No
están todos locos

España,
país donde la cultura popular desprecia a los más
insignes luminarias intelectuales, ha dado grandes muestras
del intelectualismo más solaz y supercalifragilístico.
¿Quién no conoce algún gafapasta
obsesionado con Heidegger? ¿Y con Schopenhauer?
¿Y con María Teresa Campos? El país
que ha dado al mundo gloriosos pensadores como El Cojo
Mantecas
y Cal-loh de Gran Hermano,
ha tenido no obstante sus personajes característicos
y creidillos que han sabido cumplir a rajatabla el mandamiento
básico de cualquier persona nacida en la piel de
toro : “No tener ni idea de lo que se habla”.
Así, armados con sus impresionantes retóricas
(“esto es lo que es, y no pue ser de otro modo”
o el impresionante e imprescindible “eso es como
to”) han sabido entregar a la oratoria nuevas mieles
no vistas desde los tiempos de Castelar.

Lo
que pasa en Guantánamo en una vergüenza
¿Y lo que pasa al norte de la isla no lo
es?

Javier
Nart:
Conocido por sus 1500 carreras, cursos, diplomaturas,
certificados de anís del mono, y demás,
lleva dándonos la tabarra con sus opiniones pseudo-progresistas
en cualquier medio afín. Desde mencionar a Lutero
para justificar cualquier acto terrorista islámico,
a su defensa encarnizada de opiniones absurdas, su caterva
de disparates no tiene fin. Opina de todo: Terrorismo,
Medicina, Fútbol, Calcetines, Adult Oriented Rock,
Los Lunis
, etc. Ninguno de esos temas le impide mostrar
su enojosa falta de datos, y la manipulación de
todos los que tiene. Eso sí, su aspecto de canoso
intelectual en la tradición de Carrascal
le dan un aire pedantil, consiguiendo un cierto halo otoñal
e ilustrado. Nart no es tan listo como se cree, sino que
se rodea de gente lo suficientemente estúpida como
para resultar una especie de Sócrates con
gafas.

Es
obvio que al lado de Pilar Rahola o el calvo pesao
del Crónicas, cualquiera puede llegar a
ser un sofista (y como tal cobrar por ello), pero fuera
del templo de la ignorancia que es la TV su importancia
intelectual es similar a la de Ana Rosa Quintana.

Les
saludo, dios mediante, ¿Vuelve la escolástica?

Cesar
Vidal:
¿Un protestante en la Cope? ¡Sapristi!
Sí, en efecto, en estos tiempos de crisis religiosa
y con las conversiones en masa al Islam que amenazan
el solar patrio (la poligamia y el hachis tienen muchos
fans), la emisora arzobispal tiene que aliarse con el
enemigo para poder progresar en el sustento de la Fe.
Vidal hizo una conversión ideológica del
socialismo más cateto, al cristianismo liberal
(¿Nieve negra?), y da el puntillo de homilía
entrañable a las tertulias losantianistas de la
Cope. Tiene bastante más cultura que el espécimen
anterior, ya que su saber de lenguas muertas (no, no es
Gay) le hace capaz de entender los “rollos”
del mar muerto y las epístolas de Pablo
a los romanos, españoles y guatemaltecos. El problema
de sus opiniones, es que tienen un matiz beatero bastante
cargante, y aunque con una ideología opuesta (¿O
no?), parece que estás oyendo a alguien del PNV.

De
todos modos es de admirar su nivel de producción
de libros, que aunque todos hablen de sus obsesiones,
pueden llegar a igualar a “Factorias Tusell”.
Aún así, es bastante abúlico y en
los debates de la Campos aburre bastante. Si tienen
alguna duda sobre si Cristo tenía mullet,
haréis bien en acercaros a sus obras donde descubriréis
que no sólo llevaba este peinado, sino que también
contaba con hombreras y barba a lo ZZ Top.

