Las referencias que tenía sobre el Festival de cine fantástico de Estepona previas a mi visita eran las de un festival donde invitaban a mucha de esa gente que jamás pensaba que pondrían un pie en España. No me refiero a Tassoti o Akira Toriyama. Hablo de gente como Ted Nicolau o Albert Pyun, reyes de los videoclubs 80s y que allí no solo son habituales, sino que estrenan nuevos trabajos y encima son tratados a cuerpo de rey. Vamos que me moría de ganas de ir: de hecho, el año que se celebró el celebérrimo combate entre Uwe Boll y el webmaster de Cinecutre estuve a punto de pasarme por allí (además tocaba Steven Seagal). Aquello se frustró, pero este año, gracias al jefe de prensa del festival, nuestro lector y también amigo Pedro J. Merida, pude, por fin, acudir al festival y ver lo que por allí se cocía. Mi calidad de jurado exigía, a cambio, que viese todas las películas para votar el palmarés. Digamos que tras mi experiencia en estas lides, tengo unos nuevos ídolos: los que hacen de jurado en festivales más grandes. No quiero ni pensar como será tragarse 60 pelis una detras de otra.

Esa primera impresión tampoco estaba muy equivocada, sin que ello signifique no me gustara. Al contrario, me lo pasé en grande. En primer lugar, y hay que decirlo, porque no siempre sucede así en este tipo de actos, la estupenda (y muy amable) organización de todo el festival. Acostumbrado a ver prisas, imprevistos, chapuzas y otro tipo contratiempos en este tipo de eventos, hay que decir que todo fue como la seda. Una eficiencia que no abunda. Esto provocó que no tuviéramos más preocupación que la de ver cine, ponerse morao en las increíbles jornadas gastronómicas que allí montaron (canela fina) y hacer cuchipanda con la gente con la que hice buenas migas. Por cierto, que cualquier espectador que por allí se acercase tenía ocasión de sacarse una foto o hablar con cualquiera de los invitados, cosa también muy de agradecer. Así enfoco yo un poco esta crónica, como un espectador más. Y como tal he de decir que la relación calidad precio es increíble. Ya no es que pudieras estar alternando con Kristanna Loken la Terminatrix de T3 El hijo del santo (los dos en la primera fila), Paul Naschy o Carlos Pacheco no… es que las pelis eran gratis. Es más: hasta los libros que edita el festival eran regalados a los asistentes a las presentaciones. Igual es que tengo alma de pobre, pero si viviera cerca me faltaría tiempo para acercarme por ahí todos los años.

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Quince mil años tiene mi amor

Al margen de las proyecciones hubo una serie de actividades paralelas: una exposición sobre momias bastante divertida con una pirámide de pega improvisada en el interior del Palacio de congresos de Estepona, donde, entre las grandes producciones dedicadas al subgénero del monstruo egipcio que destacaron no se olvidaron de joyas hispanas como La momia nacional . Una pequeña exposición de vinilos de bandas sonoras y otra dedicada al gran dibujante Sanjulián (¡me dejé los Creepys en casa) entretenían al personal entre cinta y cinta. Y hubo aún más cosas, pero se lo contaré después de dar un repaso a los films que me tocó ver, que es, no lo olvidemos, a lo que iba yo.

LAS QUE ME GUSTARON

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Basada en el Diablo II, que diga, en el Heretic, que diga en….

In the Name of the king

El título que Uwe Boll presentaba en este festival que tan bien se ha portado con él en el pasado. Aunque lleva tiempo circulando por la mula no lo había visto. Repito: es una película de Uwe Boll, y ver una película para poner a parir a alguien no entra en mis planes.
Pero, he aquí la sorpresa, la maravilla de maravillas… In the name of the king es visible. La cosa no pasa de entretenida, y desde luego hay cantidad de cosas inexplicables y risibles, desde por qué el granjero sabe kung fu a la actuación de Ray Liotta, que bien podría competir con el Jeremy Irons de Dragones y Mazmorras como la más histérica de la historia. Ray idiota, le decían por ahí. Pero, a diferencia de las otras propuestas de Boll, no daban ganas de iniciar actos de kale borroca, ni siquiera de Kylie Berraca. A la postre, contó los mejores valores de producción de toda la muestra, lo que le consiguió un par de premios: mejor banda sonora y mejores efectos especiales. Sin ser para tirar cohete, estaba lejos de ser la risión que muchos esperaban.

