Aunque el nivel de cinismo de esta santa web supera con mucho la cantidad diaria recomendada, no tenemos los santos cojones de negar que no sólo hemos pecado, sino que seguimos pecando de un criterio más bien escaso. Y no sólo televisivo, sin ir más lejos yo combino sin rubor pantalón verde con jersey rojo y Viruete moja churros en la sopa. Este defectillo, que nosotros asumimos con resignación –y que muchos ostentan con orgullo, sólo que lo llaman jo tío qué friki soy- ha servido de excusa a creativos y ejecutivos para lanzar al mercado productos sin tener que hervirse la sesera. El resultado es como cuando en un bar trituran todas las sobras del día anterior y las rebautizan “Croquetas Caseras”. Bajo el lema “Bah, si es para niños” hemos asistido a secuelas y precuelas inocuas, spin-off insospechables y sagas familiares imposibles, todo ello sin más ambición que su venta a tanto el kilo y a otra cosa, Sinforosa.
Nos centraremos pues en las sagas familiares, especialmente en aquellos ardides de conquistar a “los peques de la casa”, ante la creencia de que un niño no se puede divertir con el Pato Donald porque lo ve muy mayor y no se identifica con él.
MIS SOCORRIDOS SOBRINOS
En un principio no quedaba bien que los dibujos tuviesen hijos, ya que para ello había que buscarles madre y por aquel entonces un padre no podía ser soltero, sólo viudo. Imagínense la papeleta de explicarle a un niño que Scooby-Doo se había casado pero su mujer había muerto poco después de parir. Scrappy-Doo, si bien el más notorio por su repercusión sobre la serie de su tío (terminó por sustituir a Fred, Velma y Daphne durante un tiempo), no sólo no fue el precursor de la moda sobrina, sino que es el más odiado por la hedionda nostalgia treintañera, como se confirmó en la adaptación a cine. Hijo de una supuesta hermana de Scooby llamada Ruby-Doo, el pequeño defensor del poder perruno era imprudente, acelerado, tozudo y bravucón, y de haber llevado esclava y una circonita cutre en la oreja habría sido un cani en toda regla. Pero rompo una lanza en su favor, y es que es de los pocos sobrinos que no lleva gorra o gorrito.
Pero remontémonos al albor del sobrinismo, mucho antes de aquel horror de Lenny Luthor en Superman IV. Nos hallamos en el año 1932 y el apacible dibujante de tiras cómicas Floyd Gottfredson decide otorgar al célebre Mickey Mouse dos sobrinitos gemelos: Morty y Ferdie, ratoncillos algo traviesos pero con muy buen fondo, que si traían problemas a su tío Mickey era por la pura inocencia, imprudencia e ignorancia infantil (esa que a mí me empujó a comprar el Drácula de Super Nintendo). Años más tarde, la fórmula habría de repetirse para presetar en sociedad los sobrinos del otro buque insignia de Disney: Escrivá de Balaguer el Pato Donald. Aunque Jaimito, Juanito y Jorgito eran también tirando a inocentones y bienintencionados, no eran sino otra burda manera de atormentar al pobre Donald y pronto sacarían un lado más rebelde, haciendo innecesarios a los irritantes Chip y Chop para estropear las meriendas a su tío. Tanta impertinencia sólo es comparable a los que llaman a la puerta y te preguntan si tienes internet y con qué compañía.
Pero también las novias de Mickey y Donald tendrían su contrapartida infantil, destinada sobre todo a enfrentarse a los chicos en un claro precursor del concurso Furor, pero sin farlopa. Así, las poco conocidas Millie y Melody por parte de Minnie y Abril, Mayo y Junio (suena a show de drag queens) por parte de Daisy, no eran sino versiones reducidas de sus tías, quienes ya de por sí eran secundarias, por mucho que los fabricantes de pijamas quisieran y quieran hacernos creer. Tal riqueza familiar en el universo Disney no sería ajena a los malos de turno, y así uno podía encontrarse pululando por las viñetas a Lobito Feroz, que era vegetariano y amigo de los Cerditos, Pierino y Pieretto, los sobrinos de Pete Patapalo e incluso a unos traviesos Golfillos, réplicas de los atolondrados Golfos Apandadores . Las similitudes con sus familiares alimentaban importantes valores como la pureza de raza y la reproducción como único fin para el ayuntamiento carnal, por lo que Pío Moa prologó la mayoría de recopilaciones de sus historietas.
Más sobrinos a mencionar serían Mortadelín y Filemoncete, aparecidos en una historieta que se ha salvado de ser la peor de Ibáñez gracias al bochornoso crossover que hizo con el Capitán Trueno, o los tres sobrinitos del gato Heathcliff (o Isidoro), que tan sólo aparecían en la película promocional de la nueva serie, para ser testigos involuntarios de las batallitas de su tío. También tuvimos la pepla aquella de James Bond Jr, serie en la que por salvar algo podríamos decir que la canción tenía su aquel, en la que también aparecían los descendientes del inventor Q y de Felix Leiter, el gran amigo del agente británico (y el único al que no se han cargado los malos). Y es que de 007 no salen más que mierdas, ahí tienen el juego de rol (o mejor dicho no tienen, NADIE lo tiene). En el cine, el caso más sonado de sobrinismo aparte de Coppola y Nicolas Cage será quizás la figura de Nick Lassard, quien más que sobrino del despistado comandante de la Loca Academia de Policía parece primo hermano de Mahoney, pues es un calco de este pero con tufillo surfero/macizorro que tomó el relevo a Steve Guttenberg cuando este abandonó la saga. Que ya se podía haber quedado, total, su carrera se hubiera ido al mismo cuerno…
MIERDA DE ZAGALES
Excepto en la película de Kirk Cameron, lo normal es que de tal palo, tal astilla. Ahí tienen a Jon Voight y Angelina Jolie, quienes comparten esa cara artificial, como de papel maché, y que recuerdan a los malos de Dick Tracy. En el caso que nos ocupa en el presente texto, el hijo consistirá físicamente (moralmenterl) en una fotocopia del original, aunque más pequeño y de aspecto modenno, si bien la personalidad ha de ser lo más opuesta posible para que dé como más risa.
