Siempre he pensado que la historia del rock and roll es
una versión resumida y concentrada de la historia
del arte, tan sólo hay que cambiar siglos por décadas
y estilos como «barroco» o «románico»
por «punk», «heavy metal» o «post-grunge».
A veces ni eso, ya que en ambos casos, aunque no signifiquen
lo mismo, se utiliza el término «gótico»,
por ejemplo. Pensadlo un momento: en el arte, la tendencia
artística de cada siglo supone una reacción
contra la tendencia del siglo anterior, por lo que rechaza
todos sus postulados anteriores y defiende justamente
los contrarios. Aplicado esto al rock, sólo hay
que recordar el paso de la grandilocuencia del sinfonismo
a la simplicidad primitiva del punk, rechazada por la
fantasía espadobrujera del heavy metal, que a su
vez denostaba el comprometido, realista y deprimente grunge…
Y así podíamos seguir y seguir.

En el fondo,
lo que le pasa al rock (y puede que al arte, pero no corresponde
analizarlo aquí) es que está plagado de
clichés, tópicos y lugares comunes. Algo
que por otro lado es maravilloso. Es como esas telecomedias
americanas, en las que cada capítulo es igual al
anterior salvo un par de elementos, y todos estamos esperando
a que ocurra lo que ya sabemos: que Urkel rompa
algo y diga «he sido yoooo», que Chris Peterson
se muera al final de cada episodio, o en general que
todo malentendido se aclare y todos sean tan felices como
al principio del capítulo.

Por eso, porque
la historia se repite (y nos gusta) suele ocurrir que
cuando una banda o artista de rock alcanza el estatus
de superestrella, llega un momento en que el elemento
Spinal Tap aparece, y con él la línea
difusa que separa la genialidad de la megalomanía
ridícula. Le pasó a Elvis, le pasó
a Los Beatles, a Led Zeppelin, a KISS
(en este caso, nacieron así), y desde luego les
pasó a Guns and Roses.

Y esta diatriba
nos lleva directamente al objetivo de nuestro artículo:
la famosa trilogía de videoclips de Guns and Roses,
realizados en el momento de mayor borrachera de éxito,
y que supusieron un antes y un después para el
maltratado aficionado a los guns. Aunque todos participaron
y todos estaban de acuerdo (salvo Izzy, que ni
siquiera aparece por allí), el mayor responsable
de este monstruo no es otro que el gran Axl Rose,
un actor frustrado (como Elvis Presley, al que cada vez
se le parece más: gordo, encerrado en su mansión,
amante de la espiritualidad no oficial…) que trató
de plasmar las ideas de su confusa mente en unos videos
absurdos y pretenciosos, acordes con la visión
ególatra (del mundo y de sí mismo) del torturado
frontman.

Apettite
for pink panthers.

Aunque hoy
cueste creerlo, con tantos chaqueteros que cambiaron sus
camisetas de «Appetitte» por las de Oasis
y después por las de Strokes, hubo un tiempo
en que Guns and Roses no sólo eran el grupo más
grande sobre la Tierra, sino que generaban noticias cada
media hora. Cada vez que Axl se peleaba con su novia o
lanzaba un piano por la ventana de un hotel llenaba más
páginas que la publicación de nuevos discos
de la mayoría de artistas.
Frecuentes eran sus apariciones en todo tipo de medios
(desde las revistas metálicas hasta las publicaciones
para adolescentes, desde los diarios de información
general hasta la prensa del corazón; su música
se oía en todas las emisoras -incluida por supuesto
los 40 principales- se hablaba de ellos en los
telediarios. Allí donde fueras, había una
referencia a Guns And Roses, tal vez el último
grupo que aunó a los fans más rockeros y
a las niñas pijas, a los ejecutivos y a los heavies
de barrio…

SR-71
dedican a Axl y sus fans esta canción. Pulsa
en la imagen para descargarla. Letra aquí.

Por supuesto,
ese estatus tuvo sus consecuencias, que tomaron forma
en la publicación y posterior gira del mastodóntico
«Use your illusion«, un tributo a la
megalomanía más exacerbada. Fruto de esa
locura egomaníaca fue la edición de tres
documentales infumables sobre el rodaje y preparación
de la llamada trilogía de videoclips, esto es:
Don´t Cry, November Rain y
Estranged.

