El McRib se despidió de nuestras vidas hace ya unos 10 años. Y no ha habido ni un día en el que dejara de llorar su pérdida. Nunca pude sobreponerme. Una foto suya presidía mi mesita de noche, y depositaba un tierno beso sobre su foto antes de intentar dormir. No siempre lo conseguía: los recuerdos atormentaban mi sueño, impidiéndome el descanso y, en ocasiones, llenando mis ojos de lágrimas. “¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Por qué no me llevaste a mí?”, gritaba a un Dios cruel y caprichoso, de cuya existencia llegaba a dudar.

You found a TREASURE CHEST! Open it? YES NO

Pero no hay que dudar. Porque Dios tiene un plan para todos. O al menos, McDonalds lo tiene, y es lo más parecido que tenemos. Alimenta al mundo, da trabajo al desocupado y trae sonrisas a los niños. Solo necesitábamos un milagro para volver a creer. ¿Es pedir demasiado? Quizá, pero ha terminado por producirse. Y es que… ¡vuelve el McRib! ¡Ah, mi polla, hija de puta!

El McRib es una de las referencias más populares de nuestros celebrados artículos “alimentos que fracasaron”. Sencillamente, no había nada similar en ninguna otra franquicia de comida rápida. Y quizá por eso es por lo que nunca fue especialmente popular. Sea como sea, se ha reencarnado… pero muchos temían que en su interior anida la maldad, como el alma de Hades en el interior de Shun Andrómeda

Heal the woooorld / Make it a better placeee....

El McRib, recordemos, debe su nombre a una supuesta semejanza con las costillas de cerdo. Son costillas… pero sin costillas. Es decir, que no tiene absolutamente nada que ver con el producto original, que tampoco se come en sándwich ni con cebolla fresca. Vamos, que igual lo podían haber llamado “bocadillo de chopped”, “McChocobo” o “sándwich de Tyrion Lannister” y hubiera dado igual. Aún así, el envoltorio nos asegura que “vuelve un clásico”. Un clásico de culto, en todo caso.

 

El destino ya nos ha alcanzado

El aspecto exterior es más, o menos como lo recordaba. Pensaba que tenía más cebolla y salsa, aunque quizá es mi memoria, ya maltrecha. El otro día no me acordaba, por ejemplo, de quién fue el 7º expulsado en Gran Hermano 8, así que está claro que ya no es lo que era.

Aún así la emoción me embargaba ante el reencuentro con tan delicioso plato. Me salibaba la boca más que la primera vez que vi a Cristina Hendricks. ¡A mis brazos, Xonxo!

El moderno Prometeo

Las emociones me desbordaron cuando di el primer bocado. Ése era el sabor. Estaba ahí, de nuevo. Los recuerdos se agolpaban en mi mente… aquellas noches gloriosas en Alcalá de Henares, paladeando un McRib tras terminar mi programa de radio, hablando con los amigos de la partida de Shadowrun del domingo y del capítulo de Lois & Clark del próximo viernes… ¿Ratattoile? Si fuisteis adictos, el McRib os causará sensaciones mucho más intensas, lo aseguro.

Ingenieros del Mundo Anillo

Y lo más increíble: ¡el Virugato da su visto bueno! Incluso chupó un poquito la hamburguesa, y os aseguro que no lo hizo forzado bajo amenaza. Claro que después me la tuve que comer yo, ingiriendo las babas del bicho. Otro esfuerzo que hago por esta web. ¡Cuántos sacrificios, sobre todo de vírgenes adolescentes, que hago por Virucom! Estoy casado con esta web, y eso que no podemos consumar: no me cabe el pene por el puerto USB. La luna es una cruel amante.

 

ME GUSTA

 

Yo le doy el visto bueno. En líneas generales, sabía exactamente igual que como lo recordaba. Quizá la carne me sabe hoy más… a eso, a carne, y menos a salsa, pero es lo de menos. Mi amiguete Villa da aquí su opinión. A mí…. ¡Zi! ¡Me ha guztado, me ha dado pliazer!

 

Y esta aprobación mía viene no exenta de cierta polémica. No es que me sorprenda: a mí me gustan los tebeos de Dan Jurgens, la película de GI Joe, la serie de The Walking Dead y prefiero a Nightwish con Annette, motivos por los cuales he tenido que acogerme a un programa de protección del gobierno: no es agradable ver como una muchedumbre espera en el portal de tu casa para increparte día sí, día también, porque una vez dijiste que le has cogido tirria a Los Goonies. Y yo venga a decir que no sé donde está Marta y ni caso.

 

En general, la gente ha reaccionado mal a este regreso. Un ejército de mitoplastas se quejaba en redes de que “ya no es lo mismo”, “me ha decepcionado”, “han violado mi infancia”, “que mierda de 3D” y “no la volveré a comer, SGAE ladrones”. Twitter mostraba un importante rechazo, lo cual me preocupaba. Después vi la taquilla de Extraterrestre y recordé que Twitter no sirve para nada y que es la red social más necia y boba de todas. La McRib seguirá adelante mientras tenga consumidores, ni más ni menos.

Esto sí que es lo nunca visto... ¡un chino comiendo un McRib!

Pero parece que en esta ocasión, las pegas tienen una base real y objetiva. Me comenta alguien que sirvió al imperio McDonalds durante el primer alzamiento de la McCostilla que el proceso de elaboración ha variado. Antes, el filete se caramelizaba previamente con salsa barbacoa para conseguir una carne más sabrosa y jugosa, y ahora, vuelta y vuelta, como tu prima en la playa de Sagunto.

 

Además, parece que el pan es también algo más fino y menos condimentado. Esto podría explicar el por qué yo lo recordaba algo más rico. Pero nada de decepción: a mi me gustó mucho y la voy a convertir, mientras dure, en mi “hamburguesa” de referencia en McDonalds. Si menos salsa en la carne es el precio que hay que pagar para volver a disfrutarla, estoy dispuesto a aceptarlo. Maldita sea… ¡si hay gente que dice que sabe DEMASIADO a la dichosa salsa!

Igualito que Black Sabbath

En EEUU esta táctica funciona desde hace tiempo. El plato es retirado tras unos años, para después volver arropado de un despliegue publicitario. El éxito de las despedidas (y posteriores regresos) de la saga de Viernes 13, Hulk Hogan o Kiss avalan esta estrategia, en la que caemos como tontos. Esperemos que esta vez, el regreso sea para quedarse, como el del Take That, Dr. Who o el SIDA, que vuelve a contar con miles de simpatizantes.

Así que ya saben: hablen en redes, pero hablen sobre todo con su cartera. Hablen deprisa, coman despacio, pero nunca bailen como Don Pancracio. Y que viva la McRib, que ha resucitado de entre los muertos. Viva el bocadillo zombie de McDonalds