Si les nombrásemos a Daisuke Inoue, les sonaría. No sabrían de qué, y jamás lo acertarían, pero eh, es lo que tienen los nombres japoneses, que todos le suenan a uno. Por eso traducían los nombres en Campeones, para hacernos un favor. Y quien a estas alturas llame Tsubasa a Oliver, será mejor que empiece a llamar Face a Fénix (qué nostalgia, el Equipo A) o deponga su repentina actitud purista. Podría acabar siendo una de las nuevas víctimas del asesino Puzzle (dado que siguen y siguen sacando secuelas de Saw, llegará el día en que tenga que atenerse al pecadillo más absurdo para encontrar a un tío al que atar a una desbrozadora por las orejas y hacerle resolver una sopa de letras mientras).
Siempre serás bienvenido a este lugar
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Pero a la hora de la verdad, Daisuke Inoue no sugiere nada. Ya ven, este texto empezaba hablando de él y se ha desviado solo. Nosotros mismos lo hemos tenido que consultar en la wikipedia: es a este señor a quien se le atribuye la primera máquina de karaoke. Ya saben, esa palabra que significa «no hay banda», y que en inglés se traduciría más o menos Milli Vanilli. (¿Significará esto que en la versión japonesa de Mulholland Drive, el tipo ese de la sala Silencio se plantará en el escenario y soltará un ominoso «¡KARAOKE!»? Por favor, díganme que alguno de ustedes es tan rarón como para poderlo confirmar o desmentir, o si les da vergüenza, utilicen la excusa «Tengo un colega mu friki que dice que sí».)
Exacto, por si no lo habían deducido por el críptico título, de karaoke va la cosa.
Al menos, se pronuncia como se escribe
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Dejando atrás la triste historia de… hum… Sasuku Minoia (paso de molestarme en volver a mirar el nombre, y eso que lo tengo escrito un poco más arriba), que no patentó el invento y debe de quedar a cenar cada seis meses con Tom Selleck (el hombre que rechazó el papel de Indiana Jones) y compartir miserias, ya sabemos todos lo que es el genuino karaoke. No, no es la máquina en sí, se trata del local, de ese sitio al que los que van lo etiquetan como «para echarse unas risas», mientras el resto de la sociedad lo califica simplemente como PENOSO. Y es que estos lugares son un auténtico baño de miseria social, de tercermundismo anímico. Son, simplemente, lo puto peor.
Sólo hay una forma de caer más bajo: que la dueña sea tu madre
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Analicemos una típica noche de karaoke (y sí, magníficos comentaristas de acerado verbo: esto implica que el autor de este texto ha ido varias veces a uno de estos antros). Por lo general, la magnífica idea de ir a un sitio de estos viene gestada, aunque siempre hay quien la disfraza de ocurrencia repentina, de «Eh, oye… ¿y si vamos a un karaoke?». Algo tan natural como decir, no sé, «Eh, oye… ¿y si vamos a un bingo?», lo único que con esto último quedas como el puto culo y probablemente acabes teniendo un problema serio a medio plazo. Nadie va al bingo a «echarse unas risas», desengáñense, perder dinero a lo tonto, jugando, no es gracioso ni divertido. Claro que también los hay que juegan al póker con garbanzos, de eso hablaremos otro día.
Decíamos, pues, que la idea ya viene gestada. Mi amiguete Álex Pérez, por ejemplo, siempre lo lleva en mente. Ya puede quedar para hacer un intercambio de rehenes con la mafia del este, que luego propondrá ir todos a un karaoke. Sea como fuere, y tras mitigar los ánimos aguafiestas de aquellos que pasan de ir (esos son los llamados «sensatos»), el grupito acaba en el karaoke San Francisco (nombre al azar), dispuesto a «echarse unas risas». Lo primero que te llena de júbilo y alegría es el precio por consumición: parece que se toman en serio el término, porque te cobran como si estuvieras consumiendo algún recurso irrecuperable del planeta. A mí la pepsi me la pone sin cubitos de ozono, gracias.
Jo, tenía razón mi amigo de ForoCine, Disney sin Pixar está perdida, directa a la bancarrota…
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En la concurrencia de esa noche, encontraremos una maravillosa paradoja (pero de las buenas, de las que no provocan una reacción en cadena que destruyen el mundo): al público de un karaoke se la sudan los demás, ahí cada uno va a cantar y a oír a sus colegas, y cuantas menos interrupciones haya por parte de otros cantantes, mejor; además, que así da menos vergüenza salir. Pero si se entra en un local que está vacío, da un mal rollo y un aire de cutre que espanta, con lo cuál tampoco mola… ¡Aaaah, duda cruel, encrucijada de preferencias! ¿Local petado o local desierto? ¿Vaso medio lleno o medio vacío? ¿Windows o Linux? (sí, sí, oh, sí, siempre es buen momento para este debate, oh sí, oh yeah).
