Hace poco os hablaba de una circunstancia desafortunada. El pasado sábado 5 de Abril, sobre las 12.00 fallecía Billy, conocido entre vosotros por el Virugato. El animal llevaba varios días enfermo debido a los fallos de su riñón y, tras un amago de recuperación, el pobrecito no pudo seguir luchando y nos dejó.

Se me hace complicado expresar lo que Billy significaba para mí. Hasta que llegó a casa no supe lo unido que puedes llegar a estar a un animal. Forman parte de tu familia, de tu vida. Se convierten en un ser querido más, y como tal, quiero rendirle un justo homenaje.
Siempre dije que Billy nos agradecía el haberle adoptado. El pobre se encontró en la calle con apenas unos meses, antes de que lo acogiéramos, así que sabía lo que era pasar hambre y frío. El animal destacó por no huir de la presencia de los humanos, y por ello llamó la atención a una amiga de la familia. Me gusta pensar que nunca se le olvidaron aquellos días y por eso se convirtió en el gato más bueno y cariñoso que he conocido jamás, y he tenido y conocido muchos.
El día que llegó, hace algo más de 14 años, temblaba como una hoja de miedo. Se pasó la noche comiendo, del hambre que tenía. Mi hermana se dio un señor cabezazo con el sofá agachándose para saludarle, y su llanto le asustó aún más. Pero creo que pronto se dio cuenta de que allí estaba a salvo, aunque fuera a base de esconderse en el hueco para las botellas de vino del mueble de la cocina.

Al principio no hubo consenso sobre como llamarle. Yo le quería llamar Willy, que me parecía bonito para un gato, pero mi hermano Javier prefería Stimpy. Al resto de la familia le gustó más mi propuesta, aunque Javi siguió llamándole Stimpy durante algún tiempo. Poco a poco Willy fue derivando a Billy, que tenía más sonoridad. En aquella época estábamos enganchados a Melrose Place, y quizá la idea de cambiarle un poco el nombre llegó de ahí.
Así que, aunque en su cartilla de vacunación ponía Willy, era Billy para todos. Y a partir de ahí, se desarrollaron cantidad de motes paralelos: Bilillo, Bilote, Biloxi (mi favorito), Biloxiano, Boliche… Había para todos los gustos. Con el tiempo Javi dejó de llamarle Stimpy, aunque se vengó creando “los gatos acrobáticos”. En realidad se trataba de coger al animal y tirarle por los aires para que diera vueltas y cayera de pie sobre el sofá.
Tras un par de años, llegó otra invitada a la residencia Viruete: una coneja a la que mi hermana llamó Coni. O Connie, que queda mejor. El gato alucinó cuando vio por primera que la coneja hacía sus necesidades en su cajón de arena. ¡Era su cajón! Por ello nunca se llevó bien con la coneja y le daba con la pata en el morro, aunque ella contraatacaba y alguna vez se llevó un mordisco. Con la pareja de periquitos que teníamos, sin embargo, se llevaba mejor. Si bien al principio trataba de cazarlos y meter la pata en la jaula, al final se acabó acostumbrando a los pájaros.

Fue entonces cuando empecé a cambiar mi modo de vida y, durante varios años, pasaba toda la noche despierto, hasta las siete o las ocho de la mañana. Al principio estudiando, luego vagueando, usando las BBS o navegando por Internet y jugando al ordenador (sobre todo al Master of Orion 2) y al final, escribiendo o trabajando traduciendo cosas. Y durante aquellas noches, la única “persona” despierta, con quien poder tener algo de contacto y compañía, era Billy. Supongo que yo era lo mismo para él: la única persona a esas horas con quién estar. Esos años forjaron una relación muy fuerte entre los dos, y él se convirtió en “mi” gato.

Si yo iba a la cocina, el venía detrás, si volvía al salón, allí me seguía él. Andaba con pasitos cortos, aún siendo mayor, y en mi mente le acompañaba el ruidito agudo que en los dibujos animados hacen cuando un personaje va de puntillas. Le encantaba que le cogieran en brazos, se ponía a ronronear inmediatamente. Si le hablaba mirándole, me contestaba con maullidos, era increíble las conversaciones que teníamos. Él decía “miaglus” en vez del tradicional “miau”. Y me cubría a lametones, ¡como le gustaba lamer!. El pobre me quería tanto que intentaba colarse en la habitación cuando era la hora de dormir, para poder soñar juntos. El problema es que, si bien al principio era sigiloso, luego se aburría y se ponía a enredar o a lamerme y me despertaba cabreado.