El bueno de Goofy, a quien siempre se nos mostró como un simplón frente a sus avispados camaradas Mickey y Donald, resultó superar a estos en el tema de faldas. Mientras ellos se conformaban con llevar a bailar a Minnie y Daisy, el ingenuo Goofy se dejaba engañar por alguna pécora cazamaridos que lo enganchó con el viejo truco del condón pinchado. Fruto de esto llegó Max y, como no podía ser de otra manera, el avieso Pete Patapalo se puso verde de envidia e igualó la marca con sus propios retoños, P.J. y Pistol. Quiso el destino que acabasen compartiendo vecindario, tal y como se vio en La Tropa Goofy, serie de la tele que dio origen a una película, al consiguiente videojuego de Super Nintendo y a una novela de Vargas Llosa. A Max le molaba el rock, era un hacha con el monopatín, vestía ropas anchas de skater, peinaba flequillo a lo Almodóvar y en la intro salía bailando con gafas de sol, así que era difícil molar más que él. En cuanto a la prole de Pete, le salió bastante perruna la cosa teniendo en cuenta que era un gato. Además eran dos cachos de pan, nada que ver con el cabronías de su padre o sus primos antes mencionados. Seguro que en los recreos comían fruta y se quedaban en clase para jugar al AD&D.
Pero si existe un personaje de paternidad inesperada es sin duda La Pantera Rosa. Porque uno podía esperar verlo de vaquero, de pintor, de piloto de carreras,de ministro de fomento… pero ¿de padre? ¡Si ni siquiera nos planteamos nunca si era macho o hembra! Se deduce que este hecho cogería a la Pantera tan de sorpresa como al público, pues arrollado por la noticia puso a su primogénito el primer nombre que se le pasó por la cabeza: Pinky. Tiempo después llegaría Panky, un bebé con sus pañales grandes, como mandan los dibujos animados. A la madurez sexual de La Pantera Rosa le acompañó otro cambio sustancial, y es que de pronto el elocuente felino se puso a hablar por los codos. Y menudo pedante, madre mía, lo mismo que Espido Freire pero mejor depilado.
No podemos olvidar a Pebbles y Bam-bam, los bebés Picapiedra quienes, ya talluditos, terminarían por protagonizar su propio spin-off, más cercano a la españolada del destape que a la comedia musical adolescente que pretendía. Pebbles era la hija de Pedro y Vilma, aunque no tenía tanto carácter como ellos. De hecho era totalmente accesoria y servía para ampliar los follones en los que se metía Pedro. Pese a ser adoptado, Bam-bam Mármol se libraba de las crueles burlas de sus compañeros de guardería a costa de machacar cosas con el garrote o levantar y sacudir cosas realmente pesadas, como por ejemplo un capítulo de Museo Coconut. El origen de su superfuerza es un misterio, pero si buscamos explicaciones lógicas en una serie en la que se duchan con un mamut y ven la tele en un canto rodao, mejor investigar el origen de nuestro grave trastorno mental.
Pero también mis héroes favoritos (y los suyos, si tienen algo de buen gusto) se tomaron un respiro en su labor de salvar el mundo para plantar el geranio. Ahí tienen a Jake jr., Eddie jr. y Tracy jr., los Cazafantasmas de Filmation, versiones revisadas de sus padres, protagonistas de la telecomedia de los 70. También a los inexplicables Gemelos Superlópez, Jolín y Jolina (parece ser que La Pantera Rosa le prestó el libro de nombres para bebé), que no se parecen a su padre ni tampoco a su madre, una tal Káspita Erraska, sino a otro personaje de Jan, el chocante Pulgarcito y su gorra de reggaetonero. Mientras Jolín es una versión infantil de su padre, Jolina es la típica gafotas de mierda que todo lo sabe y que de mayor tendrá un blog para buscar novio entre sus comentaristas. Para que vean adónde lleva el consejo de Jan de leer mucho.
LA FAMILIA Y VEINTE MÁS
Hasta ahora hemos visto exprimir a la Gallina por muy clueca que parezca, pero no podemos pasar al siguiente bloque sin un paréntesis en el que tomaremos tres huevos de oro de épocas distintas, huevos que a su vez se intentaron desenroscar para sacar otro huevo más pequeño de su interior, rollo Matriuska, y que no gozan de mis ya de por sí escasas simpatías:
Del inexplicable éxito del Diablo de Tazmania, aparte de un sinfín de camisetas para gordos campechanos, brotó un eccema gangrenoso cuyo título, Taz-mania, ya destilaba más ingenio que el spin-off más arrastrao después de Joey y El Show de Cleveland. Junto al infumable bichejo, a quien para completar el superjuego de palabras del título y para que rimase en la canción de la intro se rebautizó con la enrollada abreviatura Taz (y de milagro no le pusieron gorra), desfiló un aluvión de personajes olvidables que incluía a la propia familia del protagonista, arquetipo de telecomedia americana con hermana frívola, mamá fregona y papá con camisa de manga corta que adora ir de pesca. Lo más reseñable de esta serie es que apareció en la primera tirada de Tazos de Matutano, en los llamados Supertazos que, según decía al reverso, valían “2 puntos”.
En cuanto a Dawn Summers, la hermana pequeña de Buffy Cazavampiros, sólo puedo decir que es el primer personaje que en vez de nacer con un pan bajo el brazo lo hizo con un calzador asín de grande y que después de sacarla para hacer la gracia, ya se la podían haber cargado y santas pascuas. La primera de muchas chuminadas de Joss Whedon, quien al terminar la cuarta temporada ya se podría haber dedicado al boyante negocio del pladur o algo.
