El mundo de los niños está lleno de reglas aborrecibles: callar cuando los mayores hablan, no levantarse de la mesa hasta que se les dé permiso, no aceptar caramelos a la puerta del colegio de gente con gabardina y gafas oscuras, no ponerse calcomanías con dibujos de Mickey Mouse o estrellas azules porque tienen droga que se absorbe por la piel…
Pero la que uno siempre recuerda con una mezcla de nostalgia, ternura y dolor, como un veterano recuerda su encierro en Colditz o un bisexual recuerda su primera sodomía, es aquella regla de oro: LAS DOS HORAS DE DIGESTIÓN. La digestión era esa cosa de la que el resto del año no se oía hablar, sino que era exclusiva del verano, como los helados Frigo (Royne había todo el año), el poder sentarse a comer sin camiseta y el amigo zopenco al que le han quedado tres asignaturas aunque está en 4º de EGB.
La escena es de sobras conocida: permiso para abandonar la mesa concedido, manos y cara lavadas y derecho a la piscina. ¡HALT! – ordena el adulto al cargo, con su potente advertencia de la Gestapo – ¡Dos horas de digestión antes del baño, prisionero, raus! Y de nada sirven llantos o alusiones a la Convención de Ginebra. La digestión es sagrada, y no iba a ser yo el hereje que renegase de ella.
La digestión se desarrolla generalmente como sigue:
1. Se sienta uno a esperar. Pasan dos minutos, el tiempo se hace eterno. Va a preguntar si ya es la hora.
2. Continúa la tediosa espera. Apoya la cabeza en las manos, y los codos sobre las rodillas. Pasan tres minutos, va a preguntar si ya es la hora.
3. ¿Quién le pone el cascabel al gato?: La última vez me ha tocado preguntar a mí, ve tú ahora y pregunta si ya nos podemos bañar.
4. Aún quedan una hora y cincuenta minutos, el adulto propone diversas alternativas al baño, para hacer más corta la espera. Las dos más comunes:
4.a) Échate un ratito, y así luego te levantas fresco y descansado.
Vamos a ver; en la siesta, como en muchas otras cosas en la vida, hay ciclos. Al igual que pasas por una temporada en la que te dejas de poner la coronita de cartón de Burger King (aunque luego llegas a la edad en que te encanta dar la nota y te la vuelves a poner para ser el gracioso de la panda, so mongolo), hay una oscura temporada entre la lactancia y los 17 años en que «siesta» es considerada una especie de enfermedad. Además, si hay más de un niño, el resultado del intento de siesta es que hay tragedia al final, cuando al quinto aviso de que dejen de descojonarse vivos y saltar en las camas, viene el tren del azote.
4.b) Jugar a algo. Sí, lo malo es que todos los juegos que se te ocurren implican la interacción con el agua: 1X2, Marco Polo, A Ver Quién Aguanta Más Bajo El Agua, o cualquier otra prueba del Decathlon Casero Estival. Como no falla que alguien esté echando la siesta y no te dejan «montar jaleo», la otra opción es coger uno de esos juegos de mesa que todo el mundo tiene «en el pueblo» (Me molaría muchísimo jugar al Hero Quest. – Ah, yo lo tengo – ¡Qué bien! ¿Jugamos? – Es que lo tengo en el pueblo), en cuyo caso, la escena resultante se suele parecer a la de la siguiente imagen:

Efectivamente, al contrario de lo que las cajas de los juegos de mesa antiguos nos hacían creer, jugar toda la familia no tiene por qué ser una electrizante diversión. Se puede apreciar cómo rezuma el júbilo de los participantes de la dichosa partidita de parchís para seis jugadores. Y la piscina ahí, a más de una hora de distancia, mientras nuestro maldito aparato digestivo se las entiende con el dichoso platito de paella.
5. La cansina peregrinación hasta el adulto de turno cada dos/tres minutos desemboca en varias broncas por parte de este, que ya está hasta los mismísimos.
6. Todo en la tele se antoja un coñazo. Al que decidió que era buena idea programar pelis del oeste en la sobremesa del verano habría que molerlo a palos. Vuelta a preguntar si ya ha pasado el tiempo estipulado. La respuesta es la misma.
7. Agravio Comparativo. Para tu horror, el típico amigo cuyos padres le imponen un reglamento bastante liviano (por lo cuál acabará llamando «puta» a su madre con doce años, cuando esta le pille fumando y le regañe), se tira al agua que tú llevas admirando entre suspiros desde la distancia cual maduro baboso en la Lolita de Nabokov, y empieza a solazarse. El argumento «Nacho se está bañando» es rebatido por el adulto en cuestión con un contundente «peor para él».