Tras el asentamiento (rece porque le toque un sofá, porque los demás asientos o no tienen respaldo o están jodidos y se tira uno toda la noche en vilo pensando que se va al suelo), viene el momento más emocionante:La Batalla por el Cancionero. El cancionero es como la carta de un restaurante, sólo que cuando uno va a un restaurante, ya sabe más o menos lo que quiere y se limita a ese apartado. Lo malo en el karaoke es que el Caos reina sobre el Orden. En principio, se sigue un orden Alfabético, unas veces por cantante, otras por canción. No, no me refiero a uno u otro orden según «según el local». Me refiero a EN UN MISMO CANCIONERO. Así, pasamos unas cuatro veces Noches de Bohemia: en la N de Navajita Plateá, más adelante en Noches, en la O de Operación Triunfo, en la M de Manu Tenorio y Nuria Fergó, en el apartado «Nuevas Canciones» (a saber en qué año lo incluyeron en el repertorio, porque hay otro apartado llamado «Canciones Nuevas» y otro «Últimas Canciones»…), y metido por error en medio del repertorio en francés, porque el que hizo el listado era la primera vez que manejaba el excel.
Rayos, nunca tienen las canciones que yo quiero
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El asunto es que siempre hay tortas por el libreto de las narices. Hasta los que pasan de cantar se lo apropian, sólo para mirar lo que hay, por matar el tiempo. Es como cuando se espera en la peluquería, que pasas del cotilleo como de comer mierda, pero o te pones a hojear el Diez Minutos o no hay mucho más que hacer. Sin embargo, son peores los que van a cantar, porque ellos tienen excusa para monopolizar el libreto. Y se lo miran de pe a pa, dándole a veces varias vueltas, hasta que se deciden. ¿Por qué cuesta tanto elegir una canción? Eso depende de si el ojeador tiene intención de cantar solo o acompañado.
SOLO: Venga, a ver, hay que elegir una que nos haga quedar en buen lugar, que no la caguemos demasiado. Para empezar, hay que sabérsela medianamente bien, aunque luego no vayas a despegar los ojos de la pantalla, no sea que te confundas (es que ni en el estribillo del «La, la, la» se arriesga uno a no leer la letra). Tras esta preselección, apetece cantar unas treinta o cuarenta. Es entonces cuando hay que ir entonando fragmentos por lo bajini, a ver si vas a llegar bien o hay riesgo de gallo. Este ritual de selección puede durar horas, y es inútil, porque al final se te va la perola, te adelantas a la letra y desafinas como un violín mojado.
ACOMPAÑADO: Esto en principio se disfraza de «cuantos más seamos, más reiremos», pero en realidad obedece a la máxima «Joder, qué vergüenza me da salir a cantar solo». El ritual es parecido al llevado a cabo en solitario, sólo que hay que señalar una de cada ocho canciones al amigo que se tiene al lado, a ver si se le enreda para que salga a cantar con uno. Esto no se hace en plan ansioso, «eh, eh, eh, ¿cantamos esta?», sino, una vez más, a lo casual: «Anda, cómo mola, Cruz de Navajas…». Por lo general, el otro sonríe y asiente, pero no se da por aludido o bien se hace el longuis que da gusto. Ojo, si a su vez él señala otra, diciendo algo como: «Qué bueno, Mi Carro», sabremos que hemos encontrado a nuestro compañero de ridículo. Ahora sólo hace falta que ambos coincidan señalando la misma canción y sus miradas se crucen con el chispazo de la complicidad ante el ridículo, como cuando vieron aquellas peluconas moradas en un puesto de la Plaza Mayor. En caso de que se le agote la paciencia, siempre se puede recurrir al pique «Hostia, Amigos para Siempre… ¡no hay huevos!». Recuerde suavizarlo con una manta de «Venga tío, y nos echamos unas risas». Eso ante todo.
¡He dicho que «La Raja de tu Falda», joder!
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Por supuesto, en los momentos previos a nuestra actuación, siempre seremos clementes y bondadosos con la gentuz… con los que salen al escenario. Cualquier mofa se podría volver contra nosotros, así que mejor aplaudir a todo el mundo, reírse con disimulo y ser buenecito. Una vez hecho el ridículo propio, se acabó la diplomacia: a la pierna, sin piedad.
Sería imposible hacer un listado con las canciones más repetidas de un karaoke, puesto que dependen en gran medida del emplazamiento de este y, sobre todo, de la gente que asiste. ¿Y con qué tipo de gente nos podemos encontrar en uno de esos antros de perdición? La clientela del local se define a la perfección con una palabra: ARQUETIPO. Si existiera un juego de rol sobre karaokes, no habría que cascarse mucho el cráneo para parir el capítulo de «tipos de personaje». Son, a grandes rasgos, los siguientes:
Dos gardenias para ti, Cáaaardenas, que yo quiero dos cojone asín de gordos, oaaaah
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Johnny Molomucho: A este lo peina su legión de duendes con rastrillos. Suele ir con camisa (desabrochada para que se le sugiera un poco el pecho-lobo) y americana, lo que podríamos llamar «Vestir a lo Francisco«. Lo acompaña una tía con pinta de frescales aputorzada y que, irónicamente, pasa mucha vergüenza si la obligan a cantar. Johnny se come el escenario con sus cuidadas interpretaciones (sale cada dos por tres) y canta las típicas cosas como de lucirse mucho, tipo Mediterráneo (la de Serrat, no la de Los Rebeldes) o New York, New York. Lo hace respetablemente bien, y a los aplausos del público se suman las palmas que da su acompañante sin usar las manos. Se le ve de lejos que no es la primera ni la segunda vez que va allí (siempre con acompañante distinta, eso sí) y que, por supuesto, siempre pide las mismas putas canciones.