El tercer caso es doblemente doloroso para mí, y nace de las geniales ideas “Eh, relancemos al Inspector Gadget” y “eh, hagámoslo exactamente igual pero sustituyamos al perro por dos robots, que gustan más a los niños de hoy”. Así, amigos, fue como el valiente y resignado Sultán, mi héroe de la infancia, dio paso a los repelentes Gadgetinis, un paso más en el inevitable camino que conduce a la rebelión de las máquinas anunciada por Sarah Connor (la misma profeta que sopló a Lydia Lozano que la hija de Al Bano seguía viva).
EL PRETÉRITO IMPROPIO
En una época en que sólo generaban secuelas las paperas, el término precuela no sólo no existía, sino que a su creador lo habrían tirado por un terraplén metido en una cabina de teléfonos. No obstante, de mano de algún que otro visionario nos llegaron unas pocas precuelas que poco o nada tenían que ver con los personajes que se pretendía explotar. Así, antes de asistir a la emotiva conversión de Anakin al reverso tenebroso, pudimos asistir a infancias más ricas en matices, como en Pequeñecos (1984), donde asistíamos a los años de guardería de la Rana Gustavo, Miss Piggy, Gonzo, Animal y Mario Vaquerizo, entre otros chocantes monigotes. Aburridos en la monotonía de apilar cubitos con letras y aporrear sonajeros contra la alfombra, los entrañables bebés vivían las más asombrosas aventuras colándose en secuencias de películas de imagen real, versionando canciones y, en suma, haciendo lo que el 80% de gente que sube vídeos a youtube.
Un par de años más tarde, Hanna Barbera (esa que ahora se hace llamar Miley Cyrus), ampliaría sus horizontes: tras años de reciclar planos, escenarios y tramas, se decidieron a reciclar personajes. De este modo nacieron Los Pequeños Picapiedra, un auténtico desfile de cabezudos tipo fiestas de Onteniente cuyo mayor y paradójico acierto fue un personaje adulto, el Capitán Cavernícola, ídolo televisivo de los mocosos de Piedradura, el típico superhéroe mongolo que se lleva más hostias que un puesto de muñecos. Este era a su vez pariente no reconocido de los Hermanos Macana (de Autos Locos) y gérmen de su propio hijo, Cavernicolita, que era igual que él pero con ese imprescindible artículo fresco y juvenil: la gorra. Si esta serie la pusieran hoy día, el infecto día del orgullo friki estaría salpicado de camisetas del capitán. Tan popular fue el personaje en España que hasta sirvió de nombre a una banda punk, cuyas canciones aún tarareo a veces para desconcierto de mi novia.
Animados por el relativo éxito de Pedrito Picapiedra y sus acólitos, los productores dieron luz verde a Un Cachorro llamado Scooby-Doo, en la cual pudimos ver a los siempre entrañables Shaggy y Scooby junto a una Velma ultragafotas con pinta de cantante de Meteosat, un Fred empeñado en ganarse el liderazgo a costa de acusar a la misma persona un episodio tras otro (el fantasma no es otro que… Bado Maloso!!!) y una Daphne precursora del hedonismo vomitivo de Chabeli Iglesias y Mari Cielo Pajares, acompañada por un siempre eficaz recurso cómico: el mayordomo. Aunque los resultados no fueron para echar cohetes, el experimento sirvió a Tom Ruegger como aupadero para crear los archiconocidos Tiny Toons, vil bastardeo de los Looney Tunes (esos que en España seguimos llamando “los dibujos de la Warner”) al ritmo del tipo de canciones que el teclista de Tennessee lleva en el mp3. Es este un caso de sobrinismo velado, pues se nos presentaba a Babs, Plucky, Hamton y demás como alumnos universitarios del Pato Lucas y etcétera, aunque en realidad no eran más que versiones exageradas y coloristas de estos. Pues eso, como Chabeli y sus hermanos.
Tampoco Tom y Jerry pudieron enterrar el hacha de guerra, que venía gestándose desde su más tierna infancia y en la que, oh sí, el pequeño Tom llevaba GORRA, forzándome así a tomar partido por Jerry. Sus aventuras, claro, eran mucho más suaves que la verbena de palos a la que sus versiones adultas nos tenían acostumbrados, con lo cual tampoco es que tuvieran mucho interés. Ojo, que también puede ser porque esta serie me cogió ya con pelos en los sobacos. Lo mismo se podría decir de los Looney Babies, cuya existencia desconocía hasta el momento de escribir este artículo y probablemente olvide hasta que dentro de un año me dé por releerlo alguna tarde en el trabajo.
NINTENDO: DIVERSIÓN PARA POR TODA LA FAMILIA
La saga de Mario está descontrolada, empezando por el mismísimo fontanero. Con tanto deporte y una dieta a base de champiñones (que son todo agua), resulta inexplicable que siga siendo don orondón del reino. Si entrase en Gran Hermano, seguramente terminaría como Creosote, el tío aquel que come hasta explotar en El Sentido de la Vida. La cosa empezó con un Bebé Mario en busca de Bebé Luigi en aquel cojonudísimo Super Mario World 2, pero luego se le tomó gustillo a la cosa y a estas alturas, si uno no tiene su propia réplica bebé, no es más que un don nadie. Tal locura ha derivado en la creación de personajes exclusivamente “monos” ante el aumento de jugadoras gracias al milagro de la WII, debido a la creencia milenaria de que a mayor número de personajes femeninos, mayor aliciente para chicas. Chorradas, cualquiera sabe que las chicas eligen a Yoshi.
