El otro día un compañero de trabajo, que ya pasa de 40 años, afirmaba que “ya no hacen series como las de antes, ¿eh?”, recordando nostálgico la primera encarnación de Galáctica. A lo que yo le tenía que responder que “afortunadamente no”, ya que es de consenso general que vivimos una época dorada para las series, particularmente, las dramáticas. Al menos, más satisfactoria, con eso de la continuidad: desde pequeñito me daba rabia que en ningún episodio del Equipo A pasara nada de nada. Pero ni de lejos es oro todo lo que reluce, y aún en esta supuesta bonanza, son muchas las series que muerden el polvo con apenas una temporada, dejando compungidos a sus fans. En eso sí que no ha cambiado nada el tema. Audiencias mandan. Por eso amigos vamos a hacer un repaso, por las, en mi opinión, mejores series que no alcanzaron ni una temporada con los típicos 24 episodios y consiguieron audiencias desastrosas.

 

Sin identidad

Algunos la definieron como “El prisionero de los 90" (ver más adelante)”. Yo digo que es la mejor serie sobre conspiraciones que he visto en mi vida.  Thomas Veil tuvo la mala suerte de hacer unas fotos en las que “algo” pone muy nervioso a “alguien”. El caso es que “ellos” (esto parece un discurso de un político) tienen el poder de borrarle del mapa. Un día, comiendo, va al baño, y cuando regresa, no existe. Su mujer no le recuerda, sus tarjetas de crédito no funcionan y unos hombres de negro le buscan por todo el país para arrebatarle los negativos. Los niveles de paranoia alcanzan límites insospechados: pueblos enteros cuyos cereberos han sido lavados por la señal de un maléfico canal de televisión, conspiraciones cibernéticas pre-internet, los propios padres de Thomas involucrados en la trama… Ansón debió tomar  buena nota de la trama de más de un capítulo.
 
 El show estaba protagonizado por Bruce Greenwood (Trece días), un tipo que además de cara de padrazo, también tiene un aire de “sé algo que tu no sabes” que daba una cierta ambigüedad a un personaje que en realidad no tenía ni idea de lo que sucede.  Su mérito está en hacernos sentir de cerca la indefensión y frustración al verse avocado en una situación semejante. El capítulo piloto era sencillamente magistral y el nivel de los guiones era alto. Sin embargo, parece que en las parrillas sólo había sitio para una serie de conspiraciones (la aburrida Expediente X), ya que otras como Los pistoleros solitarios, Dark Skies, American Gothic o esta misma fenecieron tras una única temporada de emisión. En España la pudimos ver un par de veces, siempre a horas intempetivas. Yo vi el primer episodio por la más pura casualidad y ahí que me quedé enganchado como un gilipollas. Fue reeditada, por fin, en DVD a finales del pasado año, y si fuera de los que ven las series varias veces, ya me la habría pillado.

"Hoy ríen, mañana llorarán" – Carlos Jesús

Cupido

En viruete.com también tenemos nuestro corazoncito, y esta comedia romántica con Jeremy Piven y la tía ésa nos parecía de lo más divertida.  Piven interpretaba a un zumbado que decía ser Cupido, o eso parecía ser, porque… ¿quién asegura que no era el verdadero arquero del amor, confundido por un loco en el cínico mundo de hoy en día? ¡Ah, la ironía! Este moderno y romántico mamporrero se dedicaba a unir parejitas de maneras siempre insólitas y jocosas. Y, aunque no os lo creáis… no usaba el messenger para este cometido: los novios se conocían de verdad. Cosas de los 90.  Paula Marshall (la tía ésa) hacía de una psiquiatra que le trataba y que, irónicamente, tenía mala suerte con los hombres, y asistía atónita a las tonterías de su paciente.

