Se cumplen 25 años de esta campaña para animar a la población a usar más el (por entonces renovado) Metro de Madrid. El videoclip fue una visión frecuente en las desconexiones regionales y creo que se emitió en la TV nacional algunas veces para vender esa imagen joven, fresca y alegre del transporte público, un metro que se coje en Ciudad Universitaria y te lleva hasta Sol para comprar en Galerías Preciados. Según su intérprete, en el Metro «la gente baila y es una fiesta estar allí». Sí: de hecho ahora han puesto portero y sino le gusta tu pinta no entras. Así era el metro en los 80, amigos: lleno de pibones y de «movida nacional», un sitio donde ligar, limpio y puntual. O eso dice la leyenda.

Volviéndolo a ver tras tantísimos años descubrí  muchas cosas, pero quería centrarme en dos: una, que me recuerda a este videoclip de Russ Abott, aunque sin llegar a las cotas de este pequeño clásico de las gilicanciones británicas. Y dos, que su compositor y cantante es el mismísimo Gonzalo, en lo que fue su última incursión como vocalista. ¿Y quién es Gonzalo, os preguntaréis? Pues nada más y nada menos que el mitiquísimo Bruno, el ídolo adolescente de Verano Azul.

Tengo un cariño especial a Bruno porque gracias a él me llevé una gratísima sorpresa hace ya… ¡más de 8 años! Viruete.com llevaba unos meses en funcionamiento y en algún texto había comentado algo sobre Bruno / Gonzalo y lo imposible de encontrar sus canciones ¿O quizá fue en aquel foro de Melodysoft? En cualquier caso, una chica lo leyó y ripeó un rarísimo single de su propiedad para que pudiera tener las canciones, que os aseguro no estaban en Emule, Kazaa o Audiogalaxy. Hasta escaneó la portada en alta definición, para que tuviera la foto del inmortal autor de Soy como tú o Te doy lo más. No recuerdo su nombre, pero siempre le estaré agradecido. Fue una de las primeras muestras de cariño de un lector (lectora en este caso) y nunca se me olvidará.

«Le ha mordido una de esas cosas… ya no hay nada que hacer»

En aquel capítulo, Gonzalo se interpretó, básicamente, a si mismo. El cantante había comenzado su carrera recientemente como producto destinado a las jovencitas, un efebo de babosísimas baladas y ocasionales arranques pop para no dormir a las pobres adolescentes de los 70 (a tu madre le gustaba Gonzalo, por ejemplo). Su primer éxito llegó en 1977 con Soy Bellísimo, versión de una canción italiana en la que nuestro héroe se destaba con un polémico «a la mierda mi cuerpo», que bien podría considerarse como un antecedente del emo, dado los niveles de autocompasión y sufrimiento que transmite la letra. Su flequillo pre-Justin Bieber (se dice «biiiibeeeer») y atormentada mirada ayudaba a complementar el cuadro.

El chico no dejó de sacar singles pasteleros durante los 70 y principios de los 80, y estoy convencido de que muchos no le conocían hasta que Mercero le hizo actuar en aquel mítico episodio. En 1983 participó en la OTI con el tema Quien piensa en ti, que trataba de modernizar un poco su sonido utilizando sintetizadores y programaciones. Total para que cuando acudiera a dicho festival tuviera que tocarla con orquesta porque los organizadores no habían localizado los teclados y aparatos necesarios para reproducir un sonido similar: ¡los ídolos teen también tienen sus momentos Spinal Tap!. Ni que pidiera el tío unos cacharros extraterrestres. La canción no ganó ni mucho menos, pero triunfó especialmente en sudamérica (como siempre), donde comenzó a componer canciones para otros artistas.

Aquí en España nunca dejó la segunda división. Estoy convencido de que su corte de pelo jugó en su contra: como ídolo tenía los típicos bucles de la época, pero ya como cantante algo más adulto tenía una pinta tremenda funcionario sin alma (valga la redundancia): de ahí que al final acabara haciendo canciones a favor del transporte público de la comunidad. Visto hoy en día, en alguno de esos vídeos se da un escalofriante parecido con el padre Apeles.

Lo peor es que de esta época tiene varias canciones que me hacen bastante gracia, como la balada Vuelve o esta exploitation de Maniac de Michael Sanbello , toda una canción del entrenamiento a descubrir.

Realmente todo esto lo descubrí a posteriori, claro: de lo único que tengo recuerdo es del tema La felicidad y de este vente al metro, tras el cual el hombre deja los escenarios y se dedica a otros menesteres. Pero le debemos mucho. Muchísimo: no solo nos regaló a Bruno y el metro, sino que en los 90 fue el descubridor de Ella Baila Sola. Y nunca se lo podremos agradecer lo suficiente. De hecho, el grupo continúa, ahora como EBS, con una suplente de la morena y, de nuevo, con Gonzalo Benavides como manager. Javier Álvarez era otro de sus protegidos. Vista su faceta de mecenas solo podemos decir una cosa: ¡Gonzalo, vuelve! El metro te necesita. ¿No estaría guay una canción sobre el metro ligero de Somosaguas, o los tranvías que hay en varias de las ciudades del país? ¡Vente al tranvía, es una fiesta todos los días!