No nos engañemos: los vampiros no molan. Vivir noches de farra y huir de la luz del sol mola porque podemos elegir hacerlo, pero tírense un año haciendo eso y verán lo hasta los cojones que terminan. Además, están a dieta perpetua. ¡¡Si los vampiros es por su versatilidad en el tema lúdico!! Y es sobre este tema, centrado en el conocido mito transilvano, sobre el que versará el presente recital de instrumentos informales.
DRÁCULA: EL JUEGO MAGNÉTICO
Venía incluido en el VIDEO 25, de la bazareña marca Chicos. La putada es que este juego era para dos personas, pero sólo una se lo pasaba bien. Efectivamente, Drácula (ficha azul) podía elegir si avanzar o retroceder, si mover o no o qué camino tomar según le conviniese, y tenía la «emoción» de completar el recorrido (es decir, merendarse a la ficha roja y volver al castillo) antes de que saliese el sol. En cambio, el profesor (ficha verde) se limitaba a tirar el dado y avanzar siempre, por un camino marcado con flechas que le dejaba una única posibilidad de elección: un giro a mitad del tablero. Para colmo, diez de sus casillas con flecha ni siquiera coincidían con las posibles rutas de Drácula, así que imaginen la frustración del buen anciano al cruzarse con su enemigo, como el típico tren que va de Madrid a San Sebastián a una velocidad media de 80 km/h. El tiempo (ficha amarilla) avanzaba cada vez que alguien sacaba un 1, lo cuál quiere decir que con seis unos, salía el sol y el profesor ganaba de rebote, esa especie de agridulce victoria que no satisface en absoluto, como cuando quedas primero porque al que quedó por encima de ti le ha dado una embolia.
«No veas si mola para echarse unas risas, ahí con los colegas, de birras y canutos»
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A propósito, la ficha roja (es decir, la dama rebosante de nutritiva sangre) era totalmente accesoria, ya que su labor antes y después de ser mordida por el vampiro era la misma: quedarse en una esquina y que el conjunto no parezca tan vacío. El mismo papel que en el grupo Parchís representaba Gemma, sólo que cambiando el color rojo por el verde.
Cefa (Fabricantes de celulosa que se metieron a jugueteros) se dedicaba a copiar vilmente otros juegos, ambientándolos en mundillos de terror, ciencia ficción, aventuras y novela negra. Uno de los juegos a copiar fue Stratego, sustituyendo los rangos militares por temática draculesca, que como que mola más a un niño de nueve años que un francés con bigote rizado y señalando con un dedo. De ese modo, uno tomaba las riendas del ejército de Drácula, compuesto por el conde en persona, un criado (el típico que dice «maeeeestrooooo», imagino), el ataúd y una riela de cacharros más que no recuerdo, hasta llegar a los peones, representados por la «Noche«. El bando de los buenos estaba liderado por el profesor, seguido del ayudante, la estaca, los ajos, el crucifijo y todo lo que viene en el kit de matavampiros que venden en los puestos de verbena, hasta llegar a «El Día«, representado por un solete bien hermoso, que aunque tradicionalmente al vampiro lo jode pero bien, resulta que aquí era la unidad más pedorra y hasta la capa o el ataúd se lo cargaban. Cómo puede un ataúd destruir «el día» es un concepto tan abstracto que se me escapa.
Y resulta que era un juego «de pensar», como el ajedrez. Qué desilusión.
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Lo bueno, que era la atractiva temática, era enormemente contrarrestado por la gran pega de este juego: uno más o menos se puede aprender si el teniente es más que el coronel o no, pero con bandos tan extravagantes, había que andar consultando el glosario cada dos por tres, ante la duda de si los ajos matan al murciélago, la capa vence al crucifijo y largo etcétera. Eso quitaba gran interés al juego, ya que entre partida y partida podían transcurrir semanas, y a la hora de sacarlo no había Dios que se acordase de tan aleatoria jerarquía.
Seguimos con Cefa, y esta vez le toca el turno a su versión del Cluedo. El «Gran juego de detectives», basado en sesudas investigaciones como pulular por una casa soltando teorías al azar. ¿Se imaginan a los detectives de verdad entrando en una casa y diciendo «ha sido usted con un puñal en el baño. ¿No? En ese caso fue su mujer, con un candelabro en el dormitorio» hasta dar con la solución correcta?
El tablero también sirve para el tres en raya. ¡Estos de Cefa son la monda!
