1986 fue un año importante. Creo. La verdad es que de lo único que me acuerdo es de lo del Chernobil y del Final Countdown. Pero además pasaron más cosas, digo yo. Gente nació, gente murió. Se comieron hamburguesas y se estrenaron películas Entre ellas, el film de culto que hoy nos ocupa: El aparecido.

 

Ante todo debéis saber que estamos ante una peli de Charlie Sheen. Y claro, mis sentimientos hacia este tipo son contradictorios, porque por un lado me cae mal, no sé por qué, peropor otro ha hecho grandes películas, como Los chicos de al lado o las dos partes de Hot Shots. De Wall Street y esas polladas no me hablen, por favor, que ahí no salen ni monstruos, ni robots ni ninjas. Y si bien El Aparecido no está entre sus obras magnas, el título reúne una serie de
circunstancias que la hacen la más viruetera de todas.

 

Dejemos clara una cosa: esta es una película para tíos: coches, explosiones, punks, Sheen y Fenn (?), heavy metal…La trama es simple, con un pequeño misterio para sostener la tensión. Una banda de gamberros, liderada por un tal Packard (interpretado con cara de asco
por Nick Cassavettes) aterroriza un pueblo, robando coches y violando chicas. La buena vida. De repente, durante unas de sus fechorías, aparece un siniestro vehículo negro que acaba con el coche del punki malo. ¿Quién es el conductor del misterioso bólido?

Acto seguido aparece Charlie Sheen en moto (mientras suena Stan Bush) y se pone a indagar sobre la situación local. O sea que cualquier persona con dos dedos de frente es capaz de descubrir que Sheen es el desaparecido en cuestión. Total, que se echa un amiguete que le pone al corriente del percal y además se pone a medio ligotear con… ¡Sherilyn Fenn!, lo que le gana las antipatías de la banda.

El amigo de Sheen trabaja en la hamburguesería más cutre del mundo, donde Packard y los suyos gustan de reunirse para acojonar al chaval, a la comunidad y a quien se ponga por delante. Hasta que un día, aparece nuestro héroe y desafía con su motorizado cacharro a uno de los esbirros del tipo.

 

El resto de la película se resumen en Packard abusando de su novia Sherlyn, el Aparecido haciendo carreras de coches y matando uno a uno a los integrantes de la banda y una trama sobre la muerte del hermano del amigo de Charlie Sheen, para mantener la intriga. No lo consigue, y aunque no voy a revelaros nada, os aseguro que lo vais a ver venir de lejos. Si tenéis una pequeña crisis y queréis sentiros más listos y contentos
con vosotros mismos, ésta es vuestra cinta. Randy Quaid, el sheriff de la ciudad, se esfuerza en resolver el susodicho misterio, tardando bastante más que el espectador medio. ¿Queréis ser sheriff? Me parece que en el pueblo ese andan muy necesitados de alguien competente. Y de mecánicos.

Los momentos más recordados de la película por todo aquel que tuvo la experiencia de verla eran las numerosas y extensas carreras de coches, donde el Interceptor del aparecido se las apañaba para destruir los vehículos de los malos, aún a costa de su propia autodestrucción. Pero daba igual, pues tras las explosión (¡vivan las explosiones!) éramos testigos de un mágico suceso: las piezas del coche siniestrado brillaban y desaparecían, y poco después, el siniestro automóvil aparecía como nuevo, lista para otra ronda. Como en el Pole Position o cualquiera de estos.

Otros highlight es cuando El Aparecido aparece en el taller mecánico de los malos y se pone a destrozarlo todo con un rifle futurista. Digo yo, porque tira rayos, y creo que esos todavía no los hacen. Que tome nota Charlton Heston, que seguro que le iba a molar bastante. Seguro que Verhoeven la vio para su escenita en la labotarorio de Robocop.

Pero los verdaderos triunfadores del film no son ni Sheen ni Fenn, aunque siempre es muy agradable ver a la borracha de Pasados de vueltas en cualquier situación, y más si se le ve algo de carne. Ni siquiera el malo es la estrella. No, los triunfadores de la película son el tremendísimo grupo de secuaces de Packard, en especial los dos que responden al nombre de ¡MOFETA Y ALCANTARILLA!

Nuestros
héroes no van a dejarse pisotear por Charlie
Sheen. Aunque puede que sí por Emilio Stevez.

¿Cómo no te va a molar una peli donde sale un tipo que atiende por «Mofeta»! Los descerebrados esbirros del villano son sucios, cobardes, hablan mal y gustan de escuchar Motley Crüe en el coche. Ahora que lo pienso, tengo bastantes amigos que cumplen esas características,
pero créanme: yo no aterrorizo ningún pueblo. Al menos yo no lo considero aterrorizar, sino traer algo de diversión a sus tristes vidas. Volviendo a estos dos son, como digo, lo mejor de la película, personajes totalmente míticos por su aspecto y diálogos, donde los actores de doblaje dan lo mejor de sí: los dos están lloriqueando constatemente hasta el punto de desear pegarles un buen par de hostias a ver si espabilan ya. Desde aquí sugiero a los productores que, en caso de querer realizar un remake, apuesten por Andy y Lucas para dar vida a nuestros apestosos favoritos.

El protagonista es, sin duda, el coche que pilota el susodicho Aparecido, un coche raro que nos recuerda a el de Automan pero sin neón, Se trataba de un PPG Dodge Turbo Interceptor (ni idea) y era utilizado en carreras, más que otra cosa. Cuando acabó la película subastaron la unidad usada por un millón de Euros. A mí no me gustan mucho los coches, pero si tuviera uno estaría entre éste, KITT y el de Condorman.

La música atruena durante todo el metraje de la mano de gente popular por la época Ozzy, Billy Idol, o nuestro admiradísimo Stan Bush, creador del The Touch de los Transformers, del cual aún estamos esperando el viruete.com’s theme: sólo el puede crearla. Una BSO netamente 80’s. Claro que si tenemos en cuenta que se rodó en los 80 y está ambientada en los 80, tiene su lógica ¿No?
¿Y Luego? ¡Y luego nada!

Lo peor de la película es lo previsible y repetitiva que se hace, aunque Mofeta y Alcantarilla hacen lo posible para que podamos disfrutarla gracias a ellos. Eso sí, piensen que estamos ante un film de venganzas sobrenaturales, y eso siempre es bueno. Está claro que el guionista debió escribir el libreto tras una sobredosis de Tab y tebeos del Motorista Fantasma.

El que sabe, Saba. Y soba.

Lo más alucinante es como una banda de teenagers con mala actitud tienen en jaque a todo un pueblo y el sheriff local no se atreve a tocarles un pelo. ¿Qué clase de autoridad es esa? En realidad la situación no nos es tan extraña, pues en el universo del cine adolescente, los adultos sólo existen para tomarles el pelo. Y eso cuando sale alguno. Como el propio Charlie Sheen, que sale poco y tiene cara de empanado.

Por último, me gustaría especular sobre el origen del susodicho Wraith. ¿Hizo un pacto con el diablo para vengarse? ¿Lo ha mandado Dios, para vengarse? Si es así, hay que reconocerle que es psicotrónico, el tío, pues lo reconstruye como un robot raro y le da un cochazo y un pistolón de rayos. A ver si va a ser viruetero …