Es común que en el escaparate de un kiosco haya el típico tebeo que no se vendió nunca y que el dueño no quita a saber por qué. La sola visión de ese tebeo, arrugado por la humedad, azuleado por el sol, inunda mi alma de melancolía. Pobre tebeo que sólo puede aspirar a la reencarnación en libreta, y eso si el kiosquero recicla.

Desde Viruete.com, siempre concienciados no tanto por el medio ambiente como por los productos caducos que bien merecen reencarnarse, abogamos por la colocación de un contenedor morado en el que echar a aquellos humoristas que, tengan o no tengan gracia, dan sensación de abandono, bien por no gozar del favor del público en general, bien por ser rancios y a mucha honra.

Mis candidatos, muchos de ellos quizá retirados (o en un escaparate, azuleando en el olvido) son los siguientes:

 

MANOLO ROYO
Si la mascota de Polil tuviese cara, sin duda sería la de este buen señor, precursor del chanantismo cuyo numerito principal consiste en encadenar chistes viejos y juegos de palabras con trasfondo garrulo. Se puede apreciar cómo el rostro se le va tiñendo de un rojo cada vez más intenso conforme avanza la actuación, y no porque se avergüence de sí mismo, no, sino porque es el típico señor que se acalora con dos de pipas y que un día le da un infarto en el bar mientras discute con un amigo sobre emperadores romanos.

Popeye el garrulo soy

 MARIANICO EL CORTO
Como ya hablé de él anteriormente, tan sólo decir que es a Manolo Royo lo que el Rococó al Barroco y que entre ambos mantienen viva la llama prendida por Paco Martínez Soria, que si en general no hace gracia, a los maños aún menos. Gracias a ellos Zaragoza es y será siempre vista como tierra de boina, botijo y cachaba por mucha Expo que monten.

... y por animar la cena de Navidad con sus simpáticos chistes rurales, premio a Gryffindor con 100 puntos más.

 SARA SANDERS
Lo mejor que he visto de esta ínclita mulata fue enseñar muslo en Interviú, en fotos que mi amigo David guardaba como oro en paño. Su otro logro fue formar parte de la plantilla de No te rías, que es peor, donde se reía con sus propios chistes. Y no hablo de una risilla arpiaria como Eva Hache o yo mismo, hablo de carcajadas de esas de XDDDDD con voz agria de machirulo filipino, la cual, junto con ciertos detalles desvelados por dicha Interviú, me hacen sospechar que escondía una filloa de postre.

Las mismas tetas que Carmen de Mairena. Toma nota, Búfalo.

 MANOLO SARRIÁ
Tras la muerte de Er Purga, su colega Er Lintenna quedó a la deriva, como el naufrago de Watchmen (y tan coñazo como este) e intentó ganarse el pan como humorista en solitario, contando chistes en plan «Y lo que le pasó el otro día a mi amigo Er Pishirri…» para terminar contando el del perro Mistetas. Viendo el cielo abierto con el regreso del 1,2,3, reforzó lo que antaño le dio a probar las mieles del éxito: esta vez serían dos enanos el objeto de sus iras para despendole del público. Enanos de esos que cuando andan parece que van bailando, no como Er Purga que era en plan Brandigamo. Esta vez para asegurarse de ser «el gracioso» del equipo, los llamados Tati y Quieti no tenían ni una sola frase en el número. Poco después hubo una protesta de no sé qué organización de estas que había antes de los grupos de facebook y vetaron a Tati y Quieti porque el número era «ofensivo para ellos y su gente». Y no mucho después cancelaron el 1,2,3 así que, pese a lo que pueda parecer, la sombra del enano es alargada.

¿Que Chupechín acepta la alianza y me envía un nuevo tratamiento contra el reúma?

FÉLIX EL GATO
Este señor, que parece dibujado por Tim Sale, también enmascara chistes como si fueran anécdotas de amigos. Los chistes son todos más viejos que el andar a pie y están contados con ese tonillo entre ebrio y gangoso de los que salen en Callejeros y que a mí me desespera. Aparte de lucir palmito en programas de variedades de esos que parecen todos hechos por José Luis Moreno, lo pudimos ver en Tutti-frutti, encajado en una cabina llamada Chiste-matón a la que el público acudía (a punta de pistola) y pulsando un botón, aparecía el tío este y contaba un chiste que se correspondía con la categoría escogida, a saber: buenos, verdes, tontos, malos… La cabina de marras debía de tener una derivación, porque por más que se pulsaba el botón de Buenos, salían de cualquier otro tipo.