8. Las ansiadas triquiñuelas. Al igual que cuando te pica una avispa y todo el mundo conoce el mejor remedio casero, existen mil y una formas de burlar a la insidiosa digestión. Las siguientes son las más comunes:
8a) Mojarse la tripa y la nuca primero, y luego meterse. La nuca es un punto clave en la digestión, es de público conocimiento. Ya puestos, ¿por qué no mojarnos también el empeine izquierdo y sujetar un trozo de pimiento bajo la axila derecha?
8b) Meterse despacito, hasta las rodillas. Retroceder. Dejar secar. Volver a meterse, esta vez un poco más. Salir. Dejar secar. Este sistema funciona, básicamente porque para cuando llegas a la cabeza han pasado las dos horas y ya te puedes bañar como una persona normal.
8c) Meterse de golpe. Si a alguien se le ocurrió cocer percebes y abrirlos a ver si dentro había algo comestible, no veo por qué no pudo algún genio pensar «seguro que si me tiro de golpe al agua, dejo al aparato digestivo tan flipado que me perdona la hora y cuarto de digestión que me queda».
8d) Meterse inmediatamente después de comer. De ese modo, el cuerpo se acostumbra a la temperatura del agua y puede ponerse jugos a la obra sin molestas interrupciones. El otro argumento es que así el cuerpo no empieza a digerir y no hay peligro de corte. Muy lógica reflexión, caso de que esperes cagar íntegro el plato de paella grano a grano y langostino a langostino.
9-12) Turno de ruegos y preguntas. «Déjame bañarme, porfa, porfa, porfa, porfa», intercalado con «¿Ya son las cinco? ¿Son ya? ¿Cuánto falta? ¿Han pasado ya dos horas?»
13) El Tratado de Tordesillas. El adulto acaba tan hasta los cojones que te deja bañarte. Y la digestión nunca se te corta.
Cada día se reduce el número de pasos en uno, hasta que hacia mediados de julio la digestión es la viva imagen del pito del sereno. Un buen día, poco después, Nacho nos sorprende y se decide hacer la digestión por iniciativa propia, esgrimiendo el poderoso argumento «tengo yo una prima que un día…» . El principal inconveniente es que nadie se preocupa de explicarnos nunca qué pasa exactamente cuando se corta la digestión, de modo que Nacho, a quien se le suelen escapar las historias de las manos, termina contándonos una milonga que involucra hemorragias, operaciones, transplantes de ojos, y perros de forma incierta surgiendo por las esquinas de las habitaciones.
Suerte que, por lo que se ve, el desayuno y la merienda no hace falta digerirlos.
Más de un millón de años de digestión tiene ese pobre diablo. Ni dándose agua en la nuca, oigan.
Acabas de clavar exáctamente mi infancia veraniega.
Sólo falta el vecino imbécil que venía a mi casa cada dos por tres a atormentarme cual sanguijuela.
Y aún no he visto un corte de digestión ni conozco a nadie que le pasara.
Lo jodido sería que después de dos horas de espera te metieras en el agua y se te cortara la digestión, cosa que creo que puede pasar porque ví en un documental hace años que la digestión tarda 6 horas en hacerse al completo, y también me enteré que el fenómeno llamado «corte de digestión» no es tal, sino que responde a otro padecimiento que no recuerdo cual es.
Pero claro, como diría alguna abuela, «los niños son de goma».
Nosotros al final ya jugábamos a Rol directamente a la hora de la siesta. Aquellos módulos cortitos que venían en La llamada de Cthulhu eran ideales para la piscina.
Pues yo sí sé de casos de corte de digestión, y me río yo de las campañas disuasorias de la DGT. El día que Valeria vomitó sangre todos cambiamos de idea respecto a saltarnos las dos horas y media (En Asturies al menos eran así).
Y aparte de pelis del oeste,echaban el interminable y soporífero Tour de Francia…
La de patrañas que nos metían los adultos solo porque aún no conocíamos cómo funciona el mundo (ellos tampoco claro). A mi me decían que era una hora. ¿Pero eso como funciona?, ¿a la hora y 59 minutos aun te puede dar el corte?, ¿a las dos horas y un segundo ya no te da?. ¿Y si alguien tiene un cuerpo más lento y le da el corte a las 2 horas y media?. Y eso que antes no había «saber vivir», el terror de las enfermeras, médicos e hijos de este país.
todos los años hay muertos por corte de digestión, yo conozco algun caso, seguro q si leyeran el articulo se reirian un monton
Pues según mi profesor, los cortes de digestión no existen. Para él solo són una leyenda urbana, que le ocurren al que cree en ellos…
Pero bueno, yo no sufrí demasiado en ese tema, ya que frecuentes infecciones de oido en mi niñez me hicieron no visitar demasiado el mar… Y con 24 años me diagnosticaron «otitis crónica» (y sin anestesia!) y sigo sin ir.
