Omega men

Surgió en el último episodio de Campamento Krypton, en el que hablábamos de tebeos de Space Opera. Mis compañeros Lynott y B. Sánchez recordaban entusiasmados la épica aventura galáctica de los Omega Men, un cómic de DC de mediados de los 80. Yo sólo había leído el primer número y nada más. Y sin embargo, tenía un recuerdo aún más vívido que ellos mismos de aquella primera historia.

Por culpa de Kalista. Y sus tetas.

kallista

Kalista era la «bruja» de este grupo de resistentes galácticos, princesa del planeta Euphorix y novieta del líder, Primus. Y se lo follaba, claro está. Así lo dejaba de claro esta viñeta donde la tipa se soltaba el pelo… y lo usaba para taparse los pezones, posando insinuante en la cama.

AGH.

A mi yo de… 7 años, pongamos, esta «panel» se le quedó grabado en la mente. No fui el último que vi: en el cómic americano mainstream no había manera de enseñar un mísero pezón, así que este era relativamente normal utilizar este recurso. Recuerdo ver a Tormenta volando en un flashlack con una blanca melena ocultando tan jugosas partes, así como a Starfire. O a Lady Amalthea de El último unicornio.

amaltea

A base de verlo repetidamente en mis años mozos, la influencia del código de censura de los tebeos acabó creando en mí ese pequeño fetiche personal, como confesaba en el propio podcast. Fetiche compartido, y como casi todo hoy en día, tipificado y bautizado como «Efecto Godiva». Hale, ya os podéis a buscar como locos en Google imágenes. Eso sí, nunca he visto una tía que lo luzca también como la dichosa Kallista en este dibujazo de Keith Giffen. Un titán, el tío.

Ah, el podcast de tebeos espaciales, por aquí: al final resulta que los Omega Men estaban muy bien.