Albañil con corbata, chungalata

 

JUAN TRUJILLO
Uno de los grandes eclipsados por Chiquito en Genio y Figura, esta especie de mellizo feo de Bisbal con pinta de «habérselo pasao de puta madre en la mili, to el día de escaqueo» es la verdadera cima del chisterío andaluz, y si no llega al grado de «chistócrata» es porque no iba con traje y corbata. Entre que hablaba riéndose, que exageraba el acento, abusaba del argot, daba muchos rodeos y que ocasionalmente se ponía a dar palmas y canturrear, no había Dios que se enterase de qué cojones estaba diciendo y uno miraba como loco a ver si el teletexto lo subtitulaba.

Eso do ompare sencuentran er caogata, illo, sincuenta gradoalasssssombra lo meno ave nasía caló ni na ompare tiraba un gapiyo y sasía humo ante de yegá ar suelo, y ehtán ahí lo do eeeenga ese tintito maehtro, puuun un bushito, vámono lerelereleeeeeeu...

FELIPE SEGUNDO
Otro eclipsado por Chiquito, esta vez debido a su propia nulidad humorística. Imaginen a un profesor de filosofía que se mete en una máquina de teletransporte sin darse cuenta de que dentro estaba Paco Clavel. Lo que aparecería en la otra cabina sería Felipe Segundo. Su gracia especial consiste en poner voz de falsete para hacer de niño pequeño, lo cual en la época ya estaba tan quemado como los chistes de mariquitas o el típico señor con barba vestido de mujer. Al acabar un chiste siempre hacía «UH» y una especie de gesto con los deditos que espero Viruete use en el próximo Cinebasura.

Bienvenidos a Ética Oriental. ¿Alguien sabe cómo se dice Divorcio en chino?

 JAIMITO BORROMEO
Un señor cuyo número más sonado es imitar a un niño contando chistes tan viejos que habría que tratarlos de usted, aliñado con el típico chiste verde o «guarriría» que me resulta tan abominable como un niño de verdad diciendo tacos en el metro, pero que por lo visto el resto del vagón encuentra descojonante. Para completar su repertorio, cada mañana se monta en su DeLorean y fluzea hasta 1990 para nutrirse de libros tipo 100 Chistes Populares en la Cuesta de Moyano.

¿Tú ere John Cobra, primo? ¡¡Te voy a quitá toda la bobería, hodío personahe!!

ELOY ARENAS
Este señor podría escribir los guiones a Woody Allen, que para mí es y seguirá siendo «el del Horroróscopo«, y esa será la época a la que me remonte para incluirlo en el presente recital. Durante doce semanas Eloy saltó al escenario de «Pero esto… ¿qué es?», un programa de TVE que hacía honor a su nombre, al ritmo del pegadizo merenguillo que abría su sección, procediendo luego al típico monólogo cuya fórmula está hoy más que quemada gracias a Paramount Comedy, pero que por aquel entonces era hasta fresca. El tío iba  con una chaqueta que le quedaba enorme, la camisa por fuera, la corbata floja, remangado, peinado con Cucal y hablaba como si tuviera sinusitis, imagen del gracioso que en una fiesta no para hasta que se cae a la piscina. En su haber se halla la proeza de  inmortalizar la frase «aaah, se sienteeeeee», con la que yo mismo martirizo a mi mujer desde que me enteré de la rabia que le da.

Resacón en Betanzos

ÁNGEL GARÓ
Entre sus muchos recursos se encuentran la señora que confunde palabras, el japonés que camufla palabrotas, los chistes viejos, las coletillas repetitivas, el adulto aniñado, el macarra despistado… vamos, que no hace el mariquita porque eso ya lo trae puesto de serie. Por desgracia sabemos que el mismo que le aupó a la gloria fue quien le hizo caer en el encasillamiento: Chicho Ibáñez Serrador, el supuesto innovador que se ha tirado años recubriendo la misma fórmula rancia con capas y capas de pintura para hacerla pasar por novedosa. Un guión del 1,2,3 se podía escribir rellenando huecos, como un examen psicotécnico, así que gente como Bigote Arrocet, Beatriz Carvajal, Fedra Lorente, Las Hermanas Hurtado, Raúl Sender y Arévalo podría estar en esta lista quizá de forma inmerecida. O quizá no, pero es un montón de gente y no es plan de saturar la web.

