El maravilloso mundo de los VAMPIROS CHINOS

Cuando hace unos meses grabamos nuestro podcast sobre vampiros, hubo un tema que tratamos por encima pero que causó mucha curiosidad entre los propios contertulios y muchos oyentes. Los vampiros chinos. Unas criaturas a las que tengo muchísimo cariño y que presentan tal cantidad de peculiaridades que llamarles vampiros es simplificar muchísimo su naturaleza. Vamos a hablar un poco de ellos. Me gustaría avisar que todo lo que aquí expongo está extraído de películas, principalmente de Hong Kong y Taiwán, con lo desconozco si sus características contradicen el folklore del país.

Su nombre original es Yiang Shi, y si nos hemos referido con el término que titula el artículo es porque a pesar de sus diferencias con Drácula y sus amiguetes, que vamos a ver a continuación, guardan dos puntos importantísimos en común: son resucitados y se alimentan de los vivos. Vaya, pues también como los zombies, ¿no? Pues sí… Y a veces se les llama así. Si les asemejamos más con los vampiros es por sus múltiples debilidades, que tienen que ver con una religión (la taoísta, en este caso). Todo quedará explicado… a su debido tiempo. Siempre he querido decir eso alguna vez. … A su debido tiempo, amigo, a su debido tiempo…

Su origen varía según la fuente que consultemos. Según la tradición china se trata de espíritus de difuntos que se niegan a dejar el mundo material: en muchos casos, el difunto no quiere ser enterrado lejos de su hogar y decide volver a su tierra natal como sea, aunque sea a base de pegar brincos por todo el continente. A veces son creados por una muerte violenta, que exige una venganza. Y en otras ocasiones, son espectros que fueron malvados en vida y poseen un cadáver para hacer la puñeta a los vivos. Una idea que después recicló Joss Whedon para su versión de los vampiros en Buffy.
Hay incluso una teoría que implica que, de morir con mal aliento, te convertirás en un vampiro malo, y si por el contrario lo tienes fresco, en un vampiro bueno. Es posible que, en la otra vida, se organicen en clanes según usasen Colgate, Signal, o Licor del polo en su último enjuague. Vampiro: la cepillada. FIjo que molaba más que el desnaturalizado suplemento de chupasangres asiáticos que sacaron y que los metía con calzador en el Mundo de tinieblas.
También pueden ser creador por un sacerdote taoísta, que además de darles no-vida es capaz de controlarlos a partir de un ritual chiquitista que implica decapitar pollos, usar su sangre, hacer miles de aspavientos y decir palabras raras que hasta a los chinos deben de sonar a chino. Una vez bajo su poder, el monje puede dirigir sus movimiento, haciendo que vuelvan a su tierra natal, que luchen o que bailen La chatunga. Así da gusto preparar una coreografía.

Pero esa facilidad para controlarlos los hace peligrosos en manos equivocadas, antiguos hombres santos al servicio de mafias y organizaciones criminales (más o menos como en el Vaticano), ya que su capacidad de manejar a su antojo a unas criaturas casi invulnerables, superfuertes e infatigables les hace ideales para, por ejemplo, asustar a productoras de cine rivales (¿) o restaurantes chinos que operen en el territorio deseado: menos mal que eso no pasa en nuestras calles, donde en ocasiones hay dos o tres bares a escasos metros unos de otros. O tiendas de comestibles regentadas por…
Habíamos quedado en que estos amiguetes, se alimentan de los humanos, en este caso, de su fuerza vital… Pero una vez más, tenemos varias versiones según la fuente, aunque vamos a aceptar que el canon del monstruo establece que necesitan absorber la energía de los seres vivos, su cosmos, que diría Kurumada, cosa que pueden hacer clavando sus garras en alguna parte descubierta del cuerpo.

Pero claro, la influencia occidental hace que el algunas películas los vampiros prefieran, directamente, chupar la sangre a su víctima, llegando a usar hasta sus colmillos. ¡Malditas costumbres de bárbaros! No termina ahí la cosa: es muy posible que sino se realiza un exorcismo, la condición de la víctima empeore y acabe transformándose el mismo en un nueva criatura y se dedique a pegar saltos por China para toda la eternidad. Eso sí, mientras llega el sacerdote, no te quedes quieto y evita que la sangre contaminada se coagule. Pero no te pases. Por ejemplo, no hagas Kung Fu al menos durante seis horas, o la infección se extenderá. Si a mí me mordieran lo pasaría realmente mal. ¿Cómo voy a estar seis horas sin practicar mi Kung fu? ¡Qué crueles y caprichosas son las reglas de este juego!

La característica más celebrada de los vampiros chinos es su singular medio de desplazamiento, a base de saltos. De nuevo, según la película, web o libro, esto es por una causa u otra. Unos afirman que es por el rigor mortis, y por eso los más recientes pueden andar. Según otros, que la energía negativa del vampiro, que pertenece al mundo espiritual, entra en conflicto con la energía positiva del mundo material, y el vampiro es repelido por el suelo. También hay quien tiene la firme convicción moral de que todo es cosa de ETA. En todo caso, esta característica les hace muy populares en las tradicionales jornadas de padre / hijo de los colegios, donde consiguen ganar todas las competiciones de saltar a la pata coja atado con el crío.