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El Misterio daba una vuelta de tuerca al tema. El escenario era un caserón, y los jugadores eran detectives anónimos, en lugar de interpretar a los sospechosos (esa es otra, que en el Cluedo tu personaje podía ser el asesino y tú sin saberlo: «Anda, pues resulta que fui yo, con la soga en el estudio. Rápido, enciérrenme, no sea que esté olvidando otro detalle importante, como que me transformo en Hulk.»). La historia estaba en atinar, mediante el mismo sistema de ensayo/error, cuál de los seis monstruos clásicos (Drácula, la Momia, el Hombre Lobo, etc.) era el asesino, el lugar de la casa donde había atacado y la víctima del crimen. En efecto, investigábamos un crimen sin haber encontrado aún víctima alguna. Porque es lógico pensar que, en una casa llena de monstruos, se haya asesinado a alguien. Es un razonamiento tan lúcido como, por ejemplo, «Mis vecinos de arriba son moros, seguro que venden drogas. Voy a espiarlos por la ventana del patio.»
Qué nostalgia, el Equipo A.
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El único cambio real consistía en una carta, «La Bruja de Salem» (debe de el ninot indultat), que te permitía mirar una de las tres cartas que resolvían el misterio y partir así con ventaja. Esta carta es cojonuda te toque o no, porque supone acortar sensiblemente la duración del juego, que es, a todas luces, un verdadero coñazo.
VAMPI
Otra cefatada más, tirando en esta ocasión de la fórmula de ¡Tozudo!, y que salió en doble versión para satisfacer a los fans de dos monstruos distintos, y para sacar más dinero a padres despistados. El Vampi y su pareja, Franki, que a pesar de sus nombres no son secundarios macarrillas de telecomedia española, eran entretenidos juegos de azar que consistían en pinchar chismes en una estructura determinada hasta encontrar la ranura que hace saltar el mecanismo y provocar que los niños del anuncio se descojonen de la risa y NUNCA sepas el porqué.
Los videojuegos son una mala influencia. Clavar pinchos en una cabeza cortada, no.
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El Franki era una cabeza de Boris Karloff de buen tamaño, en el que había que ir encajando clavijas hasta que le saltase la tapa de los sesos (más o menos el mismo efecto que los bakalas y las pastillas). El Vampi, mucho más soso, cosistía en un trasto parecido a un ataúd, alrededor del cuál había que ir pinchando murciélagos (veloces e hindúes, que comieran cardillo y kiwi a poder ser) hasta hacer saltar la tapa del mismo. Con lo que hubiese molado una Lucy Westenra a la que ir clavando colmillos a lo largo del cuello hasta que la yugular le hiciese plas… Pero en fin, supongo que eso hubiera sido demasiado divertido. Falomir lo habría resuelto con un tablero con casillas genéricas, Salida y Llegada, un dado y cuatro fichas de colores, así que me daré con un canto en los dientes.
UNA NOCHE CON DRÁCULA
Este es un juego para la típica reunión sabadera en la casa del pueblo. Situémonos: en medio de una tormenta, hemos ido a dar al castillo del terror de los cárpatos (y no me refiero a Viggo). El propio conde, muy pilluelo él, se hace pasar por uno de los inesperados huéspedes, y va pillándolos uno por uno a solas y dándoles pasaporte, previa colocación de unos colmillos de plástico de esos de piñata de cumpleaños, incluidos en la caja; tienen un único uso, que es cuando ves al dueño del juego abrir la bolsa y certificas que están sin usar, porque luego no hay cojones de meterse en la boca un chisme que a saber quién se ha puesto antes. Los mordidos se convierten en vampiros y al final todo el mundo va por la casa con colmillos haciendo el mongolo.
Vamos, me sacan eso en una fiesta y me lío a hostias.
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El juego incluye una cinta de musiquilla en plan gótico (de la de verdad, no de la de vestirse de cuero negro y recortarse el flequillo con escuadra y cartabón), en el que de vez en cuando se oyen risas malvadas, truenos y campanas, que marcan los avatares del juego, del palo «Cuando suene un trueno, apaga la luz y espera a ver si pasa algo.» (que madures de pronto, por ejemplo), «Métete en el baño hasta que suenen las campanas.» o «Cuando suene la risa maligna, será la señal de que debes quemarlos a todos en el sagrado nombre de Lucifer.» (esta sería la versión de los informativos de Antena 3). Lo que cada jugador tiene que ir haciendo viene dado por una ruleta y unas cartas, que normalmente los reparten por toda la casa a la espera de que los vampiros ataquen, y el tema está en sobrevivir hasta que pilles a Drácula y le des paliza punkie, hasta que la cinta se termine o hasta que dos se enrollen en una habitación y la envidia general ponga fin al juego. El resto se irán a beber cubatas al salón mientras cuentan rollos de espiritismo.