1,2,3... lo mismo otra vez

EL GRAN WYOMING
Este caballerete sabe de buena tinta que el único arma que tenemos los feos es el humor, sólo que él tiene los niveles mal compensados, y es que no es tan gracioso como para compensar su cara de crepozoide. Su numerito actual consiste en abrir mucho los ojos, torcer la boca en una mueca y soltar la frase que ha ensayado seiscientas veces pero que intenta hacer pasar por golpe de ingenio espontáneo, mientras el regidor apunta al público con una gatling y señala un pizarrín Vileda en el que pone “RISAS”. Tras sus correrías en El Peor Programa de la Semana (salía Santiago Segura, que sabemos os encanta) y otras perlas como Va de Vicio junto a Las Virtudes (que se salvan de estar aquí porque me han cogido con el día vago), vino el sacrosanto Caiga Quien Caiga, espacio al que debemos la bandera de analista definitivo que se ha cosido, hilo a hilo, el hombrecillo. Harto de estar rodeado de machos con traje y tras desnucarse con su cacareada “Azotea”, ha vuelto a la fórmula original de Caiga Quien Caiga, pero cambiando a tíos con traje por tías de culo prieto, que los pajilleros también cuentan para audiencia. En buena medida, la culpa es de sus guionistas, capaces de seguir llenando el programa de chistes sobre el PP incluso en los años de Zapatero. Y tan progresista como es, tira del recurso de la china que no se entera de nada. Ay, ay qué tonta es, y eso que nació en España.

¡¡Quiero a Dick Tracy... muerto!!

MANEL FUENTES
Un día se subió a un tren de la bruja con sus amigos y se vio teleportado a otra dimensión, donde el Amo del Calabozo les dio poderes a todos. A él le convirtió en un doppelganger, capaz de mimetizar a cualquier criatura que se le pusiera delante con tal perfección que nadie podría distinguir entre original y copia. Lo que Fuentes pareció olvidar es que, una vez de vuelta a nuestro mundo, los poderes ya no funcionan. Por eso se tiró años empeñado en que era buen imitador, cuando lo único que sabe hacer es «de Springsteen« (o sea, la típica parodia de guiri que hace cualquiera, le falta decir «pael-llia esss de puta madre») y «de Juan Carlos I« (o sea, repetir el gangoso que hacía Arévalo, pero con coletillas tipo «me llena de orgullo y satisfacción»). No en vano, en Crónicas Marcianas se le bautizó como «El Hombre sin personalidad», indirecta que el tío cogió por el lado que no era. Complementa sus nulas dotes de imitador con la simpatía exagerada de ese amigo de tu padre que siempre te echa el brazo por encima de los hombros y te pregunta si ya tienes novia o qué.
Con su frescura y dinamismo no es de extrañar que lo pusieran al frente de un formato tan quemado como «el noticiario gamberro», Caiga Quien Caiga, al cual cayó en la casilla fatal del tablero: la de los mitoplastas graznando «Bah, antes sí que molaba.»

En la variedad está la diversión

JORDI L.P.
Musa inconfesa del anterior. Ya saben que por culpa de Eugenio, La Trinca y la tropilla de Alfonso Arús, corrió el bulo de que los humoristas catalanes eran la hostia, dando lugar en televisión a una política de fichajes a ciegas, como la de Jesús Gil para el Atleti. Y con los mismos resultados. Fuera de su Cataluña natal, donde aún tengo pendiente conocer a alguien a quien le hiciera gracia, a Jordi le vimos hacer algunas de las imitaciones más populares de la época. Y no porque las popularizase él, sino porque las hacía todo el mundo: desde Julio Iglesias hasta Raphael, pasando por los políticos más típicos como Felipe González o Jordi Pujol, y que al final no es más que poner una voz remotamente parecida y soltar tres o cuatro coletillas. Sumando esto, los gags con voz impostada, el airecillo de galán cubatero como el batería de Modestia Aparte y confundir «voz profunda» con «cantar bien», tenemos ante nosotros al ser genéticamente idóneo para partir la perca los viernes en el karaoke Broadway.

