Esto sí es mezcla de estilos, no lo que hace el Huecco ese.
Vale, ya sé que todo el mundo está a dieta, y que cuando digo que no me apetecen patatas fritas asocian eso y que tengo forma de Snow Bros. y me preguntan “Ah, ¿te has puesto a régimen?”. Sé que todo el mundo “se apunta al gimnasio” cada año, “va al gimnasio” en espíritu, y “debería ir más a menudo” en realidad. Pero olvidemos todo eso e imaginémonos por un momento que pedimos comida por teléfono:
– Con extra de queso, jamón y champiñones.
– Serán MUCHOS EUROS con CANTIDAD DE CÉNTIMOS PSICOLÓGICA. ¿Va a necesitar cambio?
– No. ¿Cuánto tarda?
– Pues el extra de queso y el jamón, treinta minutos. Los champiñones tiene que venir usted a buscarlos.
¿Aceptaría usted un fraude semejante? ¿Se molestaría en ir a recoger los champiñones con una sonrisa en los labios, pensando que esos pequeños detalles son los que hacen realmente grande el servicio de comida a domicilio? Pues esa es la situación que se me plantea cada vez que veo una película de terror japonesa: que la mitad del producto me lo llevan a casa, pero la otra mitad tengo que ir a buscarla al cerebro del director y/o guionista.
Otra de las cualidades de tan elogiado cine es ese hilarante concepto que tienen de “ritmo”: rodar una serie de escenas “terroríficas” y rellenar el resto con diálogos lentos que para más jacaranda no aportan nada a lo que estamos viendo. Vamos a ejemplificar:
Aparece un tío con una bolsa negra en la cabeza. Se mueve lentamente, porque los fantasmas que se mueven deprisa no valen para alargar una escena de terror cinco minutos. Sabemos que es un fantasma aunque no tengamos ni idea de la superstición japonesa que dice que la gente con la cara tapada significa que ha muerto. La tía que lo ve se caga de los miedos, la música asciende y de pronto el tío desaparece. Durante los siguientes diez minutos, la tía mirará fotos con la misma cara de susto que viendo al fantasma. Llamará por teléfono sin cambiar de expresión. Quedará con alguien, diciéndole que es importante. Insistirá. Insistirá otra vez. Colgará, se pasará la mano por el pelo, tendrá un flashback rápido, se abrazará las rodillas. Se quedará un rato así. Irá a la cita y contará con pelos y señales la escena del tío con la bolsa en la cabeza a su asombrado/a amigo/a. Hablarán un buen rato sobre lo que ha podido pasar.
Este ciclo se repite unas cuantas veces, salvo que el resto de la gente que ve a Carabolsa no vive para contarlo. Pero no se preocupen, allí estará la protagonista para descubrir más fotos, documentos, restos y pistas que le permitan descubrir quién es el atormentado y tormentero fantasma, todo a tiempo real. Se pondrá en primera línea de fuego, buscando el origen del mal durante una interminable secuencia en una casa abandonada y luchando por sacar la verdad a la luz y desarraigar al fantasma de esta, nuestra querida tierra…
Y es que los sitios están embrujados porque alguien mató a otro alguien por un problema familiar. En el cine de terror occidental, los traumas te empujan a ponerte un disfraz y matar gente. En el oriental, te convierten en un Carabolsa cualquiera, sin identidad propia y hale, a acechar.
Digamos que Carabolsa no es de nuestro gusto. ¿Qué otras opciones nos presenta el insigne terror japonés? Niños pequeñajos con la cara blanca (para un oriental, tener rasgos caucásicos es la peor pesadilla), niñas algo más grandes con el pelo desmadejado sobre la cara (para un oriental, tener rasgos gitanos es la segunda peor pesadilla) y adultos con trajes de diseño y mirada fija(viendo el tema ese del tiroteo en Virginia, está claro que para ciertos orientales los “niños pijos” son una verdadera pesadilla). Los fantasmas son serios, no ponen cara de odio más allá de abrir mucho la boca o los ojos mientras señalan, algo que ya hicieron los Ultracuerpos hace años, y los Ladrones de Cuerpos antes que ellos. O cualquier niño ante el escaparate de una juguetería desde que el mundo es mundo.
