Hoy me dirigiré a la antigua residencia viruete, a recoger y entregar regalos de reyes. Ya saben que, siendo una familia tan numerosa, celebramos de una manera especialmente sentida estas fiestas.
Pero me he levantado con mala leche. Ayer, mientras navegaba de madrugada, la señorita Akane se quejaba desde la cama de un estruendo totalmente ajeno a mi voluntad. Se trataba de esa maldito spam de la calavera. Seguro que lo han visto y sufrido, como Spiderman 3 o el programa de la Tárrega. Un esqueleto que sigue los muy rentables parámetros estéticos de Pesadilla antes de navidad, nos pregunta si queremos saber la hora de nuestra muerte. Y si dejamos la ventan abierta o pasamos el puntero del ratón, se rie el muy puñetero en voz alta. MUY ALTA.

Y está EN TODAS LAS PUTAS WEBS. En todas. En foros de juegos de rol, en blogs de descarga de música, en páginas porno, en el statcounter, en Yahoo, en la web de Iñigo de Al salir de clase… Ante esta invasión de estridentes risas despiertanovias la opción de cualquier persona inteligente es obvia: cagarse en la puta madre que parió al que se inventó el banner de los cojones. Hago memoria y no se me ocurre una publicidad más impertinente e irritante. Que alguien haga un loquendo.
Ahora sí, me voy a recoger mis regalos. Espero que entre los suyos no haya nada con el careto de Jack Skellitong. O se puede liar parda.
Y para los curiosos, aquí tienen el aspecto de nuestro árbol esta noche de reyes y algunos regalos que contenían esos paquetes.

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Y más cosas, más, pero un respirito que acabo de llegar