He
visto el futuro: Axl Naruto Rose.
Mi idea
inicial era echarles un vistazo (gracias VsMystique)
y comentar, a ser posible, acompañado de
alcohol todo lo que se me iba ocurriendo. Sin embargo,
voy a ir más allá. Voy a darle sentido
a la trilogía. Y todo gracias a Graciela
Marker,
una especialista en la doctrina
«Vidas Pasadas», creencia que profesa
Axl Rose desde principios de los años 90,
y clave en este despropósito audiovisual.
Según Graciela, «en las tres historias,
que finalmente forman una sola, el aspecto visual
se halla cargado de metáforas que aluden
permanentemente a la reencarnación del alma
y al karma transmitido de una vida a la otra.»
Agarraos al asiento, que vienen curvas, aviso.

DON´T
CRY

Al parecer,
la idea inicial era una película basada en «Use
your illusion», pero ni que decir tiene, el presupuesto
se salía de madre. Por eso optaron por hacer videoclips,
aunque desde un primer momento querían dar un paso
más. Para ello llamaron a Andy Morahan, que lo
conocen en el Roxy a la hora de comer, y que se ocupó
de las tres piezas.

El concepto
del vídeo, que se explicará después,
evolucionó de «un vídeo de los guns»
a «un vídeo de Axl», en parte por la
ausencia de Izzy, al que le dedican un cartelito: «¿Dónde
carajos está Izzy?». Por ello, Rose adquiere
todo el protagonismo, y especialmente cómico resulta
ver a un Axl de color verde (en el vídeo paseándose
en toalla) una especie de Hulk glam. Como curiosidad,
decir que la psiquiatra que aparece en el clip es la propia
terapeuta de Axl, y que la famosa escena en la que aparecen
tres Axls (su sueño, sin duda: prescindir de Slash,
Duff y Matt para montar los Guns) en el guión original
estaba pensada para Stradlin.

En el documental
cobra gran presencia el productor y guionista Josh Richman,
que parece una parodia del típico bussiness-man
de Hollywood. Él se cree «cool» y gracioso;
sin embargo da bastante pena. Y esa manía del pañuelo
en la cabeza… A Lorelai Gilmore le queda bien, pero
no todo el mundo puede decir lo mismo…

A destacar
las imágenes del malogrado Shannon Hoon,
hablando de Blind Melon, el mote con el
que se conoce a Matt Sorum («Gayumbos», o «Dios
del trueno») o la tonta historia que dió lugar
a la canción: Axl enamorado de la chica de Izzy,
y esta, al rechazarlo, lo consuela con las palabras mágicas:
«No llores».

Otro momento
a destacar sucede cuando Axl, tras el rodaje de la escena
en la que aparece su lápida (que marca 1990 como
la muerte de Rose) se dedica a romper a mazazos la piedra,
hasta hacerla añicos. Debe dar mal rollo ese tipo
de cosas, la verdad.

Sin más
dilación, os presento la explicación del
clip, a cargo de Graciela Marker:

«Si bien
en el video clip «Don´t Cry» se puede
apreciar una historia de amor con desengaños y
desventuras, es indudable que el primer plano lo ocupa
el tema de las sucesivas reencarnaciones que se suceden
a través del tiempo.
Allí aparece, ante nuestros ojos, un alma torturada,
que podemos ver en una escena donde se desarrolla una
intensa tormenta de nieve; esa alma parece atrapada en
un espacio sin salida ni tiempo, acompañada penosamente
por todo el bagaje de sus vidas anteriores.
Y, por supuesto, la presencia del cuervo, que se traslada
a lo largo de muchas escenas del clip, representando ese
karma que hace que el destino inevitable se presente en
cada vida que esa alma comienza.
En la vida actual, W. Axl Rose parece querer quitarse
la vida, repitiendo una y otra vez el destino trágico
que acompañó a su alma por siglos.
Por eso, en la escena donde Rose yace en la camilla, parece
como si otras vidas vinieran a reprocharle su fracaso,
y finalmente se reprochan entre sí.


Cuando
Slash cae al precipicio con su auto, sucede algo parecido.
En apariencia, él muere y es su alma la que asciende,
y al arrojar la guitarra se desprende de todo lo material
y terrenal para seguir su camino.
Dentro del clip se presentan una secesión de imágenes
donde se puede apreciar a un Rose totalmente verde, que
deambula perdido bajo la tierra, agitando sus manos como
queriéndose liberar de algo.
W. Axl Rose en verde no representa otra cosa que ese demonio
que todos llevamos dentro, y que se supone deja nuestro
cuerpo cuando morimos.
Y por último, la paloma que asciende es el alma
de ese Rose muerto, que deja un cuerpo para quizás
empezar de nuevo.
Así el bebé que aparece al final del clip
representa otra vida que comienza, ese alma que intenta
una vez más; de allí el cambio de color
de ojos del primer bebé (azules) y del último
(verdes).
Quizás el agua de donde emerge el niño nos
ilustre de alguna manera la pureza del nacimiento, que
intenta limpiar los errores de las vidas pasadas.»