DRÁCULA, DE BRAM STOKER
Con motivo de la peli de Coppola, Leading Edge (a quien debemos los sobresalientes Army of Darkness y Aliens) sacó un juego que capturaba a la perfección el espíritu de esta: pasarse la novela por el arco del triunfo. Nos encontramos en el castillo de Drácula, en el que en realidad sólo Harker pone el pie alguna vez, pero que aquí tiene mil pisos y una concurrencia que parece el Elevator Action. El objetivo, matar a Drácula o ser el primero en cruzar el castillo de punta a punta, escapando con vida de este.
Casillas cutres sobreimpresas sobre una foto al azar: ¿Homenaje a Falomir?
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Dejando de lado la absurda quimera que es cargarse al conde, que da unas hostias como panes y requiere una tirada inalcanzable para fenecer, la motivación del jugador es un tanto extraña: ¿Para qué has ido al castillo? ¿Para demostrarle al conde que puedes cruzarlo como Pedro por su casa sin que sus acólitos te maten? Ojo, que eso de acólitos es mucho decir, pues tres de los peligros se resumen en transformaciones de drácula (hombre murciélago, hombre lobo y hombre con ropa y peinado chocantes). El resto parece salido de un botellón en el parque: novias folloneras y gitanos con ganas de bronca. Y finalmente, el broche de oro: Lucy Westenra, con ese traje raro de los cuernos, pululando por el castillo hasta que echa el ojo a un jugador y ya no se separa de él, dándole por saco hasta el fin.
En el castillo te esperan horrores como este.
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El resultado de un enfrentamiento no siempre tiene por qué ser la muerte de uno u otro, sino que los habitantes del castillo pueden ser expulsados a otro piso, con lo cuál le pueden caer a alguien en la cabeza con la consiguiente chanza, o bien intercambiarse por otro elegido al azar. Se te puede helar la sonrisa cuando te pegas con un esbirro gualtrapas y de pronto se vira la tortilla y te cae en los morros el hombre lobo, como en las historieras de Mortadelo con la máquina del cambiazo. Completan la caja una buena provisión de cartas con bonificaciones al ataque, el típico sistema de fichita de personaje con sus puntuaciones altas o bajas dependiendo de quién sea (asombrosa inclusión de Renfield con una fuerza equivalente a La Cosa), y un dado de diez caras para escandalizar a tus vecinos por haberte metido «en eso del rol». Seguro que vendes drogas.
LA FURIA DE DRACULA
Reeditado hace poco, este juego también tuvo su versión Cefa, para la cuál no pudieron echar mano de su manido recurso del vampiro porque el original ya iba de eso. De modo que optaron por la socorrida opción del desastre nuclear en Alerta Roja, en el que el famoso conde fue sustituido por un barril de residuos radiactivos, como Hotel Glam.
Me gustó más Condemor.
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El juego tiene tres variantes, a saber:
1.- Írselo currando para deducir los movimientos del conde Drácula por Europa (con un sistema de cartas y movimiento bastante currado, y demasiado extenso para pormenorizar en este artículo) y tratar de pillarlo durante el día, cuando es más vulnerable, destruyendo entretanto los secuaces con los que el infame vampiro va sembrando las ciudades a su paso. Todo esto en una emocionante carrera contrarreloj.
2.- Dar palos de ciego a ver si suena la flauta, mientras el jugador que hace de Drácula se dedica a colocar churumbeles por toda Europa.
3.- Esta versión, extrapolable a muchos otros juegos, es la más emocionante, ya que consiste en ver los nervios de qué jugador se hacen trizas antes y quién decide que es mejor dejarlo. Es la que paso a explicar en profundidad. Además del juego básico, necesitarás los siguientes jugadores arquetípicos:
Si de pequeño me traen los reyes un juego de Drácula y lo primero que me encuentro en la caja es un mapa de Europa, aún estoy llorando.
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El dueño del juego, que se tira la de Dios colocando el juego, explicando la mecánica y repitiendo la frase «Bueno, esto sobre la marcha se entiende mejor.» Intenta pacificar al grupo, y convencerles de que el juego (que cuesta una pasta) es la leche, pero en secreto tiene unas ganas locas de que la partida, y con ella el infierno, termine de una vez.
