Desde que a la gente de Star Trek le dio por meter minorías en su tripulación, la cosa en la tele no ha sido igual. Comenzaron metiendo a una negra (Uhura) y un chino (Sulu) en el puente de mando, para acabar metiendo malfolladas (Troy) o MILF (La Doctora Crusher). Pero lo que nunca metieron fue un gay en el reparto. Ese honor le corresponde a otras series como…. Dinastía o Enredo. Pues sí. Porque Matt, el mariquilla de Melrose Place no fue tampoco el primer gay como protagonista en el reparto original de una serie, pero si el primero que lo decía claramente y sin tapujos. Y por eso se le recuerda. Porque era gay…. Y ya. Porque tampoco podemos decir que tuviera mucha presencia en la serie, a pesar de durar en ella 5 largas temporadas. Por ello, Matt Fielding es el auténtico secundario que nos traumatizó de Melrose Place.

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¿Maxim Huerta? Bueno, sí, es guapo el chaval…

Matt dejaba claro su condicion desde el primer momento. No valían las sutilezas: podíamos haber dicho que estaba en D’Nash, o que era fans de Eurovisión… Pero nada de eso. Las cartas sobre la mesa. Esa misma corrección política se cebó con el pobre chico e impidió que fuera un personaje más relevante o interesante. Matt se pasó toda la serie haciendo de comparsa de sus compañeros, como tu novia la convencías para jugar en tu partida de rol. Mientras ellos se liaban, se engañaban, se ponían los cuernos, eran secuestrados, se quedaban embarazados (ellas), se volvían locos, ciegos, borrachos, gilipollas, se afiliaban a falange …. él seguía siempre seguía igual. Su personaje evolucionaba a la velocidad de la erosión. Eso sí; era una gran persona humana, amigo de sus amigos, y gustándole lo que a todo el mundo: la música, el cine, salir de marcha, sacrificar vírgenes…

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Más años, igual de anodino

Por si todo esto fuera poco, era trabajador social; siempre comprometido con la comunidad, como Esperanza Aguirre. Imaginamos que el Sr. Aaron Spelling quería ganarse a un público que siempre apoyó sus obras, desde Dallas a Sensación de vivir, y no nos cabe duda de que de haber hecho a un gay manipulador, hubiera sufrido las iras de cientos de asociaciones de esas que nadie sabe que existen hasta que comienzan a quejarse de algo, como la C.A.L.M.A., el Colectivo Anti Luis Miguel Alcalíno, por ejemplo.

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Foto minúscula, igual que su importancia

Precisamente la única trama en la que participó durante la primera temporada fue esa; una denuncia que el bueno de Matt interpuso cuando unos terroristas xenófobos fascistas (que dirían Ska-P) le pegaron una peliza por maricón, y a diferencia de la que le pegaban a Johnny 5 en Cortocircuito 2, al espectador le daba lo mismo En la segunda temporada los personajes decidieron darle un poquito más de protagonista, y le sacaron de la rutina trabajo-casa-sauna-facebook y cuando Michael Mancini , nuestro dios, mató atropellando a un hombre, recurrió a Matt para que diera el cambiazo a la sangre que recogieron como prueba de su culpabilidad, metiéndole así en un lío de tres pares de cojones y, de paso y por fin, en el meollo de la serie. Siempre pensé que en el fondo a ellos, como a ellas, también les gustan los cabrones, aunque Michael nunca accedió a los avances de nuestro amigo.

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El hemisferio sur abunda en subdesarrollo

La otra trama de Matt fue casarse con una rusa para darle la nacionalidad. Nada que ningún colega tuyo no haya hecho por alguna peruana de busto prominente, y no se le vio salir con un tío hasta el capítulo 50. Daba igual: que fuera el primer personaje abiertamente gay en la tele justificaba su presencia, dándole a la serie ese toque moderno y rompedor que buscaban para atraer a la audiencia. Y oye, ya habían echado a la negra, no iban a echar también al marica. Eso sí que no, oye, que yo tengo muchísimos amigos gays. Pero muchísimos.

Matt se convirtió en uno de los pocos personajes que no se pasó por la piedra a nuestra queridísima Amanda Woodward, quizá por eso de no gustarle las tías, aunque no nos cabe duda que a algún guionista se le pasó por la cabeza ir a por el pleno al 15 y hacer que Matt cayera en sus vaginales redes. Su vida amorosa fue inexistente hasta, atención, la 3ª temporada. Debe haber sido el único personaje de un culebrón que no tiene pareja hasta 3 años dentro de la serie. Imaginaos que hubieran hecho un culebrón con Stephen Hawkings entre el reparto; pues os aseguro que a los 30 capítulos ya hubiera tenido algún lío. Al chico le buscaron un novio dentro del hospital, que obviamente estaba casado, como partidazo que es cualquier doctor.