Hasta el último momento, su plan para aquella noche era jugar al Monopoly to fumás
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Las Pavi-Chicho: Este grupito de coleguillas que se ríen por todo, que dan palmas y que salen al escenario a cantar o una muy melódica, que a varias voces (que no se molestan en intentar armonizar, cada una va por su lado y tono) adquiere tintes hecatómbicos, o la típica de dar muchos gritos y hacer el ganso. Gracias a la penumbra que reina en estos locales, no se ve la tonalidad tomatil que adquieren sus rostros, porque en definitiva, cantar Desátame de Mónica Naranjo chillando como locas no ha sido tan divertido como esperaban. Lo bueno es que cuando suben al escenario, ofrecen doble espectáculo: canción y pelea de gallos.
La Toñi: Esta mujer, a la que, en nuestra santa diplomacia e inocencia, catalogaremos como «ya tiene una edad», pelo corto, medalla de la Virgen del Carmen, reloj chapado en oro y blusa sin mangas modelo «espíritu joven» (la media de edad de usuarias de esta prenda devalúa un tanto la supuesta juventud), sale a cantar en solitario o con una homóloga. Su canción favorita es El Ramito de Violetas, la cuál parece más fácil de cantar cuando la sueltas entre dientes mientras repasas los azulejos del baño o cuando tienes a Cecilia en la radio para cubrir tus carencias vocales. Pero sola ante el peligro (o peor, a dúo), la pobre Toñi la caga a cada estrofa, y va hundiendo tanto el cuello en el torso conforme avanza la canción y aumenta su bochorno, que termina como Tontín el de El Escuadrón Diabólico, escondiendo la cabeza.
Los Chavales: tronchantes representaciones del más puro Dani, dan la réplica a las Pavi-Chicho, pero ellos más a lo rococó. Es decir, que si hay que hacer el ganso, dejad que os enseñen los maestros, que vais a flipar. Estos salen a hacer mucha gracia, la montan al subirse al escenario, se pelean por ver quién coge el micro (siempre se le cae a alguno), dicen algunas gilipolladas mientras empieza la canción («eh Dani, maricón, no te escapes, hijoputa, déjame sitio, se la dedicamos al cabrón del Moisés» y cosas así, las palabrotas siempre dan risa) y se ponen a dar la nota, cantando fatal aposta, haciendo voces chorras, dando gritos exagerados a lo hincha futbolero y saturando al público antes de que llegue el estribillo. Por supuesto, les encantan las «cachondadas» del tipo El Tractor Amarillo o Vivir así es morir de amor. Al final sólo se ríen ellos.
Si no le da vergüenza ir así por la calle, menos le dará subirse a cantar
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Johnny Molomucho Versión 2.0: Bufón, histriónico, saltimbanqui, ramera de la atención. Coge una canción, si es rara mejor, y sale a que todo el mundo flipe. Tiene su gracia, y es el único que produce risas que no hay que tapar con la mano. Eso sí, si sale más de una vez la misma noche, pierde su encanto (no olvidemos lo dicho antes: la gente ha venido a cantar y a oír cantar a sus colegas, no abusen de su público). Para más información, póngase en contacto con destacados representantes del gremio tales como Nacho Vigalondo o Antonio Castelo (que me expliquen cuándo fue ese «antes» de «tú antes molabas»). Vaya dos titanes.
Cansino, de Scorsese: A ver, dado que el nivel musical es pésimo, al menos uno puede dar palmas o corear los estribillos. Se crea un buenrollismo que oye, tiene su punto. Entonces anuncian que sale a cantar un tío que siempre tiene un nombre como Emiliano o Vicente, y que corta el rollo el 100% de las veces. El tío tiene un tamiz acojonante para localizar las canciones más soporíferas del libreto, y encima las suele cantar como el puto culo. Joder, al menos cógete una fácil y te hacemos los coros, que luego no quedan ni ganas de aplaudir por compasión. Existe una variedad muy especial, el Cansino Asturiano, que se agarra a las de Víctor Manuel (que es, en sí, todo un coñazo), y no se quedará tranquilo si no honra a su tierra cantando el abominable Asturias, si yo pudiera…
Hemos optado por callar, dejarles disfrutar de la imagen y hacer sus propios chistes.
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Esta actividad que les hemos desgranado puede parecer propia de lerdos o gente con poca vergüenza. Nada más lejos de la realidad. A todo el mundo le gusta cantar y pasar un buen rato aunque sea a costa de hacer un poco el ridículo, y el karaoke pronto se asentó en nuestra sociedad. La TV y el cine se hicieron eco del popular pasatiempo, y también comenzaron a aparecer auténticos eventos karaokiles alejados de las tradicionales salas. Algunas muestras de la penetración del invento serían:
EL karaoke de los salones del manga: Es indivisible: la canción y los salones del manga van pegados como ver a Willy Toledo y las náuseas. Los otakus han convertido estos eventos en algo tan ruidoso, llamativo y colorista, que se han extendido a cualquier salón del cómic “en general”, para desesperación de los pobres tenderos cuyo stand linda con el tablao que usan por escenario. Mientras viejas glorias del noveno arte se aburren ante la falta de gente en sus firmas, las colas para hacer el canelo cantando algún opening de Bleachcongestionan los pasillos de los recintos. Los participantes son, básicamente, los mismos que se describen arriba, con una salvedad: van disfrazados y cantan en un idioma aún más ignoto para ellos que el inglés. Y no pueden usar la excusa de ir borrachos o fumaos (que, no nos cansamos de repetir, sirve para justificar cualquier acto). Es, en general, más aburrido que el normal, ya que la precariedad de los medios hace que la letra haya que mirarla en una hoja de papel y, como consecuencia, las actuaciones sean estáticas y aburridas como la misa de una boda. A fuerza de insistir los mismos participantes evento tras evento, se ha creado un star-system que podrán ver berreando todos los años en Madrid y Barcelona, y que cuenta hasta con fans, como nuestro heavy Naruto o el famoso Suboshi.
