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Con semejante cañón, esperemos que no sea Anal intruder

Huelga decir que Rambo, o sea, First blood II, es una de las películas más copiadas de la época. Su tremenda rentabilidad ya aseguraba que las copias iban a caer como churros. Pero si encima añadimos su puesta en escena hacía barato y accesible recrear el transfondo y la ambientación del taquillazo, el resultado es una avalancha de imitaciones rodadas en las junglas filipinas. Que se lo digan a los italianos, que hicieron miles (de esto hablaremos más adelante). O a los turcos (el aburridísimo Acorralado turco, que copia escena por escena). O, por ejemplo, a los indonesos, que se cascaron una de las Ramboexploitations definitivas: Rambu. Su éxito en los cines locales les llevó a preparar una copia escena por escena con actores occidentales para su venta al extranjero: El intruso.

La película deja clara sus intenciones: aquí va a haber hostias hasta para el apuntador. Nada más comenzar, un par de desaprensivos atropellan a una viejecita. El retrato vivo de la maldad. Pero cuando estos comienzan a extorsionarla, aparece nuestro héroe de gigantesco mullet: Rambu. Rambu  (Peter O’Brian) pone a los malvados en su lugar con la ayuda de su pelota de tenis, la cual impacta una y otra vez en el rostro de los bandidos, con una fuerza semejante que, intuimos, debe estar hecha del mismo material que los balones de Oliver y Benji, que abrían agujeros en el cemento. Gracias a los pelotazos, el coche se sale un poco del carril… y explota. Ahora ya sabéis porque insisten tanto en lo de los radares: por vuestro bien, galopines. Los atropelladores ponen pies en polvorosa ante la visión de nuestro luchador para la libertad.

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Rambu es un occidental que vive en una ciudad de Indonesia sin identificar. No se sabe de donde viene, ni a nadie parece importarle. Iba para policía, pero decidió dejar el cuerpo. Desde entonces se dedica a vivir de su novia, quejándose de que “no encuentra trabajo”.pinta excesivamente 70’s echa para atrás a la mayoría de empresarios de la ciudad, que no quieren saber nada ante un tío que parece un imitador de Leif Garret. Indonesia es un país moderno: mirad como copian los éxitos de taquilla más recientes.El hombre de la casa también se lamenta de como parece atraer los problemas. De atraerlos nada, rico: tú solito, que te metes donde no te llaman.

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Precisamente así comenzará su odisea.Rambu comienza a tocarle los cojones a los esbirros del capó del crimen local. Los malotes intentan secuestrar a una chica, ELLA, para… ¡ponerla a bailar en un espectáculo a base de latigazos! Nuestro héroe, que debe ser menos casto de lo que creíamos, está casualmente en el club, y, como esperábamos, les da de su propia medicina, evitando la humillación de la bella flor de loto.Impagable el modelito del torturador: camiseta roja con solapazas que deja ver su abundante barriga y chaleco vaquero.

Al día siguiente, nuestro amigo está hablando por teléfono tranquilamente cuando aparece un escuadrón de esbirros y e intentan asesinarle. ¡El mundo es un pañuelo! Pero Rambu es tan indomable como su pelo y por poco no les parte la cara a todos. Entre tanta patada voladora y codazo asesino eso parece una partida del Double Dragon en un lugar exótico. A destacar lo duro del cráneo de Mr. R: recibe varios impactos de barras de hierro y sigue tan pancho.

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Llevo cuatro putos días para apuntarme al paro. ¡Tomad certificado de empresa!

El Padrino, que también es occidental, ordena matar a la pobre novia curranta del prota. Los malos, la violan y la matan, como corresponde a su condición.Menos mal que Ella, la rescatada, se ha hecho amiga de él, ya que consigue pareja nueva al minuto. La tía no pierde ni cinco minutos en lanzarse a los brazos del afligido Rambu: “mejor quédate en mi casa, antes de hacer algo que puedas lamentar” ¡Eso es una loba y no las de San augusto!

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Rambu pasa de la oferta sexual y se lanza en pos de venganza. La banda responsable frecuenta, como no, unos billares, hogar de vagos, maleantes y webmasters. La paliza que les mete a los bigotudos pazguatos es de aupa. Quiero destacar las ganas que ponen todos en las escenas de peleas, empezando por el propio Peter O’Brian y sus caras de enajenado y poseído. Lamentablemente llega la policía y detiene por error al vengativo amante.

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Mientras tanto, un misterioso benefactor decide pagar la fianza de nuestro “intruso” para acabar juntos con el líder de los narcos, aceptando Rambu por el bien común. Hay que decir que el mafioso jefe es un tipo especialmente cruel, que en un momento declara su amor a una mujer y al otro la insulta y la pega, o que aniquila a sus esbirros por un quítame aquí esas pajas. De hecho el tío mata a tres de sus hombres durante el metraje: y os quejáis de vuestro jefe. Su momento cumbre llega en una escena en la que atención, hace que le traigan 4 chicas, elije una que es virgen, la intenta sobar un poco y a continuación LE PEGA UN TIRO por resistirse un poquitín. Menuda gentuza. Fijo que le gusta el concurso ese de las putas cajas.

