¿Se acuerdan ustedes de Los Halcones Galácticos, Silverhawks? Es posible que sí. Pero si no fuera así, tampoco es el holocausto. No se extrañen. Silverhawks es otra de esas series que nos llegó tarde. Como casi todas. Cosas de no tener más que dos canales hasta ya entrados los 90. Y tampoco es que fuera el triunfo de la temporada, a pesar de ser bastante digna.

La serie fue otra creación de Rankin & Bass, productora que estaba gozando de un momento dulce gracias al éxito de Thundercats. Contó en gran parte con el mismo equipo, y también tenía un trasfondo animal, en esta ocasión, relacionado con los halcones. Y es que los protagonistas de la serie era, como decía la voz en off unos «Halcones galácticos», un grupo de cyborgs que defendía la justicia en el espacio de las fuerzas de mal, y que contaban con cuerpos de plata y unas alas que se desplegaban para volar por el espacio en el más puro estilo Gene Simmons. Los muñecos tenían todos su propio halcón, pero claro, si los hubieran metido todos en la tele iba a parecer más un programa de cetrería que una serie de acción.

Como era de esperar, entre los personajes encontrábamos alguna variación sobre los esterotipos de siempre, como en cientos de series, películas o bares. Quicksilver era el líder intrépido y todo eso blah blah blah nananana he he he churuchuru churururu. Los gemelos hermanos, Silverhart y Silverwill eran también personajes muy típicos: la chica ágil y rápida y el tipo fuerte y bonachón. Los dos personajes que más destacaban eran, a mi parecer, el vaquero Bluegrass y El niño de cobre. Bluegrass, a pesar de llevar un sombrero vaquero no gustaba mucho de la música americana de raíces. Al contrario, era un guitar hero con más peligro que Ingwie Malmsteem con una bandurria. Su principal característica era ser el piloto de la mano y generaruna suerte de rayos de energía a base de toca la guitarra, algo que yo creo The Darkness copió para el famoso clip de la nave.

Todo mi cuerpo es tuyo

Por su parte el niño de cobre respondía al esterotipo de personaje que todo el mundo aborrece. Tenía cara de tonto, hablaba con voz rara y además se metía en líos de una manera absurda. Claro que sin precisar rescate hay episodios que nunca hubieran tenido mucho sentido, pero este tipo de personajes, creados para que el público infantil se identifique con ellos son auténtica carne de cañón. Y los primeros en odiarlos eran los propios críos.

El plantel se completaba con el jefe, una especie de comisario de policia llamado Stargazer (¡Capitán Telescopio en la traducción!),muy futurista él, con los implantes más de moda y que, sorprendentemente, no era negro. Y los malos, ¿qué iba a ser de la serie sin unos buenos villanos? 

Afortunadamente, los estos molaban bastante. El jefazo, Mon-Star con su imponente aspecto, rojo como Satanás y con esos pinchos en la cabeza era una presencia amenazadora para nuestros héroes. El tipo pasaba de ser un apocado pero siniestro tipejo a esa masa de músculos con mala leche con una transformación igualita a la que Mum-ra realizaba en sus serie hermana Thundercats. Reciclando conceptos (y posiblemente animación). Del resto nos gusta especialmente el toro, que me recuerda al pokémon Tauros (tipo tierra) y a la rockera de las gafotas, Melodía, que solía batirse en duelos musicales con Bluegrass al más puro estilo Cruce de caminos. En general todos tenían pinta de repartir leña de la buena, que es lo que se espera de estos tipos.

Por lo demás, los tipos estos se dedicaban a hacer maldades en un mundo futurista/espacial sin definir y los buenos a detenerles, que para eso son los buenos. Para que os hagáis una idea de lo que solía ser el mecanismo de la serie, os traigo un episodio . Destacar por último la sintonía de la serie, en onda AOR, y cuya letra cambió un compañero de mi clase, con gran habilidad, haciendo que pasara a hablar de un puticlub. Que gran idea para una serie, un puticlub espacial.

