Ya nos hemos quejado más de una vez de lo triste que es ser fan de la junk food de sabores en nuestro país. El gusto del español es anodino, y en cualquier bar de cualquier parte, junto a tu caña o el vermut, te siguen poniendo las mismas tristes patatas “normales”, en uno de esos gestos que unen a los pueblos peninsulares. Como leemos en Mediavida, para “la gente”,  las de sabores son “guarrerías”, a pesar de que la guarrería que hacen al estómago, con esas cantidades desorbitadas de grasa, es la misma que las fabricadas por la churrería de tu barrio.

Sensations de fracasation

Pero parece que poco a poco cambian algunas cosas: Lays ha conseguido consagrar sus dos variedades, Campesinas y Vinagreta en panaderías y supermercados, uniéndose a las sosísimas Ruffles Jamón y el sabor que se intente introducir en ese momento. Ahora están las Yorqueso, pero recordarán que por ahí pasaron las Ali Ole Olé, Pimentón Molón, Pepinillo, Chilli Bravas y alguna más. Todas sin pena ni gloria. Y luego están las Pringles, siempre igual de asquerosas, con esa textura a pure de patatas que se hace evidente en cuanto te la metes en la boca.

Por su parte Lays fracasó con las Lays mediterráneas cual Crossgen Cómics con sus tebeos, y parece que la experiencia con las “ediciones limitadas” tampoco han cuajado, a pesar de lo delicioso de aquel sabor a Cebolla Caramelizada. Quizá por ello los nuevos sabores de Lays no forman parte de ninguna nueva línea. Son Lays y punto. Sabor Alpino y sabor Chorizo.

El ansiado yogourt de chorizo, cada vez más cerca. ¡Paciencia!

Y en realidad, no son más que dos variedad ya aparecidas, una como Ruffles y otra como Lays. Fracasando las dos. El sabor Chorizo tenemos poco que añadir. Una de esas mezclas raras, a la que falta el huevo frito pero que bueno. Ahí está y no está mal, pero creemos que no triunfarán al mezclar dos alimentos tan grasos y “poco sanos”. Pero las Alpinas nos han llamado mucho más que añadir. Sin exagerar, claro que hablamos de una bolsa de patatas.

Ante todo, viendo la denominación del producto no queda más remedio que soltar un tremendo “WTF?”. ¿Qué diantres es eso de “Alpinas”? ¿Cuál es el sabor alpino, a que saben las cosas en los Alpes? ¿Al pan pan, y Alpino, pino? Ni idea. Pero en la bolsa vemos dos cosas: queso y una especie de diente de ajo. ¿Queso + Ajo? Maravilla de maravillas para nosotros, que compartimos esos gustos con Steve Urkel. Claro que al final la cosa tiene truco: ¡no lleva ajo, sino cebolla!

El underground alimenticio

Durante unos minutos, en la viruhouse nos sentimos como si hubiéramos sido víctima de algún timo de algún príncipe nigeriano de esos que envían mails pidiendo dinero. O como se sentiría algún espectador despistado al alquilar el Terminator 2 de Bruno Mattei en lugar de la secuela oficial de James Cameron: estafados. Pero… resulta que el sabor era bastante bueno y obtuvo el aprobado de las cuatro personas que las probaron. Es más: es un sabor familiar. Igual, igual al de las Lays Cebolleta. ¿No os dijimos que las dos eran sabores ya conocidos? Pues sí: como por lo visto la palabra “cebolla” conjura mal alientos y comistrajes hechos a la comida materna en nuestra infancia, hay que ocultarla bajo este tipo de invenciones.

El virugato muestra su más firme condena frente a este acto inhumano

Por si fuera poco el reverso de la bolsa nos muestra una pirámide alimenticia y nos habla de una supuesta “dieta equilibrada”, que está claro se va a tomar por culo en el momento en que abrimos la bolsa. Por más que insistan, la operación bikini y las Lays son tan incompatibles como Carlos Latre y tener gracia.

Así que finalmente ese supuesto diente de ajo es cebolla caramelizada. Y el recio y muy europeo sabor Alpino es al final queso y cebolla, que ya existía en otra marca, pero ahora con patatas de verdad, aunque la bolsa no se pueda utilizar para construir una red inalámbrica como sí sucedía con los tubos de Pringles. El veredicto definitivo nos lo da Buddy, el “nuevo” Virugato, a quien a pesar del fuerte olor, la patata sólo le produce indiferencia. Como me temo sucederá con la mayoría de los consumidores. Nosotros las disfrutaremos mientras duren, que me temo no será mucho. Aprovechen para probarlas. Y luego le pueden dar una oportunidad a las deliciosas Sweet Chilli Tai que ya andan por ahí dando vueltas.