. No es para menos: lo más probable es que la haya causado yo mismo. Tras el caso de Pelaje y desprecio les traigo “MLP: Fighting is Magic: Tribute Edition”, el juego de peleas de Mi pequeño pony. Más de uno se está llevando las manos a la cabeza horrorizado al ver ponies en Viruete.com; y ni les digo cuando se pongan a leerlo y vean que este juego no-oficial que los utiliza como principal atractivo me gusta bastante. No se preocupen, no todo está perdido; yo también odio a los bronies.
Aquí iba un párrafo dedicado a los BRONIES -admiradores adultos de Mi pequeño pony: La magia de la amistad, el reboot de una franquicia 80s que dejó patitieso al de Transformers- y por qué los considero el peor fandom de todos los tiempos, pero finalmente preferí cortarlo. No estoy como para ponerme a rajar contra nadie ahora mismo. Lo voy a dejar en una simple nota que diga que cualquier grupo de gente que se posicione como mejores personas, más inteligentes, moralmente superiores... que otros fandoms, pero que se comporten exactamente igual de arrogantes, agresivos, auto-congratulatorios y mentalmente cerrados que éstos, me produce la misma repugnancia infinita y deseos de verlos aniquilados a todos (igual es por esto que me he tenido un odio propio letal desde hace unos años…). Hasta ahí lo dejo.
Vamo a calmano.
Por ahora hablemos del juego, que, para que se hagan una idea de la calidad, me recomendó un amigo que odia a los bronies más que yo. Tiene su sello de aprobación. ¿Tendrá el mío? Lo tiene: posiblemente sea el mejor fangame que he jugado.
Un poco más de contexto para ponernos en situación, sin pretender ser un documento 100% exacto…
En los primeros meses del programa televisivo, un puñado de bronies recién convertidos que se hacían llamar “Mane6” -en referencia a las seis ponies protagonistas de la serie- decidieron crear un juego de pelea amateur basado en su nueva afición. Como buenos bronies recién convertidos que fueron, los humos se les fueron tan a la cabeza que sus neuronas no veían nada por la niebla, y desarrollaron una visión. Éste no iba a ser un juego de lucha como cualquiera, no señor; éste iba a ser el mejor puto juego de lucha del mundo mundial con juegos de azar y mujerzuelas. Los gráficos iban a ser idénticos a los de la serie en cuanto a trazo y animación, la música iba a ser lo mejor de lo mejor de los remixes brony –con todo lo que ello implica…-, las mecánicas de juego iban a ser recontrasupermegaultra novedosas al tratarse de personajes que andaban a cuatro patas, el acabado iba a ser tan profesional que SNK y Capcom no tendrían más remedio que tirarse de una azotea al ver que cuatro gatos les habían ganado en su propio juego…
Pero también hacían gala de una sabiduría mayor que la de muchos otros creadores de fangames: no pensaban meterle oscuridadyrrealismo, siendo conscientes de que su material atraía al público de todas las edades, y planeaban darle habilidades caricaturescas a los personajes de acuerdo con el carácter individual de cada uno; no pretendían utilizar Mugen, perfectamente sabedores de que nada bueno ha salido del Mugen nunca; y se negaban a sacar demos, prefiriendo esperar a que el juego completo estuviera listo. El nombre tentativo de la criatura: My Little Pony: Fighting is Magic.
El hype fue gigantesco e ineludible… y terminó haciendo daño al juego sin que llegara a salir. Ríete tú del Daikatana. Una versión sin terminar se filtró antes de tiempo, y dos de los seis miembros abandonaron el grupo a raíz de ello. Tal beta, deduzco, fue sacada del Campeonato EVO, al que alguien llevó lo que llevaban de juego para publicitarlo. Como el EVO es un campeonato profesional que premia a los ganadores con dinero, Hasbro decidió que la cosa había llegado demasiado lejos y escribieron a Mane6 para decirles que pararan, o los iban a demandar y dejar de patitas en la calle. Fue el tiro de gracia, el 20 hit super combo finish, el fatality. Los cuatro que quedaban, prefiriendo evitar cualquier riesgo, accedieron (anteriormente habían escrito a Hasbro para pedir permiso, y supusieron que la falta de respuesta era luz verde para seguir). De esta forma, “La magia de pelear” llegó a su fin.