Esta peculiaridad es explotada con acierto en cantidad de películas, haciendo que el bicho pase de dar saltitos a ser capaz de cruzar habitaciones de un salto, ponerse de pie de golpe y subir a un segundo piso con un solo brinco. Sin ir más lejos, en el SuperMario Land de Game boy nos enfrentábamos a varios de estos demonios que cruzaban la pantalla de un salto. “Pues vaya unos zombies más raros”, pensaríamos, ingenuos. Bien que lo saben los héroes de las películas, que se las ven y se las desean para enfrentarse a ellos. Ah, las chicas vampiro no suelen ir saltando. Imaginen por qué.
No es su única arma. Suelen tener unas uñas muy largas, afiladas y extra fuertes: ideal para el drenaje de energía que hablábamos y para clavarse en el culo del ayudante gordo del exorcista. Además, su fétido aliento repele a los humanos. Son superfuertes y además, invulnerables a cualquier tipo de ataque salvo aquellos en los que entran en juego…

… sus debilidades. ¡Claro que las tienen! Si sus primos europeos sufren al enfrentarse a un crucifijo, ajos o agua bendita, ellos no iban a ser menos. Y, por supuesto, son tan absurdas, o más, que las de los enemigos de Blade. A saber:
1. Un cordel empapado en sangre menstrual de virgen rechazará violentamente a la criatura. O sea, que el chiste aquel sobre Drácula, sus infusiones y compresas no les hace ni puta gracia. Según la fuente, también les asusta la sangre de pollo, por ejemplo, el caldillo ese que queda cuando descongelas el medio kilo que pillaste en el Ahorra Más para hacer burritos..
2 . El arroz con gluten también ahuyentará al espíritu, pudiendo ser usado como arma arrojadiza contra estos monstruos. Y además, ayudan a curar las heridas causadas por ellos y en sopita ralentizan la transformación. Molaría comprar galletas de esas de arroz, de las que venden en la sección de dietética, y darles forma de shurkien. O sino, tirarles Chococrispies.
3. Si se pega un pergamino taoísta en la frente, quedan paralizados. En el pergamino habrá una serie de “letras chinas” que, muchas veces, no significan absolutamente nada ni siquiera para los asiáticos. Como la letra de cualquier canción de Melendi para nosotros. Cabe destacar la mala calidad del pegamento utilizado para fijar la tira de papel, ya que suele volarse con el más ligero soplo de aire, con humorísticos resultados. Deben usar pegamento de barra, o, directamente, harina con agua, como para pegar los cromos.

4. El Robocop
5. Detectan a los seres vivos mediante la respiración, así que si contienes el aliento, no pueden detectarte. No, Carlos, no valen pedos. No, Carlota, esos otros pedos tampoco.
6. Un espejo octogonal, de tradición taoísta, también repelera al monstruo…
7. …. Así como una escoba de paja. Normal, en la época en la que fallecieron las tareas del hogar caían solo en manos del hombre, de ahí su repulsión por el instrumento. Seguro que si esgrimimos un plato sucio también huirán despavoridos.
8. Por último, y al igual que sus primos europeos, la luz del sol les desintegrará, aunque basta con taparles la cabeza con una capucha para evitar su combustión.
En cuanto a su indumentaria, evidentemente, varía según el monstruo y el momento en el que fue enterrado, pero lo tradicional es que la criatura aparezca envuelta en los ropajes fúnebres de la dinastía Quin, que vienen a ser igualitos a los que llevaba Pilaf al principio de Bola de Dragón, o Chaoz. Igual era una especie de vampiro chino y nosotros sin enterarnos.

El gran enemigo de estos resucitados, el Van Helsing de los Dráculas orientasles es el actor Lam Ching Ying. El tipo protagonizó en 1985 la película Mr. Vampiro, una auténtica obra maestra y la piedra angular del género de comedia vampírica, y a partir de ahí, sufrió un encasillamiento que, no obstante, le proporcionó trabajo hasta el día de su fallecimiento. Así se pasó los siguientes años, haciendo de sacerdote unicejo y enfrentándose a vampiros de todo tipo junto a sus dos incompetentes ayudantes. El tipo hasta viajó a Africa y conoció al bosquimano de Los dioses deben de estar locos, y juntos se enfrentaron a un vampiro que había caído en el poblado de Nixau.
No es su único gran villano: en la “trilogía Robovamp”, estos se enfrentan a defensores del bien con grandes super poderes. En la primera, Robovamp, los buenos crean a un Robocop tercermundista para enfrentarse a los monstruos dominados por un capo de la droga. ¿Ven como lo de “El robocop” de antes tiene su sentido? En El diablo de la dinamita, el bueno se convierte en un supehéroe llamado El guerrero futurista así, por que sí, cuyo uniforme consiste en un casco de moto y un disfraz de astronautas. De estas cualquier día nos cascamos un artículo porque tela con ellas.