El que se lo toma en serio, que se anticipa a todas las explicaciones de reglas, preguntando por cada componente, cada cachito del tablero y cada supuesto de situación. Suele aportar mucha tensión, ya que echa la bronca y llama al orden a los demás en cuanto se distraen un poco, y parece que más una simple diversión, está en medio de lo más importante de su vida.
Al que le da todo un poco igual, que juega porque los demás quieren, está de acuerdo en dejarlo cuando los demás quieren y, en definitiva, nadie le pregunta qué es lo que quiere hacer él.
LA VENGANZA DE DRÁCULA
Un juego de tablero desmontable para que cada vez que juegas lo pongas como te dé la gana, que, como la versión Stratego, basa su intríngulis en el ejército del profesor contra el de Drácula. Muñequitos, fichas de personaje con distintas características, cartas de evento y dados… un arsenal que se va por el retrete cuando observamos, con tristeza, que los integrantes de los ejércitos están formados por esbirros genéricos, con nombres destruye-ambientaciones del tipo «Vampiresa B», «Secuaz C», «Sacerdote A», nada de manejar personajes clásicos como Quincey Morris o Mayra Gómez Kemp. Se trata de un juego donde toda la estrategia (¡hasta girarse en un pasillo cuesta puntos de acción!) se va al garete por culpa del mal equilibrio de puntuaciones, haciendo que incluso el ultrapoderoso conde pueda morir a manos de un tipo armado con una zanahoria cocida y una tirada monumental.
El típico juego para llevarse a la piscina.
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Con semejante contenido, la caja debería ser una piñata. Atención a la máscara de Vampiro Verde. |
Cuando he empezado a leer he tenido la esperanza de ver algo sobre un juego que tenía de pequeño(y que no sé cómo coño se llamaba) las fichas eran muñequitos cabezones y los malos todos los monstruos, y siempre me chocaba que Drácula fuera el jefe, por encima del mismísimo diablo. Supongo que hay más material del que imaginamos, pero el artículo sigue siendo la bomba.
(Y sin nombrar el atmosfear)
Aaaah!!!
A mí me tocó en la tómbola el juego magnético de Drácula pero sin fichas!!!
Vaya desilusión cuando lo abrí en casa y ví que faltaban (junto con las instrucciones creo recordar).
Debió ser una venganza divina porque yo para la tómbola doné el Scrabbled y algún niño se debió de cagar en mí con el juego «de pensar».
Ostras! yo tenia el primer juego que comentas el de VIDEO 25!!! no me acordaba de como se llamaba ni de nada, pero al ver la foto lo he recordado, ha sido un flashback total, sniffff….
Tengo 31, gracias por estos artículos, son nuestros episodios nostalgicos como lo son Gerorgie Dann o los 3 sudamericanos para la generacion de nuestros padres… (¿ostras, ya somos viejos, rememorando estas batallitas?… espero que no!)
Ey!!! tambien tenía el MISTERIO y era una pasada, sobretodo por las ilustraciones. Lo bien que me lo pasaba copiandolas!. Y el juego tenia una atmosfera chula.
Yo todavía tengo el Drácula de Cefa guardado en un armario. El Misterio, el pobre, no aguantó la transición a la adolescencia. Y el caso es que yo me lo pasaba de puta madre jugando a ese juego, quizás porque mis primos y yo amenizábamos la partida diciendo nuestras «teorías» poniendo voces gilipollescas.
¿Alguien más está deseando un artículo sobre el Atmosfear? ¡Sí, mi Gatekeeper!
Yo debo mi nombre a uno de los personajes de Atmosfear. Gran juego, sobre todo cuando quedaban 10 minutos para el final…
Me a gustado el articulo, es un pequeño punto de remate, del increible podcast dedicado a los vampiros ( el mejor hasta la fecha, para mi gusto!)
jajaja. Genial artículo.
Por cierto, el vampiro que sale en la carátula de La Furia de Drácula, no os recurda un poco a Chiquito? De hecho creo que CEFA y Falomir no han hecho justicia a nuestro mayor cómico, ya que fueron incapaces de sacar un juego sobre Brácula.
¡Qué recuerdoooooos! Yo tenía el «Misterio» y me encantaba (era uno de mis súper-favoritos, junto con el del «Imperio Cobra»).
