Las noticias sobre The Expendables ilusionaban a cualquiera: Stallone se había puesto el disfraz de entrenador Pokémon, o más bien pokero, y trataba de hacerse con todos. Todos los grandes del cine de acción de los últimos años. Van Damme rehusó aparecer, pero Jet Li compensa de sobra pérdida, y Sly demostró su buen tino al no invitar a Chuck Norris, el favorito de los comedoritos, y contar con gente como Gary Daniels. El reparto era un sueño para decenas de ratas de videoclub y ex-monitores de gimnasio.

De la misma manera que la Cannon se dedicaba a producir serie B y tiró la casa por la ventana con aquellas Cobra o Yo el Halcón, Stallone consiguió convencer a la Nu Image, especializada en películas de bichos asesinos con CGI de GameCube, para tirar la casa por la ventana y producir este juguetito con el que compartir cartel y hostias con estos machotes. Y es que por un momento parece que estamos viendo una nueva de la Cannon, por instantes acudieron a mi cabeza cosas como Delta Force o El Guerrero Americano II. Sí, la dos. No es de extrañar que el juego promocional en flash se base en el clásico Gryzor /Contra: esas dictaduras en países imaginarios con nombres como Boca Caliente son el pretexto ideal para justificar que estos tipos duros hagan de las suyas. Como decía La Trinca: “lo más cachondo es que toda esa gente muere merecidamente”. Si os gustaba el Ikari Warriors os gustará esta: no hay otra.

Acción hay en cantidad y variedad: persecuciones, asaltos aéreos, peleas de lucha libre y de kung fu, tiroteos, explosiones, infiltraciones y torturas. A la novia os la podéis dejar en casa, tal y como hace el propio Jason Statham, que está fenomenal y reparte las mejores hostias de toda la película. Personalmente me alegra verle involucrado en un proyecto con algo más de tirón mainstream, y seguro que hará nuevos fans con la película: el tipo está francamente bien. El cachondeito que se trae Sly con él no es ni normal y funcionan casi mejor como pareja cómica que como dúo de acción.  Nuestro querido Dolph Lundgren está también más que bien y se queda con varios de los mejores oneliners de la película, y Mickey Rourke nos divierte con su presencia haciendo del personaje del  que hace siempre  últimamente: él mismo. Por cierto, se parece cada día más a Carmen de Mairena, esperemos que en breve se disfrace de mujer y lo comprobemos.

Pero a Stallone le ha pasado como al Madrid de los galácticos. Cuando se generan grandes expectativas entre los fans a base de fichajes rutilantes, no vale con cualquier cosa. You got to deliver. Champions, Copa y Liga. Y a Stallone le ha pasado como a Beckham, o mejor, como a Pellegrini: una buena temporada que no termina con la victoria que todos esperaban con semejante plantel reunido.

El mayor perjudicado es Jet Li. Porque traerse no sólo a Jet Li, sino también a Gary Daniels y a Corey Yuen para coreografiar el asunto… y que al final no se vea absolutamente nada de estas peleas tiene delito. La shackycam mal entendida ataca de nuevo.  Desgraciadamente esto le salpica a Dolph. Se nos prepara para que la pelea que enfrenta a los dos sea el punto álgido de la participación de ambos en la película. Y luego… NA. No es la única contradicción que se detecta en la en la actitud del guionista / director. No deja de ser paradójico que una película de machotes cuente con una vergonozosa escena de “cierro el blog / me voy del foro” más propia de cualquier emo delgaducho que de un tiarrón como Sly. El guión parece apresurado, inconexo, como si una vez asegurado el reparto esperera que película se hiciera sóla. Pues no. Lo peor es que al ver que tiene escenas memorables como la del asalto aéreo y muchísimas ideas acertadas, un fan de la acción (que es la perspectiva que asumo) no puede quitare de la cabeza la dichosa frasecita de “puro ser y no fue”.

Así que, finalmente, Los Mercenarios no es ni mucho menos esa película de acción old-school definitiva con la que soñábamos. Pero no os confundáis.. Me pareció divertidísima, cafre y ante todo, honesta aún en sus imperfecciones. Y al final, es una virtud que hay que tener en cuenta. Aquí no hay intención de “dignificar” el género, como muchos parecían esperar (el complejo que arrastran los darknights), sólo es una buena película de acción a la que, al final, su propio hype ha jugado en su contra. Al Equipo A le salió mejor la cosa: nadie esperaba nada de una serie que ya era mala en su día. Y sin embargo ya verán la taquilla, ya.

Ya sólo nos queda esperar que el viaje a los 80s sea completo y The Asylum la que le de la puntilla al asunto.   Con Van Damme, Steven Seagal, Mark Dacascos, Don “El Dragon” Wilson, Oliver Gruner, Jeff Speakman y Jeff Wyncott y podría salir una peli aún mejor. Y que llamen a Joseph Zito para dirigirla.