A estas alturas de la semana Rambo creo que hay poco más que decir sobre porque estamos haciendo esto. Adentrémonos, pues, en otra faceta del entretenimiento en la que el film de Stallone tuvo, como veis, nutrida presencia: los videojuegos. En mi caso, los que disfruté en su momento fue el Rambo III del Amstrad, el de Megadrive y el Arcade. Tuve suerte, ya que eran bastante mejores que los más básicos. Pero pasemos ya a hablar del tema.

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Digno del Moma
Rambo – Spectrum,  Amstrad, C64

Regulero. Posiblemente uno de los cassettes más vendidos de 1985. La promesa de un juego de trepidante acción controlando al personaje más cañero de la época era tentadora. El resultado no estaba a la altura de las circunstancias. O sí, si pensáis que es la película en la que se adapta es una basura. Claro que en ese caso merecéis se sepultados por un gigantesco truño radioactivo de Godzilla. Rambo va por la jungla, matando vietnamitas a base de arrojar cuchillos, buscando prisioneros. . En principio nos dedicamos a vagar por unos austeros escenarios hasta que podamos encontrar una ametralladora y seguir vagando, pero ahora más armados. Una especie de versión de Commando en la que se sustituye la acción por la exploración. AL final hay que devolver a los prisioneros en helicóptero.

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¿Hay palmeras en el espacio?

Lo que más me ha llamado la atención es lo negro, negrísimo que es casi todo el escenario. Esto se une a la ausencia total de música para crear una experiencia por ratos agobiante y desoladora. Como el mismo Vietnam. En su día, y gracias a la imaginación que invertíamos los niños en juegos como este, era un eficaz entretenimiento. La versión de C64 era bastante mejor, y hace poco han creado un remake para PC, que no supera la categoría de pura anécdota.

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Al asalto de la fortaleza Lego
Rambo –  Master System
No sé a vosotros, pero a mí lo primero que me viene a la mente al pensar en juegos de Rambo es el Ikari Warriors. Por eso mismo pensaba que mi juego favorito de este artículo iba a ser el de la Sega Master System…

… y me equivoqué. Sí, la acción es similar a la del mítico juego que adaptó Elite para mi Amstrad. Pero a la hora de la verdad, vemos que está plagado de detalles que impiden ese nivel de excelencia. Para empezar, nuestros disparos tienen muy poco alcance, con lo cual tenemos que acercarnos mucho al enemigo para poder abatirlo. Las flechas explosivas que disponemos también tienen poco alcance, aunque una buena onda expansiva. Con ellas también podemos liberar a los pobres prisoneros, que resulta tenían flechas que regalarnos. Ya podían emplearlas para escapar ellos, ya.

Como en la mayoría de estos juegos, un solo impacto bastará para ponernos fuera de combate, y os aseguro que los enemigos de este juego son los que tienen el gatillo más fácil de todos los reseñados hoy. Además, nuestro héroe no puede disparar hacia atrás de ninguna de las maneras y posee la “invulnerabilidad” post-mortem más inútil de la historia de los videojuegos. Su duración es minúscula, arbitraria y mientras está en efecto, solo puedes moverte a los lados. Aún así, y diga lo que diga el Nintendo Nerd, el juego es medinamente divertido y jugable, aunque frustrante. Además goza de variedad de escenarios y enemigos finales, y si te parece chungo, puedes jugar a dos jugadores y compartir el cabreo con un amigo.
Hubo también un Rambo III para la SMS, pero como era de para jugar con la pistola, no lo hemos podido probar en condiciones, aunque no parece gran cosa.

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¿HOLAAAA? ¿ESTÁ EL ENEMIGOOOO?
Rambo – NES

Un aburrimiento supino. Por unos momentos creí estar ante una copia del Green Beret, al ver su perspectiva lateral, pero nada más lejos de la realidad. Aquí manejamos a un Rambo sin armas de fuego que encima lucha, principalmente, con serpientes y bichos. Despoblando la jungla asiática. Los controles son pésimos: nuestra arma tiene muy poco alcance y Rambo realiza un extraño movimiento al atacar que hace que calcular bien el momento de golpear sea casi imposible. Por si fuera poco, es tremendamente complicado orientarse en el mapeado, abundando las pantallas iguales. Ello provoca que gran parte de nuestro tiempo de juego sea empleado en perdernos y volver a encontrar el camino y, en muchas ocasiones, sin tener ni idea de donde hay que ir a continuación. A vagar por las pantallas tocan.

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Lo mejor es que el cartucho recrea aquella parte de la película en la que había que rescatar a un niño en las cuevas en las que terminas enfrentándote a una araña gigante.  Ah, espera, que eso no salía en el film. Igual lo recortaron del metraje. Pero lo más sorpendente, es que, aunque luchemos solo con animales y se saque misiones de la manga, hay abundancia de diálogos absurdos que aburren, recreando escenas enteras de la película ¿Euuh? ¿Se sentirían culpables por inventarse tantas tonterías? No compensa: no solo es un mal juego sino que encima es todo lo contrario a la acción y emoción que transmite su material de origen.