Jordi LP grabó un CD, en DDD, sobre el D&D
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Ven a cantar: Innovador formato que permitía que, mediante cuatro durejos y la inestimable participación de los tontos del pueblo, Tele 5 rellenara una hora de programación y consiguiera suculentas audiencias. Presentado por Jordi LP y posteriormente por Paco Morales (a quien el Dr. Sierra conoce por Paco Otracosa), aquel espacio primigenio se caracterizaba por su carácter ambulante, aterrizando un día en Torrijos y otro en Mataporculo del Páramo, para algarabía de los ciudadanos, que iban a ver “el pueblo por la tele”. Que poco han cambiado las cosas ¿eh? El repertorio os lo podéis imaginar: Galilea de Sergio Dalma (¡que fortuna la mia!), los dos hits de Manolo Tena y algunas del Dúo Dinámico. Todas siguen sonando en Al Pie de la Letra, las canta el tío ese con cara de estar oliendo mierda en un palito. Cada dos o tres años vuelve a aparecer el mismo concurso en alguna cadena, para desaparecer rápidamente. El único cambio es que ahora los tontos del pueblo aparecen con el pelo del punta, con horas de gimnasio en el vientre y el pecho depilado, pero por lo demás sigue igual.
El Anti karaoke: «El karaoke con actitud», dicen sus fans. Creado en Barcelona, se trata de un acontecimiento que cuenta como maestra de ceremonias con la humorista Rachel Arieff, que entre canción y canción hace numeritos caracterizada como diferentes personajes, uniendo así música e imitación, como esos magos del humor que son Pedro Ruiz o Los Guiñoles. Pero a la americana y con cierta gracia (aunque Wally asegura que le recuerda a cuando el marica de los Morancos se hace pasar por guiri). El caso es que la lista de canciones es bastante más potable que los karaokes normales, aunque al final la gente sólo cante y se entusiasme con las mismas melodías de los Maiden, Gansos Rosas y Metallica que ponían en el Discocross. El lado positivo es que hay gente que va a dar un espectáculo más o menos entretnido y no a hacer la gracia con los colegas, y la predisposición de la gente de ir a «flipar» hace mucho para que sean jaleadas muchas melodías. Pero tiene un lado oscuro: hoy por hoy, el AK, al igual que sucede por los del manga, es controlado por una serie de asistentes habituales que berrean sistemáticamente en cada edición, algunos incluso varias veces, mientras que los más nuevos e ingenuos se apuntan tarde y se quedan con ganas de salir al escenario, o, en caso de poder subir, son recibidos en muchos casos con indiferencia al no pertenecer a la élite. Eso, en todo caso, no es culpa ni de Arieff ni del público; como mucho, será culpa del PP, como todo.
¡Medio gramo para el equipo de las chicas!
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Furor: Si tuviéramos que elegir algún programa en cuyos intermedios se consumiera más cocaína, sin duda Furor sería uno de los principales candidatos. En mi casa se conocía como «Furor Químico», y mientras duró, nos proporcionó momentos gloriosos e inolvidables. El concurso dividía a los intérpretes, todos ellos “gente famosa”, en dos grupos, según su sexo, encargándose de moderar el tema el gran Alonso Caparrós, perfecto representante de la escuela de presentadores que nuestro amigo Álvaro denominó “rollo chochitos”. Allí se daban cita mostros de la talla de Antonio David, Sergio (sin Estíbaliz), Belen Esteban, Karmele (sí, la madre de Amaral), Goyo Gonzalez, Francis Lorenzo… cualquier famoso, ex famoso o aspirante a famoso era susceptible de pasar por ahí, como sucedía con la cama de Nuria Bermúdez… Según avanzaba el programa, Caparrós pasaba de estar contento a histriónico, y con él, más de un concursante, que acababa berreando El submarino amarillo sobre la mesa, corbata en mano, y masajeándose el tabique nasal al grito de «po-pu-rrí, popurrí».
El Singstar: Espantoso juego que introduce una muy ansiada novedad: el sistema de puntos. Se acabaron las discusiones a punta de navaja. Por fin una máquina nos indica, sin lugar a dudas, quién ha ganado. Lo peor es que para ello se basa es nuestra capacidad de imitar la canción original. Cualquier giro personal que intentes dar a la tonadilla, o cualquier variación en la métrica que introduzcas, será castigada con una reducción de la puntuación. Total, que el juego degenera en aquellos recitados infantiles sobre el recorrido del río Tajo y donde la nota dependía de lo bien que te habías aprendido la cantinela. La gente acaba imitando lo mejor posible la voz original hasta que se cansan y acaban berreando de cualquier manera, mientras el resto, por fin, se parte la caja. Claro que para eso no hace falta gastarte los cuartos en el juego. ¿El repertorio? Pues ya puede ser etiquetado como rock, pop, 80s o español, que parece extraído directamente de los playlits de Kiss FM. ¡No, en casa no!