Vamos ya con El devorador de planetas: Un extraño objeto sin identificar aparece en la galaxia, lo cual no nos debería de sorprender mucho. Si apareciese un objeto normal e identificado poca aventura iba a ver. Las autoridades lo interceptan… sólo para que su nave sea ¡devorada por el objeto! Se trata de una especie de nave caníbal que se dedica a comerse los desechos del espacio, cual Triki sideral.

Los Silverhawks se lanzan a interceptar al misterioso vehículo, que no obstante logra escapar. Quicksilver, el líder, manda a Telly hawk, el halcón mascota, a perseguir a a esa nave. El comisario jefe, como cualquier comisario jefe de cualquier serie o película, está muy cabreado. Mientras se queja, el niño de cobre, refrendando todo lo que hemos dicho antes de él,llega tarde a la reunión porque se estaba dedicando a probarse unos patines (¿Fisher-Price?) con los resultados que todos esperamos: el niño no sabe patinar, se pone a hacer el tonto, se descontrola y acaba pegándosela contra la mesa del comisario.

Éste, enfadado, decide suspender al estúpido crío de cualquier misión que se realice. Y el chaval tiene la genial idea de, para congraciarse con él, robar un vehículo espacial y plantarse en el planeta de los malos a ver que pasa. Muy bien genio. Cuando el comisario lo ve, se vuelve a coger otro cabreo de los suyos, y con razón.

Tallyhawk, al estar ya allí presente, retransmite la dramárica situación. Los malos deciden tomar cartas en el asunto y Windjammer derriba al niño de cobre con su torbellino cósmico. Windjammer mola bastante, tanto por su nombre, que nos recuerda a un gran videojuego como por su arma, una suerte de diapasón tamaño familiar. Por fin descubrimos los planes de los villanos (que nos lo cuentan tranquilamente):la nave caníbal se dedica a recopilar alimento para… ¡El devorador de planetas! Se trata de una suerte de planetoide que, una vez alcanzado el tamaño adecuado, se dedicará a comerse cualquier planeta que pille por ahí. O algo así, que estaba leyendo tebeos y no me acuerdo muy bien del argumento.

Los Silverhawks salen al rescate, por supuesto. Llegan en apróximadamente 5 minutos, con lo cual deducimos que o la galaxia es más pequeña que las piernas de El Fary o las naves de por ahí corren que se las pelan. Una vez más, Windjammer utiliza su torbellino, pero los Silverhawks lo contrarrestan con su propio remolino, parecido al que hacía el Comando G, por cierto. El malvado, viendo que la cosa se le escapa de las manos, decide iniciar su transformación para prepararse para el combate.

Nuestros protagonistas se separan, para que mientras uno lucha con el jefe de los malos, los otros rescatan al niño y colocan una bomba en el lugar encuestión, sin que los demás se de cuenta. Por supuesto, los otros villanos apenas son rival para nuestros superhéroes favoritos. Así que tras un poco emocionante escarceo, los Silverhawks huyen a tiempo y el devorador de planetas vuela por los aires. Misión cumplida…

Este acaba como Nicky Lauda

… Pero la cosa no termina ahí, porque ahora viene el celebérrimo TRIVIAL ESPACIL DEL NIÑO DE COBRE!

Así es amigos. Esta serie, en lugar de tener moraleja final tenía un educativo segmento donde este pazguato se dedicaba a contestar una serie de elementales preguntas sobre el espacio que cualquier niño de 5 años sabría. Con el objetivo de hacerlo más ameno, nos hacían ver que el niño conseguía «puntos» por cada respuesta acertada…

Por tres puntos, snack de chocolate con galleta y caramelo.

Un episodio bastante estándar dentro de lo que son las series 80s de dibujos, entretenida pero nada especial. El entorno espacial de la serie le otorgaba bastantes puntos. Es una auténtica lástima que la idea esté tan desaprovechada como Tracy Lords en una convención de mormones. No obstante, a lo largo de los 65 episodios que duró la serie encontraremos capítulos bastante más aprovechables y divertidos. Y para que negarlo, el aspecto de los Halcones y su imaginería espacial molan bastante. Lo que todavía no me explico es.. ¿Por qué si pueden resistir el frío del vacío con sus cuerpos metálicos cuando están en la estación LLEVAN ROPA?

 

PD 2012: aquí tienen el episodio al completo:

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… y la segunda mitad…

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