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Si te metes por la tubería sales al mundo de Mario. Me lo ha dicho mi primo.
Rambo III – Megadrive

Otro juego del montón, que podría ser muchísimo más divertido de no ser por su elevada dificultad. Es una mezcla entre el un Commando o el Mercs con el juego de Ocean, alternándose fases de ir en línea recta disparando a todo lo que se mueva con otras en las que hay que investigar una base enemiga hasta encontrar a alguien o algo. Para estas misiones disponemos, por fin, ¡por fin! de una ametralladora. ¿Tanto cuesta ponerle a Rambo una ametralladora desde el principio? Pues parece ser que sí. Me parece fenomenal que quieran introducir pequeños guiños a las películas, pero es que los juegos NO son películas… de lo que se trata es de tratar de recrear un poco las sensaciones que se tuvieron al verla. ¡Digo yo! En fin, además de armas de fuego, tendremos flechas explosivas, bombas de tiempo y nuestro fiel cuchillo. Armados, por fin, como merecemos. De vez en cuando aparecerá una breve fase en la que, controlando a John visto de espaldas, tenemos que destruir un helicóptero, un tanque… a base de flechazos. Un buen detalle que añade algo de variedad al juego.

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El causante de la piña de Rajoy y Aguirre

Hay dos pegas: el diseño de los niveles, carente totalmente de puntos clave o momentos memorables y que pena es que tengamos solamente tres putas vidas y nos eliminen cada una CON UN SOLO DISPARO. ¿Estamos hablando de Rambo o de Napoleón Dynamite? ¡Menudo flojo! Esto, obviamente, hace que el juego tenga una altísima dificultad, siendo imposible jugar una cantidad decente de juego sin tener que recurrir a los continues. Que sí, que para eso están… pero cada vez que pulso en “continuar”, me invade un cierto resquemos. En realidad, me están recordando que soy incapaz de acabarme el juego sin recurrir a continuar. Que no tengo la habilidad suficiente para hacerlo de una sola partida. Y aunque vuelvo a jugar, no puedo evitar sentirme un poco fracasado. ¡Así reventéis!

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Rambo III – Spectrum Amstrad

El mejor juego de Rambo, amiguetes lo tiene la máquina más primitiva de las aquí tratadas. Rambo 3 era una tensa videoaventura en la que, infiltrados en la base soviética, tenemos que rescatar a Trautman y salir a través del campo de minas. El terreno está plagado de soldados rusos que vigilan a los prisioneros: es lo que tiene las prisiones, a excepción de SONA, por supuesto, así que el sigilo será uno de nuestros maravillosos aliados. Para ello lo mejor será usar nuestro cuchillo o la pistolas con silenciador, ahorrándonos la pérdida de mucha energía. Al margen de eso, podíamos deambular por el campamento cogiendo objetos los cuales, atención a lo que voy a decir, TENÍAN UN USO LÓGICO. Ejemplo: usar las baterías de las gafas… con las gafas. El uniforme se usaba para que no nos dispararan los enemigos al vernos. La munición con la pistola. El silenciador con la pistola. Había un par de objetos de uso algo más retorcido, pero con un poquito de paciencia, el juego tenía lógica y era acabable. Los controles eran suaves y precisos y los gráficos perfectos para este tipo de juego.

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La segunda parte recreaba la apoteósica escena del film en la que John y su coronel aniquilaban cientos de rusos a bordo de un tanque, destrozando soldados, vehículos, helicópteros. Aquí la cosa flojeaba, ya que manejábamos el la ametralladora, pero no podíamos hacer lo propio con el vehículo, con lo que sufríamos cantidad de impactos. El cañón del arma podía recalentarse si le metíamos mucha caña, así que tampoco podíamos emborracharnos de plomo. Sin llegar a la brillantez de la primera fase, también era entretenida y hacen del Rambo III para 8 bits un juego disfrutable aún hoy en día.

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No pasa nada, son solo moros.
Rambo III – Recreativa

Como vemos, Rambo III consiguió engendrar juegos bastante mejores que su precuela. El arcade es, junto al juego de Spectrum, el título más jugable y recomendable. Por primera vez está justificado el poder jugar a dobles, ya que podemos manejar tanto a Rambo como al Coronel Trautman. Controlaremos a los guerrilleros viéndolos de espaldas y acabando con los enemigos que están ante nosotros a base de mover el punto de mira de nuestra arma. Las semejanzas con títulos como Cabal son evidentes, aunque quizá recuerde más a aquel juego de GI Joe. El tema del scroll hacia delante le da un toque personal que lo aleja de la mera copia. Desgraciadamente también limita su jugabilidad: al mover personaje y punto de mira simultáneamente, nos debemos de poner siempre en la línea de fuego del enemigo. La barra de energía, que nos garantiza poder sufrir unos cuantos impactos antes de terminar la partida y la generosidad en los power-ups hacen lo que pueden para equilibrar la balanza.

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Buscando a Miguelito, que se fue a vivir a las montañas

Es bastante divertido, aunque a las dos fases es ya evidente que le falta variedad de enemigos y situaciones para convertirlo en un título más destacable. Gracias a mi «cuñado» Rául sé que había fases laterales y en las que se iba en moto, con lo cual había una ligera variación, pero muy superficial.
Como vemos, aunque varios de estos juegos vendieron estupendamente, no se trataba en ningún caso de títulos imprescindibles para los sistemas… Si hoy hablamos de cualquiera de ellos es por la asociación con el film que nos ocupa esta semana, me temo.

Ah, y se me olvidaba uno: EL RAMBO CONVERSACIONAL.

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>Hablar con Coronel Trautman
>Coronel Trautman: ¿Cómo vivirás ahora Johnny?

Excitante ¿verdad?