¿O no? Pues no solo hizo acto de presencia Lauren Faust, creadora del reboot, tiempo atrás alejada de la serie –se puede suponer que al sentir que Hasbro la hacía a un lado para imponer su mentalidad vendemuñecos de toda la vida-, quien se ofreció a crear personajes parecidos a los originales, pero legalmente distintos, para que Mane6 pudiera completar su juego y lanzarlo a la venta legítimamente (el venidero Them’s Fightin’ Herds), sino que además la beta filtrada fue modificada por varias terceras partes, dando lugar a fangames de un fangame. ¡La leche en vinagre! La mayoría son trastadas más centradas en flipar a la audiencia que en hacer un juego (a punta de meter personajes rocambolescos o directamente inventados, sin ton ni son); la buena es esta “Edición Tributo” de 2014, basada directamente en viejas ideas de diseño que Mane6 nunca llegó a concretar y tristemente descontinuada ahora que TFH está próximo a ser algo real. Pero Fighting is Magic se fue como entró; triunfante.
El menú principal dice “Story”, pero no hay historia, ni –como hizo notar Faust en su momento- podría haberla: simplemente eliges un pony y te das tortazos con el resto (incluyendo por un clon de tu propio personaje, que siempre es el primer oponente). Hay seis personajes elegibles (cuatro adicionales se quedaron en el tintero), que son las mentadas protagonistas: Twilight Sparkle, unicornio sabelotodo y heroína principal del programa; Rarity, modista, sofisticada y favorita personal; Rainbow Dash, la atleta “macha” y fanfarrona a la que -ciertos- bronies se agarran más duro porque es lo más parecido que hay a ellos; Fluttershy, tímida y miedosa (waifu de medio mundo); Applejack, la “del campo” que no se anda con tonterías y no se quita el sombrero de vaquera ni para dormir; y Pinkie Pie, la “random” que hace gracias inesperadas de pronto, está un pelo tocada y, si fuera humana, probablemente se metería a Yahoo! Respuestas a preguntar si el creepypasta aquel del muñeco de Tails pasó de verdad. Naturalmente, cada una dispone de un estilo de lucha distinto que la hace más o menos capaz en ciertas situaciones: Twilight lanza magia contundente como un Hadouken y se teletransporta para evadir ataques; Rarity desentierra piedras preciosas para lanzarlas desde lejos (incluso en las nubes); Applejack pega coces, se lanza a dar codazos como una luchadora, enlaza al oponente para atraerlo hacia sí, etc.
Los personajes se controlan con cuatro botones, identificados como A, B, C, y D. A, B y C son ataque débil, medio y fuerte respectivamente, y D es “magia”, que puede utilizarse por sí solo o en combinación con movimientos de flechas y que suele ser más poderoso que los otros tres, pero que gasta un medidor en forma de hexágono que tiene cada personaje junto a su barra de vida. Las piezas de los bordes de este medidor indican cuánta magia queda, y la del centro significa cuánto falta para que se llene otra pieza. Cada una se comporta distinto, también, a la hora de recargar su magia: Rainbow Dash lo hace quedándose quieta, y Fluttershy, ordenando a todos sus animales que regresen por donde vinieron, pero Pinkie no puede, y debe esperar al comienzo del round siguiente.
Una característica que me resulta sumamente grata es el sistema de combos. No soy ávido jugador de lucha, y mi conocimiento no abarca muchos juegos de dicho género, por lo que no he podido probar uno en el que los combos sean fáciles de hacer para el principiante. En Street Fighter es un milagro si encadeno un puñetazo débil con un Hadouken. El Mortal Kombat clásico y su “atínale a la mente del programador como en las aventuras conversacionales, pero con golpes” me disgustó toda la vida. Y los del Killer Instinct deberían estar penados por la ley internacional. Fighting is Magic emplea unos combos como los de Marvel vs. Capcom o Skullgirls, pero simplificados. Una vez que se le agarra la mano (o la pezuña), es posible hacer combos lo suficientemente satisfactorios; yo suelo lanzar a la otra pony por los aires (con diagonal abajo+adelante y C), mantenerla unos segundos en el aire a golpes y rematar con un super movimiento. Nunca me había sentido poderoso ni capaz de conseguir algo, por menor que fuera, en un juego de peleas hasta que jugué éste.