Pero el germen familiar se remonta a mucho antes del baby boom, y es que el primer pecador del Reino Champiñón fue ni más ni menos que Bowser, con sus siete hijos nacidos fuera del matrimonio, los malvados Koopalings, a los que el acartonado Bowsy ha desplazado como heredero del cabezón raptaprincesas. Y mucho antes, el temible Donkey Kong se dejaba atrapar por Mario para enchufar a su retoño en la saga con la excusa de “ay, ay hijo, rescátame”. Este cuento le sirvió para una recreativa y dos maquinitas, Donkey Kong 2 y Donkey Kong Jr. (esta última en color, envidia de mis amigos del colegio), tras las cuales el pequeño gorila tomó ejemplo de Óscar el de Parchís, pues su carrera mediática amenazaba con hundir su vida estudiantil. Tras acabar con discreción un ciclo medio de FP no tuvo más remedio que volver al mundo del bit, adonde terminó por traerse a toda su familia y amigos, con nombres derivativos que siguen una clara sucesión Tolkeniana: Dixie, Candy, Kiddy, Chunky, Liddy, Lanky, Funky… y por supuesto Diddy, a quien en un arranque de genialidad se le ocurrió ponerse una gorra para ganarse al público joven y exigente. Un mono con gorra, ¿acaso hay algo más enrollado?
PAPARL, LLÉVAME AL ZOO
A estas alturas ya deben de morirse de ganas de cerrar esto y mirar si si sus vecinos de Farmville le han dado esos kilos de forraje que tanto implora o si Vigalondo ha twitteado una o dos docenas de chorradas más. Por tanto, sólo queda dejar mención de algunos casos que se estudiaron para este expediente y al final quedaron fuera para evitar que esto se convierta en Cien Años de Soledad. Desde las secuelas filiales de Drácula y Godzilla, carne de videoclub a la altura de Beethoven 2, 3 y 4, Dr. Doolittle III, Ace Ventura Jr., El Rey León 2 o chuflas innecesarias como los atroces bebés tanto de Shrek como de su colega el Asno, el hijo del Inspector Clouseau, la interminable parentela de los Stiffler en las secuelas chungas de American Pie que nadie ha visto, Comepiedras Junior en La Historia Interminable II, Aaron Carter, Marky Mark o los famosos Hijos de un Dios Menor.
¡Wally ha vuelto! Para que luego digan que la presión popular no sirve para nada. Ahora vayamos a manfiestarnos para que nos den nuestras series GRATIX y… euh, perdonen, ayer me crucé con dos Anonymous, y deja secuelas.
Menuda compilación de versiones infantilizadas que nos ha traído. Y lo triste es que las conocía todas, salvo la de Scooby Doo en versión infante, ¡que no tiene sentido! Para cuando todos hubieran crecido, Scooby debería haber muerto de viejo. Y todos los niños traumatizados y haciéndoselo todo encima mientras maldecían a Hanna Montana Barbera.
También tiene la versión infantil de Hellboy, aunque en este caso no sea un pariente sacado de la chistera, sino que es el propio personaje en sus primeros años en el infierno. Si les gusta la coprofilia, el humor sobre vómitos y cagaleras, ése es su cómic. Si, como a mí, les parece de una poca clase infumable, huyan. El humor escatológico es una mierda.
Efectivamente ya era hora de que volvieras, y con algo más extenso de lo habitual.
Según lo que he inferido, estas inclusiones familiares se dividen marcadamente en dos tipos, los poochies claros como Max e incluso Dawn y Scrappy y no sé, los monos en GENERAL, y los que tratan de atraer a mujeres o niños.
Y este sistema se suigue hasta en el cómic, donde el hijo de batman no lleva gorra, pero sí capucha.
De hecho creo que el único «niño» que puedo tolerar es Jack de la Torre Oscura, pero porque le hacen matar gente y decir cosas de héroe de acción.
¿El niño de La Torre Oscura no se llamaba Jake?… La verdad que esas estrategias desesperadas por captar más público siempre me tuvieron sin cuidado
Las versiones «infantiles» de clasicos de la animación siempre me han parecido lo mais pior, menos los pequeñecos, que tenian su gracia.
El juego de rol de James Bond lo tuve en las manos, lo leí, me hice personaje, pero nunca llegamos a jugarlo, era una cosa infumable.Comprendo que la gente niege su realción con ese engendro.
Y esa manía de poner a los jovencitos «molones» en plan rapero… no tiene nombre.
Gran artículo, se hechaba de menos a Wally.
Yo recuerdo esa paradoja de los Pequeños Picapiedra, y es que de pequeños tenían mando a distancia (consistente en un pájaro que salía del control remoto, hecho de piedra, naturalmente), pero la versión original (los mayores) no gastaban de eso. Cosas que tiene hacer las precuelas 30 años después.
Eso, o que a lo mejor de tanto abusar de pajaritos haciendo las veces de mando a distancia, se extinguieron y tuvieron que involucionar tecnológicamente. Cualquiera sabe.
Re-bienvenido Wally. ¡Se acabó la gloria y la fama (por tu ausencia) para mí! Al menos me queda el cunsuelo de que ya no me darán la brasa con tu regreso en mis artículos… aunque alguno todavía se quejará porque no haces un podcast.
Dawn era y sigue siendo, en las reposiciones, odiosa e insoportable. Pero a cierto tipo de espectadores les producía placer verla en pantalla (los que dijeron «melafo» a la fanática de Justin Biever,esa gente).
En cuanto a Diddy, vale que canta mucho con la gorrita, pero creo que nunca ha sido demasiado molesto. Igual ayuda el hecho de que los DK Country son unos juegazos y la pareja formada por el y su pater en el primero funcionaba muy bien.
Por cierto, mi sobrino favorito es este:
http://static.tvtropes.org/pmwiki/pub/images/SkippyHappy_2128.jpg
Skippy Ardilla, que el jodío se disfrazaba de Rambo y era fan de los Who.
