Los habituales lo sabéis, y los menos habituales lo intuís. Nos encantan los Transformers. De hecho, la primera palabra que el Sr. Viruete escribió en inet fue «Transformers», en un primigenio yahoo hace ya bastante tiempo. Y siempre he tenido muy claro que uno de los motivos por los que la serie me fascinaba de crío era el montón de personajes que poblaban las páginas de sus cómics y los cells de animación de su serie televisiva. Había cantidad de robots, cada uno con su personalidad, poderes e historia. Y constantemente aparecían más y más.  Una pesadilla para un guionista, pero una delicia para un niño con tiempo libre para aprenderse los nombres y características de todos y cada uno de ellos y con imaginación para llenar los huecos que quedaban en la historia y pasar tardes embelasado con sus dibujos, tebeos y muñecos.

Y a todo esto, mis padres perdidísimos, sudando tinta para explicarle al dependiente que el Optimus prime era el Powermaster que anunciaban en la parabólica. Y no se enteraban. Creo que es el mismo motivo por el que a los chavales de unos años después les gustaba Pokémon: es un mundo aparte, fascinante e impenetrable para un adulto con poca paciencia para estas cosas (casi todos).  Y al igual que tengo mis Pokémon favoritos (ya hablaremos, ya), hoy os quiero hablar de mis Transformers favoritos, los que por una razón y otra siempre terminaba dibujando y aún sigo con cariño sus aventuras en los cómics de IDW, mil veces mejores que los de Dreamwave, por cierto.

Imposible molar más

Shockwave

Seguramente mi robot favorito de toda la historia transformil. Shockwave es poderoso, cuenta con un diseño chulo y una personalidad única y distinguible.  A diferencia de la mayoría de los robots, carece de un rostro humanoide. Con un solo ojo y sin rasgos, se nos antoja más alienígena si cabe que el resto de los personajes. Por si fuera poco, nuestro cíclope hizo de la lógica y las probabilidades su modo de vida, al igual que en su día el Sr. Spock, aunque esforzándose más, que Spock al final era un moñas que cedía a su lado humano. Shockwave calculaba en un 91% su posibilidad de que los Decepcticons ganaran la batalla. O algo así. Menos mal que la vida no es una ecuación. También calculaba yo en un 91% las posibilidades de que Chayanne fracasara en España y luego fijaos.
Su forma alternativa era la de una gigantesca pistola de rayos voladora. Relean:   GIGANTESTCA PISTOLA DE RAYOS VOLADORA. Y decimos gigantesca porque, a diferencia de Megatron, él nunca fue adaptado para adoptar una forma terráquea, lo cual le hubiera convertido en una suerte de pistola de la serie antigua de Galactica.

Lamentablemente, en la serie de dibujos, su papel fue la de un secundario que nos traumatizó. En el piloto, Shockwave se quedaba vigilando Cybertron para Megatron, y ni siquiera decía ni pío, ya que en español se olvidaron de doblarle. Así como suena. Shockwave asentía y encendía su ojo amarillo, sin emitir sonido alguno. Por lo demás, solo aparecía acto de aparición en los episodios que sucedían en Cybertron, como aquellos del puente espacial, y siempre para ser burlado incluso por Chip, el paraplégico amigo de los robots.
Su papel en el cómic era muy diferente. Shockwave se fulminaba de un disparo a todos los robots salvo el médico Ratchet, y se hacía con el liderazgo de los Deceps, urdiendo malévolos planes para conquistar nuestro mundo y conspirando contra Megatron cuando éste volvió a la carga. Su fin ni siquiera quedó claro,al desaparecer en llamas rentrando en la atmósfera terrestre.

Tras todo este rollo, os confieso que Shockwave  fue el primer transformer que tuve. Lo cual anula cualquier tipo de juicio objetivo sobre el personaje y hace desaparecer mi poco sentido común. El cual, para empezar, no debía de ser mucho dado el tema en el que estoy empleando mi tiempo.

CMenudo macoi . on

Predacons y Predaking

¿Robots que se transforman en… animales?  Pues sí, diez años antes de que Beast Wars nos diera a un Optimus que se transformaba en mono, los Predacons ya andaban por ahí montando bronca en el Coliseum sin puto caso a las indicaciones de Tarzan, al que partieron la cara por ser un puto guarro. Los Predacons nunca tuvieron un papel destacado en tebeos o cómics, salvo quizá ponerle las pilas a Megatron.  Pero su forma combinada, Predaking, la cual formaban uniéndose los seis Predacons, es el mejor «megarobot combinado» de toda la serie, y si me apuráis, de la historia de los robots, si exceptuamos al Dai Apolon. Las fichas que hizo la Marvel le describían, además, como el más poderoso de estos seres formados por varios mecanoides.  Y a diferencia de zotes como Devastador o Bruticus, Predaking era rápido y letal. Y el juguete era de los más bonitos, daba gloria verlo, aunque jamás pude tenerlo. Es uno de estos casos donde el único factor que entra en juego para explicar porque me gustan es… que molaba cantidad.

Let’s all meet up in the year 2000

Blaster

Blaster no es especialmente popular entre los fans de la serie de animación, pero cualquier lector de los tebeos de Transformers lo tendrá entre sus favoritos. El cassette autobot aparecía por primera vez en aquellas historias ambientadas en Cybertron, acompañado de su amigo, el patético Scourge. Desde entonces Blaster demostró que iba a ser el típico solitario, el rebelde capaz de jugársela desobedeciendo a sus superiores por una corazonada, o incluso plantar cara a los deseos de un tiránico Grimlock y desertar de los autobots. El visor que llevaba en los tebeos lo hacía más chulo que la cara al descubierto que lucía en el cartoon, y su arma, un rifle desestabilizador, era memorable por su originalidad y versatilidad. Para el recuerdo quedan sus aventuras con Goldbug, especialmente aquella de las Chatarras espaciales, una especie de critters mecánicos. Delicioso.
En los dibujos creo que protagonizó un par de capítulos, si bien su función solía limitarse a poner «música marchosa» (que era siempre la misma) o pelearse con Soundwave uno poniendo technopop y el otro glam angelino.