Amazing la cantidad de bilis que retienen estas cinco

Esa fue la gran historia de Matt durante este año: convencer a su novio de que saliera del armario. En lugar de hacerlo con el tacto con el que hay que llevar estas, mediante rumores en foros y acusaciones en programas del corazón, Matt optó por la poco emocionante opción de pedírselo por las buenas, acabando con la emoción del doctor por sentir que hacía algo prohibido y del espectador, que estaba más atento a amoríos de Billy y Allison o a los tejemanejes de Amanda y Michael y la carrera de Sydney como puta de lujo (al menos ella ganaba algo, no como los otros dos).

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Mientras tenía lugar esta histórica escena, Matt estaba en la cárcel. No tienes perdón de Dios

Y es que a Matt nunca supieron darle el empuje necesario para que fuera una fuerza activa, imprescindible para destacar en semejante nido de víboras, porque en el Melrose Place había peor rollo que en una oficina donde sólo trabajan mujeres. Matt, imaginamos que de acuerdo con su actitud sexual, era siempre pasivo, le metían en líos los demás o asistía a las luchas y debates internos de otros personajes. El mismo Doug Savant reconoció años después en Entertainment Weekly que “nunca estuve en el ojo del huracán porque era Matt, el personaje gay”.

Por ello mismo, cuando se juntan fans de la serie, tienen decenas de sensacionales tramas que recordar de la que fue el mejor culebrón de la historia: Michael minusválido, el matrimonio de Billy y Brooke, el secuestro de Jo, las locuras de la doctora Kimberly Shaw, la prostituta con corazón de oro (como todas) que era Megan, los maltratos de Allison a cargo de un jugador de fútbol y su posterior alcoholismo… Decenas de historias. Pero ninguna corresponde a Matt. Oh, sí… hubo personajes tan sosos como él: la propia esposa de Michael, la negra de la primera temporada, la chica que interpretaba Amy Locane…. Pero ninguno de ellos duró 6 AÑOS en la serie. 6 AÑOS sin tener nada que hacer salvo ser “una marioneta en manos de Sydney y Michael”, como bien decían nuestros compañeros de La mesa camilla.

El mayor aporte de Matt a la serie vino tras irse. El chico se largó cabizbajo a San Francisco tras ver que no quedaba nadie del principio de la serie en el reparto. Al año siguiente llegaba al Melrose la noticia de su muerte en un accidente de tráfico… y de que, durante todos estos años, mantuvo un diario en el cual detallaba todos los secretos que iba averiguando de sus vecinos y compañeros, como Briget Jones, con quien seguro comparte el gusto en hombres. Semejante colección de revelaciones podía poner en serio peligro todo el trabajo. Para que los más jóvenes se hagan una idea, es como si se hicieran públicas todas tus conversaciones en el Messenger y todo el mundo viera como te tratabas de camelar a Jessy cuando estabas saliendo con Lamari mientras te reías de las dos con el Toño, a quién ponías a parir con tu primo en otra ventanita.

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Esta foto ya la habéis visto antes, pero claro, es que apenas tiene

Matt estaba interpretado por Doug Savant, cuyo papel más recordado hasta la fecha era de malo en una película muy querida por estos lares, Muerte a 33 RPM, que ya analizó Adso hace años. Allí hacía de matón chulito de instituto de una manera muy convincente. Quizá incluso se trate del mismo personaje; nuestro amigo quedó escarmentado gracias a los poderes jebisatánicos de Sammi Curr y maduró de golpe, convirtiéndose en el soso melé de la serie. Más tarde se unió al ejército y luchó contra Godzilla en la decepcionante película de Emmerich (como todas), y salió en 24, y si ustedes miran en la IMBD verán un montón de apariciones en la tele de esas que no nos acordamos nadie pero que le darán de comer al pobre hombre.

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¡Tengo trabajoooo!

Afortunadamente para él, volvió al prime time como marido calzonazos en Mujeres desesperadas; como pueden ver, Savant está especializado en sin sangres, en gente que ni fu ni fa, que sí pero no, en participantes del festival de la OTI, en lectores del Muy interesante. Si tuviera un grupo de música diríamos que “se lo ha currado”, frase a la que recurrimos cuando el grupo no toca mal pero evidencian una total falta de talento. Si fuera español podríamos asemejarlo con un Rodolfo Sáncho, por ejemplo. Eso sí; se casó con Laura Leighton, la mismísima Sydney Andrews, al que más de uno quisiéramos pillar por banda. Pero, por mucho que dure el programa de las marujas, para cientos de espectadores seguirá siendo, como le dicen mucho en Internet “that gay guy”. Al menos abrió el camino a personajes como el chico gay de Física y Química. Que dios te bendiga por ello, Matt.