Olviden todo lo que han leído en esos correos en cadena de «nosotros, que crecimos con sólo dos canales y bla bla bla»: si no existe un pueblo en España que usted pueda identificar como suyo, su niñez fue un simulacro. Es totalmente imposible alcanzar la madurez sin haber salido a cazar gamusinos. No hace falta que su familia provenga de allí, ni de los alrededores, ni tan siquiera de la misma provincia o comunidad autónoma. Basta que algún pariente haya tenido una casa en alquiler o posesión allí, y ya se habrá convertido en su pueblo.
El pueblo es ese sitio donde uno pasa el resto de vacaciones, es el último caramelo del tarro en un mundo en el que se tiene más tiempo libre que dinero para viajes. ¿Dónde te vas de veraneo (palabra en desuso)? — Pues quince días a la playa y el resto, al pueblo.. En ocasiones muy especiales, el resto ocupa la totalidad de las vacaciones. Esas ocasiones especiales se denominan Estar Jodido de Pasta Este Año, y suelen ser consecuencia lógica de Despido Inesperado, Los Electrodomésticos se Rompen de Dos en Dos y Los Precios Siguen Subiendo pero El Que Vende No Tiene más Dinero, dónde Cojones se va esa Cantidad de Más.
Veraneaba en Gandullas y ahora es guay. Muéranse de envidia.
De modo que el pueblo cumple la función premio de consolación a pedir de boca, pues allí te dejan más libertad porque no es tan peligroso como la ciudad. Lo cuál significaría que es un filón para un secuestrador, asesino, violador o hijoputa en general, que se encuentra de pronto con un sitio tranquilo, aislado y lleno de jóvenes sueltos y confiados, sin adultos que los vigilen de cerca. Joder, si lo sé no hubiese tirado esos diez días en La Manga, pensaría uno de estos singulares personajes al ver el percal.
Aparte de la libertad, el pueblo de uno tiene muchas otras ventajas que lo hacen idóneo para una niñez completa. No me refiero a las fiestas del pueblo, el deseo de ser mayor para apuntarse a una peña, los baños, paseos en bici, el solete o respirar un aire menos enmerdado (a menos que les vaques marchen cerca, oíste). Del pueblo proviene la más famosa denominación de origen, a saber:
Pan de pueblo
Queso de pueblo
Chorizo de pueblo
Cordero de pueblo
Cochinillo de pueblo
El Tonto del pueblo (que es más y mejor tonto que los demás)
Cronojugadores: atentos a la pista. Piscina-Pizza-Cama-bus-mapa.
Y en general, todo, excepto el vino y la tortilla (cuya denominación superior fluctúa entre «la de mi madre» y «la de mi abuela»). Si es de pueblo sabe mejor, aunque esté localizado en Segovia y comamos anchoas. Porque no hay como una mano de pueblo para abrir un frasco de conserva, amigos.
Como se come en el Zoco de Villalba no se come en ningún lado, chaval.
Este no es un espacio rural, aunque Wally Week lleve boina en el dibujo. Por tanto vamos a valorar los tres puntos que, posiblemente, haya pasado por alto a la hora de ensalzar ese pueblo que usted llama suyo pero que en realidad no lo es. Las he colocado por orden de edad en que suelen ocurrir.
—Dar celos a los amigos de la ciudad. Es lo que al mundo hace girar, el maravilloso agravio comparativo, gracias al cual los que nos rodean en el momento siempre sienten sobre su pecho una imaginaria medalla de plata, que los identifica como segundones en nuestro campeonato. No hay nada más productivo que decirle a la abuela paterna que la materna hace muy rica alguna comida, o que nos compra tal o cual cosa. Lo mismo sirve para los padres divorciados y sus respectivas parejas, el sexo contrario —sobre todo por internet, algo como: qué rico es St1mpy, anoche nos tiramos cuatro horas hablando sin parar. Es importante hacer notar al mejor amigo del colegio que en el pueblo existe otro candidato, y que ya se lo puede currar si no quiere ser destituido de su cargo. Si el pueblo no está a tomar por culeiro, puede que usted pase los fines de semana allí, con lo cuál el efecto despecho se duplica. Pedrito, no puedo ir a tu cumpleaños porque el sábado estoy en el pueblo. Toma ya, la primera en la frente, la segunda en el pecho y otra miente en el noticiero.
Esto es, más o menos, lo que se perdió el que «no tuviese pueblo». Yo no paraba de despellejar lobos con mis amigos duendecillos.
—Llevarse las cosas que no se quiere compartir con los amigos. ¿Por qué si no siempre iban a estar allí los juguetes que más molan, o esos de los que se habla en el momento? Ah, La Isla de Fuego, yo lo tengo… — ¡Ahí va, tío, cómo mola! ¿Jugamos esta tarde? — Es que lo tengo en el pueblo Y ya está, Pedrito se consume por dentro al imaginarnos en el pueblo jugando a La Isla de Fuego con ese usurpador que ansía su puesto. Ese maldito lugar absorbe a mi mejor amigo y sus juegos y tebeos que más molan… (¿por qué ningún relato de Lovecraft empieza así?)