Durante esas largas noches y casi solitarias noches se forjó nuestra amistad. Fueron muchas madrugadas frente al ordenador o el televisor y ahí estaba él, en mi regazo, o en el sofá, durmiendo mientras iba creando aquellos textos primerizos, o los guiones de mis programas de radio. Fue normal, que, alguna vez, a la hora de ilustrar algún artículo me acordara de él y comenzase a sacarle en la página
Y hablando de cosas de la web, también fue curioso la primera vez que vio al Furby Lu-Luh. Alerta, nervisoso, extrañado… La imagen era para partirse, aunque no tardó en darse cuenta de que era un cacharro. Quizá por aquel divertido primer encuentro, decidí unirlos a los dos en los artículos de comida. El parecía divertirse olisqueando el Trickyball y los Monchitos. Esos juguetes no le gustaban, prefería el papel de regalo y las cajas vacías, como casi todos los gatos. Un año le echamos por reyes una caja vacía, envuelta, claro, para que hiciera lo que quisiera. Y que contento se puso, como sonreía. Siempre tenía esa sonrisilla en la boca cuando le hacía las fotos. Por que Billy estaba siempre contento, se le vía en la cara.

No solo se prestaba de buenas a aquello…su empatía hacía que en ocasiones en las que estaba abatido o deprimido, o incluso llorando, el animal viniera sin que lo llamara, por su propia cuenta y notando algo raro, y subiera al sofá de un salto y me lamiera un poco como diciendo “¿qué te pasa? Acaríciame, que te sentirás mejor”. Y así sucedía. Menos mal que le tenía a él, el único que me comprendía y sabía lo que necesitaba. Billy jamás fallaba en aquellos momentos. Siempre estaba en mis momentos históricos, bien auto-compadeciéndome o bien desafiando al mundo. Ya lo decía mi tío Pepe, “parece un perrillo más que un gato”.
No era perfecto, ni mucho menos. Era celoso. En 2003 pasé varios días en el hospital, y os juro que lo que el motivo por el que más ganas tenía de volver a casa era para verle a él. Al regresar, tras cuatro o cinco días ingresado, el gato estaba enfadado conmigo por ausentarme tanto tiempo. ¡Mi gozo en un pozo! …. Cuando conoció a Montse le cayó mal, quizá porque yo estaba más pendiente de ella que de él. Alguna vez le arañó dejando caer la pata disimuladamente. Es lo que ella llamó “la mano tonta”. Pero en cosa de unos meses, la aceptó de mejor gana que a cualquier otra chica que haya traído a casa. Hasta fue el wallpaper del ordenador de Montse, y a mí me alegraba verle cuando iba a su casa y usaba su ordenador.

Sus travesuras consistían principalmente en meter los morros en jarras de aguas para beber, volcando la jarra en el proceso y empapando papeles y revistas. También gustaba de hacer excursiones a nuestros vecinos rumanos, saltando a su piso desde la terraza. Menos mal que ellos le recibían divertidos y no se enfadadan. ¿Cómo iba a ser de otra manera, con lo bueno que era? Hasta se dejaba coger y acariciar por ellos. Una vez le dio por asomarse por una ventana rota, y como resultado, se cortó la carita. Aún recuerdo el susto que me llevé cuando le vi con la cabeza empapada de sangre, sin saber lo que le había pasado. Afortunadamente no fue nada grave. De aquel incidente le quedó una pequeña cicatriz cerca de la nariz. ¡Por cotilla!

Durante varios años le dio por mearse por casa durante la época de celo, pero nos daba pena castrarlo. Así me estropeó algunos tebeos, ropa, y en un fin de año, se meo en un abrigo de pieles de mi tía, que creo aún se acordará de aquello. Pero cuando estás viendo una película tú solo y el animal de repente salta para subirse encima de ti y se pone a ronronear y pone carita de felicidad te lo compensaba todo. Hasta los pises.
