Jose
Viruete 23-12-06

Ahora que vivimos en una bonanza zombiesca en la que
casi parece que a todo dios le gustan los muertos vivientes,
es un buen momento para recordar los motivos por los que
nuestras queridas criaturas cayeron en desgracia durante
gran parte de los 80 y todos los 90. Básicamente:
demasiadas películas espantosas. La cantidad de
bodrios infectos diluyó el potencial de los personajes,
casi como está pasando ahora. Y si creían
que House of the death es mala, es que no
han visto engendros como Las noches del terror,
probablemente la peor película (entiéndase
aquí película como largometraje recogido
en celuloide) de zombis de la historia, y sin la gracia
de exploitation alocada que tenían cosas como
La
invasión de los zombies atómicos,

o Zombi 3 todas ellas al calor del Zombi de Romero.

Ya sabéis todos (y sino vergüenza debería
daros) que el éxito de Fulci con su primera
exploitation, Nueva York bajo el terror de los zombis
propició un buen número secuelas e imitaciones
dispuestas a dar buena cuenta de los ahorros de los incautos
espectadores. Sí, imitaciones de la imitación:
quién roba a un ladrón… Los títulos
eran vendidos fácilmente a los mercados internacionales.
Era fácil y barato: mientras se cumpliera la dosis
de casquería y sustos, la gente respondía.
He aquí que algún productor con pocas luces
confió en el incompetente de Andrea Bianchi
,
curtido en pelis eróticas de las de Telecinco
cuando empezaba, para hacer una peli de horror con resucitados,
la que hoy nos ocupa. Los resultados: funestos..

Sí,
sí, sí… O sea que la peli de Transformers
la dirige Michael Bay… No jodas…

La cinta comienza con una, en teoría, escalofriante
secuencia: un tipo barbudo parecido al Padre Abraham
estudia en un sótano un antiguo libro (¿no
podría llevárselo a otro sitio? ¡La
humedad es mala para el papel! ). “¡Lo he descubierto!”.
¿El qué? ¿El condensador de fluzo?
No se sabe, pero debe ser algo peligroso y macabro. Sea
cuál sea, el resultado de su descubrimiento es
que un montón de cadáveres que datan del
imperio etrusco resucitan y se cargan al doctor, que intenta
escapar de su triste destino gritándoles “soy
vuestro amigo”. Imaginad la cara de la madre cuando
el tipo éste traiga a sus amiguitos a casa a jugar
a la X-Box.

Pincha
para ver el trailer

Espero que esto os haya servido como explicación
de la resurrección de los muertos porque no vais
a tener otra. “Ni falta que hace” deberían
pensar los autores de la película, menos interesados
en el argumento que el programador del Columns.
Tras esto, basta con que nos presenten a las víctimas,
otras 3 parejas más calientes que el palo de un
chuerrero que van a pasar el rato a una exclusiva villa
de su colega Pocholo, para tener todo lo necesario
para desarrollar las pocas ambiciones de la película.
Tenemos un origen chorra (magia negra etrusca), una localización
en la cual permanece anclados (villa y palacete) y unos
muñecos a modo de protagonistas. Casi parece que
lo han tirado en una tabla de generación aleatoria
de guiones.

Las
chorreras, ya de moda entre los etruscos.

Durante los primeros veinte minutos, hombres
y mujeres se dedican, mayormente, a meterse mano y fornicar,
conformando unos personajes totalmente huecos y carentes
de personalidad (a excepción de Maichel,
un niño bastante rarito). El único interés,
radica, pues, en ver como irán cayendo los anónimos
remedos de personaje que pululan, puros lemmings
que avanzan inexorablemente hacia su muerte. Los fans
del splatter seguro que encontrarían jugosas las
barbaridades de los zombis, en el caso de que aún
quede alguien que solo vea las pelis del gore que se salvara
del meteorito que extinguió a su especie allá
por 1999. La única muerte destacable la protagonizará
una incauta asistenta que, por asomarse a la ventana,
sufrirá una creativa decapitación con una
guadaña por parte de unos voluntariosos muertos
(ver trailer). Y ya.

El único personaje memorable es un secundario
inolvidable es un auténtico freak, de los de verdad:
MICHAEL EL NIÑO FREAK un extraño
niño envejecido interpretado por un actor que obviamente
pasa de los ventitantos, una especie de enano en pantalones
cortos que transmite mal rollo por doquier. A esto último
ayuda un galopante complejo de Edipo, llegando
a meter mano a su madre. Cómo lo oyen. Por lo visto
en aquella época no dejaban trabajar a niños
en películas de terror y un enano tuvo que hacer
las veces del hijo de una de las protagonistas, dando
así ese aspecto malsano que debió de lucir
Galindo cuando era joven. Sumémosle su obsesión
lujuriosa con su madre y su afán por volver a mamar
de las abundantes ubres de su progenitora y el resultado
es similar al de el programa de Cristina Tárrega:
algo asqueroso y enfermizo. Si a esto le sumamos el
sinsentido que quieren hacer pasar por el resto guión
esto llegamos a la conclusión de que el guionista
estaba más zumbado que el Doctor Gaius de
Battlestar Galáctica, pues sólo
trata de escandalizar de una manera (el gore) u otra (el
puto niño enfermizo).