Otro personaje recurrente en sus películas es el niño-vampiro. En la primera secuela de Mr. Vampiro se presentó a un pequeño no-muerto que se hacía amigo de los humanos y que enterneció por igual corazones mandarines y cantoneses. A partir de ahí, la presencia de estos criajos con colmillos se hizo habitual, con cantidad de películas dedicadas a los niñatos y hasta una película sobre una familia resucitada al completo. Y casi siempre son majetes y les cuesta sorber la sangre humana, por mucho que los padres le hagan el avión o les insistan en que “en el año del hambre se comían hasta las chinas de la carretera”.
Es también habitual, y ya que estamos en el reino de lo paranormal, que aparezcan otras clases de seres sobrenaturales, para darle un poco de variedad a la película. Desde zombis estilo occidental a mujeres lobo, espíritus, demonios, fantasmas errantes… Todo sea por hacer la película más entretenida pues, al fin y al cabo, nuestros amigos son más bien fuerzas de la naturaleza que no sienten ni padecen, y mucho menos, planean. Esa labor queda, pues, a cargo de los espíritus o sacerdotes rivales malvados.

Si les ha picado la curiosidad por ver a estos bichos en acción, lo mejor que pueden hacer es adquirir la nueva y flamante edición de Mr. Vampiro que ha editado selecta en nuestro país. Es una película fantástica, divertidísima e inolvidable. En su día fue distribuida en video en España, pero yo la pillé por primera vez en Antena 3 a las 5 de la mañana y no daba crédito a lo que veía. Contiene algunas de las coreografías más alucinantes que he visto en mi vida, la fantasma Moon Lee sale guapísima y Lam Ching Ying derrocha carisma por los cuatro costados Y, como dirían ustedes: “te ríes”.
. También recomendables son las dos continuaciones de la saga, Mr Vampiro 2 (más floja) y 3. La primera porque sale Yuen Biao, compañero de escuela de Jackie Chan, sucede en la actualidad e introduce a los niños vampiros y la 3ª, por la aparición de Richard NG, uno de mis actores chinos favoritos al que recordarán de películas como La banda de los supercamorristas (es el del bigote).

La otra imprescindible en el género sería Encuentros en el Más allá y su segunda parte, con el gordito Samo Hung enfrentándose no solo a vampiros, sino a todo tipo de espectros y fantasmas. Salen poco, pero merece la pena, y el final con ese “¡RAMERAAA!” ya pertenece a mis expresiones habituales. La secuela, además, cuenta con el director de Mr. Vampiro, Ricky Lau, más presencia vampírica y nuestro querido cazafantasmas Lam Ching Ying.. Combinación ganadora para una saga cuya primera parte precede al bombazo de Mr. Vampiro
Una vez visionado esto… ¡via libre! Mientras duró la moda de los vampiros chinos (entre 1985 y 1991) se realizaron entre 20 y 40 títulos, así que tienen por donde explorar, y seguro que hay para todos los gustos. La gracia está en ir descubriendo uno mismo películas y divertirse en la investigación. En este mismo texto ya han encontrado mencionados algunos títulos que pueden buscar en P2P o en tiendas asiáticas. Y en el mismo Youtube tienen completas, aunque en partes, cosas como The Musical Vampire,, Ultimate Vampire,, Exorcist Master, Magic Cop, The Haunted Cop Shop, The era of Vampire, Crazy Safari o New Mr. Vampire. Todas con subs en inglés.

Como curiosidades, recalquemos títulos como Vampire vs Vampire, donde un chupasangres a lo Drácula se enfrenta a los adorables bichos que protagonizan este artículo, o The Jitters, dirigida por el jevilón de John Fasano (responsable de esa maravilla que es Rock’n’roll Nightmare) y donde son los Yiang Shi los que aperecen por una Chinatown americana. En Taiwán hicieron cosas como la saga Hello Drácula, repleta de críos repelentes.
Algunas aportaciones más recientes sería, por ejemplo, Los cazavampiros de Tsui Hark, que desgraciadamente y como tantas otras, contó con una recortadísima versión española que se cargaba gran parte de los diálogos y desarrollo de personajes y dejaba un producto confuso y frustrante. Intenten ver la versión completa. Algo mejor está, por ejemplo, Shaolin vs Evil Dead, con Gordon Liu, el maestro de Uma Thurman en Kill Bill, haciendo de taoísta. Está hecha con las vueltas del pan y directamente a video, pero tiene cierta gracia. Aún esperamos un revival, o, al menos, una puesta al día que acerque estos mitos a una nueva generación

No creo que vayamos a ver a mucha gente vestida de Ying Chai en los conciertos de Him o que Victoria Francés dedique un tebeo, perdón, unas láminas de esas de portada de disco a estas criaturas. Pero ustedes, lectores mios, seguro que incluso valorarán eso como algo positivo. Dejen que los vampiros chinos entren en su vida y verán que, como con el descubrimiento del kung fu o los menus del día de los restaurantes, todo cambia amejor.