Piven estaba simpático y muy metido en el personaje y Paula salía muy guapa, lo cual me inquieta porque se parece a Silvia Jato, y a mí la Jato en teoría no me mola nada. Diríamos que es una Jato 2.0, y tenía algún episodio memorable. Pero se ve que las fans de las pelis de Meg Ryan y Tom Hanks se habían echado todas novio, porque no aguantó ni 20 episodios en antena. Aquí la dio La primera los días de diario a eso de la 1 de la mañana, hora ideal para ver con la novia siempre que seas estudiante y/o parado. Ahora debería de hacer un chiste aludiendo a que el lector medio de viruete.com no gasta de eso, pero hoy estoy de buen humor. El creador siguió dale Perico al torno y acabó triunfando con Verónica Mars

Búscate la vida

La serie maldita por excelencia. Tenéis todo un artículo dedicada a ella en esta misma web. Si bien en España ha contado con legiones de fans, gracias a ser repetida en tres o cuatro ocasiones en una era pre-cable / TDT / Satélite, en USA no la veía ni el tato. Eso sí, al menos salieron algunos capítulos en DVD, porque otras como las que comentamos arriba… ni eso.

"Las tías somos malas entre nosotras, yo prefiero la compañía de tíos que son más nobles".

El bien y el mal

Otra comedia acojonante que solo me gustaba a mí. El bien y el mal venía a ser una suerte de puesta al día de Enredo: una parodia de esos los culebrones donde lo enrrevesado de las tramas era tan superlativo que terminaban por ser ridículos. La comparación con la otra serie no es gratuita, ya que ambas series fueron creadas por Susan Harris, de lo que me acabo, por cierto, de enterar. Así que todo cuadra, pero si bien la de los 80 se convirtió en un clásico de la TV de esos que todos recuerdan porque solo había dos teles, esta nueva propuesta se hundió rápidamente en la miseria, a pesar de tener episodios que hacían que los hermanos Viruete se partieran la caja a eso de las 3 de la mañana de una calurosa noche de agosto de hace…¿más de 10 años? No hay justicia, os lo digo yo. El personaje del ciego era, sin duda, la estrella, lo cual generó su polémica, ya que básicamente se dedicaba a pegarse costalazos por el escenario. Por lo visto asociaciones de invidentes se quejaron de la imagen que proyectaba de su colectivo, ante lo que cabe preguntarse… ¿qué hacían estos ciegos viendo la tele?

La informática, una carrera con muchas salidas

Freeks & Geeks

Hablé de ella en mi blog, y afortunadamente, son muchos las que se han animado a descargarla. Una auténtica maravilla de serie que encontró un vocal pero, desgraciadamente reducido grupo de fans que impulsaron su recuperación en DVD, a diferencia de lo que le pasará a El grupo o Codigo fuego.

Con tan sólo 17 episodios las aventuras de los marginados de la clase y los pringados calzacollejas, unos freaks confusos que saben que su adolescencia es algo más que el paso por el instituto. Lindsay, ex-empollona, se junta con una pandilla de tíos algo raros, que escuchan rock y pasan bastante de las clases. Su hermano pequeño ingresa en la escuela jr, donde no es más que un enano flipado con el rol y el Atari. Ambientada en unos principios de los 80 donde el SNL, Journey y Star Wars son los reyes, contó con capítulos de verdadera antología y momentos demasiado reconocibles para todo aquel cuya adolescencia se saliera del comer-cagar-ir a clase. O sea, todos.  Ahora, te lees los libros que escribió el creador de la serie sobre su infancia y te das cuenta de que sufrió peores humillaciones que las que cualquier protagonista de la serie. Por lo menos él lo aprovechó para escribir un libro y sacó algo de dichos traumas, a diferencia de los que van a El diario de Patricia.

Que sí, que sí, que molaba.

