Para mí los conciertos son algo totalmente catártico y agotador. Tras la adrenalina de el escenario, sobrevienen momentos de confusión y agobio, no termino de tener claro el por qué, y ya, más tarde, de un intenso cansancio que hace que me duela horrores todo el cuerpo.
Y aún así no cambiaría esos momentos por nada. Momentos como los vividos en el concierto que dimos Calipo A en el Círculo de las bellas artes este 25 de Mayo, auspiciados bajo el Día del orgullo friki y el patrocinio de Ozu. Fue emocionante tocar todo nuestro repertorio ante una sala llena hasta la bandera. Nunca se sabe las vueltas que da la vida, así que esos momentos hay que disfrutarlos como la primera vez que ves Zombi.

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Eso sí, siempre hay una de arena, y en esta ocasión fue (una vez más) el sonido. Está claro que el salón de baile donde tocamos no era el lugar con la mejor acústica del mundo, con una bóveda que provocó que la mitad del recinto escuchara una enmarañada bola de sonido que impidió que muchos disfrutaran del concierto. A todos ellos les agradezco la paciencia y les cito en nuestro próximo concierto. Y a los que pudieron encontrar un sitio más cercano y con mejor sonido… pues también.

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Entre el público había muchas primeras firmas de internet (vosotros sabéis quienes sois), muchas chicas monas, gente disfrazada, curiosos… No hemos dejado de leer blogs, contestar mensajes y admitir amigos en nuestro myspace, lo que reafirma nuestra impresión de que la gente se lo pasó bien con nosotros. Y nosotros, como de costumbre, lo pasamos fenomenal. Incluso ayudamos a entregar los premios Thewineris esos, o sea que jornada completa.

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Quiero dedicar una especial dedicatoria a la nutrida Legion Calipera, nuestros amigos y seguidores que acudieron a animarnos otro concierto más. A todos ellos, mil gracias, incluidos los nuevos miembros de la Legión que nos descubrieron allí o en el otro concierto del Chill Bill: ustedes son formidables. No como algún vándalo que nos intentó chorizear el Son Gohan que llevábamos de Atrezzo. Menos mal que ahí estaba el Sr. Wally Week y Ando, digo, The Slayer, para detenerles.

Anda que vaya frikis: además de marginaos, ladrones. En fin, ¡gracias a todos lo que hicistéis de aquella noche algo tan divertido! Los primeros, nosotros. Pues claro.