No sé a vosotros, pero este tebeo me pilló totalmente desprevenido. No tenía ni idea hasta hace unos meses de existencia. La impresión ha sido de órdago. Me ha volado totalmente la cabeza. Es, en una palabra, imprescindible. Su 5º tomo, con un giro en la historia, es el momento ideal para mirar atrás y reflexionar sobre este maravilloso manga.

Bokko se sitúa en la China antigua. Tan antigua que ni existía como tal: hace 2300 años su territorio comprendía una serie de reinos independientes que guerreaban entre sí. En medio de dos de esos reinos se sitúa la ciudad de Liang. Un punto clave para controlar. La ciudad, gobernado por un decadente emperador, recibe una petición de rendición por parte del ejército del reino de Zhao. La conquista parece inevitable. Habitada solo por campesinos, no hay manera de que sus apenas 4000 habitantes, incluyendo mujeres y niños, se enfrenten a un ejército de 15.000 soldados altamente entrenados y equipados.


La respuesta a sus plegarias viene en forma de Ge Li. Un monje Mo Ze (orden pacifista) que ha recibido como misión defender esa ciudad. A pesar de que el general enemigo intentará convencerle de la necesidad de unificar los reinos, y de que entre ellos se establecerá un relación de respetada rivalidad, el monje no cede y el asedio es inevitable. Ge Li instruirá a los plebeyos en el arte de la guerra y desarrollará nuevas estrategias para . La cosa no es tan sencilla, pues aún debe ganarse la confianza de la decadente aristocracia que gobierna la ciudad.

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La historia de Bokko, es ante todo, una batalla entre las voluntades de los dos personajes, el general del ejército y el monje Mo ze. Ya lo dejan claro en el primer tomo, cuando los dos personajes deciden dirimir la batalla en una batalla en una partida de una especie de ajedrez chino. Una tensa escena en la que uno se ganan el respeto del otro y ven que ninguno va a ceder un milímetro ante el otro, y que están dispuestos a todo para vencer. Evidentemente, tenemos que ver donde se dirige la obra en los siguientes tomos, pero esto es, a grandes rasgos, la trama de los primeros.
Bokko no escatima escenas épicas, donde el pequeño grupo de villanos resisten acometida tras acometida de las fuerzas invasoras, guiados, como indicamos, por la voluntad y la determinación de Ge Li, aún conociendo el terrible resultado que tendrá su toma y daca con el general. En ese aspecto, estamos ante el anti-300. Aquí la guerra no tiene nada de heroico ni de glorioso, solo de cruel y miserable. Los soldados se guían por la obligación y el miedo, y las escaramuzas son mortales, y nuestros protagonistas no son herederos de ninguna casta gloriosa, sino simples aldeanos temerosos de perder sus mujeres y sus tierras. El mensaje es imbuido tan sutilmente en la obra que seguro que ni nos percatamos, enfrascados en un frenético pasar de las páginas.

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El guión de Hideki Mori adapta una novela de Kenichi Sakemi. No sé con que fidelidad adaptará el texto original, pero a mí su trabajo en Bokko solo me merece el adjetivo de soberbio. Engancha, emociona, repugna, divierte, fascina. Durante estos cuatro primeros tomos desarrolla la personalidad de nuestro protagonista, que continuará en otras batallas durante otros siete tomos, más algún que otro personaje secundario, pero a la vez desarrolla el conflicto a un nivel más grande, detallando estrategias, maniobras, etc… Y justo cuando hemos quedado atrapado por la épica del conflicto, nos vuelve a bajar al plano individual, con alguna peripecia de los personajes que vamos aprendiendo a conocer, pero siempre sobre una tensión sostenida magistralmente. Esa sensación de “ay, ay, ay, aquí va a pasar algo gordo” no te la quita de encima ni el más relajante de los baños o el mejor de los polvotes. Ole por él.

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También quería destacar el mal rollo que me dieron algunas de las escenas más truculentas. ¡A mí, que crecí viendo las amputaciones de Brain Dead y las decapitaciones de El puño de la estrella del norte! Que enfoques tan diferentes. El enfoque frío y detallista que escoge el ilustrador, Ken-Ichi Sakemi en los momentos sanguinolentos y crueles funciona a la perfección en el contexto de la obra. Su crudeza y sencillez a la hora de afrontarlas me ha impresionado mucho, cuando uno ya se creía de vuelta de todo.
No es su único talento, su planificación de las escenas es también estupenda: la verdadera habilidad de Sakemi es sacar lo mejor del guión, realzar la escala de las escenas colectivas y devolvernos a nuestra condición de humanos en las protagonizadas por las personas. Todo lo planteado por ambos autores funciona a la perfección en sus propios términos.

A mí manera de ver, el mejor manga que se publica hoy en este país junto con Black Jack, y una de las mejores cinco o seis obras que se están serializando en estos momentos en el país. Así como suena. Una maravilla de Ponent Mont, que, por cierto, fue adaptada al cine con Andy Lau de protagonista. Os pego el trailer: yo me la voy a ver esta semana santa.
PD: acabo de descubrir que en la web de Ponent Mon están las 50 primeras páginas del tebeo en un PDF, podéis leerlas pinchando aquí.