Si el logo de Flapa es lo que parece, vaya acierto

 JULIO SABALA
Un señor que si no fuera por los disfraces, uno no sabría a quién coño está imitando porque lo hace todo igual. Como canta medianamente bien pero ya por entonces era difícil comerse un torrao en el panorama musical, Sabala empezó a imitar en plan “venga, así me voy metiendo en el mundillo y ya de aquí a un par de años saco disco en serio”. Pues como decía la canción: Losco Jones murió de indigestión”, así le hemos visto tirar de los recursos fáciles: Julio Iglesias, Raphael, Lola Flores, El Puma, Stevie Wonder… e incluso algunos más modernos, que como son clones entre sí le facilitan una coartada para ser tan soso melorro. Tal es su don de copia barata que hasta presentó en TVE una versión bastarda de Sorpresa, sorpresa llamada Atrévete a soñar, en el que iba por el plató con un micrófono en forma de lámpara mágica y el público era víctima de efectos de postproducción de esos que te ponen la nariz gorda o los ojos saltones, como muy alocado todo para compensar aquel coñazo de tomo y lomo que duró menos que un pedo en la mano.

Su imitación más reciente: Manel Fuentes

 JOSÉ CÓRDOBA, EL CHIVI
Como el anterior pero cambiando imitaciones malas por carros y carretas de ordinarieces que hacen como mucha gracia para cantar con la boca llena de risketos en la época en que aún usas la palabra “calimocho”, o al menos la escribes con k y tx sin ser vasco. Como “coño, mamada, lefa, cipote, encular” y tal da para un repertorio más bien escaso, lo compaginó con la crítica social facilita, esa de no pensar mucho: “a ver, venga, la prensa rosa, los pijos, el 11-M, la telebasura…” es decir, un twitter rimado. Hal-la cha-val, está to loco. Pero eh, que el tío tiene razón, qué asco da la Rociíto, ahí viviendo del cuento, y el Viruete, que va de gurú. De ahí que sus discos, de menor repercusión que la famosa maquetita Radikal (con k, cómo no) que todos los Putos Danis del país llevaban en el discman, lucieran títulos como “Verdades como Puños” o “Sin pelos en la lengua”. O sea, que al final tanto chumino, polla, corrida no era más que una careta cartonera para disfrazar al típico cantautor de mierda gordo, calvo, resabiado y seguramente con camisetas que dan mucha risa. Desde hace un par de años ha dejado de usar su antiguo nombre de guerra y no dice coño ni aunque se pille el dedo con un cajón.

¿Te gustan mis canciones, niño? Tengo muchas más en mi furgoneta...

 JOSÉ CORBACHO
¿Recuerdan lo que dije sobre Felipe Segundo y la cámara de teletransporte? Pues Corbacho sería lo que harían con el material restante. El cuñado gracioso al que están a punto de partir la boca en cada reunión familiar, subsistió mucho tiempo a costa de juntarse con gente más graciosa que él, o sea La Cubana y Buenafuente. Pero en cuanto asoma el careto demasiado, se come un cholopo, vease sin ir más lejos Peta Zetas (qué nostalgia, el frigopié), Palomitas o esos trocillos de sainete que intercalaba en las primeras entregas de Homo Zapping, intentando ligarse a Esther Arroyo, y que estaban totalmente de sobra. El propio Homo Zapping triunfó gracias a Paco León y Yolanda Ramos, no gracias a él, que todos los personajes los hacía igual. Últimamente le hemos visto sustituyendo a José Luis Moreno en el jurado de Tú Sí que Vales, como contrapartida de Risto Mejide (o sea, el mismo numerito que hacían Lauren Postigo y Carlos Tena en Lluvia de Estrellas hace la torta de años), haciendo lo que se le da bien: elegir a gente con talento y demostrar que él no lo tiene.

Slugs: gente viscosa

PABLO MOTOS
Se cuela en la lista por méritos propios, aunque yo lo omitiría con gusto, ya que actualmente ha desbancado a Ramoncín como blanco de las puyas de los internautas, seguido de cerca por Falete (que en la baraja del humor, es el comodín). Meterse con el señor Motos es hoy día comparable a parodiar La Guerra de las Galaxias, así que simplemente he de decir: o se afeita o se rellena la barba con acuarela, que parece usted un tiñoso.

Ahoda yo zoy la chica.

Del rubio de Cruz y Raya pasamos, porque el pobre está hundido y ya lo ha rescatado El tipo con boina. Como la paciencia del humano es limitada y estarán como locos por añadir sus propios ejemplos y quizá por replicar que cualquiera de los aquí citados tiene más gracia que yo, daremos fin al presente recital usando una de las máximas favoritas del populacho español: “Mejor que estén subidos a un escenario que por ahí robando o matando.” Digan que sí, que Hitler era peor.