En nochevieja era un show. Siendo tan simpático y cariñoso, no le asustaba en absoluto que la casa se llenara de primos, tíos y amigos que no conocía. Al contrario, le gustaba el jaleillo y se dedicaba a pasearse por debajo de la mesa, pidiendo langostinos y gambas. Mi padre, que gusta de cocinarlas los sábados mientras ve el fútbol, también se acostumbró a que el animal le pidiera. Le encantaba también rebañar los yogures y petit suisse, quizá para compensar que solo pudiera comer comida de un tipo, debido a los problemas de riñón que empezó a tener ya de joven y que al final probaron ser fatales.
En enero de 2007 me fui de Alcalá de Henares para vivir en Madrid, y durante muchos meses me quejaba de echarle de menos, aunque le cuidaban mi madre y mis hermanos Javi, Miguel y Esemeralda. Cuando volvía a ver a mi familia, que afortunadamente era y es una vez cada 15 días, lo primero que hacía era buscarle. “Voy a ver a mi amigo”, le solía comentar feliz a Montse. Fijaos que hasta hace tres días aún tenía esa foto de ahí arriba, en la que salgo con él, como avatar del messenger, más de un año después de dejarle en casa de mis padres.
En Agosto del mismo año tuvo lugar una circunstancia muy curiosa. Decidimos dejar a nuestro gatito Buddy con mis padres, y que conociera a Billy, mientras nos íbamos de vacaciones. Coincidió que mis hermanos decidieron adoptar una gatita, a la que llamaron Suerte. Pues ahí se juntaron los tres gatos durante 10 días en que se lo pasaron fenomenal, y Billy hacía un poco de “abuelo” enseñándoles cosas y evitando que se desmadraran. Según Montse, formaron “la banda del Miaglus”, un peligroso grupo de gatos mercenarios dedicados a mendigar comida.

La pequeña Suerte ha hecho honor a su nombre. Ha sido muy afortunada de tener durante sus primeros meses de vida un abuelillo como Billy, que se pasaba el día jugando con ella y mimándola. Y espero que nuestro Buddy de y reciba tanto amor como él. Anécdotas aparte, día a día nos dio su cariño. Bastaba con que estuviera ahí para que todo fuera más alegre. Os contaría mucho sobre lo mal que lo he pasado estos días, pero creo que si habéis querido mucho a un animal os haréis una idea. O al perder a tu mejor amigo, porque, no exagero, es lo que era. Billy vivió una buena cantidad de años; desde luego, más que si se hubiera quedado en la calle. Fue muy feliz y nos hizo felices a todos los que compartimos un hogar con él, y aún en su muerte me ha enseñado unas lecciones, amargas, pero que me acompañarán siempre. Gracias por todo.
Adios, Virugato.
Adios, Billy.
Adios, amigo.

Lo siento mucho amigo Viruete, te mando mucho ánimo, de corazón, de otro amante de los animales, de esos amigos que tenemos en casa, que nos dan su cariño sin esperar nada a cambio. Precioso y emotivo homenaje.
un abrazo grande
lo siento amigo Viru
Querido José Viruete:
Disfruto de tu página casi a diario, y me he divertido mucho con las aventuras del Virugato y Los Furbys. Si hay un cielo para gatos, repleto de alimentos extraños como los Monchitos o los Peta-Zetas, ahí nos encontraremos todos con Billy.
Lo siento muchísimo, Viru. Pero a la vez es imposible no sentirse, al menos, satisfecho al ver que vivió una vida plena y feliz gracias a ti, y que si no se alargó más fue porque no pudo ser.
Yo tuve una gata que se murió con 18 años. Cuando yo nací, ella ya tenía 5, y como era mayor que yo siempre parecía sentirse responsable de mí. Cuando me veía llorar, se ponía nerviosa y no se apartaba de mi lado; era como una segunda madre gatuna, y fue así hasta que murió de viejecita cuando yo tenía 13 años. Firmo mis dibujos con un gatito negro desde entonces.
Sólo el que ha vivido una relación estrecha con un animal puede comprender hasta qué punto te llegan al alma.
Espero que en Buddy encuentres un nuevo buen amigo. No un sustituto, sino el compañero para una nueva etapa de tu vida.