Jazz

Prefiero pecar de previsible que de insincero. Es un clásico de las listas de favoritos.. ¡Pero es que es inevitable! Jazz era divertido y marchoso, le encantaba la cultura terrestre (gustaba de escuchar a Madonna) y encima era un guerrero valiente  y capaz, con una transformación chula, que destacó tanto en los tebeos como en los dibujos. Y llevaba gafas todo el santo día, como Cobra. Le faltaba la cerilla en la boca. El juguete, en su sencillez, era también de los más logrados y parecido al personaje que podíamos ver en la tele. De todas sus múltiples ocurrencias, me quedo con una: cuando se cubre de nieve para gastarle una broma a Spike y le dice: «no es un hombre de nieve, es un robot», sepultando al chaval bajo una avalancha, Me parto contigo, Jazz.

CArco 2007 n

Wheeljack

Wheeljack es uno de los pocos robots que me gustaban más en los dibujos que en el tebeo. Comenzando por su peculiar manera de hablar, 100% entroncada en la robótica más pulp, separando cada palabra como si estuviera buscando instrucciones en su CPU e iluminando sus particulares «orejas» con cada sílaba. Wheeljack era uno de los motores de la serie de animación: su condición de ingeniero (léase inventor) propició inumerables capítulos donde sus inventos eran robados por los Decepticons con malvadas intenciones, como un Dr. Escariano Avieso involuntario. Por no hablar de las ocasiones en las cuales nuestro hombre se sacaba de la manga un dispositivo para contrareestar algún plan de Megatron. Yo de pequeño quería ser como él. En lo de inventor, no en que se me encendieran las orejas. Pero no es nada extraño: un niño que no haya querido ser inventor merece ser inflado a collejas por los macarras de clase.
En el cómic nunca fue tan protagonista, si bien por su aspecto guerrero, con cañón al hombro incluído, le hicieron estar en la primera línea de fuego de memorables batallas. Como aquella en la que debutaba la zumbada de Cortacircuitos. Su transformación en coche de carreras con cierto colorido era lo bastante atractiva para que alguien como yo, que no tienen el más mínimo interés por los coches, le pareciera un modelo bonito. El profesor chiflado se convertía en algo irresistible para las tías. Me suena de algo.

C¿Lo cubrirá el seguro?. on

RatBat

Tanto los cómics como los dibujos de la serie se centraron casi exclusivamente en los buenos, los autobots, aunque a mí casi siempre me parecían más interesantes los Deceps. Es una pena que nos quedáramos con las ganas de saber más sobre sus planes. Salvo algún episodoi aislado, los únicos personajes con cierto desarrollo eran los líderes: Meggie, Shockwave, Scorponok… ¡y Ratbat! Porque sí, los deceps fueron liderados por una cassette. Una cassette con muy mala leche y más agarrada que el tío Gilito, siempre vigilante para reducir el consumo de energía al mínimo y optimizar recursos. Ratbat era un murciélago vampiro que bebía el combustible directamente del cuerpo de sus enemigos, un enemigo peligroso para ser una cassette. Y no solo en combate: suyo fue la idea de crear un tunel de lavado que hipnotizara a los humanos que por ahí se adentrasen, extrayendo de sus vehículos el preciado combustible para ser usado por sus tropas. Sí, se que suena a auténtico disparate, pero a mí me parece un argumento delirantemenet pop, deal para el público al que se dirigían los cómics.
Ratbat era despiadado, frío y calculador, como una calculadora congelada, y a punto estuvo de conseguir la victoria definitiva contra los autobots, acabando con un buen número de ellos y dejándolos aislados en la luna. Aunque por otro lado, se dedicó a cripsar a los deceps, logrando dividir a su comunidad entre sus partidarios y los de Zapt… que diga Scorponok, el gigantesco escorpión mecánico con cabeza humana, que acabó con él a traición por la espalda.
En los dibujos casi ni salía, y el juguete no dejaba de ser una cassette más. Fue Budiansky, una vez más, el que le sacó partido a un personaje por los que pocos daban un duro y que daban por desaparecido, o utilizado para copiar una cassette de Acid House.

La prueba definitiva de que Blaster y Jazz son los mejores

Descarto a Ratchet, el médico de los transformers. Es uno de mis personajes favoritos y uno de los mejores tratados, y más heróicos, del tebeo. Para la historia, su encontronazo con Megatron: no se movió ni un micrón. Pero salvó a TODOS los autobots de la destrucción. Lamentablemente, su juguete era una auténtica mierda que no había por donde cogerla. Lo siento Ratchie.

Pues ahí los tienen. Es posible que muchos sólo os acordéis de los líderes de cada facción. No os culpo, la cantidad de robotejos fue tal que era difícil destacar. Y sin embargo, estoy seguro de que alguno les gustaba más que otros. Aunque fuera, como a mí, porque se lo regalaron para su cumpleaños. Y es que pocas cosas hay en la vida como cumplir 9 años y que te regalen un transformers. Cuando tenga un hijo, quiero darle todo lo que a mí me faltó, como ese juguete de Omega Supremo. Y si no le gusta pues bueno… ya le encontraremos un uso. Por cierto, le llamaré Kal-El.