—Tener pareja. Ojo, que podía haber dicho «inventarse una», pero no soy tan macarra. E imagino que ninguno de ustedes es tan patético. Lo bueno de la novia / el novio en el pueblo es, por lo general, que pasas con ella / él los momentos buenos (que son esos períodos de ocio que comentaba antes, es decir los fines de semana, puentes o vacaciones). En según que edades, tener pareja en días laborables es como el que tiene un tío en Alcalá, que ni tiene tío ni tiene na. Algún morreíllo ocasional para dar envidia a los amigos y fin. Por otra parte, y aunque hemos quedado en que aquí nadie se ha inventado «una novia en Canadá» (como en Avenue Q), cabría la posibilidad de aprovechar para corregir algunos defectos y decorar a la pareja con detalles a placer (como que es pelirroja sin pecas o que es el más guapo del pueblo —esto último nunca es garantía, puede que el pueblo seaLas Navas del Zote), o bien inventarse una desde cero. Claro que también se puede usar la descripción de alguien del pueblo como plantilla.
Lo malo de la pareja en el pueblo es que nadie te cree. Lo sé por experiencia, yo tuve novia y nadie se lo creía. De hecho, nadie se ha creído una novia mía nunca, y no sé si mi autoestima debería resentirse, o yo pensar directamente que la gente es gilipollas.
Para concluir, me queda una duda que me gustaría compartir con ustedes. Denme su opinión: ¿se puede llamar a un pueblo urbanizado o turístico «mi pueblo»? Si yo tengo una casa en Gandía, ¿Podría hablar de Gandía como «mi pueblo»?
¿De verdad existe un pueblo que se llame Venta de mea y Calceta?
Que pais!!
El pueblo turístico se puede, y se ha de llamar pueblo. ¿Que haremos sino los que tengamos el pueblo en la ruta del bakalao?
Lo que pasa es que los de interior se creen que las cacas de oveja, la polvareda y las orquestas son lo que define un pueblo. Cuando el olor a mierda de la albufera, los pescadores viejunos y el bakalao son tan pueblerinos como lo que más.
Nunca tuve pueblo, que dicho así podía ser el título de una peli, como Nunca me han besado. Y siempre me daba mucha rabia que aún hoy, mucha gente tenía tebeos que quería leer… en EL PUTO PUEBLO.
Pero como se quedan allí, acaban jodiéndose por la humedad o en alguna catástrofe natural, como que te los tire tu madre. Así que na, a tomar por culo los tebeos. Los mios están en mi casita conmigo.
Algunas puntualizaciones desde los Puertos Grises (sí, esos que están mirando en el noroeste del mapa)
-El concepto de «pueblo» por aquí es relativamente extraño. El término suele ser «aldea».
-Los chorizos, el pan… no suelen ser de pueblo, sino de «la casa». Incluso es frecuente la forma «del país».
-La mayoria de los que tenemos pueblo, estamos vinculados al mismo por lazos familiares: la casa suele ser la del abuelo, y donde se crió uno de los progenitores.
-Lo de los juguetes no es coña: en efecto, la casa rural suele ser el lugar donde se acumulan juguetes, tebeos, libros, ropa, figuras, cacharros… que encuentran difícil acomodo en el piso de la ciudad.
-En referencia a los amoríos, el tema es más complejo. Con el proverbial despoblamiento del campo, cada vez es más difícil toparse con féminas autóctonas. Y por lo demás, estamos totalmente globalizados. Ya hay yenis y canis rurales, doy fe de ello.
De hecho, la mejor solución solían ser las hijas y nietas del lugar, que volvían en verano. Problema: habían nacido y vivían en Madrid, Bilbao o Barcelona. Si a ello le sumamos que uno vivía en una ciudad que no llega a los 300.000 habitantes, y que visitaba el pueblo con más frecuencia que ellas, el resultado inevitable era que te tocaba a ti jugar el papel de «pueblerino».
A mí me gustaría conocer al que pone nombre a los pueblos. A quién se le ocurrió llamar a un pueblo Venta de Baños (Palencia) o Boo (Cantabria) o Guarromán (No se donde) Adios (Navarra), Torrijas (Aragón) sólo puede contar con mi más profunda admiración.