Flash

   Los 80 fueron años duros para los superhéroes televisivos. Basta con recordar desechos bienintencionados como Automan o Los rebeldes de la ciencia, fracasos absolutos y merecidos. Pero a finales de la década el éxito de la película de Batman de timbarton abrió algunas puertas a los productores Danni Bilson y Paul DeMeo (imaginaos tener ese apellido aquí) para producir su versión del super en forma de teleserie.  En su momento fue la mejor serie de superhéroes “en serio”creada, desgraciadamente fracasó totalmente y apenas aguantó una temporada.
   John Wesley Shipp no era precisamente parecido al Flash de los cómics, pero era simpático y daba el tipo como Barry Allen, y si bien empezó enfrentándose a matones y mafiosos, terminó luchando supervillanos como el Flash reverso, Trickster, el Capitán Frío o El amo de los Espejos (interpretado nada más y nada menos que por David Cassidy). En su momento, y con Buffy, Héroes o incluso Lois y Clark por llegar, se lloró por su desaparición. Estoy convencido de que la cosa podría haber dado mucho de si en una época donde una buen show de supers hubiera sido bienvenido. Curiosamente en España sí funcionó bien y el protagonista fue invitado al ¿Qué apostamos?, donde contempló aterrado como se le arrimaba la Obregón. Fue allí donde perdió sus poderes, absorvidos por Ramón García, y se retiró a criar a su hijo Dawson Leary.

Carlin y Prior, en la movilización por la "Autopista Matlock".

El show de George Carlin

George Carlin sonará al lector medio de Torbe por ser el cura que sale en Dogma presentando al Jesucristo colega. Al lector medio de viruete le puede sonar por ser el malvado de la segunda parte de Bill y Ted. Desgraciadamente, a pocos les sonará de esta comedia, donde se interpretaba básicamente a si mismo. Un cómico con mala hostia y permanentes ganas de gresca que perdía el tiempo en un bar, acompañado por su mejor amigo, un mafioso siempre metido en trapicheos.
 Otra gran serie, otro fracaso que no tuvo ni las consabidas dos docenas de episodios, eso sí, repletos de insultos, macarrería y humor políticamente incorrecto, pero de verdad, no del de Caiga quien caiga. Por lo visto la cadena metió mucha caña a George para que redujera el nivel de tacos y groserías de la serie, con lo que el tipo perdió mucha gracia.  Emitida por La 2 a finales de los 90 en su horario de las 4 de la mañana, donde relegó muchas series estupendas de pocos capítulos. Una joya pasando por puro relleno para parados.

Es mi vida

No les voy a engañar. Al principio veía esta serie por lo guapísima que estaba Claire Daines con 16 años, y lo encantador de su personaje, una chica adolescente en plena edad del pavo. Pero pronto me gustó honestamente, ya que me identificaba con las cosas que le pasaban y encima enganchaba cosa mala. Sus amiguetes incluían a una tía tachada de golfilla por haberse acostado con un tío (todas putas), un marica metido en el armario y su vecino, nerdito perdido y ultra tímido. Claire tenía un rollito con un tal Jordan Catalano (Jared Leto) , el típico guapito totalmente subnormal que no se enteraba de nada, y en medio, pues los típicos rollitos de adolescente, muy bien plasmados e interpretados y con una pátina de angustia vital 100% grunge que la hacía muy contemporánea.
 
 Sin embargo, la serie conectó con, principalmente, chavalas de todo el mundo que se veían reflejadas en la tontuna que tenía la Claire, y es mi humilde opinión lo mejor que se ha hecho en el tema junto Freeks & Geeks. Y también lo hizo conmigo; sus elementos culebronescos la hacían una cita obligada. Una serie ideal para la generación Nirvana que, a pesar de su popularidad teen se hundió en los ratings de audiencia. La Daines hizo Romero y Julieta /y T3) y el imbécil de Jordan Catalano. Calla Leto que te meto en el gepeto.

 

Inhumanoids

La mejor serie de animación americana de los 80. En opinión del arriba firmante…. sí, al menos en cuanto a acción.  La Sunbow, responsable de cosas como GI Joe o Transformers tuvo su buena dosis de fracasos como Visionarios o esta misma, a pesar de ser dos de sus apuestas más solidas, con su mezcla de acción muñequil y terror lovecraftiano.

