Lo vi antes de pasar por Barcelona y Sitges y me pase todo el santo cantándola. Mucho hablar de las locuras de los programas japoneses, pero ese Antonio Guerra con pico y plumas está, a su manera, a la altura del Ping pong Matrix.


Demostrado: cuanto mas gorda la tonteria, mejor aguanta y mas gracia tiene.Y recuerden en su momento hablamos aquí de la revista de Al Ataque.