No sé
si en la mente de Axl (en la de Richman seguro que no)
estaba todo eso que cuenta nuestra amiga, pero lo cierto
es que el clip mola, incluso más que el que aparece
al final del documental: la actuación completa
encima del hotel transcontinental. Aparte de eso, me quedo
con dos datos:
En el rodaje se conocieron y enamoraron Axl y Stephanie
Seymour. Sacad vuestras propias conclusiones.
En una entrevista del documental, Rose dice: «Todo
lo que quiero es que Izzy sea feliz», frase que se
contradice con comportamientos posteriores del señor
Bailey. Pero esa, es otra historia.


NOVEMBER RAIN

Este videoclip
está basado en una historia corta («Without
you») de un escritor de segunda fila amigo de Axl,
un tal Del James, que además aparece en el documental
y habla como si fuera Paco Umbral. «Yo he venido
a hablar de mi relato». Con pinta de roadie de los
guns (yo todavía dudo que no lo sea) cuenta la
increíble coincidencia de su historia con la vida
personal de Axl, que termina plasmándose en un
video que bien podía haber firmado Elton John.

Lo de Elton
John no es gratuito. El propio Axl es un fanático
del creador de «Your song» y en el clip aparece
disfrazado de Elton: gafas de colores, casaca roja, al
piano… Es más, cuenta Matt Sorum en el documental
que Axl le había dicho que tocara la batería
como Nigel Olsen (batería de Elton) en el tema
«Don´t let the sun go down on me».

 

El impersonal
Gilby Clarke cuenta divertido (y resignado,
suponemos) cómo los fans le gritaban Izzy cuando
está sobre el escenario, debido a su parecido físico
(o más bien debido a la falta de personalidad del
ex-Candy).

A mencionar
que el cura que aparece en el clip se llama Juan Antonio
y es un religioso amigo de Axl, como no. Y que es un vídeo
carísimo, por el alquiler de la orquesta, la construcción
del ataúd, el diseño de los vestidos…

Pero vayamos
a la explicación de Graciela, que es lo que estáis
esperando:

«En este
video clip todo hace suponer que las escenas que se suceden,
son nada más y nada menos que la pesadilla que
atormenta el espacio onírico de Rose.
Si tomamos la misma línea de análisis que
utilizamos en «Don´t Cry», podemos suponer
que tal vez ese mal sueño sean recuerdos de alguna
vida anterior.
Es decir, que el alma de W. Axl Rose perdió en
otra vida a su amada y este recuerdo atormenta las noches
de este «nuevo» Rose.
Si nos adentramos en esa supuesta pesadilla, encontramos
un sin fin de metáforas visuales que expresan desolación
(una capilla abandonada en el medio de la nada), sufrimiento
profundo (Rose tocando el piano con un fondo de desierto
y cielo tormentoso) y la tragedia seguida de muerte.

Durante el
casamiento, en un instante la modelo Stephanie Seymour
se muestra triste y preocupada, pensando tal vez lo efímero
de esa felicidad, ya que el destino está marcado
para ambos… La desdicha está cercana.
En la escena de la fiesta de casamiento, se ilustra mediante
una hermosa alegoría (tormenta) la tragedia inminente.
Y el vino rojo que cae sobre el mantel blanco no es otra
cosa que la sangre derramada y la muerte, también
representada en el ramo de novia.
Finalmente, Rose despierta de su pesadilla con la mayor
de las agitaciones.»

El final de
la trilogía se acerca. El apocalipsis va a llegarrrr

ESTRANGED

Una de las
anécdotas más graciosas de este videoclip
tiene que ver con la portada, porque por lo visto, ¡¡¡Los
Guns plagiaron a Los Rebeldes!!! La historia
tiene su lógica: resulta que Duff Mckagan estaba
en Barcelona y Carlos Segarra era uno de
los que tenía interés en conocerle. Y como
suele ocurrir en este tipo de cosas, el españolísimo
countryrocker (por decir algo) le regaló el último
disco de su grupo, titulado «La rosa y la cruz»
(1993) esperando que el bajista de Seattle admirara su
obra. Imaginaos a todo un Duff, que en esa época
seguía bailando con Mr Brownstone, y más
estrella que nunca lo que pensaría de todo un regalo
como ese. La verdad es que dudo que lo escuchara, pero
al parecer le gustó mucho la portada. Y no dudó
en pillársela para decorar la funda del clip de
«Estranged». Carlos Segarra en
su día trató de denunciarlo, pero debería
sentirse orgulloso, es tal vez el momento más álgido
de su discografía.

