El mundo patatil nunca descansa, y el éxito de nuestro último podcast sobre el tema nos ha dejado algo claro: queréis que sigamos la actualidad… de las patatas fritas. La situación Yemen o las protestas de los indignados no son nada comparadas con lo apasionante del mundillo de los aperitivos. Por fortuna, en Lays se esmeran en que tengamos cosas que comentar para que estemos entretenidos. Pan y Circo, o mejor, patatas y La Noria para el pueblo.

Hoy hablaremos de dos sabores nuevos de esta marca: de hamburguesa y de mojito. Una de ellas es una propuesta con cierta lógica (toda la que puede tener el mundo patatil). Al fin y al cabo, las hamburguesas se suelen comer con patatas fritas, menos en Logroño, que se las comen con coles de Bruselas, según tengo entendido. Lo del mojito es ya más peregrino: ¿hay de verdad una demanda para patatas con sabor a bebidas alcohólicas? La respuesta es un contundente : hay demanda de cualquier cosa que tenga que ver con el alcohol. Las patatas fritas sabor calimocho, para los jóvenes, a cerveza o a Martini con limón, para las chicas, están a la vuelta de la esquina.

 

 

O quizá no. Porque evidentemente, las supuestas Lays sabor a Mojito a lo que saben en realidad es a lima con mucha azucar. Y ya. A ron, desde luego que no sabe, pero si os gusta la idea de unas patatas dulces, quizá os convenza.  ¿Y las de hamburguesas? Pues… a pepinillo. Alguno ya estará viendo a donde voy a llegar. Y sí: estos dos sabores no son más que la reencarnación de dos sabores que ya habíamos visto anteriormente: las Ruffles sabor a pepinillo (Burger) y las Lays sabor a lima (Mojito). ¡Lays se ha marcado un reboot que ni Star Trek o DC Comics!

 

 

 

 

Pero todo reboot trae cambios. En este caso y como habréis supuesto, lo encontramos en las de sabor hamburguesa, ya que han pasado de ser patatas rizadas a lisas, y de gruesas, a finas. Un pequeño cambio que sin embargo, y como muchas de nuestras lectoras sabrán, supone un mundo. Aún así y como todos sabemos, cuando el bocado de tu Whopper lleva un cacho de pepino, este sabor eclipsa el resto, así que sí que tiene cierto parecido. Pero hay otra diferencia, esta vital, con respecto a las primeras Ruffles Pepinillo. El sabor de la nueva propuesta es ligeramente más suave que el que tenía la primera intentona, así que nos ha convecido. ¿La prueba? ¡Que el Virugato, por primera vez, ha gustado de lamer un poco la comida en cuestión!

 

 

Aquí lo tienen. Al Virugato le da lo mismo que sepa a BigMac, Whopper o las hamburguesas del Telepizza (¿alguien se ha atrevido a probarlas?). Lo que le gusta es que está saladito. Sin embargo, el sabio animal optó por despreciar las de mojito. Y no me extraña: ¿habéis visto alguna vez un gato pidiendo un mojito en un bar de copas? Si fueran de orujo, otro gallo cantaría, pero los mininos pasan olímpicamente de la lima y el azucar. Vosotros, los… esto… humanos, seguramente lo encontraréis bastante placentero.

 

 

No quiero dejar de reseñar que estas dos sabores vienen acompañado con una cierta campaña de branding para diferenciarlas del resto de Lays: la bolsa es alargada y con un diseño diferente, con el sabor imitado identificado con una imagen representativa: En el primer caso, por una hamburguesa de esas que venden en el Día en paquetes de dos. En el segundo, el supuesto vaso de mojito parece que tiene que ver más con los mocos verdes radioactivos que crearon a las tortugas ninja que con un vaso de mojito: claro que para lo que te ponen en algunos sitios, casi prefieres que te pongan mocos verdes. Y con todo… están ricas.

Un grupo de expertos catadores patatiles en plena faena

 

En Lays aprovechan este lanzamiento para promocionar la última maniobra publicitaria del sello. No: no se trata de una colección de cromos con los éxitos de Musique de Merde. Pero es una idea casi tan fabulosa: la de inventar un nuevo sabor para la marca. Y uno solo puede fantasear con lo que podría salir de ahí: ¡Curry! ¡Recuperar las Ketchup Heinz! ¡Morcilla! ¡Bollo de la pantera rosa! ¡O sabor Pollas, como los fideos kung-fu!

 

 

En la página de la web encontramos además, una serie de vídeos para que el personal se anime, como las Lays Burrito (con vídeo incluido con las ya quemadísimas máscaras de lucha mexicana) o a un David Bisbal comentando sus sabores favoritos y demostrando su dominio multimedia: lo mismo dice las paridas en Twitter que en Youtube. Las propuestas de los “oyentes” van de lo lógico a lo cachondo: así tenemos unas muy factibles patatas sabor a mostaza a otras llamadas “Condemor”, que compraría de seguro. O mis favoritas: Lays sabor “normal”. Ojalá sea aprobada: el resto de sabores serían, automáticamente, anormales.

 

 

Lamentablemente nadie a tenido la sanísima idea de crear unas Lays sabor Cocaína, que de seguro iban a arrasar en nuestro país. En el catering de cualquier rodaje de cine o TV seguro que solo las servirían, y todo el mundo encantado. No tardarán. De momento, disfrutad de estos dos sabores, que tienen nuestra aprobación y la del virugato, y que parece solo estarán disponibles durante un tiempecito. Tendremos toda la vida para añorarlas, como a las Ali-oli olé.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ti-Lung quería crear un nuevo sabor para unas patatas fritas de Lays

– ¡Mi tener grande idea otra vez!  Mi mezclar perejil, judías verde, un dedo de Hulk, Blandi-blub  y Ajax Pino para dar aroma. ¡Ji, ji, ji! ¡Seguro que estar riquísimo, grande cúa!

Pero el simpático furby no se atrevía a probarlo, así que se lo dijo a su amigo Mo-Tai, el más tagón de todas las nubes.

– Pol favol, tú probar este invento mío – le pidió Ti-Lung-

– Mi hambre cua… Ñam, ñam – le contestó Mo-Tai, para luego exclamar – ¡PTRRRR! ¡Mi no gusta!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Inmediatamente, Mo-Tai comenzó a sentirse mal y se tumbó en una mullida nube.

-Ay, ay, ay, mi malito, pol favol. Mi sentirse mal, peor que después de ver Transformers II. Mi doler tripita.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

– ¡Arrea mi vieja! – gritó Ti-Lung – ¡Tú transformarte en algo… algo… horrible!

– Mi ser Furby Superior,  el primero de una nueva raza. A partir de ahora mi llamarse… El alto evolucionador fugi. ¡Baila, fugi!

Mi ser un nuevo dios, me voy a crear vacas inteligentes y a hacer video playlista en La casa encendida.

Ti-Lung, muy preocupado, comprendió que debía deshacerse del peligrosísimo líquido.

-Mi tener que echarlo en algún sitio donde nadie se de cuenta. Que pase desapercibido.. ¡Mi ya saber!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

– Aquí nadie darse cuenta… total ¿dónde se ha visto que a un alemán le gusten los pepinos? ¡Ji ji jiii! ¡Due!