En España, harían falta cinco guionistas, cuarenta subvenciones y Santiago Segura para una película así
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El módulo para la cadena:
Indispensable complemento para hacer el imbécil en casa: un cacharro que «quita» la voz a las canciones y permite grabarnos encima de nuestras cintas favoritas de La Polla Récords insultando a los compañeros del instituto. Su equivalente hoy día son los programas tipo «karaoke studio» o, directamente, los midis infernales que, a la larga, provocan la aparición de herpes, tifus, RedKaraoke.com o los grupos de coña que salen en El Rellano. El horror.
Karaokes en el cine: Fieles a nuestra hoja de estilo, no entraremos hoy en un largo listado de películas. Por destacar alguna, hablaremos de los asiáticos, que como es natural, se llevan la palma: tienen hasta películas dedicadas al tema. Ahí está Let’s sing along, con la difunta Anita Mui echándose unos bailes sobre el escenario, y que inspiró aquel Duets con Gwyneth Paltrow que mejor olvidamos para siempre, o la más reciente Karaoke Terror, situación que todos hemos vivido alguna vez cuando el Paco se canta la de Eloise. Entre nuestras favoritas, está, por ejemplo, aquel karaoke que se marca Stephen Chow en Shaolin Soccer con su amigo cabeza de hierro. Pero hay una que queremos destacar, y no; no es la escena de Bill Murray en Lost in Translation, sino la otra gran escena americana de Karaoke: la de Jim Carrey cantando Somebody to love en Un loco a domicilio, enorme y gigantesca en todos sus factores.
Todo los mandamientos expuestos en el artículo se encierran en dos: colgarás tus videos de karaoke en el youtube y mandarás el link a tus contactos del Messenger. La existencia del Youtube hace que la experiencia trascienda la mera anécdota con los colegas bajo el latiguillo de “nos partimos el culo, macho”, y permite que sea compartida en su plenitud no ya por el grupete de siempre, sino por todo el mundo. La fama al alcance de la mano. ¿Quién sabe? Igual a una chica le hace gracia y acabas ligando. La cúspide de todo esto que les venimos contando, queremos recordarles el video de Benigno Escalante “Nike” Salteño, que interpretó con acierto el tema Cuenta Regresiva del grupo Europa en el programa argentino Si lo sabe, cante. Pasarán más de mil años, muchos más, y aún nos reiremos del pobre, y seguiremos sin saber qué es un “emulón”.
La cosa siempre podría empeorar…
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Hoy en día, el salón karaoke, lugar donde se originó el invento, se encuentra en decadencia. No hagan caso de quienes dicen que desde principios de década fueron perdiendo la gracia; esos son, como siempre, víctimas de la manipulación informativa. Ni tampoco a los discos de Karaoke de sus grupos favoritos (que los hay). La realidad es que, igual que los salones recreativos, las bibliotecas o el servicio militar, su pérdida de popularidad se debe a los malditos videojuegos. No contentos con lavar el cerebro a los jóvenes para volverlos androides ultraviolentos, marginados sociales o dependientes del GAME, los satánicos terroristas de la industria del videojuego sacaron el ya mencionado Singstar como sustituto barato y comodón del entrañable karaoke. Sí señor, cada uno a hacer el pollaboba a su casa y punto.
El cantar, por lo tanto, no parece que se vaya a acabar, pero sí a mudar. ¿Qué ocurrirá con esa famosa whiskería de Alcalá de Henares en la cual, a pesar de su mala reputación, se dan cita chicas y chicos para cantarse una de Perales? Para un entretenimiento que tenían las pobres colipoterras y se lo quieren quitar. Nosotros prometemos que este año nos acercaremos por ahí a entonarnos una del Bustamante y cerrar el círculo: de cantante de karaoke a artista de karaoke. ¡Casi na!
El problema de los repertorios de los karaokes de esos locales está en que no hay heavy. Ni Iron Maiden, ni Kiss, ni Halford…
Jajajaja, creeo que habéis olvidado dos grandes clásicos del karaoke español: la Bamba, la Puerta de Alcalá y Bandido de Miguel Bosé. En mi insti siempre la cantábamos.
VIru: clasicazos sin duda, pero bueno, la verdad es que por el repertorio hemos pasado un poco por encima por voluntad propia.
Qué gran artículo . Si señor. Obra Maestra. Enhorabuena. Pero si me permites voy a centarme en una frase que decías al comienzo del post. Es esta :
«Podría acabar siendo una de las nuevas víctimas del asesino Puzzle (dado que siguen y siguen sacando secuelas de Saw, llegará el día en que tenga que atenerse al pecadillo más absurdo para encontrar a un tío al que atar a una desbrozadora por las orejas y hacerle resolver una sopa de letras mientras).»
Qué gran verdad. Se acerca Halloween , momento propicio para el estreno de una quinta parte de la saga . ¿Es esto lo que nos espera? :
Señor Ruperez es hora de levantarse.
El pasado Sábado usted se saltó un semáforo en ambar.Ahora debe pagar por ello. el aparato que llevas está sujeto a tus mandíbulas superior e inferior. Cuando el temporizador que tienes detrás se ponga en ambar, tu boca quedará desencajada para siempre. Que empiece el juego.
Un Saludo y reitero mi enhorabuena por tan completo y sublime artículo sobre los karaokes.
La Chumi
http://yosoylachumi.wordpress.com
Vaya torrentera de sabidurida observacional, Mr. Week. Se nota que ha visto –y oído– muchas cosas terribles en esta vida.