Pero vayamos
al clip, el cuarto de la trilogía (¿comorl?
Sí, así es). Si «Don´t cry»
y «November rain» son excesivos, «Estranged»
es el acabóse. Célebre es la frase, de no
se quien, que decía que «Guns and Roses se
fueron a pique el día que aparecieron delfines
en sus vídeos». Porque sí, este es
el vídeo de los dichosos delfines, del barco, de
Slash saliendo de las aguas (que en realidad es un doble
con pelucón)…

Veamos que
tiene que decir nuestra experta en «Vidas Pasadas»:

«La desilusión
encabeza e inunda por completo este singular video clip
que da fin a la trilogía. Desilusión de
haber perdido el amor de su vida, desilusión de
tenerlo todo pero sentirse totalmente vacío, desilusión
de la vida misma.
A lo largo del clip queda claro que todos los que rodean
a Rose ignoran su sufrimiento.
Agobiado por ese sufrir constante, a solas en su camarín,
Rose parece realizar un desdoblamiento, también
llamado viaje astral, en el que su alma se separa de su
cuerpo y recurre al agua como intentando purificarse.


Cuando Rose camina solo por la calle vacía de noche,
los recuerdos lo persiguen (imagen de Seymour en los televisores),
pero así también las esperanzas de continuar
viviendo (los delfines son esa esperanza).
Finalmente se arroja de un barco petrolero al océano,
representando una hermosa imagen metafórica que
nos expresa cuántas veces él se ha jugado
en la vida, soportando las adversidades, para no lograr
nada, sólo desilusión.
Pero, la esperanza en la existencia terrenal aparece de
nuevo de la mano de los delfines que le indican el camino
para salvar su vida.
Por último, una zapatilla que cae al fondo del
mar, y que sólo intenta ilustrar que Rose se ha
desprendido de lo que fue hasta el momento, como un intento
de comenzar otra vez.»

Qué
distinto sería si el clip fuera de un grupo español,
¿verdad?. El petrolero sería una clara alusión
al Nunca Mais, los delfines serían
los del club Megatrix, y en vez de las colinas
de Malibú, tal vez saldría Marbella.
Mejor no demos ideas.

Simplemente
añadir que el niño que aparece en el vídeo
(y que tanto me intrigó en su día) es Dylan
Andrews, el hijo de Stephanie Seymour; que además
podemos ver al hermano de Axl, Stuart, y a la familia
Hoon al completo. Reconozco, que aunque yo tenía
mis propias teorías al respecto sobre las imágenes,
y a pesar de que nunca le vi demasiado sentido, siempre
me fascinó la trilogía, «Estranged»
especialmente. Claro que yo grababa la serie de televisión
de «El pequeño vampiro», así que
no os fiéis mucho de mi criterio.

Concluye Graciela
con una reflexión sobre la trilogía:

«En esta
trilogía podemos apreciar cómo el karma
que acompaña nuestra alma, nos persigue vida tras
vida, marcando nuestro destino, sin poder escapar de ello.


Así, la desolación, el sufrimiento y el
dolor, que superan las esperanzas que uno deposita en
la vida, se transforman en una desilusión constante
que tortura nuestra existencia.
Uno de los elementos más destacados en la trilogía
es el «agua», que aparece como fuente de vida
y pureza, que hace posible el renacimiento del alma, quizás
porque guarda una intrínseca relación con
el líquido amniótico en el cual flotamos
antes de nacer.
Y finalmente, el broche de oro para esta trilogía
está dado por una frase dedicada por Rose en el
último video clip, donde reza con su propia letra:
«Lose Your Illusion» (pierde tus ilusiones),
porque a pesar de que uno intente cambiar su destino,
ya todo está marcado de antemano.
Alguna vez W. Axl Rose dijo: La vida es una porquería,
pero lo es de un modo realmente hermoso, y quizás
no esté tan equivocado.»

Sánchez
Dragó no lo hubiera explicado mejor. Los
tres vídeos permanecen hoy como testigos de la
época gloriosa del quizás último
gran grupo del rock and roll. Algo de lo que hoy casi
no queda nada. Para muchos, Guns and Roses son una especie
de chiste o dinosaurio del pasado. Las camisetas con las
pistolas y las rosas quedan como algo kitsch que se enfundan
pijos como el cuñado de Paul McCartney,
por ejemplo. O los vendedores de la clausurada Sevilla
Rock. Vivir para ver.

Podéis
seguir leyendo a Graciela Marker en
www.geocities.com/gnr_sonofagun