¿Existe el término «fan selectivo»? Si no es así, debería. La mayor parte de los fans de algo lo son. El 90% de los que dan la chapa con Star Wars no leen las novelas ni los cómics porque, ya saben, son de leer. Y a mí me pasa algo así con los Transformers: lo que me gusta de verdad son los cómics y, en menor medida la animación. La ficción. Los juguetes me dan un poco igual y las películas… en fin.  ¿Y un buen juego de rol, de mesa, de cartas de Transformers? Pues sí que es algo que me hubiera interesado sobre manera . Comprenderán, por tanto, que a mi edad, haya abrazado con ganas el juego de cartas de Transformers. Es más, casi se me escapa un POR FIN, o un «fuck yeah», incluso.

 

 

Como estamos en el siglo XXI, les he regalado un vídeo donde abro mi «Starter Pack», y unos cuantos sobres. Si habéis jugado a Magic o a algún juego de cartas semejante, sabréis de la emoción que embarga al jugador cuando abre un booster y comprueba que carta rara le ha tocado. Hay cosas que nunca cambian. 

Hasbro ha decidido, por fin, hacer un juego en condiciones de los robots. Bien, joder. Que haya elegido el sistema de cartas coleccionables tampoco sorprende: la franquicia tiene fans de todas las edades y lleva ya bastante tiempo funcionando. Vamos: existen juegos similares echos por fans desde que existe Internet, así que imagino que ha hecho felices a miles de fans de todo el mundo. Aún así, creo que está claro que no es tan popular como Star Wars, Marvel o Dragonball, con lo cual no sé si tendrá mucho recorrido. A mí, desde luego, me está gustando mucho.

El principal reto que han tenido los (escasísimos) juegos de mesa previos de Transformers era incoporar correctamente lo que hace único a estos personajes: su capacidad para transformarse. Que sí, que a todos nos flipan los personajes, que tienen un universo muy rico… pero si no consigues que los personajes se estén transformando en batalla, estás haciendo algo mal. Muy mal. Por suerte, es algo que el Transformers: Trading Card Game hace bien. Muy bien.

Cada jugador crea un equipo con varios transformers. Cada uno tiene un valor según su nivel de poder, y entre todos no pueden superar una valoración de 25 estrellas. Con ellos nos dedicamos a pegarnos tortazos hasta acabar con el equipo contrario, usando las diferentes cartas para potenciar nuestros robots y afectar el desarrollo de cada turno. 

Cada carta de personaje es utilizada por ambos lados: por uno tenemos al robot y por el otro, su forma alternativa. En muchas ocasiones obtenemos algún tipo de poder o activamos una habilidad con la transformación: hacer a los nuestros más débiles o fuertes, robar una carta extra… Como además hay muchos que atacan y defienden con diferentes valores según su forma, el resultado es que transformar a los robots es algo que forma parte constante del juego. Y eso mola mucho, mucho. 

 

En un turno podemos, simplemente, transformar un robot, jugar una carta y atacar. Y ya. El combate es tan simple como comparar los valores de fuerza y resistencia y restar la diferencia de la vida de cada transformer. Eso sí: hay un pequeño factor de azar que puede aumentar o disminuir el daño: giramos dos cartas de nuestro mazo y contamos el número de iconos naranjas (se suman al daño) o azules (a la defensa).  En la mayoría de ocasiones también tendremos instaladas armas, armadura o equipo en nuestro robot que pueden variar un poco el resultado. 

¡Y esto es todo, a grandes rasgos! El juego no busca tener la complejidad de un Magic o un… no sé. ¿Netrunner? ¿Dominion? Se basa totalmente en el combate entre robots y el ritmo de los turnos es muy rápido, aunque a veces hay que pensarse bien la jugada. He visto como un par de turnos bien aprovechados han dado la vuelta por completo a una partida. Solo faltó gritar lo de «Chatarra tu abuela» cuando le pegamos a Megatron.

 

Pero en realidad tiene más estrategia de lo que parece, sobre todo a la hora de constuir tu mazo. No solo se trata de crear la mejor de la sinergias entre tus robots y tus cartas, aprovechando sus habilidades, su clase y subclase (autobots, coches, dinobots, insecticons), si no también el temita del icono de colores que usamos en combate: si lo cargamos con iconos azules será muy poderoso en defensa. Por otro lado, hay cartas poderosas sin ningún icono, que no nos ayudarán si resulta que las giramos en el combate. Yo aún estoy viendo como optimizar mi mazo… 

La mecánica de girar esas dos cartas para aumentar o disminuir el daño hace que el mazo esté en continuo movimiento, cosa de la que se aprovechan algunas cartas. Por ejemplo, el transformers Cosmos, ese entrañable ovni bonachón, se carga a otro robot de un zurriagazo si resulta que se agota el mazo mientras él ataca. El juego tiene pocas mecánicas, pero están todas bien medidas y aprovechadas para dar lugar a muchos tipos de combos y sinergias entre cartas. Como os he dicho, está orientado a un público familiar, con un nivel medio de estrategia, pero para mí tiene el puntito exacto de profundidad. Tiene el nivel justo para que me motive construir uno o varios mazos sin tener que inventir muchísimo dinero para conseguir determinados efectos, ni pasarme todo el santo día jugando y puliendo mecánicas, que es en lo que se pasa con otros juegos más absorbentes y complejos. 

Y claro está, me flipa tener mis transformers en cartas foil, brillantes y con un arte precioso. Como veis, el tamaño de las cartas de personaje es muy superior al de las cartas del juego. Y cuidadín, que encima los titanes tipo Metroplex o los combinadores como Predaking o Devastator (estos saldrán en la próxima expansión) ponen en juego robots muchísimo más grandes. Acojonan.

Lo dicho, un juego muy recomendable para fans de Transformers y un juego sólido para jugones en general. Por desgracia, no me han tocado mis robots favoritos: Shockwave se resiste a salir, así como coches clásicos tipo Prowl, Hound, Mirage… ¡Y Cliffjumper fueuna exclusiva de la Comicon! ¡MALDITOS! Al menos en el básico te entra un Optimus Prime común para que no te quedes con las ganas. Elección muy sabia: todos queremos repartir con Optimus mientras tatareamos mentalmente lo de «YOU GOT THE TOUCH!».

Pues eso: que si quieren un día quedamos y nos echamos unas partiditas. Si lo unimos a los estupendos cómics de IDW y a Bumblebee, comprobamos que 2018 fue un buen año para los fans de Transformers. O eso creo, que al final no fui a ver Bumblebee. ¿Está bien?