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Plaguers

Llamadme anticuado si queréis, pero cuando vi las fotos en la guía al festival que nos regalaron pensé “esta tiene que estar bien”. Zombies en el espacio, o algo así. No me equivocaba. Plaguers es, básicamente, Demons en una nave espacial, con menos dinero. El terror espacial es un género aún por terminar de explotar y que a mí me encanta, así que mal del todo no podía estar, olía a serie B 80s. A Corman, Band y Olen Ray. Y por ahí van los tiros. Una pista: la película reutiliza decorados de la serie Firefly. Como el tito Roger en sus mejores tiempos.
La cosa va de un malévolo orbe verde, a la Príncipe de las tinieblas de Carpenter, que se dedica a convertir a la tripulación de una nave espacial en una especie de zombis / demonios. La culpa de todo la tuvo un grupo de cuatro pivones que resultaron ser piratas espaciales y cuya falta de precaución acabaría pasando factura a todo el mundo. Así que uno tras otro, los humanos irán aumentando las filas de los zombis siderales

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¡Que traviesos son estos ciruelos!

En cierto modo, Plaguers es la mejor película del festival, pues consigue todos los objetivos que su director se plantea. Es una película de terror a la vieja usanza, que trata de canalizar el espíritu 80s de producciones como La galaxia del terror o Killbots (nunca se habla lo bastante de Killbots). Su director, Brad Sykes, me confesaba que su héroe cinematográfico es Corman y que adora el material de Jim Wynorsky, David DeCoteau, Stuart Gordon… Utiliza descartes de otras películas, maquillajes tradicionales, hay chicas guapas, zombis y un hombre-monstruo. Y un personaje que recuerda a Bishop de Aliens, y que el espectador español no podrá tomarse en serio debido a su fuerte parecido a nuestro amigo, el galardonado director de cine y cantante Miliky. El público la recibió con jolgorio, riendo cuando tocaba, aplaudiendo las muertes y pasando, en general, un rato de lo más divertido.

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Circo Tokio presenta…

Mil Máscaras Resurrection

Si hay alguna película del festival que deseo poner en casa a mis amistades, ésa es Mil Máscaras Resurrection. Una film de luchadores de las que ya no se hacen, y que, de tan honesta, acaba siendo una parodia, intuyo que voluntaria La cosa va de una momia azteca que trata de dominar el mundo con un bastón mágico que anula la voluntad de cualquiera. De cualquiera menos de Mil Máscaras, heredero de una larga tradición de luchadores y justicieros enmascarados.
Mil máscaras es un maestro científico, poeta, músico, justiciero, detective y luchador, destacando en todas sus facetas. En el momento más inolvidable no ya de esta película, sino de todas las proyectadas en Estepona, Máscaras se va a la casa blanca a hablar con el presidente de los EEUU, quien no solo le conoce, sino que le recibe con todos los honores y trata con la mayor seriedad la amenaza de la momia. El presidente convoca a sus ministros y generales para que nuestro héroe les informe del peligro al que se enfrenta la humanidad, y todos llegan a la misma conclusión: sólo el luchador puede enfrentarse a la momia, y el destino no solo de Méjico, ni de los EEUU, sino el de todo el mundo, está en sus capaces manos. Eso sí: antes de ponerse con ello tiene un importante combate de lucha que atender. ¡Faltaría más!

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A favor de la intervención en Georgia

Al margen del continuo dislate que son los diálogos, la película sigue el esquema tradicional del cine de luchadores, con sus villanos conspirando mientras el héroe patea culos en el ring. Con cantidad de guiños a otras películas (desde El robot humano vs La momia azteca a Campeones de la justicia), la única pega que le pondría es que tenga que venir un americano a dirigir una de las mejores películas de luchadores que he visto la tenga que dirigir un americano, Jeff Burr, conocido por La matanza de Texas III, Puppet Masters IV y V y otras películas con un número detrás. Pero si ellos no se quejan, no seré yo quien sea más papista que el papa.

