Reconozco que no es que vaya tanto al cine, ni que haya visto muchas películas estrenadas este año. Quizá por ello tengo tan claro cual es mi película favorita de este año. O quizá lo tengo claro porque es un peliculón como la copa de un pino. Sea como sea, The King of Kong es el mejor largometraje que he visto en 2007.
Cuando mi amigo MAT (sin chiste, please) me entregó el artículo sobre Billy Mitchell consiguió picarme la curiosidad con el documental ese. Aún así, el principal atractivo que le veía era, no os mentiré, ver gente realizando hazañas frente a una cabina clásica, un duelo geek del más alto nivel. Craso error por mi parte.
Subestime el potencial de la situación, porque el resultado va mucho más allá de una mera competición arcade. Olvidaos de cantidades de puntos y del concurso. La competición se ve eclipsada por la colección de personajes que allí se dan cita, y la cantidad de situaciones memorables e incluso delirantes es tal que por ocasiones parece que estás viendo Zoolander o Spinal Tap, o incluso mejor, un Some kind of monster del videojuego. Pero no. Esas frases fueron pronunciadas. Esas personas existen. Esas situaciones que parecen sacadas de un guión o un libro de Paul Feig tuvieron lugar. Que grande es el cine y las personas humanas.
La historia ya os la contaba MAT: la odisea de Steve Wiebe, un pobre hombre que nunca he tenido éxito en nada den la vida por, por fin, dejar su huella en el mundo batiendo el record de Donkey Kong, y su lucha contra un sistema que se lo pone todo en su contra. Sistema encabezado por un soberbio y absolutamente odioso Billy Mitchell, poseedor del título y de un ego del tamaño de un camión que no duda en poner todo tipo de obstáculos a Steve para evitar que rebase su marca, pero que jamás aparece jugando o empuñando un joystick, aferrándose a ella como si de su vida se tratara.
Por el camino se topará con seres como Mr. Awesome, un personaje que graba alucinógenos videos para ligar con mujeres («a piece of pootang») y su eterna lucha para que se le reconozca su record en Missile Command. O como el campeón mundial del Mappy, un auténtico Quique de la vida (pero por supueso. Repito: ¡es el campeón del Mappy! ), o la gente de Twin Galaxies, una organización para la homologación de los records que peca no ya solo de amiguetil, sino incluso de mafiosa, al incurrir en prácticas como allanamiento de moradas, intimidación, falsificación de pruebas… Casi parecen bloggers. Pero es que no estoy tocando ni la punta del iceberg. No sabría cual es mi momento favorito: la colección de cintas que tiene que revisar el juez ultranerd, el momento del anuncio de la «kill-screen«, la mujer de Mitchell, las canciones folk del presidente de Twin Galaxies… Quizá destaque la aparición estelar del propio Billy el salón donde está jugando Steve, uno de los momentos más tensos de la historia del cine. Colosal.
No puedo decir más que el documental me ha parecido emocionante, fascinante y memorable de principio a fin, y que las situaciones y personajes de la película han entrado a formar parte de mi vida, como lo hicieron en su día Odio o La gran superproducción. Espero que alguien se curre unos subtítulos para que todos podamos disfrutar de la película sin importar el tema lingüístico, y que no tarde en aparecer ese anunciado DVD. Y a Dios le pido que si me muero sea de amor, pero antes, que en dicho disco se incluyan parte de esas más de 300 horas de retraje (¡) que han tenido que desechar, y que pueda verlas. 300 horas más sobre la miseria y la grandeza del ser humano. No os perdáis esta obra maestra. Dejad que Stevie y Billy entren en vuestra vida: nunca los olvidaréis.
Jose, esta cosa tengo que verla, la dejo en pendientes. Y como siempre, certero en los comentarios: lo de Some Kind Of Monster del videojuego ha estado muy bien traído. La pena es que no pueda verse en en «The King of Kong» ese momento tenso entre Ulrich-Hetfield en el que sus rostros se quedan a escasísimos cm uno de otro y que, mientras lo veía, repetía una y otra vez para mis adentros: «liaros a ostias».
Dios, hace días que lo tengo en la interminable lista de la Mula gracias al artículo de MAT, pero aún no se me baja el condenado.
Supongo, por lo que dices, que nos hallamos ante algo que será tan reverenciado dentro de poco como lo es Spinal Tap. Desde ahora, sin haber visto el video, Mr. Awesome patrocinará mi blog junto a Feig.
Creo que ay tengo plan para este findesemana!
se me habia olvidado completamente ese documental!!!!! sabia que existia e incluso habia visto su trailer, pero por aqui (chile) es muy dificil conseguir ese tipo de material….
¿¿300 horas??ya puestos, que hagan una serie!!
Mitchell, buuuuuu!!!es la historia del chico noble de pueblo, que encuentra su destino, y el malvado hechicero intenta que nuestro héroe fracase. Pero si Billy Mitchell tiene una pinta de clon de Lionel Luthor que tira pa’trás…uuhhhb qué malooo eres, Mitchell…
Me encanta el viejo del vídeo de la KILL SCREEN, parece el típico monje que ha vivido toda su vida en ese templo de diversión, a cargo de su custodia.
Edición especial tropecientos discos ya!!y otra sólo para Mr. Awesome!
Desde luego estoy contigo. Al final entre «Transformers» y «Grindhouse» (una pena de nuevo no haber visto la original), hemos tenido un año cinéfilo-viruetero que no ha estado nada mal. Claro, que «King of Kong» no ha llegado oficialmente a España…
Tiene una pinta cojonuda. Hace tiempo que sabía de su existencia pero nunca pensé que pudiese resultar tan interesante.
Esperemos que estrenen King of Kong aquí algún día o si no, ya se sabe, tiremos de emule.
Cojonudo el documental y el elenco de infraseres que aparecen.
El Billy Mitchell ese sobre todo, parece el malo de un culebrón a lo Falcon Crest.
Desde luego yo no puedo asegurar que sea la mejor del año, pero la pinta con que me la pintas me hace desear verla. Otra película «sin novia»… COMO ROCKY! (mejores de lo que se piensa)
Gran docu, sí señor. Menuda panda de mafiosi los de Twin Galaxies y vaya capo chungo el señor Mitchell. Todo un malo malísimo de película… y es que la realidad supera la ficción en más de una ocasión.
Boicot a las salsas hipersaturadas de Billy Mitchell, pero YA!
El bueno de Wiebe («¿puedes repetirlo? Es Weebee») tiene desde ya un lugar en nuestros corazoncitos.
Magnífico.
He visto cosas que nunca creeriais… Menos mal que el Nexos 6 no le hechó un vistazo a éste documental, porque de lo contrario se pega un tiro al descubrir lo que es la humanidad en estado puro. Por dios, ¿os imaginais a Mitchell y a su neumática esposa en plena consumación marital?. Buf, que repelús… eso sí es una Kill Screen.
Cojonudo el documental y el elenco de infraseres que aparecen.
El Billy Mitchell ese sobre todo, parece el malo de un culebrón a lo Falcon Crest.
Jejeje de acuerdo en todo, yo también destaqué el parecido con Zoolander sobre todo porque la expresión de Mitchell me recordaba a la famosa mirada «acero azul»