Me
alegra que me hagas esa pregunta, Santo Domingo
en el siglo III A.C. supo ver que blablablabla

Fernando
Sanchez Dragó:
El ejemplo perfecto de la trashumancia
humana, pasó de ser un intelectual hippy de izquierdas,
a serlo de derechas. Esta permeabilidad ideológica
le acaba de costar el increíble programa “Negro
sobre Blanco”, pero no sus ideas, que realmente nunca
cambiaron. Así es, mientras que Vidal se identifica
con Cristo, Dragó se creyó todas las gilipolleces
de Leary, y gracias al abuso del hachís
hizo un prodigioso ejercicio de sincretismo religioso
entre oriente y occidente a la altura de los más
prodigiosos intelectuales como Espinete (que se
vistió de fakir en un capítulo). Dragó
es capaz de sacar analogías sobre dioses incaicos
hablando sobre Madam Curie, o en extremos tan bestias,
decir que Jesús copió la doctrina a sacerdotisas
indias (algo que le emparienta con JJ Benitez, otro espécimen
que analizaremos en un futuro).

Negro
sobre Blanco
era el mejor programa de la televisión
sin ningún lugar a dudas, pero sobre todo por los
engendros que depositaban allí sus doctrinas. Aunque
en el Aznarato el programa había pasado ya sus
tiempos de oro, podíamos ver de vez en cuando debates
serios sobre la homosexualidad entre intelectuales como
Molina Foix y García-Viñó
con argumentos de peso (los puños). El programa
de Gustavo Bueno y sobre todo el de Jodorowsky, fueron
ya excesivamente nietszchianos y ZP en un ejercicio de
salud pública que le honra decidió cancelar
el programa. Es una pena, puesto que con la llegada del
talante al gobierno, Negro sobre Blanco podría
haberse llamado “Afroamericano sobre Euroasiático”
para demostrar el carácter integrador del nuevo
gobierno.

He
venido a hablar de mi Libro y sólo ponéis
videos idiotas que ya hemos visto todos.

Francisco
Umbral:
La huella del escritor noventayochista, siempre
enfurruñado, hipócrita y con gafas, vio
su último coletazo con Don Francisco. Con el clásico
estilo marcadamente literario (mezclar churras con merinas)
de la generación de plata, Umbral es un notable
de la transición, donde acompañado de mozas
bastante imponentes, realizaba esas crónicas de
la incipiente movida madrileña. Vistos hoy en día
esos artículos, aunque magníficamente escritos,
uno tiene la impresión que Umbral no entendió
nunca la movida, el fenómeno punk y a Parálisis
Permanente
(bueno, a estos últimos tampoco
los entendimos nosotros). Aparte de poner miles de palabras
mal en inglés, sus menciones a la música
de los Ramones como catarsis revolucionaria, te
hacen imaginar a Paco con su bufanda (roja por supuesto)
rodeado de punkis sin entender ni una palabra de lo que
decían. Las circunstancias personales, agriaron
bastante más su carácter y tuvo un viraje
conservador, obvio de alguien que adoraba la triada mágica
de la restauración: Café, Copa y Puro.

De
ahí llegaría a autoparodiarse y resultar
demasiado honesto con la venta de humo de Mereces
Milá
en el mítico Queremos saber
(desde aquí recomiendo el especial de los
Skins, lisérgico). Posteriormente se moderó,
y aproximándose a sectores monárquicos,
llegó a ser alguien importante. Sí, porque
ahora Umbral es toda una institución de la lengua
castellana, y su palabra es respetada en las más
altas instancias. Aunque mantiene la ficción de
que es comunista, le encanta pasar noches inolvidables
en la compañía de los Aznar y los
Borbón, donde al sabor del Vega Sicilia
puede hacer crónicas supuestamente críticas
con el gobierno. En definitiva, Umbral está en
el ocaso vallinclanesco de su vida, y al igual que en
la obra de Don Ramón, no deja de ser un espejo
que deforma la realidad de lo que algún día
intentó ser.

Yo,
como tío del barrio: Todas sus intervenciones
en CM empezaban así.