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Filmatron

Una película muy simpática a cargo de los satélites que hace años se sacaron de la manga Plaga Zombi. Mientras tú te gastabas la paga de los findes en calimocho, ellos reprimían estos instintos naturales uy se la gastaban en sacar adelante su primera película grabada en video, que la postre vendieron a varios mercados. El dinero sigue siendo escaso, pero al menos esta vez han tenido 4 años para rodarla, así que el resultado es muy bueno, asombroso incluso dado los medios. Que uno de sus protagonistas, un actor amateur se llevara un merecido y convenido premio a mejor actor dice mucho de la capacidad de Pablo Parés, su director, de extraer lo mejor de los medios de los que dispone. Con todo, la película tarde en arrancar, pero luego está francamente divertida. Aquí se nos presenta un futuro a lo Fanhunter donde está prohibido el uso de videocámaras para hacer películas, reflejando la situación que existe en Argentina de control casi total del gobierno a la hora de distribuir y permitir licencias para hacer cine. Casi casi como por aquí, porque más de uno ve relegada su obra a las madrugadas del Canal internacional de Televisión española. Que pelis más raras que dan ahí, por Dios.
En todo caso, el cartel engaña, que los superhéroes esos que salen son los que protagonizan la película que realizan los protagonistas. Y a mí que me hubiera gustado ver más como lo hacían, en plan La gran superproducción….

EL RESTO

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La guerra de los mundos 2

No es una secuela de la de Spielberg, pero casi, pues lo es de la versión que The Asylum se sacó de la manga casi al mismo tiempo, con eso de que la obra de HG Wells está libre de derechos. Asylum, por si no lo sabéis, son los golfos responsables de Transmorphers, Serpientes en el tren, Aliens vs Hunter y otros taquillazos del Emule. La peli, floja, floja, como era de esperar, dirigida y protagonizada por un C. Thomas Howell al que los tiempos de Rebeldes le quedan lejos. Joer, es que hasta los tiempos de Admiradora secreta le quedan lejos al pobre. Y para colmo, más que una copia de La guerra de los mundos el mamotreto este termina siendo un Indepence day de baratillo y sin exterminación en masa. A evitar.
Blind Spot
Pretencioso y soporífero film en blanco y negro. Y ojo, que cuando digo soporífero hablo de que hubo gente que se quedó dormida en la sala. Encandiló al sector más sesudo de la crítica, pero para mí estaba completamente fuera de lugar en el festival. Además, su director era un fullero jugando al Paintball. Se llamaba, por cierto, Ad Bol, conlo cual teníamos otro miembro de la saga «Bol» presentando trabajo.



All the boys love Mandy Lane

Un slasher de estos modernos que va a epatar y se le ve venir de lejos. Se llevó un premio a mejor fotografía, pero era casi lo único destacable en una mediocridad absoluta que no convenció a nadie. Lo mejor, escuchar Sealed with a Kiss una vez más. Que canción más increíble, pardiez.
Dark Reel
Horroroso intento de comedia terrorífica que no sabe ni por donde tirar y acaba aburriendo e incluso desesperando. Cuenta, eso sí, con algunos de los personajes más asquerosos de la historia del cine. Lo mejor, los policías de Renna Riffle y Tony Todd. A esta ni le centro el nombre, hala.

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En silencio
La representación hispana. Rodada directamente en video, su director decía haberse inspirado en las pelis clásicas de la Hammer. Oye, si el lo dice será verdad, aunque luego no se note. Esta pertenece al entrañable sub-subgénero de «un convento donde pasan cosas raras», ya se imaginan. No estaba mal del todo, pero creo que el director se podía haber desmelenado un poquito más porque el formato video se lleva muy mal con esa supuesta creación de atmósferas a lo El orfanato. Yo le hubiera dado un premio a una monja ya mayor y con voz de abuelilla, que por su tonillo maternal y dicharachero en cualquier momento podría haberse sacado un bote de alioli Chobi. El del mortero.

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Tus palabras me han llegado al corazón.

LAS OTRAS ACTIVIDADES

El viernes, tras las proyecciones de Infraterrestre (película de Santo de hace unos años que no entraba en concurso), Mandy Lane y Mil Máscaras Resurrection, llegaba otro de los platos fuertes: comida gratis. Ah, y lucha. Un auténtico combate de lucha mejicana, como los que dan en Galavisión. El evento resultó ser un exitazo tanto de asistencia como de . La gente se bebió sus margaritas, disfrutó de unos tacos y contempló las evoluciones de cuatro enmascarados sobre el cuadrilátero. Allí lucharon, por el bando rudo, El guerrero Azteca y El Tigre de… nosedonde. Y por los técnicos, Huracán Ramírez y El último chingón, quien gozó de un gran respaldo del público gracias a lucir el escudo del Chapulín colorado en el paquete. Pablo Conde, autor de uno de los libros, y su compatriota Argentino, y Pablo Parés, coincidieron conmigo en el entusiasmo por eldetalle, y nos dedicamos a vociferar como energúmenos. ¡Queríamos ver sangre!