¿Cuántas veces se puede uno tragar la misma historieta y seguir diciendo que el japonés es un soplo de aire fresco para el cine de terror? ¿No se dan cuenta de que, por mucho que nos impactara la secuencia final de The Ring, su ritmo lento y machacón hace imposible tragársela varias veces? ¿De que La Maldición es una serie de escenas con una vaga conexión – y sin desenlace alguno – que sirva como excusa a un festival de escenas de mal rollo (y eso la de cine, que la de televisión no tiene ni razón de ser)? ¿De que Kairo es una puta mierda de película en todos los campos y sentidos que el cine puede abarcar?
Coman sushi, lean manga, vean anime, flípense mirando katanas Hatori Hanzo por Internet mientras atronan al barrio con los mp3 de esos grupos jotapop – ayuda, no encuentro distinción entre esta música y perlas patrias como Opá, yo voy’acé un corrá – y deléitense en su variedad cultural porque saben decir las cuatro chuminadas típicas que primero se aprenden de cualquier idioma. Pero por lo que más quieran, dejen de elogiar las cosas sólo porque vengan de Japón. Su cine de terror apesta, y punto.
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Forma patentada del Teniente Bonestripper de evitar maldiciones.
La culpa la tienen las versiones yankis, que despues de verlas te acaban pareciendo hasta buenas.
Y Kairo me dejo como despues de ver los dibujos de Krusty «Proletario y Parásito»
Feliz cumpleaños y retorno Mr Week.
Pero si América no mola porque sí, España tampoco por cutre, y Japón menos por lo que dice Wally, ¿qué hacemos?
Porque algo tendrá que molar, digo yo.
Uy que cuco ha quedado el rediseño, felicidades 🙂
Viru si te refieres al cine de terror en particular con tu comentario anterior te digo que el mismo ya no mola, unicamente repiten situaciones, personajes y hasta guiones enteros. Además la fórmula del terror moderno siempre me ha parecido de una ingenuidad y estupidez supinas todo un insulto al buen cine.
FACIL. No veas peliculas de terror Japonesas.
A mí es que como solo me gusta el cine iraní…
Pues sí, la verdad es que no mola mucho, no, salvo casos aisladísimos. Y de mayor lo de Scream, Viernes 13 y el 90% del terror que se hace como que no tiene la misma gracia cuando pasas de los 18 y has visto cierta cantidad de películas. Que es lo que le ha pasado al terror oriental, porque a mí hay algunas que sí me gustan bastante, pero es evidente que muchas películas son, prácticamente, parodias involuntarias.
Por fin alguien se atreve a poner por escrito lo que muchos pensamos.
Hace algunos años, fui con tres amigos al festival de Sitges y vimos «The Ring». Al acabar la proyección, los tres coincidimos en que era una peli infumable (bueno, al menos nos reímos en la escena en la que vacían un pozo con cubos de agua). El sábado siguiente le dieron el premio a la mejor película. No sé que fumó el jurado ese día, pero seguro que era buen material.
El pasado año, en el mismo festival, vi el capítulo de «Masters of Horror» dirigido por Takashi Miike y es de pena: da risa cuando debería provocar miedo. Sólo se salva la escena de la tortura con los alfileres.
Gracias por volver, Sr. Week.
Saludos.
Bienvenido de nuevo, señor Week.
Un gran amigo mío que estudió japonés conmigo definió acertadamente la alabanza indiscriminada de todo lo japonés y oriental en general como Síndrome de Niponitis Aguda. Es muy contagioso y letal, se lo aseguro. Yo hasta he recibido improvisadas lecciones de zen por parte de gente que no sabe si Japón es una isla o una ciudad de China.
Ahora, que también se ha puesto de moda poner a bajar de un burro todas estas pelis de terror orientales (y no digo que usted se haya subido a ese carro), supuestamente incomparables a maravillas del terror como Scream, Destino Final, Sé lo que hicisteis…, etc. Será porque en las pelis de terror americanas, al menos las tías tienen las tetas gordas.
Por un lado me alegro de que finalmente se aborde el cine oriental de terror con cierta mirada crítica, pero por otro lado dan ganas de repartir collejas mientras repites una y otra vez «Y qué leches esperábais?».
