Una gran cantidad de blogs de aprendices de Bridget Jones (masculinos y femeninos) son de oficinistas “estresados” y sus divertidas peripecias. Los escriben en horas de oficina.
Los programas más utilizados por los oficinistas son el Microsoft Excel y el PowerPoint. El primero es muy útil para juegos de adivinar frases de películas o personajes de dibujos animados. El segundo, para ver por sexta vez el chiste de “las rubias no somos tontas” ilustrado con fotos de tías ataviadas con el culo de los domingos.
A las siete, a la puta calle. En verano, a las tres a la puta calle. Los sábados y domingos, todo el día en la puta calle. En nochebuena y nochevieja, a las dos a la puta calle.
Según les apetezca o no contestarte, están o no “comunicando” o “hasta arriba de trabajo, no he tenido un minuto libre para llamarte”.
La mayoría se enorgullece de tocarse los cojones, y suele publicarlo a menudo entre sus conocidos.
El estrés se reparte entre asuntos laborales y que el director de personal nos pille intentando batir el récord de Yetisports. Si esto llegase a ocurrir, el director de personal es un hijo de puta que se dedica a ir husmeando a ver qué estamos haciendo.
Pausa de café, pausa de cigarrito, pausa para ir a comprar agua, pausa para ir al baño. Todas sagradas.
Hilo musical libre, compuesto por una radio que María Eugenia se trajo un día y se ha quedado encima del archivador. Nada de villancicos repetitivos en diciembre, ni el mismo recopilatorio de música clásica varias veces al día y perenne cada semana.
Foro de información gracias al cual enterarse de todos los chismorreos que salen en esos programas que somos los únicos de la oficina que no vemos. Y tiempo para comentarlos.
Posibilidad de poner verdes a los funcionarios porque “se tocan los huevos” y “tienen horarios privilegiados”. Léase todo lo anterior, despéjese la ecuación, y medítese sobre qué colectivo tiene que aprobar oposiciones para acceder al puesto. Enchufes haylos en ambos grupos, sólo que la “prima de” tiene más posibilidades de acabar de secretaria o administrativa que de ujier en las Cortes.
Divertidos tópicos humorísticos (de monólogo, viñeta y postinaje) con los que identificarse, pese a que a día de hoy en las oficinas no se trata a nadie por el apellido ni de usted. A quien se hayan referido alguna vez con “Ramírez, hágame unas fotocopias.” en lugar de “Óscar, sácame unas fotocopias”, que levante la mano. (Puede levantarla cualquiera aunque no se llame Óscar Ramírez).
Sea como sea, la culpa siempre chorrea hacia el lado de la empresa. Cuando hay un recorte de personal y los primeros que se van al paro son los que se pasan las mañanas contando a sus coleguillas de MSN “lo mucho que se aburren” y lo “a gusto que se están tocando las narices”, la directiva es invariablemente un foro de hijos de la gran puta sin derecho a la existencia.
Moraleja: todos los trabajos son una putada necesaria, no sólo el del sufrido oficinista. No en vano, usamos la misma palabra para definir al santo de la paciencia y para decir “trabajo” en inglés: JOB. Así que menos llantos, ya seáis auxiliares administrativos u oficinistas de mierda. Que a mi criterio viene a ser lo mismo.