Bueno, ahora que lo pienso es verdad que Skippy Squirrel no salía desde el principio en Animaniacs. Al principio era su tía Slappy sólamente.
Skippy sale como comparsa desde el primer segmento de Slappy, en el que esta le hace un plato casero de nueces. Estoy seguro de que el personaje estaba pensado junto a Slappy desde el principio. Skippy sale casi en todos creo, salvo en un segmento donde Slappy parodia un videoclip de la canción «Old lady from Pasadena» o algo así.
Tengo en preparación un artículo largo de Animaniacs (serie, peli, juegos, cómics), pero como no sacan los últimos capítulos ni a tiros…
Genial el esperadísimo (al menos por mi parte) regreso de Wally 😀 El juego de la tropa Goofy para dos jugadores es muy entretenido y las cancioncillas son pegadizas.
Animanía era una de mis series favoritas, mi hermano se pasaba el día imitando la voz de Wacko y diciendo lo de «Holaaaaaaaaa enfermera», la reponen en algun sitio o está para descargar?
Dawn era y sigue siendo, en las reposiciones, odiosa e insoportable. Pero a cierto tipo de espectadores les producía placer verla en pantalla (los que dijeron “melafo” a la fanática de Justin Biever,esa gente).
Pues no, ni de coña, siga probando.
Ay, esa envidia…
Cuál ni de coña, lo de que es insoportable o lo de que es (era) carne lolita.
Ahhh Wally Week! No somos dignos, no somos dignos!
Ya era hora de que volvieras.
Menuda compilación de babyseries de las que algunas ni recordaba y otras directamente no sabia ni que existían (¿la pantera rosa tenía hijos?). Y la verdad es que quitandole ese regusto nostálgico la mayoría de ellas no eran más que pura mierder, pues solo eran una versión mas light de las originales.
Por último dos apuntes:
1- Se te ha olvidado mencionar a los retoños de Goku macho! El repelente Son Gohan y el calco de Son Goten. Con lo divertido que era Goku de pequeño.
2- Romperé una lanza a favor de Tazmanía; y es que lo importante de esta serie era su extensa galería de secundarios (de los que tampoco me acuerdo mucho), pero no se centraba solo en el núcleo familiar.
Por eso lo del aluvión de personajes. Yo sí los recuerdo todos porque la sintonía de la serie me encantaba (lo único) y me la sé de memoria.
Lo de los hijos de Goku es que… umf… la verdad es que yo no veía ni leía Bola de Dragón antes de que saliera Gohan.
Pues no olvides a los retoños de Vegeta: el poochie del futuro/niño repelente del presente de Trunks y ese calco de Bulma llamado Bra. La gracia es que Bra era el unico personaje que podia humillar tranquilamente a nuestro buen principe saiyajin sin sufrir consecuencias, como aquel capitulo donde le dijo a Vegeta que estaba ridiculo con el bigote y este se lo afeitó, llega a decirselo cualquier otro y lo manda a la otra punta del universo de una ostia.
El terror real existe:se llama Enrique Iglesias.version 2.0 de los gemidos orgasmicos de su viejo
La idea de las versiones juveniles o parientes infantiles de los personajes es como una especie de terca idea que se les metió en la cabeza a los productores de animación y cómics que nunca ha funcionado porque, precisamente, viene de cuarentones sin puta idea de qué coño les interesa o pasa por la cabeza a los auténticos chavales. En serio, hay que seguir lo que dijo Hitchcock de animales y niños.
Asi a bote pronto faltan los Bebes X, la versión infante de la patrulla X.
Y la de Taz a mi me gustaba, ¿o igual habla la nostalgia?
EL resto aunque las reconozco todas no puedo decir nada bueno de ellos.
Pues yo conozco a uno que tiene el juego de rol de 007. De hecho llegamos a jugar una vez.
Personalmente a mi me gustó, que Gadget ascendiera de Inspector a Teniente en las nuevas series, su nueva gabardina y que le dieran nuevas misiones. Pero es que a los Gadgetines o Mierdetines no hay por donde cogerlos, hay capítulos que aparecen en más escenas que el Teniente Gadget, por increíble que parezca.
Este texto es tan perfecto que es uno de los que más me han gustado de la historia de la web, pero para que fuera pluscuamperfecto tendría que incluir al hijo del gato Silvestre, al bebé ratón gris que Jerry se encuentra un día en su puerta (al que yo siempre he llamado Achuzi por una mala traducción mezclada con el de los Tiny Toons).
Me ha encantado la frase de más arriba sobre que los personajes estaban pensados como cuarentones y misteriosamente cuando eran niños, seguían los mismos patrones incluso al vestir, eso sin contar que sus padres eran iguales a ellos como clones paternos.
Posdata: Seré el único humano terrícola al que Scrappy no le desagrada, aunque a partir de ahí una de mis series favoritas que mezclan misterios + fantasmas fuera cuesta abajo y sin frenos.
Han estrenado hace poco una nueva serie de Scooby, y está bastante bien. Da un poco más de continuidad a la serie, demostrando que si llevas atrapando señores envueltos en trajes de monstruos durante años, al final les pierdes el miedo, además de tener relaciones entre personajes más allá y misterios finales. Por cierto, en esta serie que Scooby lleve al mismo doblador que Goofy, misteriosamente no molesta en absoluto.
Las cosas como son: a mí de pequeño el que más me gustaba era Scrappy, pero también porque estaba acostumbrado a verlo desde siempre. No recordaba al hijo de Silvestre, pero sí tuve en cuenta a Tufi, el ratón con pañales de Tom y Jerry. Sólo que este tampoco me pareció que tuviera cabida por aquí. Excepto por los pañales, claro.
Pero el hijo de Silvestre salía en los dibujos viejos, no fue una idea para intentar relanzar al padre.