Si a alguien se le corta la digestión, le ruego me explique qué se siente.
Como todo el mundo, me ha tocado esperar dos horas para poder volver a jugar en el agua. Y como todo el mundo, he considerado el corte de digestion un invento de los adultos para fastidiar la sobremesa veraniega.
Pero resulta que no es una leyenda urbana. Una busqueda en google nos lo aclara rapidamente:
Corte de digestion
Por no hablar de ciertos revolucionarios padres que nos dijeron que en verdad la espera era de MEDIA HORA.
Pero yo recuerdo como en cuanto me salió pelo en el pecho se acabo la espera por el corte de digestión, justo el mismo año que ya no me gustaba irme a la piscina.
Me he reído a carcajada suelta, pero qué cutres fueron nuestras infacias madre mía. Yo no dudo de que el síndrome de hidrocución exista, el problema es la asociación de este fenómeno con la digestión y la consecuente y arbitraria espera de las dos horas. Una hidrocución puede producirse con el estómago totalmente vacío.
Mis padres eran de los que tenían poca paciencia y bastaba un par de insistentes porfa, porfa y ya estábamos en el agua. Eso a principios del verano, a los dos días, nadie quería oir hablar del famoso corte y el tema se evitaba mediante un estricto protocolo: después de comer, los adultos iban a tomarse el café y los niños desaparecíamos rápidamente de allí amparados en un hechizo de invisibilidad (es decir, que los padres miraban para otro lado como quien no quiere la cosa)
La naturaleza es sabia.
De pequeño, al acabar el platazo paella, nada me apetecía más que darme un chapuzón; si podía dármelo no pasaba nada. Hoy en día, después de una copiosa comida, sólo me apetece apalancarme en un sofá o similar. Estoy seguro de que si por alguna razón tuviese que ir a bañarme me pillaría un yuyu de esos…
creo que reflejas muy bien lo que todos hemos vivido, aquellas dos interminables horas, jajaja, y excelente referencia a los perros de Tíndalos 😉
Yo sigo pensando que la mejor medida para evitar un corte de digestion es meterse en la piscina con el tupperware cargadito de tortilla y filetes empanados y comer alli mismo. Ademads, como el tupper y los cubiertos de plasticorro flotan, no necesitas mesa ni nada.
Juas, que recuerdos.
Yo recuerdo que conforme pasaban los años la digestión se hacia antes, por lo que se ve.
A los 4 o 5 años te decian que 2 horas. a los 7-8 que 1 y cuarto y a los 10-12 que 45 min. después ya ni lo intentaban los pobres.
Desde luego todo el mundo conocia (tus propios padres te lo contaban para acojonar) la histroia de la niña (que por cierto siempre que se tenia que ahogar alguien o que un desagüe le sorbiera las tripas, era una niña.) que se quedó totalmente rígida nada mas meterse y se murió.
El corte de digestion y la tarea del veranito, que mi madre me obligaba a pedir todos los años(aunque aprobara siempre) hicieron de mis veranos algo peor que el infierno.
Otra putada tambien eran las siestas obligatorias, a ver que crio es capaz de echarse la siesta en verano a 40º en casa por dios!.
A mí la jodienda que más mal rollo me creó era la de la niña cuyas entrañas eran absorbidas por el desagüe de la piscina. Nunca más a partir de ahí, pude bucear por los fondos de mosaicos azules de las piscinas de cualquier cámping, complejo o hotel.
Tampoco entiendo porqué ponen las duchas de antes de meterte en la piscina a temperaturas cercanas a la de la congelación, además los cabrones de tus padres, te agarraban de tu bracito o directamente del bañador, para que no huyeras, y te metían bajo el gélido chorro durante más tiempo del que podías soportar, mientras balbuceabas palabras sinsentido y se te amorataban los labios.
De eso de los intestinos y la depuradora escribió Chuck Palahniuk una cosa en su apestosa novela «Fantasmas». Yo esa leyenda urbana me temo que me la perdí.
Wally, creo que no es sólo una leyenda urbana. Yo me acuerdo de haberlo visto hace unos años en un telediario y además:
DESVISCERACIÓN
Además del atrapamiento del cabello y el cuerpo que dan como resultado el ahogamiento, ha habido reportes de incidentes en los cuales la succión de los drenajes en piscinas y spas ha sacado los intestinos del cuerpo (Hultman & Morgan, 1994; Porter et al., 1997; Gomez-Juarez et al., 2001).