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ARCO 2009

AL margen de esto, había una programación paralela de películas y series de TV, y una serie de presentaciones y encuentros con autores. Se presentaban tres libros. La música de 2001, La marca de la momia y Cine Bizaro Hispano / Argentino. Las tres muy entretenidas y con la presencia de nuestro amigo Pedro J. Mérida, que se olvidaba por un rato de sus reivindicaciones de Melrose Place o de su pasión por el Al Ataque de Alfonso Arús (auque en un libro lo menciona y todo, el tío) y nos presentaba sus obras. Como ya he comentado al principio, los libros eran regalados a los asistentes de las proyecciones. Te cagas. Un servidor, gustándole como le gustan los libros de cine, no salía de su asombro. Solo por eso casi merecía la pena ir, coñe

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Pero para mí fue más importante la presentación en la que iba a participar (sin saberlo yo cuando llegué): la presentación de la colección Asian Trash Cinema, para la cual sabéis que he grabado algún audio comentario y la cual, aún sin mi participación, no dudaría en recomendar a todo el mundo. Porque es un auténtico lujo. Junto con el jefe Domingo López y Quim Crusellas, también de la revista CineAsia (y muchos sitios más), nos encargamos de aleccionar al personal sobre las bondades de la caspa asiática. No solo los asistentes, yo también aluciné en algún momento, pero es que, señores, estos dos tipos están seriamente tocados del ala. Por que lo de juntar la música del gran GUNTER con los bailes de nuestro ídolo Chiru no cabe en cabeza humana. Salvo en la suya, que cualquier día explotará en mil pedazos. El videoclip (que se encuentra en el DVD de Indiano Jones) dejó a la audiencia alucinada, y a un servidor, que no lo había visto, también.

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Pedro, Quim y Domingo: el cónclave de sabios, decidiendo quien se merece un bukkakke

Tras una exposición cargada de bromas y tonterías de las nuestras, imágenes de ninjas subiéndose en arañas voladoras y Mazingers de pacotilla surcando los cielos, la presentación finalizó con el videoclip íntegro del Thriller Indio, el famoso Golimar, para delicia de la concurrencia. Como la gente se reía a carcajadas, nos retiramos satisfechos del trabajo bien hecho. A los dos días me informaron que no quedaban DVDs de la colección en la FNAC de Marbella. Una de dos: o las autoridades por fin han reaccionado ante el peligro que estos DVDs representan o los allí presentes se hicieron con todas las copias. Nunca conoceremos la respuesta.

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Una generación echada a perder por culpa del burro

En la ceremonia de clausura, el compositor de El orfanato , dirigió la orquesta sinfónica de Málaga, que interpretaron con pericia temas de esta película y otras como Desafío Total / El fútbol en Canal Plus o Vértigo sentados en sillas de plástico. Por supuesto hubo más, mucho más…. Pero eso ya entra del terreno de lo personal, y no les voy a aburrir contando mis peripecias en las diferentes actividades que el festival planeaba para los invitados. Les diré, eso sí, que lo mejor fue disfrutar del pequeño grupito de amigos que allí se formó: el ya mentado Pedro, los dos Pablos argentinos, las revolucionarias hijas de Azpiri (y su padre) y el director Miguel Ángel Vivas. No dejamos títere con cabeza a lo largo de toda la semana. Por supuesto poder alternar con Adam de The Asylum (entrevista en breve), comer con Pacheco y hablar con primeras espadas de la cultura (lo dejaremos así, sin dar nombres) sobre los seriales de Buster Crabbe son experiencias inolvidables, pero aquí lo importante es el público, la gente que de acercaba a las sesiones, que jaleaba o abucheaba, y hacía cola para que los autores estamparan su rúbrica y unas palabras en esos jugosos libros.

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El festival tiene un tufillo a serie B que ha propiciado no pocas críticas, pero que a mí, francamente, me encanta. El año que viene celebra su décimo aniversario, y encima, la temática será los zombies. Solo falta, quizá, alguna película estrella que estrenar en la muestra y un poquito más de difusión para celebrarlo por todo lo alto. Por mi parte, pongo con esta crónica mi granito de arena para ayudar en la empresa. Reiterar una vez más mi agradecimiento a Pedro y a Julio Peces, organizador del festival, y mandar un fuerte abrazo a todos los amigos que ahí pude hacer. Ah, y si vuelve a venir Uwe Boll, que le pongan a luchar con algún mejicano, para que tenga más gracia. O contra su primo Ad.