En lo tocante al post, yo soy de pueblo, es decir he veraneado durante 30 años en el pueblo de mi madre y yo puedo decir que he vivido…He ido a cazar ranas, nos hemos bañado en bolas en el río, me he roto un brazo bajando a toda cisquera con una bici sin frenos por un terraplén lleno de cantos, he ido a robar manzanas del huerto, he saltao por la noche al cementerio, he hecho guerras con tiracantos contra los nativos del lugar y he sobrevivido, he follao en las bodegas y en el monte, me he tajao en una peña, me he quedao tirao en el pueblo de al lao porque los hijos de puta de mis colegas se han pirao con el coche, se conducir un tractor, he engañado a un tipo de ciudad haciéndole comer zurullines de oveja, me he despertado con los bocinazos de un tipo que vendia colchones/aceitunas/melones de Villaconejos/fruta/ropa.
Joderos urbanitas sin vida!!!!!
Por experiencia propia les diré que el probe chaval que tuviera en el pueblo o su equivalente sus juguetes más molones lo pasaba peor.
Generalmente pasaba porque al volver tus padres estaban lo suficientemente cabreados como para que te hicieran pensar dos veces si protestar porque «las maletas ya están demasiado llenas, siempre las cargas de mierda, ya lo cogerás la próxima vez, blablabla».
Gracias a eso, perdí parte de mi colección hasta entonces completa de los Masters del Universo (muñecos), par de números de Tintín, y un tomo tamaño biblia de Mortadelo (de antes que existieran los super humor).
Seguro que acabaron en la basura o en rastro.
Buenas, por aquí, por el sur, también tenemos nombres curiosos, como «Guarroman» o «Villanueva del trabuco»; por Aragón hay nombres curiosos de calles, «Calle de Cagaderas de la Luisa, Aínsa (Huesca)» o «Camino de los Meaderos a la Paridera de Barta (Zaragoza)» En Sevilla, coloquialmente a Dos Hermanas, lo llaman «Cuatro Tetas»
Saludos
No tener pueblo debe ser lo más parecido a estar muerto en vida. Os compadezco a los que os haya pasado.
Me temo, amigo Wally, que ha obviado el principal factor de atracción que ejercían los pueblos veraniego-festivo-verbeneros sobre nosotros. Efectivamente, hablo de las lúbricas primas del pueblo, dulces pastorcillas con trenzas y faldita que a la que te descuidabas, te estaban enseñando «el toto» en el pajar del Tío Honorio, la era o detrás de la tapia del cementerio, a cambio de que les enseñaras «la pilila».
Madre mía, que más que ir de veraneo al pueblo parece que ibas a la mansión Playboy.Deberían de sacar alguna peli porno llamada «Vacaciones en La Puebla de Montalbán», donde los actores llevaran zapatillas Victoria de colores y combinados de camiseta-pantalón corto de esos que hacían juego y se vendían en Continente o Alcampo.
Aprovecho estas líneas para saludar a mi prima Julia, de Llanos del Caudillo (Albacete).
Pues yo acudia al pueblo y me inventaba de forma inmisericorde mis lios amorosos de Madrid para gozo y disfrute de los lugareños… luego llegaba a Madrid y decia que me habia liado con un montón de pueblerinas mucho más abiertas de mente que las de aqui, «ya sabeis como son las del pueblo». Total que gracias a dicho pueblo podia dedicarme a jugar a videojuegos y mantener mi estatus social bien alto sin tener que aguantar petardas, que a esa edad era incluso peor que ahora y además no podias follartelas.
Por cierto, el pan de mi pueblo era una mierda y no se llamaba pistola.
Para nombre raro de calles una de Segura de la Sierra (Jaen). Atentos: «Calle del hermano gigante y la hermana marciana». A ver si encuentro la foto que le hice al cartelillo, pero es que no tiene desperdicio, vamos.
Y luego se quejan muchos andaluces de que les hayan colgado el sambenito de graciosetes. ¡Joder, si es que van provocando!
Espero por tu bien que no se te ocurra veranear en Gandullas. No se si son las antenas o la proximidad del pantano tóxico o qué pero la gente es muy rara.
Bañobarez. Si señor, ahi es donde tuve la oportunidad de lo que es ser un niño en verano. Salamanca, basicamente ranas cerdos y un camion de bomberos de los años sesenta que compraron a mediados de los noventa. Hace mil años qu eno voy, pero imagino que seguira como siempre. Espero poder volver pronto.
Por cierto, tengo que reconocer que no siempre fui a ahi, a veces en verano mis padres y yo llevabvamos la contraria al mundo, y nos ibamos a Madrid en pleno julio (viva el metro en hora punta) a ver a mi madrina y a mi tia, que para mas INRI vivian cada una en una punta de la capital.
Nos vemos!!!
Mi aportación a los nombre estúpidos de pueblos que ha empezado Milgrom son:
-Porros en Galicia
– Sacromenia (metal!!!) en Segovia
– Alcantarilla en Murcia
Cuanta verdad junta: los juguetes y los tebeos en el pueblo, los amigos del pueblo… En mi caso el pueblo, mío o de los amigos, no fue nunca fuente de especial trauma o de celos pero eso era porque yo pasé veranos enteros de pueblo y más de una vez no teniamos tele y me aburría un cojón así que me imaginaba que los demás también acababan hasta las pelotas del pueblo.