Ramoncín:
Que la movida tuvo poco de movimiento proletario lo sabemos
todos menos el comentado aquí. Berlanga, Canut,
Cano, Torroja
, no eran precisamente apellidos de obreretes,
y sin duda fueron los más paradigmáticos
del movimiento. Ramón todavía se cree un
“Working Class Hero” en la tradición
de Johnny Lennon, y con sus obsoletos tochos cheli,
llegó a considerarse una especie de Maria Moliner
del “varriho”. Aunque obsoletos en su concepción
(Ramón nunca entendió a los peloceniceros,
dominadores culturales de los 90), le valieron una especie
de corona intelectual entre Prisa, y ahora nos
da la murga todos los fines de semana en el programa “A
vivir que son dos días”. El elemento consustancial
de toda la evolución de Little Ramón, es
su ausencia total de spanish shame (Vergüenza) para
cubrir su totales y absolutos pozos de analfabetismo.
Esto se demuestra en su carrera musical, donde pasó
de tirar “Güebos” (usemos su lenguaje para
engrandecerle) a los Vips, a ser un completo “Güebón”
consejero delegado de la SGAE.

Así,
paso de ser un punk-rock anti-sistema que ni Kortatu
o los Extremo, para acabar imitando a Phil Spector
y meter una “Muralla de sonido” acojonante (según
él) en sus últimos discos. Ramón,
luego de tanto despreciar el caduco sistema familiar burgués,
ha acabado casado con un piso en una ciudad dormitorio
y dos hijitas. Eso sí, sigue asistiendo (o asistía)
a las juntas del PSOE donde da el punto de vista callejero
que sólo un tipo de más de 45 años
puede dar: Ninguno.

En
ellas no existió la rebelión paterno-filial

Maria
Teresa Campos:
La intelectual más influyente
del panorama patrio, es una muestra de la existencia de
milagros en la piel de toro. Que una persona con escasa
cultura, nula dicción, de rancia derecha y de apariencia
esférica pueda triunfar en España es consecuencia
sólo de un vinculo místico entre los espectadores
y ella. Empezó en la radio realizando programas
musicales, donde inició una fascinación
por y para la farándula que nunca la abandonaría.
Aunque esa época fue la más promiscua intelectualmente
(ella dice que leyó a Hegel…otra cosa
es que lo entendiera) y sexualmente (se intentó
ligar a Patxi Andión), se casó muy
pronto, para tener un final consecuente con muchas mujeres
españolas: Es viuda.

El
gran salto a la TV se produjo con el magacine matinal
de Jesús Hermida, donde éste descubrió
la necesidad de cubrir el colectivo clave en las mañanas:
La trabajadora del hogar, o en castellano vulgo, la Maruja.
La falta de escrúpulos de “La Campos”
para resultar forzosamente natural, y caer bien a la ama
de casa media, desembocó en la salida del pobre
Hermida (bastante mejor presentador que ella) y su total
dominio de las mañanas de la televisión.
Así, Maria Teresa pasó a ser una especie
de Oprah Winfrey aria que con mucho menos cultura
se desenvolvía de miedo en los platos rodeada publirreportajes
de Mistol y sus hijas y llamaba "rojo" a los
que llamaban cuando se cabreaba. Aquí comenzaría
una de los más lamentables legados de “La
Campos” en la televisión patria, que no era
otro que el desmesurado nepotismo en la tradición
de Aaron Speelling.
En un ataque de súper-yo, Maria Teresa decidió
que sus hijas eran perfectamente validas para realizar
las tareas más complejas de su programa, y así
a la primera (Terelu) la colocó como comparsa,
mientras que a la segunda (Carmen) la colocó
de directora del programa. Esto sólo podía
provocar errores mayúsculos, y Terelu no sabía
(y no sabe) vocalizar, mientras que los errores de cortinilla
y producción de TODOS los programas que ha hecho
Maria Teresa son increíbles. La migración
a las distintas cadenas no ha cambiado para nada el programa,
que sigue siendo lamentable y trasnochado. Esperando un
ataque de corticoides brutal a la Campos, o una imposible
renovación de las mañanas, tendremos que
acostumbrarnos a su oronda presencia a lo largo de los
siglos.