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En USA, por ejemplo, 18 incidentes de desvisceración fueron reportados a la CPSC durante un periodo de 20 años (CPSC, sin fecha). En UK, una niña de 6 años sufrió un prolapso rectal luego de haber sido succionada por un drenaje de piscina al cual le habían retirado la rejilla (Davison & Puntis, 2003). El drenaje, el cual estaba localizado en la segunda escala de acceso al agua, no había sido recubierto luego de la limpieza. Las tapas de los drenajes en piscinas y tinas de hidromasaje pueden quebrarse y rajarse, o soltarse y perderse. Si una persona se sienta sobre una tapa quebrada o un drenaje descubierto, la fuerza de succión resultante puede causar la desvisceración.
Me habéis dao la comida cafres…Yo recuerdo que eso me lo decían mis padres para evitar que buceara demasiado y así tenerme controlao
yo creo que era una excusa de los padres para poder echarse la siesta tranquilos. De todas formas, una amiga griega contaba que su abuela le decía que el problema era que al meterse al agua, la comida flotaría y le haría vomitar…
Juas la que yo recuerdo era la de la niña que fue devorada por el drenaje y acabo en la depuradora que casualmente se encontraba al lado de la piscina, ademas de morir ahogada, acabo sus ultimos minutos tragando mierda!!.
Tambien hay un caso real de ataques por la cosa del pantano, que en verano se dedica a ir por las piscinas comiendose a niños que no han esperado las 2 horas para hacer la digestion, dicen que la comida recien tragada en el estomago de los niños le despierta el apetito.
Ahora reenvia esto a todos tus contactos si no quieres que se te caigan lo huevos al suelo!, ah no mierda, esto era en el de las cartas cadena.
La virge con la digestion. A mi me tocaba sorportar a mi madre poniendo a parir al resto de bañistas y a mis primas haciendose las divas en la playa. Asi decidi llevarme algun libro a la playa, se hacia mas ameno. Si alguien se lo pregunta es cierto, yo no tenia amigos donde iba a veranear. Ellos eran raros para mi y yo para ellos, asi que no nos juntabamos para no amargarnos mutuamente.
Qué recuerdos, ahi mirando el reloj a ver a qué hora habran pasado esas 2 horas de digestion que la mayoría de las veces ni las cumplía. xDDDDD
¿a alguien realmente le paso algo por bañarse antes?
pues a mi me gustan las coronas del Bureger King…
Me extraña que nadie nombre a esos pobres niños conocidos como «los de las tres horas». Sí, había padres infectos que, no contentos con las dos horas de rigor, aplicaban a sus sufridos hijos el correctivo de las tres horas, «por si acaso». Una de las muchas vergüenzas de mi infancia era ver a los pobres diablos de las tres horas (entre ellos dos primos míos) sentados en las toallas con cara de agobio cuando se cumplían las dos horas y los niños normales podíamos ir en tropel al agua, mientras a ellos aún les quedaba un calvario de 60 minutos. No podía evitar sentirme mal y la parte misionera de mi cerebro me decía que me fuera a sentar con ellos para hacerles compañía, pero siempre (SIEMPRE) acababa venciendo el egoísmo, bendito egoísmo que salvó todos mis veranos. En fin, es lo que hay.
Por otra parte, mucho me extraña que no mueran cientos de niños cada año en las playas, piscinas y ríos, porque tras las dos horas de rigor (mi padre era de los que decía, reloj en mano y a las dos horas en punto, «ahora ya podéis»), entrar en el agua a toda mecha tras estar jugando a la pelota o haciendo un castillo a pleno sol tiene que ser malísimo de toda maldad. Aunque yo sólo vi un corte de digestión en mi vida, ya de adolescente, el de un amigo que en la típica fiesta nocturna en el río se metió en el agua y se puso a vomitar como un zombi. Aunque siempre tuve la sospecha de que más que el agua fría el motivo fue el whisky Dia…
En fin, que yo hoy en día me dedico a la venganza. Como profesor que soy, les digo a mis niños que eso de la digestión es una patraña, y que basta con meterse andando en vez de corriendo, o bajar por las escaleras y no tirarse de golpe, para que no te pase como «a aquella niña que…». Esa actitud punk-escolar provoca odios varios entre los padres (lo pude comprobar en la última excursión de este curso), pero bueno, qué voy a decir, eso SÍ es Educación para la Ciudadanía.