Lo cual probablemente no era la intención de SquirrelNET, los nuevos desarrolladores, contra los que tuve la ocasión de jugar en línea cuando el cliente web que utilizaban para tal fin existía, y eran unos juarcors de aquellos que no solo se las saben todas para aniquilarte más que ganarte, sino que basan su juicio de tu persona en lo bien o mal que juegues comparado con ellos. ¿Y luego por qué se avergüenza uno?
El modo para un jugador es diabólicamente difícil, y los combates se ponen cerrados prácticamente desde el principio, hasta que aprendes a ganarle a la computadora por los pelos de la crin; pero entonces el juego se termina enseguida con cada partida, ya que no hay jefe final de ningún tipo. Faltan muchas otras cosas: elección de dificultad (la que más duele), un menú de opciones más completo tanto en el Fighter Maker como dentro del juego, un modo práctica (y muchos modos más), el que la computadora no tome los mismos colores que tú cuando peleas contra tu personaje… pero lo que hay es tan entretenido y tan gratificante (en el sentido de “¡lo conseguí!” en vez del de “ahora tengo de qué jactarme”) que, mientras dure la exaltación, nada de lo que falta se extraña.
En mis críticas de juegos lo normal es reducir los gráficos y el sonido a un solo párrafo. Gráficamente se ve fenomenal para ser amateur, imitando a la perfección el estilo de trazo de la serie y a menudo también el de animación (supuestamente una razón principal para que Hasbro interviniera: el público de afuera podía haberlo confundido con un producto oficial). En exclusiva para Virucom les comento sobre el sonido, que me pasé un buen tiempo evitando. La música… pues concuerda perfectamente con la clase de mamarrachos que la compusieron y que la escuchan. Las voces, unas veces son actrices de doblaje amateur y otras veces son audios tomados directamente de la serie. Solo a través de ellas se pueden escuchar las frases de victoria, de entre las que sobresale el “¡Gané! ¡La pantalla dice que gané!” de Pinkie Pie. Los efectos sonoros… están ahí.
En conclusión: Los aficionados a los ponies, no lo duden. Los aficionados a los buenos juegos de lucha que busquen algo desafiante pero razonable, aquí tienen una opción bastante interesante. Y los jéiters, no se pierdan la ocasión de matar a sus ponies más odiadas a porrazos.
El autor es artífice de un fanfic que escribió para no tener que leer los de nadie más, y que su hermana insiste en que debería cambiarle todos los nombres y venderlo como unas Cincuenta sombras de Gray cualesquiera. A otro zorro con esas gallinas, maldición. ¡Léanlo aquí! Con suerte hasta termina la secuela antes de este año y todo.
¿Quieren bajarse el juego? Lo tienen por aquí. 341MB.
[Imágenes del juego robadas de Google Imágenes y tomadas de icedragonnet.blogspot.com, vsrecommendedgames.wikia.com, blogocio.eleconomista.es, varias instantáneas de YouTube, errornotfound.org, y www.roundstable.com]
Después de furrys, bronys. ¡Menudo menú nos vas sirviendo! ¿Qué será lo próximo, monográfico sobre Chris-chan?
Podría soltar otra parrafada sobre el fandom a lo lurker cotilla antropólogo de fandumias que soy, como con el de los furrys, pero me temo que no iría a juego con las nobles intenciones de promocionar un producto del artículo. Además, sería volver a repetir el horror sobre fetiches sexuales.