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Al día siguiente Rambu es atacado por una banda de motoristas. Tras pegarse un rato con ellos, sobre todo con una chica con el pelo a lo afro y pinta de delincuente, Rambu llama a sus amigos taxistas para que cierren la emboscada sobre los lacayos del capitoste maloso. ¡Era una trampa!Los taxis en indonesia son pequeños triciclos motorizados que aquí relacionaríamos con el coche de Steve Urkel.  O’brian  maneja con destreza su vehículo, repeliendo a los manzámpulas que oasan atacarle. La acción está servida: motos vs triciclos. ¿Quién vencerá? Próximo episodio en tu puta casa. Es sin duda la escena cumbre del film, con tortazos, tiros y costalazos a diestro y siniestro.

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¿Os acordáis que hemos dicho que el protagonista de la película, nuestro melenudo colega, era policia?Pues se ve que en sus ratos libres se dedicaba al puriempleo y por las noches ERA NINJA. Porque se infiltra en el hogar de El padrino para robar unos valiosos documentos que pondrían en jaque su organización. En la infiltración hay mamporros y destrozo del mobiliario, pero consigue su propósito.El Rambo indoneso va en triciclo, tiene una pelota asesina y encima es Ninja. BEST SUPERHERO EVER.

Nos acercamos a la recta final: con los documentos en su poder, el chino bueno mecenas de Rambu chantajea al occidental mafioso. Deciden unir fuerzas y controlar el negocio de la droga.¡Menudo hijodeputa traidor! Rambu se cabrea y revienta una fiesta que habían organizado los dos calaveras, destrozando el banquete y los muebles(en el Ikea local se frotan las manos). Es capturado y, como es lógico y natural, torturado en la mazmorra que todo millonario tiene en el sótano. Cosas de tener ese nombre: a uno le entran ganas de torturarte, a ver si aguantas como el Coronel Troutman.

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Por suerte es liberado por la mujer del Padrino, cansada de sus chuleos. Así que, ya en libertad, y con todos los matones de las organizaciones tras sus pies, se prepara para la lucha (en plan Stallone), se encierra en una cabaña donde casualmente hay fusiles y lanzacohetes y extermina sin piedad a los malvados en un climax de más de 20 minutos de tiroteos, explosiones y muertes a tutiplén. Y, como decían La trinca “lo más cachondo es que toda esa gente muere merecidamente”.

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Un tonificante baño repleto de sanguijuelas para terminar bien el día

El intruso fusila muchas situaciones de Acorralado y Rambo, pero también bebe de Yo soy la justicia y las pelis de Bruce Lee. No presenciaremos operación militar ninguna, sino a un ciudadano de pro que, preocupado por los problemas de los ciudadanos (como Rajoy), decide tomar cartas en el asunto. Gracias a este potaje y los localismos, el filme adquiere personalidad propia que lo diferencia de cientos de fotocopias directas. El acabado de la película no esconde su origen tercermundista y escaso presupuesto: montaje, iluminación, fotografía, efectos especiales… alternan lo apto y lo inepto con facilidad, llegando a los niveles justos para que parezca que estamos, efectivamente, ante un film profesional y no un proyecto de fin de carrera.

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Las oposiciones a Guardia Civil, cada día más complicada

Pero estos defectos se suplen con toneladas de energía, habitual en el cine del país que he visto, que hace que la película vaya siempre hacia delante, no aburra y funcione cuando debe funcionar: en las escenas de acción y arranques de furia del protagonista. Las dos o tres escenas de revolcones en la cama es lo único que se interpone entre la alternancia de “ahora hablar / ahora palos” que supone prácticamente todo el metraje. Las peleas están rodadas con gracia y ganas, son abundantes, y  todas con algún elemento diferenciador que evita la reiteración: los minitaxis, la pelota-bumerang de Rambo (que recuerda al escudo del Capitán América), los billares, el tiroteo final, etc

El guión, como habéis podido ver, no tiene ni pies ni cabeza y avanza a trompicones, pero avanza, y tiene un giro argumental que sorprende y hace que todo desemboque, de manera más o menos plausible, en un último y violentísimo último acto.No es ninguna mediocridad: The Intruder tiene un merecido estatus de culto, ya que toma un modelo conocido, y aunque lo imita, su ritmo y sus momentos despiporrantes inyecta tal cantidad de asaltos al sentido común que lo convierte en una experiencia a recordar.

Ya sabemos que en realidad estamos ante el remake de una copia (¿?) que tenía actores asiáticos como protagonistas. Pero no deja de ser significativo que en este refrito tanto, el héroe como el villano de la película sean occidentales, mientras que el resto de los personajes son todos asiáticos. Las lecturas sons evidente: ¿Se sienten impotentes los ciudadanos de Indonesia, quizá de Asia, mientras las potencias mundiales decidían el destino del mundo? ¿O insinúa con ellos que la influencia y cultura occidental traen tanto cosas negativas como positivas a la sociedad indonesa?

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Pues sí: se me ocurrió ir de Rambo a la fiesta del cineclub, me vio un fan de Von Trier y…

Por supuesto el único objetivo real de su director Jopi Burnama, especializado en títulos de prisioneros de guerra y tiros, era hacerla más exportable y vender mejor los derechos a Europeos y Americanos.Explotation total, a base de algo de sexo y mucha violencia. En ese aspecto, y dado que la película fue distribuida en ambos mercados, fue todo un éxito.Y es que ante cualquier producto rutinario subproducto filipino o turco, el infracine Indonesio destaca por su ritmo y vitalidad. Aunque sea para hacer el mongo: hay que ponerle ganas a todo en la vida. Ya lo dicen en Mira quien baila.