Yo intento olvidar…
Creo que es este un buen momento para confesarme: durante una etapa de mi vida estuve asistiendo a un karaoke todos los fines de semana durante algunos meses, y desde luego que uno se encontraba a todos los personajes aqui expuestos, e incluso (puestos a confesar, hagámoslo a lo grande) alguna vez se convertía en uno de ellos.
Sí, yo me subía con algunos ignominiosos más a cantar el «Ni Más, Ni Menos» de Los Chichos e incluso una vez me instaron a cantar una coplilla yo solo, pero inexplicablemente me daban ataques de timidez y miedo al ridiculo repentinos y nunca me atreví. Pero ahora que el dueño del pub heavy al que solemos acudir ha puesto un proyector y pone videos de karaoke de Europe y demás grupos hard rockeros, quién sabe…igual dentro de un tiempo salgo en Rafabasa.
Buen artículo, me ha gustado mucho. Mis felicitaciones.
Yo es que esos sitios no los frecuento, me da un poco de asquete el concepto. No obstante (momento cara tapada con un rectángulo negro y voz distorsionada a continuación), yo he cantado a grito pelado «Grábame el de Slayer», de Gigatron, en medio de un garito jebi (aunque en realidad se la estaba cantando a mi interlocutor telefónico, pero era a gritos aún así).
Me encanta trabajar en GAME y que me comparen con… ¿marginados sociales? ; ¡que gustazo!. No estaria de mas que rectifiques eso ; me gustan bastante las paridas que escribes , y ya tengo bastante que en EOL , Vandal ; Meri y demas escoria me pongan verde por mi trabajo….
No, no, temo que ha entendido mal, amigo dark_chobit. Una opción es marginados sociales, otra es androides ultraviolentos y la tercera es dependientes del GAME (diferenciándolos, por tanto, de marginados sociales y androides ultraviolentos). Y de hecho, creo que es la única de las tres opciones que DE VERDAD se debe a la influencia de los videojuegos. Vamos, es tan irrefutable como que si no hubiera videojuegos, no habría tiendas GAME, ni por tanto, dependientes de estas.
Paz, colega.
Buenas!
He vivido nueve meses en Japon y, aunque hablo un japones tan patetico como mi ingles, puedo asegurarles que la palabra karaoke significa mas o menos lo mismo que en españa: un local en el que vas a cantar con los colegas. Todo eso de las orquestas y el silencio son pamplinas de guionistas yankis trasnochados.
La diferencia es que alli cada grupo de colegas tiene una sala privada, por lo que no hay que aguantar a los arquetipos enumerados mas arriba.
Y por ese motivo los karaokes japoneses son divertidos.
P.D: En los karaokes japoneses hay muuucho metal
Lo mejor es lo de: Tom Selleck, el hombre que rechazo el papel de Indiana Jones… jajajajja XD… (De todas formas, esto no es del todo cierto, la verdad es que era el mejor situado para el papel, pero se barajaban otra opciones, eso sí, Ford no era ninguna de ellas, y cuando Selleck se retiró definitivamente para hacer Magnum, pues ya sabemos lo que ocurrió, pero técnicamente no rechazó el papel)
De todas formas la frase es buenísima y abogo porque se repita en todos los artículos de Viruete.COM…
Falta una cosa muy grande: los vídeos del karaoke. Eso da para escribir un artículo muuuuy largo.
Siempre hay un **** Jose (con acento en la o)
PU*** mesetarios.
Aquí uno que se ha visto reconocido en varias de las frases del artículo. Mi ultima experiencia fue cantar «Ella» de Viceversa, permitiendome el lujo de gritar vivas a chimo bayo y dedicar la canción a todos los fans de los 90, ante un público compuesto de vejestorios.
En mi cabeza estaba hacer un «bootleg» cantando la letra del Duro de pelar, pero el alcohol me lo puso difícil y recurrí al «leo la letra de la pantalla aunque me lo sepa de memoria»
«ahora los tontos del pueblo aparecen con el pelo del punta, con horas de gimnasio en el vientre y el pecho depilado»
Que gran verdad.
Lo de Furor, debían llevar carretillas de coca a las mesas, no he visto cosa mas humillante y que me de mas vergüenza ajena.
Confieso: Yo jugué a Furor (sin drogas), en las fiestas de mi pueblo, era una versión propia con nuestras reglas, haciendo el chorra.pero el caso que era una excusa para cantar la cancioncilla de «Popurri, popurri, popurri, popurri» jaja
Recuerdo bastante bien «La Champanería», en el Paseo del Val, que era un karaoke lleno de cocainómanos bastante popular de la noche alcalaína. A veces se llegaba a acercar a Furor, incluso.
Yo siempre he sido de Los Chichos y Los Chunguitos. A nivel karaoke, no tienen rival.
Realmente, una sabia decisión la de no añadir nota al pie de la imagen del Karaoke Cillit Bang. No se puede mejorar la perfección.
Y sí, el Singstar es frustrante. Me han ganado por goleada personajillos cantando con notas planas y tarareando «naaaa, naaa, naaaaaa». A mí, el de la voz aterciopelada aunque varonil.
«Él es Cabeza de Hierro, yo soy Pierna de Hierro…» (¿o era de oro? qué más da, lo importante es que les dan de hostias).