Además, uno de los mejores capítulos de Silvestre es en el que le intenta enseñar a su hijo cómo conseguir comida en el acuario.
Lo genial de Silvestre Jr. es que, pese a ser cansino, sacaba lo mejor de su padre: http://www.youtube.com/watch?v=O4IlNOErEjQ.
Todo empezó por Tom y Jerry y el sobrinito de Jerry… o al menos esa es mi teoria…
Wally de vuelta!!! Ya es primavera en Viruete.com, jejeje
Pues he de decir que me he visto la gran mayoría de las series! De hecho, me encantaban los Tiny Toons (sobretodo el pequeño Pato Lucas), y ahora mismo llevo una sudadera muy cuca de Los Hermanos Macana, jaja
Lo de Dragon Ball que comentabais, se hizo más evidente en el ¿spin off? ¿reconversión de la serie? que fue Dragon Ball GT, que era volver a los orígenes con un Goku pequeño
Y por último, es volver al clásico melafo, pero tengo dos años más que Michelle Trachtenberg, y aunque fuese un plomo en Buffy (bueno, ella, Buffy, y la serie entera) a mí me molaba, jaja
Jo, como echaba de menos la mala leche en los articulos de Wally
Brutal regreso de Wally! Grandísimo chiste el de Hanna Barbera (que se ha hecho en mi casa alguna vez!). El caso de Scrappy es curioso: Mark Evanier confirma que gracias a su aparición la serie remontó puntos y se salvó de ser cancelada, y como sabemos, al final acabó la serie con sólo Shaggy, Daphne, Velma y Scooby. Pero eso no quita que fuera irritante: en mi caso me daba vergüenza ajena ver como ponía en evidencia a su tío. Aún así, esa parte de la serie me gustaba bastante.
A los Bebes X hace bien en saltárselos Wally, porque a esas alturas, los tebemos de superhéroes ya eran no para adolescentes, sino para veinteañeros.
Una moda horripilante: baby cthulhu.
¿Existe alguna versión made in USA de viruete? porque así sabríamos cómo son los gustos del americano medio nostálgico y entender porqué los guionistas de allí crean cosas que aquí nos parecen innecesarias.
Pruebe aquí, caballero:
http://www.x-entertainment.com/
Acabo de ver la portada de la web y no tiene mala pinta… Habrá que echarle un ojo con tranquilidad, aunque si no tiene Videofobia ni Podcast, no será lo mismo, jeje
Existen, pero yo recomendaría, en la medida de lo posible, evitar visitarlas. La rampante mentalidad de «Qué nostalgia, el Equipo A» presente en dichas páginas es mil veces más odiosa que en España (para muestra, la pretenciosa I-mockery.com, donde basta con que algo haya sido producido después de 1989 para convertirse automáticamente en una bazofia suprema).
que descubrimiento.Es una mina de cultura basura…in God we trust.
¡Se le echaba de menos, sr. Wally! Y por ser Ud. le perdono el desplante que les ha hecho a mis adorados Tiny Toons, ¡los mejores dibujos del mundo! Con decirles que volví a verlos diez años después y… ¡seguían haciéndome gracia! ¡A ver qué serie de los noventa puede decir lo mismo!
A mí me ha venido a la cabeza Fonsi Nieto…
sin olvidar a Quique Sánchez Flores o a Chayo Mohedano
¡¡¡Y Gelete!!!
Y la Pajín y su concejala madre!
Best. Artículo. Ever. De mis favoritos de esta santa web junto con los supers mejor/peor vestidos y los clones malotes.
Nostalgico articulo de comentarios ingeniosos. Sobre todo la referencia a la Tropa Goofy de SuperNintendo, pedazo de juegazo para quienes gusten los puzzles y que yo emulador en mano me he pasado dos veces…solo pq mola mazo.
Un buen articulo, de esos que sacan a relucir todo nuestro conocimiento de chorradas y el cariño que le tenemos.
En el repaso de familiares bochornosos, yo he echado de menos aquella simpatica infamia llamada «Popeye e Hijo»
El esperado regreso, al fin se culmina!!!!
De tooooodoas las series, las que alguna vez me hicieron mas gracia ( o por lo menos, las que mas recuerdo), fueron los pequeñecos y el capitan cavernicola (he hijo)…
Las demas, si que conocia a la descendencia pero no los soportaba demasiao..
Lo de Mortadelin y filemoncete y los gemelos superlopez, me ha descuarandinjao la sesera( al no conocer su existencia, por mi parte)…
Graaaaaan articulo!!
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ¿alguien sabría responderme a una duda que lleva tiempo corroyéndome? ¿Por qué se hizo la serie de los Pequeñecos y cuando años más tarde la repusieron en la misma cadena y los mismos episodios pasó a llamarse Muppet Babies y tenía traducción latina?
Pues imagino que porque también hay que pagar derechos por el doblaje, y los doblajes antiguos de TVE suelen costar bastante dinero, así que…. Por otro lado, la versión latina tiene todas las temporadas dobladas, mientras que la que dieron en su día apenas fue la primera.
