Lejos queda la época en la que un músico serio se horrorizaría ante la idea de ser “canción del verano”. Si un indie tuviera un pelotazo estival no nos parecería una traición, ni le acusaríamos de vendido: nos parecería hasta divertido poner el ‘Sálvame’ y encontrarnos a Lydia Lozano haciendo un chuminero a costa de Vetusta Morla. En su día, sin embargo, era patrimonio de los artistas más pachangueros y horteras. Artistas como No, Ni, Na.

Petarlo en verano significa una buena cantidad de royalties y galas durante al menos un par de años. Así que no es de extrañar que en su día hubiera hostias por conseguirlo y grupos creados únicamente para este fin. Los No Ni Na lo intentaron allá por 1990, con el siempre noble objetivo de forrarse ganarse la vida. Lo dejaban claro, puesto que su primer single era gilicanción llamada “En verano”. Nada de ese rollo moderno de llamar a las canciones con frases que luego no salen en la canción, como ‘Los Otakus’ de Astrud. Aquí al, grano: “En verano, voy de verano”, dice el tema a ritmo de melodía sospechosa, bien parecida a la de ‘Get Down On It’.

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Imaginaos como era dicho “panorama”

Ver a dos hombres y derechos, y en especial un “David Guetta” (calvo con coleta), hablando de estudiar para un examen y de que el profe “le va a poner un cero”, siempre da algo de grimilla. Y aún así, confiados, ellos decidieron que buscarían un público joven, que lo mismo podía cantar este tema al entrar a clase de recuperación en Julio que esperando en los coches de choque de las ferias de Barbate. Esto era refrendado con su “desenfadada” puesta en escena: bailecito chorra para los tres caricatos y tres bailarinas haciendo el canelo por detrás. El estilismo, de esos jerseys, sombreros y pelos, no decimos nada. Son los 80 que los nostálgicos tratan de olvidar. Y eso que era 1990, pero ya saben que aquí duraron hasta el año 2000.

¿Y quienes eran estos tres tipos? Pues nada más y nada menos que nuestro queridísimo José Antonio Vázquez, alias Adrián. Sí, ESE ADRÍAN, el ídolo teen de 1984 que cantaba como Los Pecos. Dice la leyenda que el artista tuvo desencuentros con su manager Miguel Ángel Arenas, “Capi”. Que no quiso pasar por el aro. O por el falo. según nos cuentan nuestros lectores en los comentarios. Abandonado la canción melódica, pasó unos años buscando nuevos proyectos hasta que apareció de nuevo con esta historia, de sonido más moderno, con raps y todo, y destinado a “la pista de baile”, o sea: discotecas lights y chiringuitos playeros donde tu primo se pillará su primera cogorza con calimocho y enseñará la chorra a la guapa del grupo, que no le dirigirá la palabra en dos semanas. Recuerdos imborrables de los que No Ni Na querían ser parte.

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El tripartito en acción

Para ello, Adrián, ahora con su auténtico nombre, se rodeó de gente que le aportara una puesta en escena vistosa: el mencionado Guetta, que resulta era coreógrafo (ya sabéis a quién culpar) y que te podía recordar a… sí, a Phil Collins, y una negra, que en aquel momento quedaba exótico y nos acercaba a Europa. O a EEUU, que la chica resulta era neoyorquina y enseñaba inglés por Sevilla. Un trío perfecto para petarlo a base de bien.

Con los componentes delimitados, el primer disco del grupo salió a cargo de Horus, disquera independiente a la que aquí teníamos mucho cariño. En Verano fue su primer single y tuvo cierta repercusión aquel verano, claro está. Pero mi tema favorito del LP no es este, sino ‘Enchufao’, en el que el trío deja atrás la frivolidad de los ritmos estivales para abrazar la canción protesta, denunciando una realidad social en España que nos afecta a todos.

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A ritmo de un extraño eurobeat pachanguero, no tan lejano a lo que hacían Azúcar Moreno el trío se hacen abanderados de esa creencia, no ya española, sino casi universal: “no triunfo porque no tengo enchufe”. A veces una realidad, a veces un mero autoengaño. Podemos destacar la amargura ante el rechazo de una mascota para la Expo 92 (prefirieron a Curro), o sus problemas con los concursos de baile, repletos de eso. De enchufaos.

Y entonces el cantante suelta UNA DE LAS MEJORES FRASES QUE HE OÍDO JAMÁS en una canción:

“Yo llevo años mandando mis canciones

A Julio Iglesias, y ninguna me coge”.

Es una de esas frases, llenas de amargura, que suenan a historia real y que da a la canción un poso de honestidad que hace que casi trascienda su condición de chorrada. Desde luego, escuchando el material de Ni No Na está clarísimo que debían de sufrir algún tipo de boicot por parte de los capitostes de la industrias. Posiblemente, del propio manager de cantante movido por la envidia: si el mismo Julio hubiera oído las canciones estos geniales artistas, seguramente habría corrido a asegurarse los derechos para poner su voz a alguna de ellas.

En fin: al menos el genial cantante Musiquito, el de “donde está la mosca”, versioneó el Enchufao en alguno de sus discos. Menos mal que hay gente que reconoce el talento sin importar si uno tiene padrinos o no.

Horus, desde luego, promocionó el disco. Yo mismo recuerdo escuchar el ‘En verano’ en la radio, y el trío realizó unas cuantas apariciones televisivas promocionando el LP y los sucesivos singles. Y claro: tras estas incursiones en el funky y la canción protesta, llegaba el momento de reivindicar las raíces. Así, siendo sevillanos, deciden ejercer como tales y cantar… una sevillana. Pero ojo: sevillanas modernas, con ritmos de música house y frases en inglés, y hasta sampleos de Cantores de Hispalis. Solo faltaba un casco de realidad virtual por ahí para ser lo más Expo 92 del mundo. Citando a los grandes. La tradición y la modernidad se unían en ‘Pero Niña’. El resultado: el equivalente música a Sloth. Un engendro con buen corazón.

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Twitteros de marcha

Aquel verano del 90 fue bueno para Adrián y sus amiguetes, que promocionaron a tope el single, gira con Los 40 incluida, donde compartieron escenario con Miguel Bosé o Duncan Dhu. ¡Eso es un cartel y no el de Benicassim! Aún así, y a pesar de su propuesta “joven y fresca”, como se dice en las notas de prensa, parece ser que las ventas del disco no acompañaron y el trío no llegó a sacar un segundo LP. Por supuesto, José Antonio. ha seguido trabajando y grabando discos hasta el día de hoy, ya alejado del rollo gilicanción y metido en la música de su tierra y la canción melódica.

No Ni Na no tenía más intención que la divertir y hacer ganar un dinerito a sus responsables. Ya saben: “no es El Padrino pero...” Todo muy lícito y, me atrevo a decir, con cierta gracia, a pesar de la horrible producción. Es uno de esos discos a los que, en la distancia, le coges cariño. Ahora, imagínate que tu primer beso lo das a ritmo de ‘En Verano’. De eso no te repones en la vida.