De la muerte de Lemmy Kilmister van a escribir mucho y muy bueno gente que sabe más que yo. El tipo lo merece. Su condición de icono del rock le ha llevado a trascender hasta el legado de su propia música y su banda, los siempre asperos Motorhead. Ahí fuera hay millones de personas que sólo le conocen por la película que ha emitido 200 veces La 2, y por compartir anécdotas o citas en Facebook. Y está bien: como decimos, su figura es tan grande que hay más fans suyos que de los propios Motorhead, y sus lamentaciones son igual de sinceras: un antídoto perfecto a las frasecitas de Coelho.

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Leyendo en la Rolling Stone una pequeña crónica de sus últimos días, me resultó especialmente entrañable el hecho de que, cuando se enteró que iba a pasar unos días en el hospital, Killmister pidió algo de entretenimiento para su habitación. Concretamente… ¡pidió la recreativa que tenían en el Rainbow Bar & Grill

Me flipa la idea de pensar que Axl Rose o algún miembro de Ratt, entre otros muchísimos músicos, se pueden haber echado unas buenas partidas en esa máquina de las narices. En ese momento recordé que, en algún número de la revista RetroGamer inglesa, Lemmy fue entrevistado y denotaba una buena afición por los videojuegos.

Como pequeño homenaje, os he escaneado la entrevista para que podáis leerla, pues es un aspecto de la persona que normalmente se obvia, cuando él mismo nunca tuvo problemas en hablar del asunto. Si le preguntaban, claro: supongo que la idea de tenerle en casa, tirado en el sofá jugando al Star Fox Adventures, no es que ayude precisamente a la construcción del mito del rockero definitivo que abrazan muchos de sus fans. Y aún así, ahí le tienen, declarándose fans de… ¡KNUCKLES! Con toda la naturalidad del mundo, como no podía ser menos, aunque mole bastante menos que tener un tanque en tu casa.

0065Supongo que debió hacerle mucha ilusión que su banda, o él mismo, acabara apareciendo en videojuegos.  Y lo hizo antes de los inevitables temas en juegos de músicas, y los tributos en aquel Brutal Legend. En 1993,  en el declive de los Atari ST y el Amiga (que tan importante fueron en Europa, a pesar del ninguneo americano) un pequeño sello inglés lanzó un juego de tortazos llamado, claro, Motorhead. En el podíamos controlar al propio Lemmy, recreado como un divertido sprite, y fostiando a góticos, raperos y cantantes de karaoke a base de bien.

En un bonito homenaje, unos fans acaban de lanzar una adaptación para PC, que podéis descargar gratuitamente si así lo deseáis. Esperemos que ahí arriba, el tipo pueda encontrar un Atari Jaguar para echarse unas partidas al Tempest 2000.

PD: tenéis un nuevo número de la fantástica edición española de Retrogamer en el kiosko. Sin entrevista con Lemmy pero con un montón de cosas chulísimas, como siempre.