Un articulo de Wally Week! Y muy bueno, por cierto. Me ha descubierto personajes que no sabia que existia como Jolin y Jolina y algunos mas y otros que sabia que debian andar por ahio peo no los localizaba, como los Gadgetinis (vistos danzando por juegos de consola)
Pero tambien me gustaria hacer dos precisiones: El capitan cavernicola ya existia de antes aunque en España fue conocido por la serie mencionada, Los pequeños picapiedra (que curiosamente tenian piedro-inventos mas modernos y avanzados que de mayores; tambien la cancion tenia su aquel como la de James Bond Jr., aquello de Yabada-Yabada-Yabadabadoo como a lo Cindy Lauper), lo desucbri hace relativamente pillando algun capitulo por la tele (me parecio que molaban mas con el niño, puede ser el efecto nostalgia o que estuviera todo el rato hablando solo no hiciera el mismo efecto)
Ah, y la otra es que Tracy el de los Cazafantasmas no es Jr., es el orginial. Esto lo acabo de averiguar por que lo que no sabia era que los protas fueran versiones Junior de los originales y al buscarlos he visto que el mono no cambiaba…
Por cierto, Wally, espero que no te moleste, pero hace poco estrené blog, y en una de mis entradas hacía referencia a lo del cambio de los Risketos mafiosos por los Risketos raperos o ñetas que te leí en su día… que conste que en todo momento dejo claro que me fijé en el cambio por vosotros, eh! Es que lo de los Risketos tenía que ponerlo, que ha sido sustrato fundamental en nuestros años de universidad, jeje. Ahí te dejo la entrada, por si quieres echarle un ojo:
http://expediente-villa.blogspot.com/2011/02/risketos-mafiosos-vs-risketos-raperos.html
Y para Viru, uno de mis compañeros del máster que hice, al ver el blog y que hablaba de ti, me dijo que te había seguido durante tu etapa en Los Radioparlanchines, pero que luego ya te perdió la pista, y me quedé pensando «sí, pues si supieras que ahora es una superstar, que tiene hasta un programa de cine basura…», jajaja
A mí no me molesta, pero ya veremos lo que dice Sergio Dalma al respecto…
Una cosa que siempre llama la atención es que los padres de los sobrinos casi nunca son presentados. En el cómic ‘La Juventud del Tio Gilito’ se pueden ver a los padres de Donald y a su hermana pero no a su cuñado, de hecho el rostro y el nombre de este aparecen ocultos en el arbol familiar:
http://tododisney.files.wordpress.com/2008/11/arbol_familiar_donald1.jpg
No obstante parece que dicho pato misterioso es el hermano de Daisy, de ahí que los sobrinos se refieran a ella como su tía aunque no este casada con Donald.
Recuerdo que en algunos dibujos clásicos de Goofy, Max era pelirrojo y Goofy le llamaba Junior, más tarde descubrí que ese personaje era en realidad George Goof, un pariente suyo.
Hay una serie de hijos tan mala que casi nadie se acuerda de ella, me refiero a la del hijo de Popeye, que nos hace preguntarnos que pasó con Cocoliso.
Grandísima vuelta de Wally.
Echaba de menos pyjamarama, pero esto suple con creces.
Y he de romper una lanza por el Rol de 007. No es especialmente bueno, pero un par de misiones si que se han hecho en mi grupo de rol, y la verdad es que entretiene bastante. La única pega que tiene es que está mejor resuelto el modo espía (conversaciones, investigación, etc) que el modo de combate. Y que como es del 80 y pico, los gadgets son pelin desfasados (mi movil tiene mas memoria que el ordenador del mi6 de esa época XD)
Qué grande Wally, espero que se le disfrute por aquí más a menudo. Sólo por el inicio ya merece la pena el artículo.
Estaba recordando (bueno, qué cojones, que me compré un disco duro multimedia y estaba pasando los DVD’s al disco duro) que en la genial «Johnny y sus amigos» también teníamos un caso de clon chiquitín, que era Fernando (Kazuya, en la versión japonesa), el primito de Johnny (Kyosuke), y que también tenía poderes y que físicamente era igualito que Johnny, pero en chiquitín! Y he de decir que le tenía cierta manía, y que básicamente estaba metido con calzador para provocar algún que otro equívoco entre Johnny, Sabrina y Rosa (como si hiciese falta, con el jaleo que tenía Johnny…)
Que astuto eres Wally, ni bien inicia el artículo te refieres a Viru para que los despitados como yo nos preguntemos en quien es el creador de la nota. Bienvenido!!!
Excelente recopilación pero dos pequeñas objeciones:
Te saltaste a Popeye, el mayor papanatas de la hstoria. A quien le endilgan a Cocoliso en la puerta de su casa para luego meterle 4 sobrinos (!!) tan ásperos como él para que finalmente luego de tanto descalabro económico para el pobre Popeye, Olivia afloje y le dé un hijo a quien seguro ya no alcanzaría educación privada habiendo tenido el pobre Popeye que sustentar anteriormente 5 hijos que no eran suyos.
Y una aclaración final, el personaje de «El Capitan Cavernicola» (A quien en lo personal tanto detestaba) no aparece junto a los Picapiedras niños, sino más bien a la pandilla de Pebbles y Bam Bam adolescentes. Por eso el cap se rodeaba de tres bellas adolescentes quien a su vez eran una versión rejuvenecida de «Los Angeles de Charlie» El Capitan Cavérnicola se estrenó por primera vez en le programa de Scobby Doo.
Saludos y ojala te leamos pronto.
A su vez Bam-Bam y Pebles tuvieron sus hijos (niño-niña,venian en parejita como los Gnomos de David) solo que la superfuerza la heredaba esta vez la femina…ahora que lo pienso tambien estaban los pequeños picapiedras, ¡Jope!
Cierta e imperdonable omisión de Popeye, tanto en el apartado hijo como en el de los sobrinos (quienes para mayor desfachatez se llamaban Papeye, Pepeye, Pipeye y Pupeye). Todas esas taras físicas declaman, sin duda, la endogamia en la familia Popeyesca. Poco más y les sale Carlos II.
Luego habia otro que era Papoya el marino pero era una version X
¿Porqué no hablais de la infecta secuela de Popeye? Y cocoliso, que si bien es verdad que no recuerdo si salia en el original, también era raro…
Jooo…a mí me gustaba James Bond Jr. La música era pegadiza….Genial artículo Wally.
