Continuamos repasando esas series que no podemos encontrar en ninguna parte. Es el trauma de muchos de los que somos mayores: antes del auge de la serie española, TVE completaba parrilla con cosas raras, rarísimas. Y antes de la llegada de la TDT, muchas eran emitidas una sola vez para desaparecer para siempre.

En el caso de hoy hablaremos de El Jinete de Acero. Que, buscando por internet, resultó ser una serie neozelandesa que TVE emitió un verano y que me tenía enganchado. ¿Cuántas series neozelandesas dan ahora en la tele? Pues en su día dieron unas cuantas.

El Jinete de Acero era una serie cortita, de apenas 8 episodios, que contaba como unos chavalillos se encontraban con unas esmeraldas robadas y acababan siendo perseguidos por los ladrones. Y poco más. Lo que lo hacía interesante eran dos conceptos: las recreativas y ordenadores que salían y que iban mucho en bici.

Y es que aún estábamos bajo los efectos de Los Bicivoladores, peli que flipó a buena parte de la chavalada que fuimos a verla y que causó no pocos hostiones espectaculares tratando de replicar sus proezas. Igualito que con la “catapulta infernal“. Pues los chicos de El Jinete de Acero también andaban por ahí haciendo cabriolas con las bicis y dando envidia al personal.

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Y lo otro, y más importante aún para mí, era que buena parte de la trama transcurría en un salón recreativo que frecuentaban los protas. Allí, uno de los chicos mayores, era respetado como el puto amo, puesto que ganaba todos los campeonatos. Se le daba especialmente bien una máquina de marcianos que yo no había visto en mi puta vida, y que aún no sé cuál era (no, no era el Defender).

El momento orgásmico llegó cuando en la serie montaron otro campeonato, pero con una máquina nueva: ¡EL GAUNTLET! Uno de mis juegos favoritos, pero cuyo mueble recreativo jamás había visto. Y que jamás he llegado a ver en la vida real, me temo.
El malo, el tal Jinete de Acero, es un tipejo con un casco negro de moto que habla con la voz distorsionada por vete a saber tú que motivo. ¡Igualito que el malo de Pistola de clavos!

En algún momento durante la vida de esta web debí mencionar que recordaba la serie y que me obsesionaba saber algo más de ella. De hecho, un lector aún más apasionado que yo convirtió el recuperar algo de información en una pequeña cruzada suya… Estamos hablando de que no había en internet ni una puta referencia, nada, ni en la IMBD ni en ningún sitio. De hecho y sino me equivoco, fue él el que creó la entrada haciéndose una cuenta profesional y recabando algo de información en hemerotecas y demás. En su correspondiente ficha, el único comentario es de un tipo de Avilés que supongo que será él y al que mando un saludo desde aquí.

EL caso es que, pensando en retomar esta sección, se me ocurrió hacer una búsqueda por su título original (que este lector averiguó) y… ¡ahí estaba! En la página del canal de Nueva Zelanda que la produjo y emitió en su día estaba la ficha y, lo más acojonante… ¡el primer episodio al completo!

Como en tantas ocasiones, aún recordaba la musiquilla de la cabecera casi a la perfección, aunque en mi memoria era bastante más chula. También recuerdo que los chavales eran genios de la informática, aunque no más que los malos: en un episodio ponían una clave al ordenador para ocultar algo y estos se saltaban la protección con facilidad. De momento y por desgracia parece que no van a subir más episodios, con lo cual parece que no volveré a vivir el ‘Momento Gauntlet’, pero ya me basta para recuperar un trocito de aquel verano del 88.

No es la única serie que la web ha rescatado del limbo, puesto que han subido también un episodio de Bajo la montaña, otra serie de la época rara de cojones y casi perdida. Aunque por edad me la perdí, también han sido varios los amigos y lectores que han preguntado por ella. Eso sí: dado que esta serie sí ha sido editada en DVD, ya no la podemos considerar una serie perdida.

En cuanto a Jinete de Acero, poco más que añadir, salvo que parece un pelín coñazo. Pero hey: salía el Gauntlet. Solo por eso la veía otra vez.