Mmm
¿No será un cabeza rapada?

Gabriel
Albiac:
Sin duda el heterodoxo más radical
de toda la izquierda española, ha conseguido ver
los distintos enemigos de occidente a través de
la óptica marxista. Albiac es profesor de filosofía,
y sus opiniones políticas siempre llevan una reducción
al absurdo. De este modo consigue relacionar conceptos
opuestos, como podrían ser las croquetas y el estalinismo,
enlazando varios preceptos una y otra vez. Militaba en
el PCE en la transición, como toda la clase política
actual, y al igual que ellos lo abandonó cuando
se auto suicidó el partido en las elecciones del
78. De ahí salió desencantado de la experiencia,
y fue el gran fustigador de la izquierda utópica
en los años del felipismo. Resulta curioso que
un tipo tan pesimista se preocupe por la sociedad actual,
y sólo se emocione cuando algunos intelectuales
cafrecillos postulan romper la luna del coche del policía
(me refiero a Ska-P obviamente).

Tenemos
la impresión respecto a Albiac, que después
de un exceso de lectura de Kafka y sobre todo Orwell
mira a todo su barrio de manera conspiranoica en búsqueda
de una especie de “fascismo latente”. Es decir,
las miradas perturbadas que le dedica la señora
de la limpieza o la falsedad del vendedor de periódicos
sólo puede significa dos cosas: Que su calvicie
este mal vista o que formen parte de una sociedad pervertida
por el estatismo. Albiac se decanta por la segunda opción,
y lo debe pasar mal a la hora de comprar el pan o seguir
la colección de cromos de Sandokan.

¡¡¡Déjame
hablar!!! No me dejan hablar en Viruete tampoco

Fernando
Arrabal:
¡Sólo podíamos acabar
con este ente! De niño superdotado y sapientín
en la España de la cruzada, a loco sin remisión
en la actual Democracia, hay toda una obra totalmente
absurda de “Boutades” junto a su amigo Jodorowsky
en el país vecino. El carácter traumático
de su infancia, en la cual se enamoró de una Monja
con la cual no pudo procrear (¿?), le establecen
como un gran representante de la cultura perturbada del
sexo-muerte, o dicho de forma banal, de un salido que
usa la cultura para lanzar sus más remotas pasiones.
Fuera de estas chorradas, Arrabal inventó
en París junto a su amigo y todavía más
desquiciado Jodorowsky el movimiento pánico,
una suerte de surrealismo más absurdo y en cuyas
obras de teatro se anticipan unos cuantos años
a la idioteces de la Fura para provocar la catarsis del
espectador. Y porque no han visto las películas
que hicieron.

Retrato
robot de un futuro pedante. Antes le gustaban Iron
Maiden.

Fuera
de pánico y el universo pedante e idiota francés,
hay varias obras interesantes como “Cementerio de
Automóviles” e incluso una infravalorada novela
como “La torre herida por el rayo” (Premio Nadal
del 82). Siempre ha tenido el sanbenito de trastornado
en España, más con su impresionantes
intervenciones en el programa de Sánchez Dragó.
Detrás de las tonterías del milenarismo
o la minoría silenciosa, fea, católica y
sentimental, hay (por extraño que parezca) referencias
culturales de altísimo nivel como Valle-Inclan
y JJ Benitez (¿?). En este sentido, al menos Arrabal
es un autor original y arriesgado, aparte de no vivir
de las subvenciones, como los idiotas de Animalario. Con
este increíble autor nos despedimos no sin antes
citar una metáfora de las suyas “¿De
qué son espejo las manos? Aparecen y perecen como
el falo multiplicado por los dedos y los tentáculos
de la imaginación.” Esto último no
se le ocurre a Alberto San Juan ni de coña…