Un abrazo muy fuerte
animo Viru…
besos
Viru, hacía tiempo que no te visitaba. Me acabo de enterar ahora mismo. Lo siento, de verdad.
Piensa que no ha muerto, sólo ha agotado una más de sus siete vidas, y ahora estará rondando por esas calles dispuesto a encontrar a otra familia o a otro amigo como tú al que dar todo su cariño.
Un abrazo
Estimado Viruete:
Es tan cierto que solamente quien ha gozado de la compañía de un animal, es capaz de entender lo doloroso que es concebir la vida ya sin él. Yo tuve un gato (o un gato me tuvo a mí) durante largos 13 años. Su nombre era Keeper, pero le llamábamos simplemente «gato». Su parecido con Billy es asombroso, tanto en el carácter como en el físico. Al leer este post se removieron en mi interior recuerdos de aquellos años en que Gato fue mi mejor amigo. Siempre me aterró la idea de verlo morir, un día, en el verano de 1997 se fue de aventura, como solía hacerlo una vez por año, y ya no volvió. Todavía sueño que regresa en la madrugada, exigiendo su plato de leche tibia. Afortunadamente, mi muy estimado José, siempre se queda la posibilidad de «rebobinar» la memoria y volver a mirar los ojos inquisitivos de un añorado felino, y saber que todo está bien, el Cielo gatuno es una gran alfombra con muebles valiosos para arañar, floreros que romper, y azoteas con luna brillante.
Un abrazo fuerte desde México
No sabes lo identificado que me siento con tu post. Yo, al igual que tu, tengo un gato que ya lleva 13 años conmigo. Ha sido el gato de mi infancia y de mi adolescencia, y hace muchas de las cosas que comentas que el virugato hacía (pedir la comida, ronronear cuando lo cogen, contestar cuando le hablas incluso lo del pis) La verdad es que es el mejor gato que he tenido, y pensar que ya empieza a ser mayor me entristece. Afortunadamente de momento tiene muy buena salud, pero ha gozado también de una vida larga y feliz (y aún lo hace. También lo recogimos de loa calle con 1 o 2 mesecitos, se acercó a mi madre y se le pasó por las piernas el dia que iba junto a mi padre al entierro de mi abuelo (que cosas tiene la vida), le dio pena verlo tan pequeñito en la calle y lo subió a casa, donde estabamos mi primo (que vino a cuidarme mientras) y yo jugando a la megadrive… Entiendo lo que pasas. Leo mucho tu web, que es de mis favoritas (de humor la mejor), pero hoy tenia que escribir. Un saludo.
Hola Viru, yo también soy un lector habitual de tu web y es mi primer comentario.
Yo también tuve a mi gato 14 años y me has hecho emocionar con los recuerdos.
lo siento mucho y animo.
¡Vaya! Hacía tiempo que no me pasaba por la página y cuando lo hago me encuentro con esto. Mis condolencias.
yo también se lo que es cogerle cariño a un animal. Se convieten en otra persona más de la familia y cuando se van es muy duro. Yo no he vuelto a tener mascotas desde el último perro que e nos murió, hará ya 15 años o más.
ánimo tío
Mis pesames.
No pongo muchas cosas por aquí últimamente, sólo dar el pésame, porque los gatos molan, dan mucha compañía y son seres curiosos (en ambos sentidos de la palabra) y muy agradecidos a la que se les da un mínimo de cariño
ánimo
hace tiempo que te leo pero nunca he escrito, pero no quiero pasar la oportunidad de darte el pesame y darte mucho animo, un abrazo electronico viru
Hola,sigo el virublog desde hace tiempo y me gusta mucho.
Me ha apenado lo de Billy porque tengo desde hace unos meses un perro y le he cogido un cariño tremendo y me dolería mucho perderlo.Así que 14 años serían,bueno…
Hablando de Billy has hecho referencia a muchas cosas de tu vida personal y eso demuestra que él era una parte muy importante de ella.
Lo siento mucho.
Un abrazo
🙁
que decir? que lo siento? no te conozco, ni a tu gato tampoco. Si he leido alguna vez algun comentario sobre el virugato, pero poco mas…
Pero ha sido leerte y buff, me entra una tristeza enorme.
Un cordial saludo viruete, y gracias por compartir algo tan intimo y personal con nosotros, esos desconocidos que tanto te aprecian.
