Ya tocaba tantear eltema del cine pop turco de los 60 y 70. Un mundo aparte por muchos motivos. Los directores, que habían crecido viendo seriales clásicos de los 30 y 40 vieron en ellos el patrón ideal a seguir para sus propias obras, y quisieron aplicar sus características al cine de evasión que ellos mismos facturarían, adaptándolos a los gustos actuales. Así, año tras año, se estrenaban imposibles largometrajes con criminales enmascarados que eludían la justicia, justicieros de intachable moral que dominaban las artes de meter sopapos, decorados de cartón piedra, científicos locos con ansias de dominar el mundo, organizaciones criminales que aplicaban retorcidísimas torturas a sus víctimas y un sentido del «continuará» absurdo en una película que se ve de un tirón pero que nos proporcionaba unos gratos momentos de suspense. O sea, cosas de las que hacen que las pelis molen. A la receta clásica americana añadieron los condimentos locales: peleas en cantidades industriales y chicas mostrando carne. Siendo un país islámico, muchos seguían viendo mal todo atisbo de carne femenina pero muchos formaban parte de un pueblo deseoso de reformas políticas y sociales. Por ello encontraban en ese cine localista una válvula de escape ideal: sexo y violencia en la pantalla para calmar las ganas de hostia en unos términos familiares y aceptables.

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Y aún, con todo esto, hace falta más cosas para explicar la aparición de una película como esta 3 Dev Adam, que une a Santo, el luchador mejicano, El Capitán América y un malvado Spiderman durante casi hora y media de tortas y más tortas. Para empezar, cara, mucha cara, la que tenían los guionistas y productores. Santo era un figura popularísima en el país, dice la leyenda que había un cine en Estambul que solo proyectaba películas del enmascarado. En cuanto al Capi y el lanzarredes, resulta que ambos habían protagonizado sendas películas en la tierra de del kebap, con lo cual también eran conocidos para el público. Teniendo estos tres iconos protagonizando el film de una forma totalmente apócrifa, y cumpliendo la cuota apropiada de peleas y tetillas, tenían no solo garantizados los beneficios. Y sin que ellos lo sospecharan, la imortalidad.

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Candidatos a la alcaldía de Marbella

En el film, un Spiderman sanguinario y ultraviolento planea hacerse con el poder en el mundo del hampa turco. ¡Jameson tenía razón! El tipo se encontró el traje en la basura, y optó por recortarle los ojos. No para ver mejor, sino que para sus gigantescas cejas de malvado pudieran estirarse tranquilas y en libertad. Dado que la policía utiliza siempre utiliza la palabra «mafia» para referirse a su organización, bien podríamos interpretar que Spiderman es italiano, teoría que se confirma cuando vemos quién edita ahora los tebeos del personaje en toda Europa: los señores de Panini. Ante la oleada de crímenes de Pietro Parquini, los turcos deciden llamar a América (que no Capitán América), y a El Santo, los cuales acuden raudos a ayudar al noble pueblo otomano.

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Se le ha pegado un simbionte alienigena al culo

Ya les adelantamos que Santo es casi un secundario en este largo. La principal aportación de esta película al mito del luchador mejicano se hace en los 5 primeros minutos de la película, ya que el tipo aparece directamente sin máscara, destruyendo la mística en torno al misterio de su rostro pero confirmando el rumor: el tío es más feo que el chepudo de 300. Por el contrario. descubrimos que jamás se deshace de sus calzoncillos, ni siquiera para ducharse. Si el mejicano mantenía el misterio en torno a su rostro, éste prefiere hacerlo en torno a su entrepierna.

Una joven ayudante de América comienza a hacer pesquisas, pero su falta de discreción hace que la trinquen cual Pantoja en Marbella. Nuestro patriótico amigo acude raudo al rescate, cambiándose en medio de la calle (¿para qué diantre lleva entonces máscara?) y mostrando sus dotes de súper soldado arrasando una puerta de papel. A continuación presenciamos atónitos una pelea totalmente improvisada, rodada directamente en un plano secuencia. Que se queden los Peter Jacksons del mundo con sus contrapicados, sus cámaras temblorosas, sus ralentis o planos de detalle. Aquí parece que estamos en la misma habitación, sentados en una silla, viendo despreocupados el espectáculo, puro cinema verité. América también hace gala de sus (escasas) dotes acrobáticas, luchando bocabajo al colgarse de unas anillas. Y aunque sus patadas son especialmente débiles al carecer de un punto de apoyo, son suficientes para aturdir a los bandidos que retienen a la chica. Será que el master le dio un +2 al daño, por la creatividad, es lo que tienen los juegos modernos.