Redios, que recuerdos desagradables provoca esto. Las dos horas de espera, la puta discusión de las siestas, el asno de mi padre mojándose la panza…
Menos mal que las vacaciones en familia desaparecieron años atrás en mi entorno.
Sea grave o no lo del corte verdaderamente era una verdadera jodienda tener que pasar dos horas mirando al vacío sin poder hacer nada.
Felicidades por la entrada, dramatismos aparte ;D
ja ja ja me parto me parto por el que puso hasta referencias de la desviceración y «el golpe de agua», no jodan, lo peor es que se lo creen, vamos que si llegamos a eso hay referencias de sujetos que en el ultimo año se murieron en la tina por x motivo y no por eso te tienes que morder un huevo y satanizar las tinas. con informarse un poco y avisar (y lo mas importante tener cuidado con los niños) es mas que suficiente, vamos que si sabes que vas a nadar o el chamaco, no lo atiborras de comida, coño que son de los que se creen de historias como el puto sodomizador de la pistola o cosas de esas.
una historia basica de toda ninez
Bueno lo primero felicitarte por tu blog, la verdad que es muy muy bueno, tienes un ingenio y un sentido del humor increíble, pero en los comentarios he visto muchas burradas con respecto al «corte de digestión» por lo que intentaré aclararlo un poco…
Lo cierto es que el término «corte de digestión» es erróneo. Los problemas que pueden ocurrir al introducirse en el agua se relacionan más con otras situaciones que con la digestión y el aparato digestivo, en realidad la digestión nunca llega a pararse, es más, la circulación en ese momento se centra más en el aparato digestivo por lo que disminuye el aporte sanguíneo al cerebro (factor de riesgo para síncope) y tambien disminuye el aporte al sistema respiratorio y cardíaco (factor de riesgo para la parada cardiaca), es por ello que el hecho de que se este haciendo la digestion no es la causa en sí del síndrome si no un factor de riesgo.
Lo que suele ocurrir es que se produce un síncope (pérdida de conocimiento) como consecuencia de la diferencia de temperatura entre la superficie del cuerpo y el agua. Por eso el «síncope de hidrocución» (forma científica de llamar al «corte de digestión») es más frecuente cuando el individuo ha estado expuesto durante mucho tiempo al sol y se introduce bruscamente en agua fría; entonces, debido a una constricción de los vasos sanguíneos de la piel, la sangre se dirige a la red circulatoria profunda, fundamentalmente del tubo digestivo, lo que puede producir una parada de los movimientos respiratorios y cardiacos. El «síncope de hidrocución» también puede ser la consecuencia extrema de un reflejo que se produce en condiciones normales y que consiste en que, cuando introducimos la cabeza bajo el agua, disminuye la frecuencia cardíaca; una respuesta exagerada de este reflejo podría terminar en una parada del corazón. Quizá por eso, y en contra de lo que se piensa de forma generalizada, son los ancianos (con tendencia a una frecuencia cardíaca baja) – y no los niños – los más propensos a padecer este tipo de accidentes.
Por todo lo anteriormente dicho, para prevenir un «síncope de hidrocución» se deben evitar las exposiciones prolongadas al sol y los ejercicios físicos intensos antes del baño, el baño después de las comidas, el tiempo que se tarda en hacer la digestión es muy relativo depende del tipo de comida (especialmente si han sido copiosas o se han ingerido bebidas alcoholicas), , y la entrada brusca al agua fría. Lo conveniente es entrar poco a poco en el agua para que el cuerpo se adecue progresivamente a la nueva temperatura. Además, una vez dentro del agua se debe salir rápidamente o pedir ayuda si se siente mareo, escalofríos, náuseas, visión borrosa o zumbidos de oídos.
Sirva como resumen decir que es la diferencia térmica entre la piel y el agua el factor fundamental responsable del «síncope de hidrocución», y no el proceso de la digestión; que, desgraciadamente, el cuadro puede terminar en una parada cardio-respiratoria y no de los movimientos del tubo digestivo, y que, aunque el término «corte de digestión» sea incorrecto, hay que tener cuidado con el baño en determinadas situaciones. Ah, por cierto…lo de mojarse primero la nuca si tiene su sentido…es que por ahi pasan arterias y venas con un grosor importante como es la carotidea, y lo que se busca es disminuir la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua entonces a mayor volumen de sangre contenida más rapido se equilibria, ya que luego esa sangre se distribuye por todo el cuerpo… todo tiene su lógica no??
Un saludo!
Weekomentario al Kanto: Muchas gracias por tu aportación. ¡A ver si así quedan las cosas claras!
Madreee, que pesao!!!