Para variar, descojonante e hiperrealista, pero para mi gusto te has dejado un arquetipo (en el que entraría yo mismo, sin ir mas lejos en una penosa etapa de mi vida)el «YOSOYMEJORQUEESE» o también conicido por «¡ANDANOJODAS!» (exclamado mientras mira al tipo/a que interperta)
Exempli gratia:
Por alguna razón, aparte de por la devoción, estoy abonado a Héroes Del Silencio. Por alguna otra razón, es la única música decente que se puede escuchar en un karaoke (a riesgo de acabar odiando «entre dos tierras» y «maldito duende», como ha sido mi caso).
Por alguna otra (mas) razón SIEMPRE la pide alguien que lo hace como el culo y por alguna razón (etílica) el «¡ANDANOJODAS!» (yo) se lo toma como algo personal porque se cree el clon perfecto de Bunbury, y pide otra de Héroes para enseñarle a ese tipo lo que vale un peine…
Tengo que admitir que en alguna ocasión he salido mas o menos bien parado, pero (oh casualidad, oh exceso de cubatas) otras tantas veces en las que el hijoputa de mi colega me ha grabado con elmovil y lo he visto al día siguiente, me he pasado semanas enteras en casa…
Cambién el nombre de la banda o del cantante y verán como les sale algun personajillo de estos (la Pantoja y Nino Bravo tambiénn suelen ser blanco de esta clase de fenotipo) .
Vaya conjunto de cracks para escribir uno de los mejores articulos de la web!!!
Tengo poca experiencia en esto de los karaokes (y cantaba en un coro de adultos, cuando aun no habia cambiado la voz, junto a las mezzo soprano, se puede pasar mas vergüenza? xD) asi que comentare que gracias a la coletilla Lo Puto Peor me matricule a una asignatura optativa de la carrera (LPP) que, ironicamente, acabo siendo Lo Puto Peor de asignatura xDDDDD
Hace tiempo que no voy al AntiKaraoke, el mes que viene vuelvo. El único Karaoke en el que la gente no va sólo a jalear a los suyos. Y a pesar de estar copado por los habituales, reconozcan que muchas veces se lo curran, performances incluidas.
A mí la Arieff me recuerda más a la azafata americana del 1,2,3 que al Cadaval.
Viru: claro que está reconocido en el texto, dice algo así como que dan espectáculo y demás. Yo he ido varias veces y lo que cuento no me lo invento, aunque no pase siempre.
Os dejais un arquetipo:
La parejita: Que además las hay desde jóvenes hasta muy maduros. Normalmente van solos (vaya fiesta irte con el novio los dos sólos al karaoke) y cantan el «Vivo por ella» o el «Total eclipse of the heart», son de lo más cansino.
Jajaja al heavy naruto lo conozco yo, el koke, que video mas impagable macho… deberia ser uno de los 5 pilares del you tube…
Jajaja al heavy naruto lo conozco yo, el koke, que video mas impagable macho… deberia ser uno de los 5 pilares del you tube…
Pues que sepáis que yo soy todo un karaoke animal y os reto a echarnos unas risas mientras cantamos «Chiquilla»
http://www.youtube.com/watch?v=FejPw48JBok&feature=related
Por cierto no se si habéis visto las noticias en laSexta. Acaban de dedicarle 5 minutos del informativo a los karaokeros.
Si primero leo este artículo, primero sale una noticia-reportaje sobre los karaokes en la Sexta. Pídeles dinero por robarte la idea y parte del artículo jaja.
¿Pero ha sido coincidencia o se notaba que lo habían leído? Milgrom, tú que trabajas en la sexta, haz algo.
Ha sido coincidencia para promocionar el programa del Ángel Llàcer. No parece que lo hayan leído la verdad.
Viru: gracias! Es que alguna vez me algún lector bienintencionado me ha metido en un apuro por cosas así.
Tal como se comentó medio a broma en el podcast de los juguetes…
¿de verdad hay un karaoke heavy en el Excalibur de Madrid? ¿De verdad hay karaokes heavys?
Difícil es hacer un falsete como los de el Pitingo, ya no veas como debe ser ver a melenudos lacerándose la garganta emulando a Kiske o a Halford.
Eso sí, headbanging sabemos hacer todos.
Viru: Bueno, piensen Breakin the law, Living after midnght, Hellbent for leather, casi todas las canciones de Saxon, de Motorhead…. no tienen los chillidos de las narices.
Y el Karaoke del videojuego de Ghostbuster ¿Alguno se acuerda?
saludos
Desafortunadamente nunca he podido visitar un karaoke, mas que nada porque en mi pueblo no hay y cuando he salido no he visto ninguno, pero tengo la perra de ir. Lo que si he hecho es jugar al poker con garbanzos y otras legumbres (espero que hablen otro dia del asunto, que tiene su miga).
Hablando de musica, realmente existe Ciudadano Robespierre o es una leyenda urbana ? En serio quiero escucharlo xD
RAMERAS DE LA ATENCIÓN!
VIVA!
Viru, desde hace unos dias, la imagen de la cabecera del articulo no me carga, me sale el alt «cabecera». Y si la abro en una pestaña separada me da un 404. Supongo que sera un error de nombres en el fuente, que veo alguna mayuscula que lo mismo no coincide. Aunque lo mismo soy yo, a alguien mas le pasa?
Fénix se llamaba FAce??? que fuerte, que decepción. A mí lo de M.A. En vez de B.A. o acepté, pero face… ay pobre de mí.
Un saludo viruete.
Yo, qué quieres que te diga… pondría una bomba bajo el karahote del Salón del Manga que fuera…
No sabía lo de Anita Mui… qué bajón…
Lo de los vídeos de karaoke es para 7 artículos lo menos, una de las preguntas sin contestar de mi adolescencia es por qué COÑO sale Spiderman en el vídeo de chiquilla???????