En cuanto a videojuegos de Drácula, ¿no había uno de la SEGA? Lo teníamos en casa y recuerdo habérmelo terminado un par de veces del tirón (sí, del tirón; entonces no había tarjetas de memoria y, si quitabas el juego, a la próxima te tocaba empezarlo desde el principio. Los jóvenes de ahora no sabéis lo que tenéis). X’D
Illuminatus, pienso lo mismo que tú. A mí todo el rollo ese de comerciar, ampliar ciudades, conquistar y no sé qué… me parece un santo coñazo
Hombre, hay un momento para cada cosa y uno no tiene porque jugar siempre a lo mismo. Lo que pasa es que cuando tienes un Catán y un Puerto Rico te apetece el Caylus o el Carcassone lo mismo que tomarse un triple capuccino a un empleado del Starbucks.
Bueno, el Carcassone no es más que un puzzle avanzado, pero la verdad es que podía ser, qué sé yo, de construir parques de atracciones o algo así, no tanta tierra para colonizar. Es que la temática ya aburre, joder. Pasa lo mismo que con los juegos de zombies, que está el mercado saturado y les acabas por coger asco.
El Mall of Horror no sé pero el Zombies!! me parece una de las mayores catástrofes del mundillo de los juegos de mesa. Necesita correcciones muy serias para ser divertido, que es lo peor que le puede pasar a un juego.
En general, todos los juegos de Twilight tienen algunos agujeros bastante majos que los pueden alargar a lo bestia. El «Haunted House» es divertido con un sólo piso o con dos como mucho, pero aún así corre el peligro de hacerse espantosamente eterno. El Zombies no aguanta ni siquiera el juego original, como para liarse a meterle ampliaciones.
El Mall of Horror es muy bueno.
Mis primos tenían el juego electrónico! Jugué mucho con ellos y el de Drácula era una de los mejores. Tenía cierta gracia que el profe Van Helsing tuviese el camino prefijado, hacía que hubiese un toque distinto y ciertas dosis de estrategia por parte de el que llevaba a Drácula. Luego hay que contar con un dato escalofriante: el tiempo era otro jugador, había un tío que movía su ficha cuando otro sacaba un uno, tócate los güevos, que triste y aburrido. Y luego el misterio tenía cierta gracia, aunque, desde luego, era una copia vergonzante del cluedo, claro.
yo al zombies! me lo paso pipa, pero porque básicamente jugamos a meternos los dedos en los ojos, que es lo divertido
para fakemon: yo tenia el juego del k has hablado de echo ecra mi favorito de pequeño, tenias k ganar a los malos co fuerza inteligencia y valor y los personajes eran pequeñitos y cabezones si vaya juegazo no me acuerdo de su nombre pero era muy guapo.
perdon para isaac
No he jugado a ninguno de esos juegos pero ahora que los he visto me molaria mucho. Lo más que he visto a Drácula en juego ha sido en los Castelvanya, aunque de esos también hay alguno que más vale rodearlos con flores de ajo y enterrarlos muy profundo porque vaya tela jaja
hola
compro el dracula de cefa, el q sale segundo en la lista. os dejo mi correo:
megavicman83@hotmail.com
coño, yo tenia el video 25! oye, viru, me encanta cuando analizas cosas, este blog es la repolla
txo
Supongo que ahora no está fuera de lugar decir que los rumanos son unos cabrones chupasangre.
Juajuas
Yo tuve el primero que comentais y el de Misterio.
Qué recuerdos
Puaj !
Yo teía la copia de Cefa de «La furia de Drácula». Me lo regalaron para navidades y aún recuerdo a toda mi familia el día de noche buena intentando descifrar las reglas. Si nos pasamos la velada con la tontería. Y yo todo orgulloso, porque pensaba que un juego ta complicado tenía que ser por narices «de adultos». En fin, y todo para que solo jugara haciendo el payaso, usando el tablero como parte del escenario de las batallas con mis soldaditos de plástico.
A seguir igual!!
Muy muy buen artículo.
La descripción de las situaciones y los jugadores arquetípicos son perfectas. Tanto que me siento identificado y eso que estoy seguro de no haber estado en esas situaciones.
Bravo Wally Week.