El cine Oriental de Terror hereda los mismos paradigmas que guían al cine oriental en general, del que el primer gran desembarco fue la ciencia ficción. Y el resultado suele ser siempre el mismo (en el mejor de los casos); buenos trasfondos e ideas sólidas con desarrollo cargante. Pero no es nuevo, ha ocurrido siempre. Películas como Avalon, Dark Water (de las mejorcitas, y os la habéis saltado) o The Ring son lo que son, y nunca aspiraron a engañar a nadie.
El problema del cine americano en general es que sin ideas frescas se mantienen – a veces – a base de profesionalidad y buen oficio. Pero me gustaría salvar a Scream, película que siempre he entendido como una parodia pretendida y lograda a todo el cine americano de terror adolescente.
Perdonad la parrafada, y un saludo,
darthhawk
No me gusta el cine de terror japonés, pero hay que ser pedante y para decir que porque algo no te guste simplemente es una mierda, excepto si se trata de Almodóvar.
Yo creo que desde Kwaidan (que es de 1964) el cine japo de terror ha venido haciendo lo mismo. Recuerdo que fui a ver la versión americana de The Ring, sin haber visto la japa, y la verdad es que me dio su dosis de sustillos y miedillo. Cuando mi parienta y yo alquilamos la japa, nos descojonamos a tutiplén. Tio es que sólo le faltaba ponerse a bailar Breakdance a la muerta cuando sale de la tele. Y yo todavía no entiendo porque se mueren los personajes cuando aparecen los fantasmas, si simplemente te miran mal y bajan por escaleras a cuatro patas. Joder el miedo te da la primera vez que ves al fantasma, luego ya si sólo está por ahí pues digo yo que te acostumbras no?.Tampoco es que te tire piedras ni nada. Dark Water ya me pareció más jiñante ya que si veias al fantasmiko hacer algo pa matarte.
También me defraudó un huevo Audition. Recuerdo que en clase, unos compañeros escogeron Audition para hacer un análisis de guión, y dije pues coñe voy a verla que parece que toda la gente la pone de obra maestra del miedo. Pues tio, la veo, y resulta que la única escena chunga es la de los alfilerillos. Más chunga me parece la escena de Los Bingueros en que el Esteso le traspasa con una aguja el brazo al jefe del Pajares cuando se hace pasar por médico de acupuntura.
Reconozco que en el cine japo hay como todo, pelis buenas y pelis malas, pero que tienes razón Wally en que desde hace unos años se alaba todo lo japo sólo por ser japo sin discrimanción de calidad. También ha pasado con el cine iraní, o con el cine del tercer mundo. Simplemente es alabado porque denuncia la situación en la que viven. Joder, eso ya lo hacen los telediarios y no les dan premios no?. No se creo que cada vez vivimos en un mundo más estúpido
Totalmente de acuerdo,Wally. El caso es que aún no entiendo la razón, pero aquí en España nos desvivimos por todo lo que viene fuera y no prestamos ni pajolera atencion a lo de nuestro.
Como todo,se convierte en un vicio y nos hacen tragar toda la mierda que filman,publican o estampan; películas que no valen un duro, moda que apesta o discos infumables.Y todos,cual pueblo de «El traje nuevo del emperador», a tragar y a decir que el emperador está vestido,cuando claramente se le ve el culo.
Dices de los japos,de los que aun se puede salvar algo,pero que me dices de los franceses?Cuando han hecho algo potable a parte de Amelie?Pues ahí tienes a un monton de gafapastas adorando cada molécula cultural que sale de ese país tan antipaticote.
Y asi nos luce el pelo: los alemanes nos compran hasta las fabricas de garbanzos y nosotros con la sonrisa en la cara. País…
Los americanos dejalos ir tambien,pero como inventaron a Elvis, el AOR y las pizzas como elemento de consumo masivo, les perdono.
Más «Supersonic Man» y menos pelis japos,coreanas,o…bueno, de chinos, coño!
Yo creo que para gustos los colores… hay pelis japos muy buena y también muy malas, así como hay pelis americanas buenas y malas. Por lo general suelen utilizar las fórmulas que han triunfado… hasta que acaban agotadas.
Dos cosas:
Primero que me gusta el cine de terror japonés y que me trae sin cuidado si es japonés o de Borneo, luego no encajo en la crucifixión de aficionados a este cine que se hace en el artículo. Me gusto cuando lo descubrí por que hacía mucho que estaba cansado de casquería por terror y de cine de adolescentes americano. Por fin otra vez cine que inquieta (al menos a mi).