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Exijo saber de inmediato dónde se halla ese dislate urbanísitico en mi ciudad…San Google, acude en mi ayuda!
Por cierto, ha faltado señalar otro alimento que se denomina igual en el 85% de la geografía: » La torta del pueblo». No, la tonta no, aunque tambien las hay…
A mi sobre todo me fascina/fascinaba el sentimiento de libertad del que disfrutabas cuando te ibas de vacaciones al pueblo. Si aquí ( Zaragoza ) se me hubiese ocurrido volver a mi casa a las 3 de la madrugada con 12 años, mi padre me hubiese calzado una hostia como un templo, y allí se limitaba a decirle a mi madre: » Bah, déjalos, que están en la plaza del pueblo», ignorante de que con 13 años ya experimentábamos con tabaco y alcohol…
Y lo de bajar » la cuesta del pueblo» sin frenos tenía su gracia hasta que pillé un bache que hizo que saltase del sillín al suelo para que mis rodillas actuasen como frenos…cagonsuputamadre qué mal lo pasé ese verano!
En mi caso el síndrome de pasar esos 15 días reservados para vacaciones en el pueblo se podría llamar «estamos hasta los cojones del niño». Me dejaban allí con la familia porque tenía primos de mi edad, y mis padres se iban de vacaciones, cosa que no me importaba porque anda que no me gustaba el pueblo
Yo soy otro «sin pueblo» porque el que podría haber considerado como mío (el de mi abuela) no lo piso desde los 7 años. De todas formas, creo que haber veraneado siempre en una urbanización cerca del monte lo compensa en parte.
PD1: hostia! Portrait tiene que ser por lo menos de Pinedo xDDDDD
PD2: Guarromán está en Jaén. En Valencia el más chungo que tenemos es Foyos xDDDDD
Yo también fui una niña de pueblo.
De niño en el pueblo te lo pasas teta. En cambio, a partir de los 18, ir al pueblo se convierte en un puto coñazo; hasta que llegas a los veintitantos y aprecias todas esas cosas de pueblo, como tener chorizo y salchichón «de casa», y vas de «finde tranqui» a dormir las mañanas y pasear en bici. Es extraño lo que pasa en esos pocos años post-adolescencia en los que el medio rural parece repeler a la mayoría.
Que pasa con el zoco de Villalba???
Yo he comido la mar de bien alli muchas veces!
Tal y como yo lo veo, las condiciones necesarias para que un pueblo sea «tu pueblo» son directamente proporcionales a la importancia del mismo. Por lo de Gandía y eso.
Yo también era (y soy) de los que veraneaban en el pueblo, pero lo mío era más un interés mutuo con mis padres: yo descansaba de ellos, y ellos de mí durante tres semanas. Y sí, en «mi pueblo» también hay tortas, pan, vino y demás cosas de pueblo.
Lo de las pibas es jodido, porque a lo largo de mi vida he coincidido en el colegio, instituto y universidad con gente que también «era» del mismo pueblo, así que, intentar colar alguna trola en plan «pues me enrollé con una…» era inútil.
Lo peor también que os puede pasar es vivir en una ciudad/pueblo de mala reputación, porque os pasaréis la vida defendiéndolo inútilmente. Yo vivo en Parla (a mamarla a Parla… Vete a Parla…) y no hacen nada más que decirme que es un pueblo de mala muerte, cuando es la ciudad del futuro!!
Yo es que no tuve pueblo, ni por parte de madre ni de padre, ambos eran urbanitas, y los pueblos de mis abuelos se perdian en la nebulosa del pasado. Pero si recuerdo los pueblos de campamentos, que ahora llaman colonias, y con grato placer. En uno de ellos fue mi primer muerdo, con una monitora ademas… que tiempos, ahora la entrullarian o algo.
Yo no he tenido un pueblo, he tenido DOS, el de mi padre y el de mi madre.
Espero que con la debida terapia algún día olvide los ETERNOS veranos que sufrí allí.
Mas nombres chungos de pueblos: Colillas (Avila), Toledillos (Soria, creo), Contamina (Zaragoza).
Yo no he tenido pueblo, mis padres son de ciudad y mis abuelos, aunque de un pueblecito asturiano, Agones (sí, donde el Derrame Rock, por fin figura en el mapa) no tenían ya vículos allí cuando nací yo y apenas he ido un par de veces. Soy 100% urbano y la verdad es que nunca he entendido esa pasión de la gente por el pueblo. He pasado algun verano en pueblos «prestados» por amistades de mis padres. Guarrate en Zamora ¿decíais algo de nombres? o Gines en Sevilla y han sido los veranos más aburridos de mi vida, a partir de los 14 años, a mí no me sacaban de mi ciudad en verano ni con agua caliente, como mucho para ir una semanita a la playa. Si no tener pueblo es estar muerto en vida, afortunadamente yo debo ser algo así como el zombie listo de La Tierra de los Muertos.