El de misterio es mitico,si señor… de hecho io a ese si jugue pero nunka al cluedo… Joder, no nos engañemos, ¿ que mola mas que sea un mayordomo el asesino o el Frankestein ¡¡? No hay color ese juego era mas espectacular sin duda ¡¡
¡Ostras, el Misterio de Cefa! Ya casi ni me acordaba… se lo regalaron a un primo mío por Reyes y siempre lo quise tener… aq a mí me acabaron trayendo el Imperio Cobra (que no estaba mal). Os aseguro que yo pasab un miedo de terrible sólo con ponerme a jugar al Misterio… de verdad… era ver las ambientaciones del castillo (sobre todo las cocheras), y ya me cagaba, jajjaja que influenciables son los niños… Recuerdo una vez que nos pusimos a jugar unos cuantos xavales, y cuando más metidos estábamos en el juego, un hermano de mi primo se puso a dar golpecitos y a hacer ruidos el el piso superior de la casa… salimos despavoridos y gritando… jajajjaja madre mía, gracias por hacerme recordar esos tiempos una vez más. por cierto, me encantaría que reeditasen estos viejos juegos de mesa, yo me los compraría todos.
Hola, estoy buscando el misterio, si alguien lo tiene y piensa venderlo, «suplico» contacte conmigo.
Un saludo.
necesito encontrar las instrucciones para el video 25 de juegs magneticos de chicos del que hablais, porque yo lo tenia, mi madre lo guardo y aora mi hija quiere jugar y no recuerdo las instruciones de casi ninguno, si alguien las tiene os lo agradeceria
mina
hola, creo que las instrucciones se pueden bajar por internet.
Ahora que recuerdo, os habéis dejado un juego cojonudo de Drácula, también magnético, de una colección de juegos que salían al mercado con forma de cassette, en la que en un pequeño compartimento guardabas las fichas, el tablero se plegaba para guardarlo dentro de la propia cassette a la que iba unido, y el dado se accionaba mediante una palanquita en el centro que giraba lo que vendrían a ser las bobinas de la cassette (era una ruleta más que un dado). De esa colección llegaron a sacar unos 10 juegos o así. Yo tenía el de Drácula y uno que se llamaba Odisea Espacial.
Esos juegos magnéticos en forma de cassette se merecen todo un artículo. Lástima que no sepa a dónde dirigiros para documentaros, pero si los recordáis, me daréis la razón.
Yo tuve ese juego de cassette, Sevillano, anda que no me gustaba. En la portada salía como un Drácula invitándote a su mansión. Había muchos, como «Chequeo médico»… me encantaba eso de poderlos llevar en el bolsillo. Si tuviera fotos lo hubiéramos sacado. Ojalá lo conservara.
¿Dónde está el misterio en que una capa o un ataúd ganen al día? Los dos sirven para resguardarse de la luz.
Viru, sobre los juegos magnéticos de Cassette. Chicos editó unos bastante majos aquí en España, pero los buenos de verdad, los editó Feber. He dado con una juguetería de Pontevedra que los vende aquí en la red de redes.
Aquí te dejo un enlace con una foto entrañable: (El blog es venezolano, tío)
http://www.cuandoerachamo.com/los-cassette-juego
que articulo mas chulo..que currado, que puntazos mas graciosos y que recuerdos nos traen a los ochenteros.Tengo el de la furia de drácula, y la verdad es que has hecho una descripción exacta de los componentes, no del juego, sino humanos…no falla. yo era la novia «de el que se lo toma en serio», pero con la diferencia de que a mi si me gusta de verdad jugar a los juegos de mesa… :)ahora…el de «una noche con dracula» me lo tengo que pillar…aunque sea por ver a mas de uno/a con los dientes de plastico…:)
grasias!
HOla a todos compro el juego de dracula el de estrategia de cefa quien lo tenga.
Saludos
hola!!! mirando por aqui he visto un juego muy antiguo, el de UNA NOCHE CON DRACULA. Consistia en un tablero al que habia que hacerle girar la ruleta para poder después hacer unos determinados objetivos por la casa. Pediría que, en caso de que alguien tenga alguna información sobre dicho juego (marca, algun sitio donde poder comprarlo…) que me lo haga saber, ya que le estaré tremendamente agradecido. Muchas gracias 😉
Sin haber leído del todo esto todavía ya digo matizaciones.
Sobre el juego de «Drácula» de tablero, que el que escribe este blog dice que el juego tenía unas reglas y había una jerarquía en las fichas y que era dificil recordarlas. Cierto, no eran muy intuitivas, pero en el mismo tablero venían recordadas, o sea en cada extremo del tablero venía una cuadrícula de forma de rectángulo donde venían ordenados por números que ficha era más poderosa respecto a las otras, o sea el 1 era para Drácula, el 2 para la ficha «x», el 3 para la ficha «y», etc, y la ficha 2 podía con la 3 y la 1 con la 2.
Falta El castillo del vampiro, de Borrás, que traía un sello de tinta con forma de vampiro, lo que más molaba del juego, por demás un tanto coñazo.