Entiendo lo que te pasa, Viru, y también que mucha gente no lo puede captar del todo.
Yo tuve a una queridísima gata, Shana, que quería algo a mi padre, a mi me estimaba un poco y ADORABA CON TOTAL LOCURA A MI MADRE.
Vivió durante 12 magníficos años hasta que un cáncer de mama se la llevó.
Animo tío que los recuerdos no te los puede quitar nadie.
Mis condolencias viru,yo tengo 2 gatos que estan todo el dia dando por… pero la verdad es que si les pasara algo me daria «algo»…
Que hartá de llorar 🙁
Lo siento mucho Viru, yo también tengo una gata y sé que se llegan a querer como uno mas de la familia, a veces mas que a las propias personas.
Larga vida a Buddy, y aunque no sustituya a Billy, al menos que pases con el también muy buenos momentos.
Que hartá de llorar 🙁
Lo siento mucho Viru, yo también tengo una gata y sé que se llegan a querer como uno mas de la familia, a veces mas que a las propias personas.
Larga vida a Buddy, y aunque no sustituya a Billy, al menos que pases con el también muy buenos momentos.
Se lo que se siente. Te acompaño en el sentimiento.
R
Lo siento mucho Viru, mucho animo.
Que decir,
tambien perdi a mi gata hace unos meses de una forma dolorosa despues de 12 años. Pero asi son las reglas de la vida. Se van para encontrar la verdadera paz.
Me has traido muy buenos recuerdos, me arrancaste una sonrisa. Un GRAN articulo con todas las letras.
Los buenos recuerdos siempre te acompañaran.
Lo siento mucho Viru. Creo que todos los que hemos tenido animales en casa conocemos esta historia y sabemos el cariño que se acaba cogiendo a estos animales.
Pero tienes que pensar que el gato tuvo una vida feliz y plena, que es mucho más de lo que se puede decir de otro animales, abandonados o maltratados por auténticos indeseables. Siempre he mantenido la tesis de que un amante de los animales no puede ser mala persona, pero no es menos cierto que hay animales mejores que muchas personas.
Animo
Un saludo
Mis condlencias.
Todos sentimos lo de Virugato.
Animo.
Uno más que casi suelta la lágrima de rigor.
Ánimo, pensad que Billy tuvo los mejores dueños.
una pena, mis condolencias y espero que encuentre consuelo
Lo lamento, Viru. Quienes tenemos mascotas comprendemos perfectamente lo que pueden llegar a significar para uno. Ánimo.
Godspeed, Virugato.
Pedazo de artículo tio, solo el que conoce el amor incondicional de un animal de compañia entiende lo que significa su pérdida.
cuidate
Llevo algun tiempo leyendo tus fantasticos articulos y aun creo que no he comentado o apenas lo he hecho. Como muchos otros.
Pero tu articulo de hoy me ha tocado, me ha llagado muy hondo. Estaba en el trabajo y he tenido que reprimir las lagrimas. Solo pensar en perder un ser asi de querido ya me afecta, asi que para ti que te ha ocurrido debe ser infinitamente peor.
Te envidio por haber disfrutdo del cariño y compañia de alguien tan especial como nos has explicado era Billy.
Animo, no le olvides jamas. Los que te leemos tampoco lo haremos, se lo merece.
Cuando alguien escribe con el corazón salen cosas como ésta. Enhorabuena, no ha podido tener mejor homenaje.
El dia que Kaalu se vaya al cielo de los perros, espero ser capaz de escribir algo asi.
Ánimo Viru!!
Si no hubiera estado en la facultad, hubeira llorado a moco tendido… Te acompaño en el sentimiento, y ánimo!
Lo siento mucho, hombre. En mi casa nunca hemos tenido más que algún que otro pez y a los periquitos de mi abuela (estuvimos cuidándolos un verano y uno se nos murió… tal y como había soñado la noche anterior mi hermano, lo juro), pero siempre me han encantado los gatos.
Tiene que ser una putada del quince cogerle cariño a un animal y que se muera tras tantos años con él. De nuevo, lo siento mucho.