La
policia de la moda, dispuesto a acabar con este
hortera

El film apenas es una serie de situaciones totalmente
absurdas, enmarcadas dentro de un contexto pero carente
de toda lógica, como salidas de un sueño
o un delirio, sensación que refuerzan hechos como
la no-presentación de los personajes o el ritmo
cansino que el director imprime a la película.
Que el responsable del guión lo sea también
del de la ya mentada Invasión de los zombis
atómicos
explica muchas cosas, si bien este
es el "primo tonto" de aquella película.
Dado que el libreto renuncia desde el principio a construir
una historia lógica, yo también renuncio
a contarles su historia. Prefiero quedarme con las escenas
que me hicieron pellizcarme ante mi incredulidad, y que
es lo que condena y a la vez hace memorable la película.
A saber:

Desde
que amanece apetece

– Una de las chicas se encuentra unas bragas de otra
persona en su cuarto y se las prueba. A continuación
el tío le dice que parece puta (en la versión
en inglés, porque al repasar la española
descubrí que cambian esta frase), lo que hace que
caiga rendida en sus brazos. Chicos, apuntaos la frase
cuando vayáis a ligar.

– Teniendo una enorme finca, el propietario decide prácticar
su puntería con el revolver en el sótano
de la casa. Hey, ¡Puede rebotar una bala o ser herido
por un fragmento de los jarrones que está rompiendo!
Amén de asustar al personal y a sus invitados.

– La genial idea de dicho propietario de no tener teléfono
“para tener tranquilidad”. Con no dárselo
a nadie basta, porque a veces es útil tenerlo.
Por ejemplo, cuando atacan los monstruos.

– Por favor, mirad este video y explicadme… ¿cómo
diantres abre el niño la puerta, teniendo en cuenta
lo que tarda en aparecer por el umbral? Quizá su
aspecto es una consecuencia de sus poderes elásticos.

– Tras ser sorprendida, la madre, que oculta sus vergüenzas
bajo las sábanas de la cama, se levanta en bolas
para taparse con un camisón. ¿Le gustará
que su hijo le vea en pelotas? Que extraña relación
tienen estos dos.

– Una bombilla explota (cosa relativamente normal) y
la asistenta se vuelve histérica ante la señal
de fatalidad que esto supone. ¿Electric zombies?

– Atención a este un zombie que aparece como si
fuera un muñeco dentro de una caja. Matar, no sé
si matará mucho. Ahora, lo que se tiene que reir…

– En un momento de la película, una de las chicas
se pilla la pierna con una trampa para osos que hay en
el jardín, no muy lejos de la mansión. ¿Vosotros
ponéis trampas de osos en vuestro jardín?
Bueno, más bien… ¿en el pasillo que da
a vuestro cuarto? ¡Y dicha herida no es tratada
hasta varias horas después de encerrarse en la
casa!

– Parece ser que uno de los muertos se encarga, con la
ayuda de un destornillador, de inutilizar los coches
de los sufridos visitantes de la villa. Teniendo en cuenta
que el imperio etrusco era anterior al romano, creo que
las posibilidades de que los zombies hayan visto un coche
son inferiores que las de un campeón de Counterstrike
de ver a una mujer desnuda.

En
mis tiempos, las arañas radioactivas eran
más selectas con sus víctimas

– La imagen de un zombie trepando cual Spiderman
en el Shinobi es de las que no se olvidan.
Como la de un grupo de cadáveres trabajando en
equipo para levantar un tronco y usarlo como ariete para
derribar una puerta: casi parecen los damnificados por
Air Madrid asaltando Barajas.

– Menos mal que después de supuestas horas intentando
entrar por la puerta, a un zombie se le ocurre que quizá
podían usar las ventanas para el abordaje, que
sorprendentemente, no han sido tapiadas (¿??) Así
que dicho y hecho: rompe una de ellas y los etruscos se
cuelan por ahí como Pedro por su casa. Estamos
ante un duelo al sol de estupidez: humanos contra zombies
¿quién ganará? Próximo episodio
en tu casa.

– Aún así, solo entran cuatro, que son
exterminados por los humanos. Un ratito después,
vemos que el resto de los muertos estaban por ahí
dando una vuelta con el Gordo Alberto y su panda
por el barrio, en lugar de ayudar a sus colegas atacar
todos juntos. Al rato, vuelven a ir en dirección
a la casa, a seguir asediando un rato.