Soy un manta en cualquier juego de lucha, personalmente me tira más cualquier cosa single player, campañas, modo historia, misiones… así que en el género de lucha no llego ni a casual. Aunque me molan modos extras como el de Soul Calibur 2 y Mortal Kombat, esos orientados a hacer misiones y desbloquear chorraditas. Poco puedo añadir.
¡Encima escritor de fanfic, menuda pieza estás hecho! 😉 Por lo menos la web actualiza, cosa muy de agradecer.
En el fandom de Sonic ya me metí como a los 13/14 años, y entre más afuera permanezca por el resto de mi vida, mejor 😛
Así les va. Mucho «amor y tolerancia» profesan, mucha «magia de la amistad» han aprendido, pero luego se te lanzan encima como tigres hambrientos en el momento exacto en que se te ocurra decir algo con lo que no estén de acuerdo, y están obsesionados con exterminar o convertir a sus supuestos enemigos… y así no funciona.
Por lo menos la web no anda robando ni matando por ahí ni drogándose, y además i-mockery.com era peor. XD
Lo jodido es que el gameplay es bueno, que el juego lo estaban haciendo con vistas a ser competitivo
No tiene mala pinta, pero me parece como súper marciano el concepto
No es por pinchar ni nada, en serio, pero ¿qué le ves exactamente de «marciano» al concepto? Es un juego de luchas protagonizado por personajes populares, lo mismito que cualquier otro juego de lucha. Lo único diferente que tiene es que es fanmade. ¿Marvel vs Capcom también te parece «marciano» entonces?
Marvel y Capcom tiene personajes «combatientes», pero My Little Pony es «La amistad es mágica». A eso me refiero. Me pegaría más un plataformas o algo así.
Siempre pensé que debió haber existido algo como el Lost Vikings, de aprovechar las capacidades individuales de cada personaje para resolver puzzles, pero jamás lo hubo. Si tuviera la capacidad, la verdad es que lo haría yo mismo y todo.
Si vieras la serie, te darías cuenta de la cantidad de madrazos y palizas que se meten estos ponis… Si hasta una de ellas luchó contra un centauro demoníaco al mejor estilo de Dragon Ball Z, con Henki-Damas y todo.
Lo de Them’s Fighting Herds o como se llame no me convence, leches, si no soy fan de la serie me vale madre un juego inspirado en su estética, y si soy fan pues para que quiero ver a un montón de personajes de mala imitación, es un quiero y no puedo burdo solo para darle por su lado a un puñado de abogados parásitos, en ese caso quiero ver ponies, no copias veladas.
Ademas con la burrada de fan material que pulula por la red es ridículo de Hasbro tomarlo con este juego en particular, primero que traten de borrar todo el Rule 34 si son tan machos.
Eeeeeeen fin, me gusta la serie pero no me considero brony, tengo varios de los cómics y si puedo ver un episodio lo veo, pero tampoco me pongo a seguirla al pie del cañón, y de hecho me he quedado atrás del todo con estas dos ultimas temporadas, de hecho creo que centrarse tanto siempre en las mismas ponies le hizo mucho daño a la serie, debieron haberla hecho mas coral, personajes no les faltan. A como estamos ya para este punto se siente que son los mismos personajes aprendiendo variaciones de las mismas lecciones una y otra vez. Las fanbases harcore son repugnantes en principio general ya sean de Crepúsculo, Star Wars, Dragon Ball, My Little Pony, Pokemon o El Chavo del Ocho, no creo en distinciones.
Eso si, Rarity es mai waifu. La hermana rara de Pinkie Pie, la de la obsesión con las piedras, también me da cierto juju raro raro y preocupante.
Yo sí estoy interesado en el TFH, más que nada para ver la mitología completa del universo en el que piensan situarlo. El juego mismo ya se sabe que es éste, pero camuflado.
El porno no hay forma de eliminarlo. Es como la hidra; córtale una cabeza y le salen dos más. Disney en su día también trató de acabar con la Regla 34 de sus obras, y no pudieron.
Es innegable la erótica de este juego.
Rarity enamora con la mirada.
Un videojuego de ponys que se meten de hostias…gracias por joderme la infancia, hombreya
yo arrasare todo a mi paso con reinbow dash