Hace igual un año que no leía tu página y lo primero que me encuentro es un testimonio que me resulta cercano y familiar. Ánimo, «Mi gato» murío hace 2 meses a la edad de 14 y erá uno de esos pocos seres a los que realmente quería. Se lo que estarás pasando pero quedate con lo que te has convertido durante los años que habeis convivido.
Saludos,
Mi más sentido pésame. Yo también sé lo que es perder a un amigo tan especial: mi perro nos dejó hace 6 meses con 16 años. Fue lo más parecido a un hermano que he tenido jamás, y por desgracia no pude despedirme de él porque no reuní el valor suficiente (algo que me perseguirá toda mi vida). Los animales nos dan amor sin pedir nada a cambio (bueno, mi perro exigía algo de chocolate, pero se le perdona XD), por eso duele tanto perder a unos amigos tan especiales. Seguro que murió tranquilo sabiendo lo mucho que le querías y la buena vida que había llevado.
Adiós, bolita de pelo. Si te encuentras a un perro pequeñajo, negro, gruñón y adicto a la siesta allí donde vas, dile que Mina le echa mucho de menos.
Animo, compañero. Un abrazo.
Bueno, tras 141 comentarios, solo diré que te acompaño en el sentimiento. Ánimo.
Mi perra se llamaba Ripley (por Tom Ripley, el inmoral asesino de las novelas de Patricia Highsmith, no por Ellen Ripley)y la tuve que llevar a sacrificar hace unos dos años. Estuve presente y cuando se fue algo de mí se fue con ella. Los animales ofrecen una amistad más fiel que los humanos. Los animales te pueden llegar a putear pero nunca te defraudan. Los humanos sí son capaces de ambas cosas. Descansa en paz, Virugato. Te echaremos de menos.
Tu relato de vida me ha conmovido de sobremanera. Los mejores amigos que conocemos muchas veces son peludos y andan a cuatro patas.
Comparto tu tristeza y la entiendo como amante de esas traviesa creaturas que son los gatos. Yo perdí a una amiga llamada Reyna hace ya más de 5 años y no pasa un día sin que la recuerde con cariño y nostalgia. Reyna fue una gata que me regaló su compañía durante 13 años, vivió conmigo soportando mi adolescencia y acompañando mis soledades. Sirva tu homenaje a Billy para recordar a cada una de esas mascotas que trascienden al grado de volverse parte de la familia.
No puedo decir nada que no se haya dicho ya, así que me uno al sentimiento de todos tus lectores y decirte que me da gusto leer un homenaje tan sencillo, sincero y emotivo.
Los artículos en los que probaba los monchitos, los caramelos y demás son geniales. El Virugato queda ahí y en muchas otras cosas que tú sabes.
Saludos de un lector en la sombra, y felicidades por haber tenido un gato tan cojonudo. Te lo digo yo, que he tenido ya unos cuantos y también sé lo que se siente.
Lo siento Viru, es la primera vez que escribo aqui pero llevo años leyendote. Que te recuperes del disgusto, yo tengo un gato tambien muy «pegaojo/cariñoso» y me puedo imaginar como estas.
Que diferencia de leerte a ti, a ver lo que ha hecho ese cafre ex-edil del PP de no se que pueblo, matando gatos por diversion, que asco.
Un saludo, viru, animo!
Años llevo leyendote y jamas he escrito nada, pero tras ller la biografía del virugato he tenido que hacer, escribir para darte animos y un DEP para Virugato. Yo tengo a uno de estos gatos «pegajosos/cariñosos» tambien y me puedo imaginar lo que se siente al perderlo.
Animo.
P.D.: Me alivia tu cariño hacia el gato, despues de haber visto al cafre exconcejal del PP matando gatos por diversion y fotografiandose, asco de humanidad.
Lo lamento y te acompaño en el sentimiento. Cuando mi loro murió, me consolé recordando los buenos momentos y siendo consciente de que había sido feliz. Saludos y ánimos.
Qué triste, ánimo!