Los inhumanoids son unos seres monstruosos que habitan el manto terrestre desde hace milenios y que invaden la superficie bajo el liderazgo del malvado Metlar. Los granites (entre otros), una raza más débil pero igual que monstruosa y un comando humano acorazado y ultratecnológico serán los encargados de luchar contra ellos para defender la tierra, todo esto a un ritmo trepidante, propiciado por su primera encarnación en episodios de 7 minutos. Mutilaciones, quemaduras por ácido, humanos transformados en fantasmagóricos espectros, victorias pírricas… Las protestas de los padres no tardaron en llegar, como suele pasar con todo lo que es bueno en la vida.  Malditos, por vuestra culpa no pasó de 13 capítulos. Inhumanoid era más oscura y dura, gore por momentos, de lo habituado en la animación yanki, una rara avis en la programación de los sábados por la mañana en América. Años después, mi amigo Armando me prestó durante una convalecencia uno de sus gigantescos muñecos para que lo superase con alegría. Acertó. Y es que… ¿qué mejor que una gigantesca figura de un monstruo milenario que encierra a sus prisioneros en sus propia caja torácica para despertar la sonrisa de un niño?

Ciudadanos con derecho a voto

The Mullets

Esta no la he visto. Pero solo por el nombre debería de haber permanecido en antena durante años y años. A ver si hacen una serie que se llame los G….

La Virtual Boy, la consola del futuro

The Prisoner

Un auténtico icono pop, una de las series más extrañas jamás realizadas, un punto y aparte en la historia de la televisión. Todo eso y más han dicho de El prisionero gente que sabe que esto más que yo, y lo más alucinante: que todo eso es cierto. Y sin embargo, tuvo que ser cancelada por su cadena de televisión a los 17 episodios.
 Las paranoicas y en ocasiones delirantes peripecias de un agente secreto, magistralmente interpretado por Patrick McGoogan, encerrado en un pueblecito lleno de particulares elementos. Episodio tras episodio, los gerifaltes del pueblo intentarán quebrar la voluntad de nuestro protagonista utilizando los más rocambolescos métodos (hasta le llegaron a poner el video de Delfin hasta el fin, que trajeron del futuro) que le harán dudar hasta su propia identidad, si bien el prisionero nº6 siempre resisitirá y se negará a doblegarse al grito de “No soy un número… soy un hombre libre!”. Sí, sí, querido jebi: la canción de Iron Maiden habla de esta serie. Jamás se ha visto en TV episodios con tramas tan abstractas, metafóricas y dejadas a la interpretación del lector.

La serie fue prematuramente cancelada,  si bien dieron tiempo a los guionistas a preparar un último episodio, que lejos de finalizar la serie de una manera clara, ha tenido a los fans debatiendo durante décadas. Se sabe que existían libretos para al menos otros cuatro episodios cuyo rodaje fue truncado. Decir “adelantada a su tiempo” es poco: es que todavía no se ha producido una igual. En lugar de seguir hablando, les invito, directamente, a que la vean y flipen.

 Acabo de ver el primer capítulo de El show de Ben Stiller, que protagonizó el genial cómico allá por principios de los 90, y como el resto de episodios sean así, me temo que esta lista tendrá una carencia muy seria, porque es genial. Y sí, me dejo series como Firefly, que ha generado un culto importante en inet, pero que no he visto, y que, según mi colega Hirule de Mi Caja Tonta, no es para tanto (además a mí no me apasiona la ambientación del Oeste) o la de Wizards and Warriors que comentaba Poder Friki. Si se preguntan por cosas como Surface o Invasión, honestamente, no me parecen gran cosa. Para eso tienen los comentarios. ¿Cómo? ¿Qué se no he puesto ninguna serie española? Sí, ya lo sé.