Yo sí tuve pueblo, el pueblo de mis primeras grandes borracheras, el pueblo donde con 13 años, me dejaban estar en la calle hasta las 3 de la madrugada. El pueblo donde hacía autoestop con amigas para tralsadarnos al siguiente pueblo (época pre Alcasser).
Lugar donde nunca tuve novio y lugar donde les decía a mis amigas de ciudad que guardaba la ropa más chula (era mentira) porque el armario de alli era más grande.
Todos deberíamos tener un pueblo en esta vida.
Yo llevo veraneando toda mi vida en el Rincón de la Victoria (provincia de Málaga), pueblo turístico con playa y montaña. Y será por la postadolescencia o yo qué sé, pero hace ya unos cuantos años que allí me aburro como un mono. Mentira, sí sé por qué es, es que ya no queda gente de mi edad, sólo niños y viejos.
Menos mal que cada dos por tres me escapo y me vuelvo a la capital. Casi casi que me viene bien trabajar hasta finales de Julio…
Esa otra sería interesante: lista de lesiones en el pueblo (a lo méritos de Guerra):
-Picaduras de avispa y/o abeja: dos docenas, por lo menos.
-Roces con ortigas: incontables.
-Rodillas despellejadas en la puta gravilla de la calzada por asfaltar (porque, niños, hace no muchos años casi todos los pueblos tenían calzadas de tierra apisonada y gravilla): ni se sabe cúantas veces.
Yo conocia a un chaval que cada vez que se iba a su pueblo volvia con historias epicas sobre ligues y gitanos que le perseguian en motocross con cadenas pero que el evitaba. Nunca nadie le creyo, si llega a ser verdad seria un puntazo xD
Por cierto, Wally me gustaria saber donde puedo encontrar canciones de ciudadano robespierre, en especial la de lindsay se droga. Gracias x el articulo.
¡¡Sí!! ¡¡Bwahahahaha!! ¡¡Yo tuve pueblo,el fabuloso pueblo de Sopeñano de Mena,lugar donde vivíamos cuatro y el tambor y donde tuve mi primera pandilla de amigos!! Con ellos aprendí a montar en bicicleta,a ignorar la misa y miles de cosas más.
La cosa se empezó a joder cuando la pandilla empezó a ser mixta…y ya cuando volví después de un trimestre sin pisarlo y me los encontré a todos borrachos y emporrados preferí ignorarles todo lo que pude.Desde entonces nos vemos ocasionalmente.
Ah,el pueblo.Qué desmitificador es el hijoputa de él.
PD: La referencia a Avenue Q ha hecho que le suba puestos en el escalafón de tipos grandes,felicidades.It sucks to be me.
yo tb fui un niño sin pueblo!,puede q haya encontrado la respuesta a mi extraño comportamiento! mi solución entonces era irme de vacaciones a los pueblos de mis amigos,y «de mayor»,me he comprado una casa en un pueblo,ahora lo entiendo todo….
Yo nací en Bilbao y de ahí pasé a Madrid, así que de pueblos, nada.
Estuve un tiempo sufriendo Casas del puerto de Miravete, bonito enclave con vistas a la central nuclear de Almaraz, aguas intoxicadas que no se podían beber y Brobio para comer (una extraña bola de cesped cocido) por gentileza de una ex… ya no vuelvo a aquellas tierras ni aunque me paguen millardos.
Un pueblo curioso (por el nombre) es guarromán, que por cierto tiene hasta una coplilla y todo.
GAAAAÑAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANNNN
Pues yo soy de las que sí es «De pueblo». Como ya alguien dijo arriba, si vas es por lazos familiares y demás, no porque alguien tenga una casita en un pueblo cualquiera de España para ver pasar ovejas.
Y la verdad, durante mi niñez, me encantaba. Mucho. Iba de excursión por el monte, me metía en los huertos de los vecionos y comíamos sus sandías allí, en mitad del campo, y luego volvíamos a casa con kilos de almendrucos; también cacé ranas y renacuajos, monté en bicicleta con sus consabidas hostias, nos duchábamos con una manguera a presión, comíamos migas y pimientos asados en el horno de la panadería de allí, y también un queso que ahora tiene «Denominación de origen» y te vale más de 30€ el kilo en el Corte Inglés; vi las molinas de aceite, montaba en burro y en caballo, ayudaba a hordeñar las cabras y vi nacer una. Un montón de cosas.
Y fráncamente, me alegro.