Lo siento, yo también lo he pasado mal por causas similares.
animo la vida sigue,te acompaño en el sentimiento.los animales son casi siempre mejor que los animales
Lo siento mucho Viru, se lo que es perder a un animal que quieres mucho, leyendo tu artículo de despedida a tu amigo he recordado las muertes de mi kobaya y mi chinchilla, en realidad era de mi familia en general, pero con la kobaya, que se llamaba Kyá, lo pasé muy mal, todavía me cuesta un poco hablar de ella sin emocionarme, o ver fotos y videos de ella, era un perrillo más que una kobaya, se les quiere mucho, y todavía, cada vez que pasamos donde la enterramos, nos acordamos de ella, y la chinchilla, llamada Stich porque era un trasto, se murió en agosto del año pasado, y también lo pasamos mal, menos que con Kyá, pero se pasa, con lo cual, te entiendo y espero que se te pase pronto.
Ánimo, viru. Yo también sé lo que es perder a un minino. Yo tuve uno mogollón de cariñoso. Un gato negro al que llamé Pixel… un día desapareció y no lo volví a ver. -_-U
No somos nada…
bueno viru ,no puedo decirte nada que no hayan escrito las personas que me preceden , yo tengo dos felinas amparo y amarosa se llaman , en honor al entrañable pozi ,creeme siento tu perdida.a la gente que me rodea le cuesta entender como voy siempre cargado de pelos blancos ( por mucho que intente quitarmelos aparecen mas diria que se reproducen los cabrones ).pero es que cuando caes bajo el influjo de bastet estas perdido ,amas a estos seres sin remision de hecho se convierten en tus amos y uno tan feliz desde aqui dedico una oda a los felidos.un saludo y animos en estas horas oscuras. jordi
Yo soy de ese tipo de seguidores anónimos que disfrutan con cada una de tus locuras.
Reconozco que tengo verdadera pasión por los animales, no hago más que recogerlos en la calle…
El virugato se ha ido. En el artículo has repetido unas cuantas veces que era un gato feliz, tan feliz como te hizo a ti. Yo me doy por satisfecha, cuando pienso que mis animales han llevado una vida plena y feliz.
Que te dejen siempre es una putada, realmente el que sufre es el que se queda sólo recordándo los buenos momentos.
No sufras que el virugato te sonríe…
No he tenido un animal en casa más de una semana, pero jo, el cariño que se les coge… y por lo que cuentas Billy era de los mejores… mis condolencias.
¡Descansa en paz, Virugato!
Hola,no he leido nunca esta pagina,he llegado aqui a traves de lo que ha dicho de ti un amigo en http://www.reventao.es. Te sonará raro, porque no te conozco ni mucho menos conocía a tu gato pero me he dado la «pechá» de llorar más grande de estos ultimos dias.Ademas de que siento su muerte, creo que con este post has logrado transmitir todos esos sentimientos que a veces creo que son unicos en mi, no se si realmente me explico. la gente suele hacer bromas como «buah,tu gato esta viejo, ya mismo la casca», porque pienso que no llegan a comprender el cariño tan grandioso que se puede llegar a coger a un gato. Mi gata lleva conmigo desde que yo tenia 4 años, ahora tengo veinte y me pasa como a ti te sucedia: llevo tres años en granada y la unica razon por la que bajo a mi pueblo es porque me llena de alegria verla a ella, y si estoy lejos a quien más echo de menos es a ella, y me horroriza la sola idea de que algun dia se pueda ir…tengo miedo de terminar la carrera y tener que irme lejos y no poder verla tanto como me gustaria,eso no suele entenderlo mucha gente.En mi avatar del messenger también tengo una foto de ella, o de ella y yo de pequeñitas. En serio, has logrado emocionarme muchisimo y pienso que este es el mejor homenaje que podrias hacerle a Virugato.
Saludos mios y de mi gata Nevi.
Joder, vaya palo. La gente que no tiene animales en ocasiones no entiende cuánto afecta este asunto.
En fin, que ánimo y esas cosas…
no tengo palabras, lo siento… es como si se fuera un miembro de la familia por que ES un miembro mas de la familia, pero por lo menos sabes que ha tenido una muy buena vida, y que ha sido feliz, cuando su destino parecía estar destinado a terminar bajo las ruedas de un coche o por culpa del frio en la calle, eso debe de hacerte sentir mejor, mucho mejor.
Saludos
Hola, te comprendo perfectamente, he tenido perros y a mi me ha pasado lo mismo,y es verdad que te dan todo sin pedirte nada a cambio, ánimo y piensa que habéis sido muy afortunados teniéndos el uno al otro