Doom, visto del revés

– El plan maestro de uno de los personajes: “dejemos
entrar a esos monstruos, quizá no vienen a por
nosotros, sino que quieren algo de la casa”, dicho
esto tras haber presenciado varios asesinatos al aire
libre durante la película en el cual los monstruos
iban derechitos a por los actores italianos cual Barón
Von Bubba
tras Bub o Bob.

– El momento en el que el científico asesinado
en el prólogo, sale de las catacumbas, en las que
no solo ha permanecido desde que empezó la película,
sino desde que fue asesinado durante varios días
y estaba ahí espiando sin que nadie le viera. Eso
lo entiendo: ¡como mola espiar!

– Los supervivientes, tras huir de la casa, se echan
la siesta en el campo. Que gran costumbre española.

La
abadía del crimen

– Más tarde, encuentran un convento medio en
ruinas y van y se meten dentro. ¿Le sorprende a
alguien que esté lleno de monjes muertos vivientes?

– Al niño de los cojones le arrancan un brazo.
Al final de la película sale de nuevo con ambos
brazos. Si los zombis tienen cualidades regenerativas,
ya podían aplicarlas sobre sus putrefactos rostros.

– Aunque durante toda la película los zombies
intentan comerse a los humanos, cuando capturan a la última
chica, en vez de devorarla, la empujan lentamente contra
una sierra circular que gira a toda velocidad. Así,
sin explicaciones. Por el simple placer de joder.

Abre
la boca y di A

– Y por último, el momentazo más mítico
de toda la película: el crío viejo, ese
engendro de la naturaleza que antaño intentó
meter mano a su madre LE ARRANCA UNA TETA DE UN BOCAO.
Esta imagen se ha fijado de manera indeleble en la retina
de todo aquel que ha visto la película, como cuando
le vivos el chichi a Aramís Fuster (¡NOOOOOOO!).
“Ti voy a comer toas las tetas”, que diría
algún esterotipado obrero de la construcción
o algún lector de viruete.com. Por cierto, el mordisco
la mata casi al instante. A destacar que en su otra peli
de zombis, el guionista ya metió otra mutilación
mamaria. Yo no digo nada.

¿Siguen ahí? Alguno habrá desertado.
Yo estuve a punto de hacerlo varias veces a lo largo del
film. Da la sensación de que se hace todo deprisa
para aprovechar que un colega les deja el palacete durante
una semana.. Y está clarísimo que Bianchi
afronta el proyecto con una desgana total, metiendo planos
de relleno, sin preocuparse de la continuidad y copiando
descaradamente escenas de éxito de otros títulos:
por ejemplo la famosa muerte con astilla en el ojo de
Nueva York bajo el terror de... es “versioneada”
aquí con poco disimulo, al más puro estilo
Rob Liefeld. Las noches del terror es una colección
de situaciones macabras y absurdas que por momentos parecen
incluso sketchs.

Y no obstante, la película se salva gracias ambiente
malsano de sexo gratuito, casquerías y perversiones
infantiles, que no por los aspectos técnicos y/o
artísticos. Actores, guión, dirección,
música… todas alcanzan un grado de incompetencia
que el resultado al final tiene su gracia. Es la famosa
sinergia costrosa cuyo resultado bendice algunas
películas y las hace más que la suma de
sus (escasas) partes. Es sorprendente que en aquella época
pudieran estrenarse cosas tan malsanas. Menos lo es que
muchas películas de hoy en día, a pesar
de contar con medios mayores, den resultados aún
peores. Al menos estas películas tenían
a su favor el encanto de la exploitation más descarada.
¿Qué excusa nos pueden poner los autores
de House of the dead o Return of the
living dead IV
, con sus efectos por ordenador
y sus hospitales abandonados? El punto de partida es el
mismo, pero el destino es igual, debido a que cuando se
viaja sobre la incompetencia es complicado no acabar allí.

¡Nooooooooo!
¡Ya te has vuelto a saltar el régimeeeeeeeeeeeen!

Personalmente me gusta la idea de que uno pueda hacer
producciones modestas, estrenarlas en cines en medio mundo
y sacar un buen beneficio que le permita hacer más
películas sin pasar por miles de abogados, ejecutivos
y chupatintas que pueblan una industria donde cada vez
menos productoras se reparten más parte deñ
pastel. Será que un romántico. Aunque luego
produjeran mierdas como esta, pero mierdas con carácter
(infecto) a las que se les coge cariño, al igual
que cualquier padre quiere a su hijo aunque le haya salido
retarded. Igual que les quiero yo, queridos lectores