Es cierto que ya de más mayor, uno se aburre en el pueblo, que se queda «pequeño» para lo que realmente le gusta y que todo el mundo que te rodea es un montón de cotilleos y chismes sin fundamento; eso no pasa de niño en el pueblo, que uno tiene una coraza inmune contra esas cosas.
Pero realmente tener esas experiencias, conocer el campo de esa forma, es algo que se debe experimentar.
Ñbrevu somos paisanos, aunque yo de la capital.
Lo cierto, es que en los chiringuitos del Rincón se come muy bien; aún así, si no eres una iguana te puedes aburrir como un oso con tanta playa. Yo mis veranos (soy de la Colonia Sta Inés, actualmente Teatinos), siempre me iba al centro de Málaga y nunca se cansaba uno del ambiente que había.
Saludos
Buen artículo, sí señor… Yo me inscribo en el apartado de gente sin pueblo y la verdad es que es una pena haberse perdido esos momentos de infancia y adolescencia, en contacto con la fauna y flora autóctona de lugares como los mencionados… Yo tenía compañeras de clase en mi cole de monjas, que entre semana eran señoritas que jugaban nada más que con Barbies y Pinypon y que el lunes, cuando volvían a clase, te enseñaban fotos en las que las veías convertidas en sucedáneos de tarzán y el yeti, de la mierda que llevaban en las camisetas y el modo que tenían de colgarse en los árboles. Supongo que esa será otra faceta de la estancia en pueblos: que ganas algo de libertad y tienes más oportunidades de desfogar, como si estuvieras en otro mundo, con más permisividad y tus padres se sintieran más libres de dejarte hacer el ganso por ahí, sabedores de que todas las fechorías que cometieras al fin y al cabo, las hacías en terreno conocido… A mi es que me contaban grandísimas gamberradas que se hacían en pueblos y que ni te las planteabas en ciudad. Una pena.
Por cierto, añado otro nombre a la lista, de nuevo un pueblo de Jaén: Cabra del Santo Cristo, conocido popularmente por los lugareños como «El choto de Diox».
k tal. Yo sufria cada verano que mi madre nos llevava a su pueblo (muy bonito pero se lo queden los lugareños) Lekeitio. Me aburria alli de cojones, el viaje desde Cordoba hasta alli duraba 11 horas potaba hasta por los ojos,no hice ni un amigo en cinco veranos, el idimoa que se hablaba era el vasco era como veranear en Francia, siempre ke me llevo alli solo deseava volver a casa como dorothy menos mal que se le quito la puta mania de ver a su (nuestra) famila y disfrute de los veranos en casa.
pd:no os envidio en nada por que mi ciudad es una ciudad pequeña y podiamos ir al campo de perol y fritangas varias un saludo
Para saber si tu urbanización de entorno rural es «tu pueblo» debes mezclarte con los indigenas del pueblo original. Si se pasan tanto tiempo pegandote a ti como pegandose entre ellos, tienes pueblo. Si te prestan especial atencion al sacudirte, no tienes pueblo, eres «el de la ciudá»
Aunque parezca una contradicción, esta demostrado que cuanto más cerca esta el pueblo de la capital de provincia mas cazurra, cerrada y a la vez amigable y simpatica es la gente.
Lo cierto es que el que no se haya construido una caseta con los del pueblo (solo para que se la quemen los mayores) se ha perdido algo importante…
Joer q recuerdos! Los primeros botellones, las primeras peleas,, de las mejores cosas que me han pasado en la vida
Yo tampoco tengo pueblo, más que nada porque la gente del terruño en donde tengo el placer de pasar el verano coincide con su descripción de «Dani» (o de «Fran»), Sr. Week, y eso es algo que me supera
Vaya, me parece que soy el único aquí que no encaja en esas categorías de «tener pueblo» o «no tener pueblo». Yo soy de pueblo, o sea que vosotros sois todos esos de ciudad que había que soportar todos los veranos simplemente porque eran tus primos o (peor aún) amigos acoplados de tus primos. Es broma, claro. Pero a alguno que otro hubo que mandarlo a cazar jocebellos con tanto «uf, aquí vestís como paletos». Pues claro, es que lo somos; ahora a darle al cazo y a menear el saco mientras nosotros buscamos por allá.
El pueblo no era el mío, es de mis abuelos. Yo solo pasaba allí el resto del verano. También pasé mi etapa «no quiero estar ahí ni un solo minuto», aunque ahora suelo pasar bastante porque como refugio para llevarse los libros y estudiar, es impagable (entre otras cosas, porque como no te pongas con los temas o te hayas llevado varios libros, te puedes morir de aburrimiento).
Abrir una ventana en la mañana y eructar (Pyjamarama!)
Olviden todo lo que han leído en esos correos en cadena de «nosotros, que crecimos con sólo dos canales y bla bla bla»: si no existe un pueblo en España que usted pueda identificar como suyo, su niñez fue un simulacro.