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Nadie por la derecha, nadie por la izquierda… ¡Argh, como me picaba!!

Mientras, Santo, se colará de extranjis en un edifico, con máscara y capa, para pasar más desapercibido, buscando pruebas incriminatorias. Pruebas que, una vez encontradas, se guardará en el paquete, para que estén calentitas. Y ya hemos comentado antes que se duchaba en calzoncillos. ¿Serán sus gayumbos de la suerte, igual que los de Will Smith? Despistado, acaba en un gimnasio rival (escena fusilada por Jet Li en El beso del dragón) donde se enfrentará de forma algo pedestre a un grupo de judokas. ¿O serán karatekas? El caso es que llevan kimono y sueltan alaridos mientras se hacen aspavientos (no, no hablamos de un grupo de jebi nipón). Sea como sea, El Santo gana y vuelve al cuartel general. Los buenos comentan sus investigaciones y con esto ya tenemos establecido el patrón que seguirá toda la película: Spidey ataca, los buenos van allí, luchan un poco contra unos sicarios, vencen y vuelven al cuartel. Así hasta la inevitable y poco excitante pelea final. Ante semejante guión, tan poco inspirado como un capítulo de Los Serrano post-Perea, no queda otra que distraerse fijándose en los detalles, que son los que dictarán si la experiencia es memorable u olvidable. A saber:

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Nadia, saca las Tamiya

– El Spiderman malo colecciona estatuas, y disfruta observándolas y riéndose como un loco. Y no, no son Heroclix, ni figuras del Warhammer.
-Además, no es un buen luchador, pero corre que se las pela, consiguiendo dejar siempre atrás a sus perseguidores. Es como en el cole, que a veces el que más puede no es el que más corre.
-Los toques de humor están robados directamente de el libro de estilo de Bud Spencer: el chiste del borracho que ve a los enmascarados y decide dejar la bebida, el típico alelao que recibe hostia tras hostia mientras el bueno le engaña distrayéndole con la otra mano, el ciego que no se entera de lo que pasa a su alrededor… Humor universal.

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Hoy irían con chandal, oros y gorra

-Santo no es sólo es feísimo (normal que lleve la careta), sino que además en un hortera de tomo y lomo. Inolvidable su chaqueta de flecos en plan cantante bajista de Los Bravos. El Capi, con sus camisas floreadas hipiosas no se queda corto.
-Spiderman gusta de ver en pelotas a sus víctimas antes de acabar con ellas. Por ello, siempre que toca allanar una morada para robar una estatua, procura que la chica esté siempre desnuda duchándose, para ponerse morao antes de matarla. Quizá en el futuro, comience una leyenda urbana sobre un asesino que mata a los que se lavan, y los críos tendrán una excusa perfecta para no bañarse. Esto dará lugar a todo tipo de enfermedades por la falta de higiene y Turquía, y por lo tanto el resto de Europa, ante la futura integración de ese país en la UE, sufrirá una plaga como no hemos conocido desde la época de la peste bubónica. ¡Maldito seas, Spiderman!

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Hasta de ver tías en pelotas te puedes aburrir

-Además de los pezoncetes entrevistos en las escenas de ducha, asistimos a no uno sino dos numeritos de strip tease. A destacar la pinta de aburrimiento del batería que acompaña el baile de la chica.
-La música de las escenas de acción recuerda directamente a la de Rin-Tin-Tín o la carga del Séptimo de caballería. Al menos no la han robado de Indiana Jones, como en otras ocasiones. Supongo que ya se sentirían lo bastante culpables utilizando sin permiso tres personajes mundialmente famosos. ¡Tienen conciencia, después de todo!
-Los buenos son de una moral, digamos, relajada: no tienen problemas en matar a gente a golpes, e incluso en darles muertes crueles por aplastamiento o empalamiento. Justice, american style.

-Spiderman, además de ladrón y cobarde es un misógino y un sádico de cuidado. Menudo partidazo. Al principio de la película se carga a una tía con un motor de fueraborda, y hacia la mitad, decide escarmentar a uno de sus seguidores colocándole un tubo en los ojos y soltando un inofensivo conejillo de indias. Se supone que el pequeño roedor, que parece incapaz de matar a una mosca, acaba con la vida del rufían, cosa harto imposible. Como mucho quedaría ciego. Por otro lado, se me ocurren otro tipo de torturas con un tubo y un ratón. ¿A que sí, Sr. Cruise?
-Nadie tiene poderes en la películas. Nadie. Aunque eso no impide que entre Santo y Capi levanten un coche a pulso. Pero es porque están en muy buena forma.