Lo segundo es que no puedo dejar de llamar la atención sobre el estilo del artículo que nos ridiculiza con recursos dialécticos de estar por casa un tipo de cine en concreto. Eso no debe engañarnos; cualquier película puede ser analizada de forma irónica y no por eso es mala. Decidme cualquiera que considereis fuera de toda duda y os la describire de forma que parezca una autentica mamarrachada (demostrable). Lo que se pretende de una crítica es un análisis objetivo y comprensible que nos de una información creible sobre lo criticado, se esté de acuerdo o no, como con esto que escribo.
Criticas a los fans del genero con tanto fervor que nada mas parece que tuvieras algo personal contra ellos. Yo me hice aficionado al cine asiatico (no de chinos, como he leido por ahi que alguien lo llamaba con la chuleria cuasi racista del ignorante) porque vi algo distinto en el, es una concepcion muy distinta de la occidental en todos los sentidos (no solo en el cine). Lo que me sorprende en todo esto no es la cantidad de fans que ha generado el fenomeno sino el odio con el que es atacado por parte de sus detractores, ya que nadie va al cine con una pistola en la nuca. Aquel al que las pelis asiaticas no le convenzan, o simplemente no les den lo que busca que no las vean. Ese es el problema casi siempre, ya que creo que el cine en Asia tiene una finalidad distinta. Pongo un ejemplo extremo; en la India la gente responde a las preguntas de los actores y canta con ellos, es como mas interactivo. El cine japones no pretende ofrecer una historia, muchas veces ni tan siquiera coherente, con un final que lo aclare todo y que te deje tranquilo para que puedas dormir bien, con una serie de dialogos superinteligentes entre los actores. Es necesario romper esos parametros que para el cine occidental son reglas, el cine asiatico muchas veces solo pretende buscar una serie de reacciones sentimentales en el espectador no importando ni tan siquiera la historia que pueda estar contando sino la forma en la que se esta contando; de ahi el abuso en cuanto a recursos de imagen y musica y la falta de dialogos (lo que algunos llaman lentitud).
He leido tambien por ahi que aun sin ideas el cine americano «se mantiene», es verdad pero bueno sin olvidar la cantidad de millones que invierten en los EEUU en el cine, cosa que no haran nunca en Japon, donde practicamente hay un solo productor importante.
Por otro lado, no entiendo de donde te has sacado lo de que odian los rasgos caucasicos, o que los temen; y lo de los rasgos gitanos (supongo que lo dices por lo del pelo largo y moreno, me ha encantado esto, porque como todo el mundo sabe las japonesas nacen todas rubias y despues se tiñen a los diez años cuando celebran la fiesta de los cerezos XD). Todo es verdad es mas yo añadiria que odian tambien los toros y los trajes de flamenca, en definitiva que se merecen la tercera bomba atomica.
Terminado, si que estoy de acuerdo en que ultimamente se copia demasiado en las peliculas y tambien en que hay muchos prejuicios positivos hacia lo japones, por eso no se puede ser tan radical; a mi me encantata el cine japones en general, pero odio que los japoneses pesquen ballenas (o las pescaban cuando habia). No se japones, detesto el JPop y SORPRESA!!! odio el manga y el anime, por lo tanto el ser despreciable amante de lo japones que presentas tal vez no exista (o si, quien sabe).
solo falta la cruz en llamas y las capuchas bolas de xenofobicos de mierda
lo del cine de terror japones pues ha sido semillero de pelicuas holliwoodezcas mas o menos pasables, sin embargo, como todo ya empieza a ser cansado mas de lo mismo y de nuevo se ha estancado el genero, justo como paso en su tiempo con las agas de viernes 13, pesadilla en la calle del infierno y otras pelis qu se volvieron mas que terror en comedia involuntaria
me gustaria ver la lista de «obras de arte» que ves para entonces «iluminarnos», pero es estupido tratar de encontrar obras de arte verdaderas en cine de clase B como son las de terror, vamos si quieres ver tetas al aire y tias buenas alquilate una porno y dejate de gilipolleces
No puede uno criticar sin que le tachen de xenófobo y traten de acertar sus gustos a lo extremista. Claro que llamar a Elm Street «La Calle del Infierno» desacredita a cualquiera, y créanme, sé por qué lo digo.