Me veo obligada a aprovechar éste gran texto pueblerito para decir públicamente que Alcalá de Henares no es un pueblo. No señor, aunque su casco antiguo les recuerde al pueblo de su infancia, no lo es. Centros comerciales, miles y miles de habitantes y dos tiendas de cómics lo avalan. Porque los alcalaínos estamos hartos de que cada vez que traemos una visita nos digan que Les ha gustado nuestro pueblo.
Genial, que bueno.
Pero para mí el pueblo nunca ha sido una via de escape, más bien una tortura, me he perdido media infancia en los atascos de la A-7, y media adolescencia porque mis padres no me querían dejar sólo (mientras que mis hermanos sí que se podían quedar conmigo cuando los padres se iban al pueblo). Ni tenía amigos en el pueblo, ni nunca tuve una novia en el pueblo, y los juguetes que allí tenía eran un asco.
Por suerte ya no vivo con mi família y ya no tengo la obligación de pasar fiestas en el pueblo. Al puto pueblo le pueden dar por culo. De allí se salvan un par de primas, que estan igual de asqueadas que yo, pero ellas tienen que sufrirlo los 365 días del año.
Yo no tenía pueblo, pero a los 14 años me fui a vivir a un supuesto «pueblo» que más bien era una especie de vila industrial sin metrópolis (porque las vilas industriales suelen ser o razonablemente grandes o ciudades dormitorio: esta no era ninguna de las dos cosas, capital de comarca, pequeña e industrial.) Allí no había campo ni nada aunque conocía un tio que tenía una tieta con tierras.
El caso es que eso de pueblo no tiene nada, y además era bastante feo y triste, y mira que hay vilas del estilo que son muy habitables… Después volví la la ciudad.
Bueno, veo que hay poquísima gente de pueblo por aquí. Yo nací y viví hasta que empecé la universidad en mi pueblo, Montemayor (Córdoba), así que soy 100% de pueblo y a mucha honra. Ahora vivo en la capital por motivos de trabajo, pero todos los fines de semana nos vamos para el pueblo (estoy a 20 minutos en coche) y eso que tengo la suerte de que Córdoba es una ciudad pequeña y estupenda para vivir, porque no soportaría vivir en Madrid, Barcelona, Sevilla o Málaga, vamos que no cambio la vida de pueblo por nada, en cuanto ahorre me voy para mi pueblo.
En los pueblos no llamamos a las cosas «de pueblo», el pan es «el del horno del Salvi», los embutidos «de Amador el carnicero», etc…
Por cierto, nos jodía mucho los que venían de la ciudad haciéndose los listillos, eran los que más patadas se llevaban jugando al fútbol…
Un saludo a Chopp, que no se ven muchos cordobeses por aquí.
Servidor tenia un par de pueblos… el de la sierra de Madrid donde un tio de mi padre tenia casa, para muchos fines de semana y el ultimo mes de vacaciones, lleno de ex-divisionarios azules y su progenie, donde llegue a ver a chavales preadolescentes (sería el 86) con uniforme de falange. Si hice algun amigo, siempre termino no volviendo mas o volviendose tan soberanamente gilipollas y peligroso que uno aprendia a mantener las distancias. Inenarrable el descubrir que el abuelo y el padre de «Fito» (Adolfito) entrenaban dobermann de guarda y los soltaban por la parcela.
Le cogi prestado el pueblo a unos amigos de mi familia y ese si era la leche… en el Valle del Cares, monte arriba, monte abajo, sidra, vaques y ñordos gordisimos, pero muy buen rollo. Jamas me tiraron una piedra, que donde si tuvimos guerras a cantazos fue en el mismo Madrid.
El pueblo de mi familia, Calasparra… pues pasada la novedad de que te dejen coger la vespino a los 8 años y tu madre te lo prohiba terminantemente (libertad deciais…?), era un coñazo importante. Y mis primas me sacaban 15 años.
Buenas noches!
La verdad es que nunca habia escrito, pero no lo he podido evitar…
Porque yo también guardo recuerdos impagables como vosotros de «mi pueblo».
Los viernes, cuando acababa la ultima clase, sobretodo en 4º de EGB, si miraba por encima de mi hombro hacia la ventana, podia ver la cabeza de mi padre, con su bigote charles bronson, haciendome señas de que ya nos ibamos a la «torre»…
La torre estaba en Roda de Bará, en una urbanizacion despoblada llamada «Labarquera». Durante el trayecto en coche cada viernes y de vuelta el domingo por la tarde (cagandome en todo) yo tenia en la guantera un walkman!! con los mejores exitos del pop español de los 80 y otra cassette de italo-disco!
LLegué a memorizar esas dos cintas, porque las estuve escuchando durante 5 putos años!