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Muñecos voyeurs. Imposible dar peor rollo

-En un momento dado, El hombre araña se acuesta con su ayudante Nadia, y sí, se quita la máscara, aunque no le vemos. ¿Eso no lo tendría que hacer Santo? ¡El malo es el único que pilla! Pero eso no es lo peor: dos muñecos que parecen con vida se ponen las botas mirando. ¿Quienes son esos muñecos, porque se rien y porque miran a la parejita?
-El Capitán América no lleva escudo, lo que traiciona sus orígenes: en el serial americano del 44, no llevaba escudo, lo que confirma que los turcos debían conocer al personaje por dicha producción en lugar de por el cómic. Pero mira, mejor que no lleve, no vaya a ser que se le ocurra tirarlo y a ver como resuelven la papeleta de hacerlo volar y volver a la mano de su propietario. Por fin, algo de sentido común. Eso sí: las balas le rebotan igual, gracias a su traje, un chaleco antibalas glorificado.

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La violencia, y no la música, es el lenguaje universal

Tras varios asesinatos, robos y palizas a los esbirros de los malos, El Capi y Santo deciden dejarse capturar para poder echar el guante al Hombre Araña. Tras liberarse, tiene lugar el esperado combate final entre nuestros héroes y… ¿los clones de Spiderman? Pues sí, no solo hay uno, sino siete u ocho Spidermanes que harán frente a nuestros héroes. Definitivamente, tras la saga original del clon no se ha producido nada bueno en este respecto. Eso sí, los villanos aparecen de uno en uno, que no es cuestión de jugar sucio, y advirtiendo siempre de su presencia con una estridente risotada. El que avisa no es traidor. Uno tras otro caerán ante el poder del bien, algunos de maneras algo truculentas, pero bueno… se lo merece por cabrito, igual que cuando le cortan la mano al pedófilo de Prison Break. Por fin llegamos al final, no sin antes presenciar divertidos un chiste de «falsa alarma» que haría enrojecer a los guionistas de He-Man.
Como seguramente habéis podido comprobar, la estrella absoluta de la función es el enmascarado Spiderman, con sus risas dementes y brotes sicóticos. Santo queda en un discretísimo segundo plano, sin duda debido a lo feo que es el cabrón y a sus escasas cualidades atléticas, superadas ampliamente por el Capi. Aytekin Akkaya, actor que interpreta al centinela de la libertad y un mito del cine pop otomano, hace gala de unas habilidades propias de aquellos que han aprendido a hacer trucos en el circo y han acabado haciendo de especialistas o actores en otras películas: la principal cantera de estrellas de acción turcas, de donde también salió Cuneyt Arkin. Con Cuneyt compartiría cartel en la mítica Star Wars Turca.

3 Dev Adam tiene un feeling episódico, fruto de sus raices de serial, que no le sienta muy bien al film como un todo y que da la sensación de que podría acabarse igual a los cinco minutos que a la hora y media. El acabado de esta película, delirios enmascarados y cutre peleas aparte, puede recordarnos al cine de espías europeos de la más baja ralea, o casi cuaquier película de superhéroes pre-superman, antes de que los efectos especiales tuvieran ese nivel . Amena carne de parroquia y de sesión doble (que ahora vuelve a molar), entretenimiento cuyas intenciones se ven malogradas por los escasos medios. Los niños, ya se sabe, lo perdonan todo, pero claro… con esa ligera carga de exotismo y sadismo, no sé yo si era a los niños a quien destinaban esta cinta. Poco importa ya, pues su público es hoy el de seguidores de la basura exótica, que buscamos recrear a cualquier precio ese sentimiento de sorpresa y recrearnos en el «todo vale» que lleva ausente tanto tiempo en el producto globalizador que encontramos en la salas .Que la copia mulera se vea como el puto culo no deja de ser para muchos parte de su encanto. No para mí, mucho más recomendable la versión en DVD de Onar films, que al menos se entiende y tiene subtítulos.

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El Spiderman malvado contraataco en varios juegos de la saga Shinobi

Y llegamos al fin a la conclusión que estabais esperando desde el principio: «es supercutre y te ríes mazo XXXXXDDDDD». Pues hombre… sí. Con deciros que el propio director abandonó el cine tras firmar la película. ¡Que no es para tanto! Ideal para verla después del Spiderman 3 de Raimi y comprobar con cual te lo pasas mejor. Y tengo mis dudas, porque le veo a esta cualidades de la que carece la superproducción americana. Por ejemplo, y en plan confesión: a mí me pone más la mala Nadia que Kristen Dunst. Pero bastante más.