Creo que el comentario de medio gramo para el equipo de las chicas es lo mejor que he leido en mucho tiempo
La verdad es que yo sí que he tenido mi época de ir más a karaokes con mis amigos… y podría decir que quedaba dentro de la categoría de las pavi-chicho. Yo creo que mis berridos aún resuenan entre esas cuatro paredes.
De todas maneras, aún siento vergüenza ajena:
http://es.youtube.com/watch?v=tuh705-3CJw
Siéntanla ustedes también, por favor…
Ahora no lo recuerdo bien, pero, ¿la primera vez que salió «Furor» en antena no era el horrendo Bertín Osborne el presentador?
Jolín, yo lo decía de broma.
Hombre, si hubiera karaokes heavies, lo mejor sería que pusieran precisamente canciones con chillido-falsete-de putilla. Pagaría incluso por ver a indivíduos cantando canciones de Saratoga a grito pelado, o el «child in time» de Deep Purple, juajuajua. Yo sólo saldría a cantar canciones interpretadas por King Diamond. Es más de mi registro.
Punto y minipunto (y medio gramo XD) para el comentario sobre la escena de Shaolin Soccer.
El Kung Fú Shaolín es buenoooo…
El Kung Fú Shaolín es maravillosoooo…
Qué grandes!!
Qué gran mano-a-mano entre Wally y Viru!!! Qué gran artículo!!! Y sí, yo también he pisado esos antros más de una y más de dos veces. Ahora falta pensar a qué arquetipo pertenezco yo, jejeje
Cuando voy al karaoke con mi Manolo siempre escogemos Pimpinela. Lo malo es que nos metemos tanto en el papel que al final terminamos dándonos de ostias encima del escenario…
Por cierto señores Viruete & Cia, tengo sueños húmedos con el día en que les dediquéis unas palabritas a Locomía y demás grupos bizarros de los 80-90. Anda que no se les puede sacar jugo a esos ni ná…
Todos, absolutamente TODOS los Asturianos que subimos a un karaoke cantamos la de Asturias de Victor Manuel 🙂
Por cierto, yo no puedo ver la cabecera con en IE, pero sí con Mozilla…Bill Gates puta
Pues el cantaoke de Jackson Heights no me pilla muy lejos de casa, quizá algún día me acerque a ver que se cuece. ¿De dónde ha sacado ese flyer? La verdad es que Queens es el paraiso de los flyers latinos descojonantes.
Por cierto yo era mucho de ir al bingo a echarme unas risas, pero al final acabas picado y sudando como un binguero más.
Si quereis saber mas os recomiendo esta comparativa entre los karaokes de japon y los españoles. http://birubao.blogspot.com/2008/09/blog-post.html
Aprovechando las alusiones a Vigalondo, aquí dejo uno de los momentos más bizarros que este individuo ha protagonizado en lo alto de un escenario (atención al pavo que canta porque podría ser un próximo objetivo a invitar al festival de Estepona)
http://es.youtube.com/watch?v=0hQa9QgyWnY
Lo mas cerca que he estado yo de un karaoke, es ir to borrasho un sabado por la noche, por cualquier calle de Barna, cogido del brazo de otros cinco cafres y cantando a grito pelao » la cabra, la cabr, la puta de la cabra…aunque no se si cuenta como karaoke….pero viene a ser lo mismo, i supose….
El problema principal que le veo a los karaokes es el mismo que le veo a la mayoria de antros con «musica de fondo», que el repertorio se actualiza una vez al año con lo que se baja del emule.
Por cierto, espero que Wally ya haya encontrado un bingo en Barna, que hay que ir a echarse unas risas…
Nada nada lo mejor es estar en Gales de erasmus en una miniciudad (no me dejan llamarlo pueblo de mierda) y cantar el viva España con el resto de Spanish students…
Del tipo subimos todos k nos da verguenza.
Lo mejor.. los colegas ingleses k jalean se rien Y TE HACEN LOS COROS.
Vamos, que nunca he ido a un Karaoke. Ni siquiera a esos de la Excalibur, que deben ser buenos buenos (aunque no se yo para que hacen falta, si es poner una de los «jelouin» y la peña se desgalita, independientemente del bar). Creo que me he perdido una parte importante de mi vida, pero es demasiado tarde. Tendré que vivir con la sensación de que mi rueda vital está incompleta, y me reencarnaré en una coliflor.Aunque lo mismo me da el punto, entro, y como en el cancionero esté «the final countdown», me la canto, y hasta me hago el solo a lo Gigatron
«Vestir a lo Francisco»
jojojojojo, en mi puta vida me habia reido tanto XDDDDD
Es mas triste ser recordado por la persona que hace POP en el video Lollipop de Buddy Holly…
(Ojo a sus caras de persona superimportante)
Para cantantes de Karaokes… el personajillo que hace POP en el video Lollipop de Buddy Holly…
(Ojo a sus caras)
LOL, yo soy ese friki que canta en el video del Salon; no es broma. Y creo que teniais que haber puesto otro video de karaoke que lo hago mucho mejor.
http://es.youtube.com/watch?v=ZSqQ5Bjt_yQ
Un saludo.
PD: ¿De donde os habeis sacado lo de heavy Naruto? No tengo pinta de heavy^__^.
Viru: no, el heavy Naruto es otro, un personaje «clásico» de la web.