Luego llegabas y alli no habia ni diós! De noche, un frio del carajo…Y como «el hombre que llegó del frio» alguien llamaba a la puerta, tu mejor colega, que estaba en las mismas y habia cruzado la calle para comentar el ultimo numero de la «hobby consolas».
En verano, cuando corria el buen tiempo, saliamos con la bici y nos comprabamos un paquete de «nobel» diciendo que nuestro padre nos habia mandao el recado. Y te lo vendian!!!!!!!! (Joder, que los niños podian comprar tabaco chaval!)
Y fumaba agustisimo, y me daban unos mareos de 2 horas neng, como si me hubiera fumado un peta…
Y tuve una novia Andorrana, que de un verano para el otro, despues de un puto año intercambiando cartas por correo ( ordinario señores!!) me dió el primer planton, calabazas o como lo llameis de mi vida. Y mi madre, inocente, me preguntó todos los dias que quedaban por la andorrana.
Luego me peleé con mi cuadrilla porque hubo un chismorreo sobre la madre de uno y pensaron que habia sido yo.
4 años de soledad, hasta que tuve edad para quedarme en la ciudad SOLO y pillarme unos pedos que te cagas con los colegas de Barna, coño es que el primer año me fumé 4 plantas yo solo…
Y asi acabó! Utimamente solo usaba esa casa para llevarme alguna chavala 2 dias a un sitio dark jejeje era como que podias dartelas de tio con posibles…
El relato quedaría mucho mejor sin tanta referencia a fumar porros.
…y a la hora de la merienda echaban por la primera Los Vigilantes de la Playa o la serie esa rarísima de un Detective privado en Hawaii que se llamaba Nick, llevaba camisas de flores abiertas y conducía un Jeep…
(es lo primero que me ha salido al pensar en mi pueblo jajaja)
Veo que aquí hay muchos lugares comunes. Yo he visto cosas que vosotros sí creeríais. He visto la peli de los Power Rangers en el cine de verano de mi pueblo, he ido al cine del Zoco de Villalba más allá de las puertas de Collado para ver la peli de Casper -Speilberg a veces nos tima-, me he pasado tardes enteras en piscinas contemplando la montaña y jugando a Tiburón, me he pasado el Batman de GameBoy un finde aburrido y lluvioso, he visto ostiazos en bici que riéte tú de las naves de guerra en llamas más allá de Orión, y he caminado dos kilómetros de madrugada hasta el pueblo de al lado para ir a sus fiestas (cual es la peña más grande y mejor???) a montarme en la olla, en la uve o diosssss conocer los maravillosos «garitos de pueblo» con sus genuinos chupitos. También he montado «cabañas» en las dehesas flipado por la enésima repsoición de «los goonies» -por no hablar de «vamos a hacer una antorcha, que mola más que la linterna de pila de petaca- a la hora de comer y he molestado a las vacas. Una vez un vaquero rústico me pegó una patada en el culo por joderle la valla. Y por la noche echaban Moros y Cristianos después del partido de fútbol en Telemadrid.
Joder como echo de menos todo. Y mi fausta colección de clics. Y los vespinos. Y las bicis. Y las casas abandonadas y en construcción con cemento fresco y la máquina con el StretFighter…y los botellones en la Encina -se nos acabaron los nombres originales, por entonces- y los columpios de chapa y las arizonicas. Mierda…si hasta echo de menos el skatman!!!!
En fin, como decía el típico y recurrente mail nostálgico: ¿¿como es posible que saliérmos vivos de eso???
Saludos a todo el mundo.
Yo tampoco había escrito nunca, pese a que sigo desde hace tiempo la página de Viru (gracias a la cual conozco este blog), y curiosamente no lo hago para felicitarle ni para cagarme en sus muertos (que parecen ser las dos opciones predilectas por estos lares).
Yo vivo en un pueblo (por no llamarlo puñado de casas juntas) cercano a Gandía y puedo asegurarle que su afirmación de que este bonito lugar es un pueblo puede traerle algún problema con los “pixavines” (gentilicio de Gandía, acabo de verlo en la Wikipedia y me he quedado de piedra, no lo había oído en mi vida y dudo que lo haya hecho algún gandiense que es como los hemos llamado toda la vida). Ellos defienden con orgullo que lo suyo es una ciudad. A alguien que venga de urbes como Madrid o Barcelona está afirmación le puede parecer ridícula pero es lo que hay. Yo cuando quiero hacer rabiar a algún amigo de allí le llamo pueblerino (a partir de ahora también lo llamaré pixavín que suena bastante peor). Así que me parece que Gandía no se la convalidan como su pueblo. Lo siento.
P.D. Como estoy seguro que usted sabe los Monty Python y los Morancos se parecen en el blanco de los ojos. Que uno sea mejor que otro ya es cuestión de gustos.