Muy interesante, la verdad es que menudas cosas absurdas se hacen para acaparar la atencion del espectador, y raro es que salga bien. pero bueno, quiero salir en defensa de un par de series que me gustaban mucho: los pequeñecos y taz mania. de hecho esta ultima causaba furor los sabados a la mañana entre la chavaleria 10añera, sumado a la mega moda que irrumpió de los tazos, (en su caso los super tazos de 2ptos). Los tiny toons (que acaparaban la gran mayoria de los tazos manteniendo asi su fama ya que la serie ya no se ponia a finales del 94) tambien causaron furor, pero no eran familiares directos de sus versiones adultas, lo que generaba bastante confusion. Ahora los veo, y me dan ansiedad, lo juro. Y diddy kong mola, aunque mola mas dixie.
y por cierto, gracias: ahora se que pete era un gato (siempre pensé que era un perro raro). Ah! y tambien nos gustaba la tropa goofy: «lo mejor en este mundo…» XDDDD.
Lo dicho, me he psado un muy buen rato.
Hola
solo para comentarte que hemos incluído este artículo en nuestra seleccion semanal de Estrellas Invitadas
Nada más, el artículo me ha parecido enorme 🙂
Muchas gracias. Iba a dejarte un comentario allí pero hay que registrarse y me da un poco de palo. Por cierto, BIEN por enlazar Me Llamo Mer. Gran blog y gran amiga mía.
Alguien comentó que no había bebés patrulla-x pero se equivoca. Si bien no tuvieron serie regular si aparecieron en 2 especiales con el malote de turno Mojo, un tío bastante cachondo que la cagaba porque estaba muy zumbado, pero tenía ideas muy buenas para acabar con esos chuleras-x. Como la que aquí nos atañe, mediante tecnología y magia lograba rejuvenecer a la patrulla x hasta un estado en el que aún no hubieran desarrrollado sus poderes (los mutantes los desarrollan en la adolescencia). A lo largo de las 2 historias los personajes iban creciendo poko a poko con lo que tenían que apurarse en sobrevivir para ir recuperando poko a poko sus poderes.
Esos 2 especiales estaban dibujados por Arthur Adams, si no me equivoco y la verdad es que eran bastante cachondos y las historias muy coherentes, sobre todo la primera, que era un poko mas seria. En la segunda, directamente los bebes-x son creados por Mojo para recuperar audiencia en su canal de Tv del Mojoverso, ya que los de la primera historieta tuvieron mucho éxito
Perdón por el ladrillo, pero es que siempre he sido muy patrullero, y no podía soportar que no se conocieran éstos comics jejeje
PD: Por cierto, conocía la mayoría de series que comenta usté, Señor Wally y me provocaban bastantes vómitos todas. Gran articulo, si señor.
PPD: si veis como se ha puesto ahora la señorita Dawn… ufff, ahora si puedo decir melafo, que tiene 25 o 26 añazos, jeje
¿Os vais a meter con los pequeñecos, canallas? Si cuando salieron no conocía aquí ni dios el show de los Muppets. ¡Ingratos! 😀
Me ha gustado mucho el artículo, como siempre (las carcajadas que he soltado con lo de la pájara que engañó a Goofy, jejeje…)
Como representante del género femenino, diré que donde haya un Mario, un Link, o un Chris Redfield (con una buena magnum y muchas balas), que se quiten Yoshi y versiones bebé. ¿Por qué esa manía de que a las chicas nos gusta el rosa, los lacitos y los bebes?
Pensemos en el futuro… ¿Os imaginais las series dentro de diez años? ¿Bebé-gormitis?* Ugggh…
p.d: Cuando leí que Wilma salía con Shaggy, me quedé a cuadros… ¿Había entonces TSNR en la Furgoneta del Misterio? Jejeje…
En cómic (donde los sobrinos de Donald triufaron) habría que recordar a Superboy o a la Familia Marvel.
Yo también recuerdo la serie del Capitán Cavernícola con las Teen Angels que recordaban, aparte de a las de Charlie, a las Gatimelódicas.
Fantástica recopilación, completa y variada. Bravo.
Eso sí, debo decir que me encantan los Tiny Toons, es mi serie favorita de los noventa, tras Animaniacs).
Y Taz-Mania y La Tropa Goofy no eran tan malas al fin y al cabo.
Igualmente, una entrada divertidísima. 🙂
pdd: Vuelvo a escribir este comentario porque me parece que hubo algún problema al enviar el anterior. Si ahora salen dos míos, mea culpa. :b
Buen artículo.Lo de la exploitation familiar es todo un tema, pero si mal no recuerdo en varias de las caricaturas originales de Guffy (aquellas en las que lo llamaban «Tribilin» en el doblaje Latinoamericano) él tenía esposa e hijo, y me parece que el niño tenía el mismo peinado que Max, así que lo que hicieron no fue inventar un personaje, solo recuperarlo del Limbo. Con los pequeños picapiedra me pasó algo interesante: El año pasado mientras divagaba sobre cualquier estupidez me di cuenta que en los pequeños picapiedras hay negros (gente de color) y en la serie original no, pero el personaje del niño negro (ya crecido obviamente) aparece en la película de animación esa en la que Pedro protagoniza «Un Cuento de Navidad» en el teatro, se encuentran por casualidad en la calle, una escena que si piensas no venía al caso, pero si uno reflexiona toda la película era un despropósito… Aparte de que se contradice con la serie, donde Pedro y Vilma se conocieron cuando trabajaban en un Hotel (aunque el concepto de continuidad es relativamente nuevo en los dibujos animados y si vamos al caso en «Viva Rockvegas» cambian también las sircunstancias en las que se conocieron). Lo raro de Taz-Mania era que el contraste entre Taz y el resto de su familia, el andaba desnudo y casi lo unico que decía era ese balbuseo que hacía en los dibujos originales mientras que sus padres y sus hermanos habablan y usaban ropa… Y ¿No entra She-Ra dentro de esto de la explotaition familiar?