Los 90 fueron una época turbulenta para los cómics de superhéroes… Fugas creativas, editoriales nuevas, terremotos en las continuidad… Cada editorial trataba de molar más que la anterior. Cada nueva saga, tenía que ser más apocalítpica y transcendental. Y cada héroe más molón, más duro y más irreverente que el anterior. El movimiento “Grim & gritty” de obras como El retorno del señor de la noche era asimilado por el mainstream superhéoico, y, como siempre, lo reinterpretaba a su desproporcionada y superficial manera.

Pedazo de tebeo tío, ahí el Lobezno y el Cable repartiendo que no veas, la caña

Los héroes más populares de dicha época pasaron de ser Spiderman o Los cuatro fantásticos a gente como Lobezno, El Castigador o Lobo. Con su actitud macarra, sus pocos escrúpulos a la hora de utilizar armas blancas (y negras, o sea, de fuego) e incluso a matar, el resto de justicieros parecían, a ojos de los adolescentes de la época, unos mojigatos que no conseguían nada de nada.

Héroes más tradicionales, como Los Vengadores o Superman necesitaban ver sacudido su mundo para no perder popularidad. Pero ¿qué hacer cuando cientos de miles de fans más tradicionales protesan ante el cambio de actitud de sus personajes favoritos? ¿Cómo modernizar el concepto, para venderlo a los jóvenes, y a la vez no alienar a los lectores veteranos? La solución: los clones chungos. Personajes parecidos a los clásicos pero “puestos al día” para parecer más oscuros. Con más garra que dirían.

Satán trata de que Daredevil entre en razón y vuelva a su traje de siempre.

El resultado, como la mayoría de experimentos de la época, se resume en la muy española expresión “una mierda pinchá en un palo”. Los clones chungos, héroes para una nueva generación, estuvieron en voga apenas un par de año, tras los cuales su popularidad cayó en picado, en muchos casos, para no volver a aparecer jamás en cómic alguno. La cosa ya olía en su día, y hoy por hoy, las editoriales parecen intentar hacernos creer que nunca existieron, como los padres-robots de Peter Parker. Repasemos, pues, uno de tantos fiascos de aquella época.

La ruina de la barraca de los gitanos.

MÁQUINA DE GUERRA

Puede que alguno no lo sepa, pero el hombre de hierro era un alcohólico de tomo y lomo y, en más de una ocasión, la guardia civil reitró a Tony Stark, el millonario blindad, el permiso para conducir la armadura. En esas ocasiones y cuando surgía el peligro, le sustituía Rhodey, un negro colega. Así fue durante años, hasta que el propio Rhodey se cansó de su condición de secundario y exigió su propia armadura. Pero estábamos en los 90, los cínicos y peligrosos 90, y la situación requería una puesta al día con más actitud. El resultado: Guarmachine, Máquina de Guerra. Por la época no extraña que no fuera rebautizado como Máquina total.

Faltan Thek y Thik y ya completamos la serie.

WarMachine era el personaje favorito de los teenagers más flipados con Marvel. El traje blindado, en lugar de ser de colorines, era de un sobrio blanco y negro. Quizá para dejar claro que dentro había un negro, claro, al igual que sucedía en los Power Rangers. Lejos de los inofensivos “rayos repulsores”, War Machine tenía los “rayos repugnantes”, y un pedazo de metralleta ideal para limpiar cualquier fumadero de crack del guetto, aunque luego no matara a nadie. Lo importante era aparentar. Por eso tenía dos gigantescos altavoces en la armadura para ir poniendo a Snoop Doggy Dog a todo trapo. Para acabar de rematar la jugada, Rhodey se enfadó con Tony, su benefactor, el creador de su armadura, con lo cual se convirtió en un rebelde sin causa, dueño de su propio destino, y tenía bastante menos miramientos con sus enemigos. “No me toques los cojones que te meto un rayo por el culo” parecía decir su actitud.

WORST. DESKTOP. EVER.

Como la colección de Iron Man no le interesaba ni a Cristo, mucho menos lo iba a hacer la de Máquina de guerra, por muy modernizado que estuviera, con lo cual duró bastante poquito. La Blackexpoitation fue en los 70s, amiguitos. El personaje siguió apareciendo en un vomitivo remedo de los vengadores llamado Fuerza de Choque y ha sido rescatado del olvido en un par de ocasiones, no sé sabe exacatamente para qué. ¡Crisis en Marvel ya, por favor!

THUNDERSTRIKE

La versión macarramericana de Thor, el Dios del trueno. Donde la deidad asgardiana usaba un verbo florido y añejo, Thunderstrike espetaba un par de chascarrillos con mala leche (sin pasarse, claro, que es un tebeo yanki) o una chiquitada y se quedaba tan ancho. Lejos de aparatosas capas y trajes raros, Thunderstrike llevaba una chupa de cuero, unos pantacas ahí to guapos, botacas y los brazos al descubierto, marcando mazas. Y hablando de mazas, no olvidemos su martillaco, que como te enchufe con él te parte to el gepeto. Llevaba pendiente y coleta, e iba sin afeitar y además con tías buenas. Y aprentando los dientes, siempre. Si sonríes, que sea solo ante la visión de sangre. Fijo que le gustaban Sepultura, tron. Más que un superhéroe, parecía un luchador de Wrestling.

Pues vamos, lo que decimos nosotros…

Este pobre hombre era en realidad Eric Masterson, un obrero de la construcción como cualquier otro que por azares del destino terminó adquiriendo lo poderes de Thor, si bien no por ello dejó de ser y comportarse como un currito. Nosotros apostamos a que convocaba la tormenta para levantar las faldas de las transeuntes que pasaban frente a su obra, para a continuación espetarles un “Te voy a comer to lo negro” de los que tiembla Roma. Sus orígenes, más humildes y terrenales, le hacían vestir como un figurante de De profesión duro o uno de los tipos a los que se enfrentaba Renegado. Y su actitud era bastante menos benigna que la del Dios del trueno. Faltaría más: mariconadas, las justas, y si un par de rumanos te roban el móvil, estás en tu derecho a partirles la cara con el martillo hasta que revienten, para luego ser aclamado por tu comunidad. El personaje, tras unos cauntos ires y venires por el universo Marvel, terminó muriendo heróicamente en el último número de su colección, dejando al menos, un buen recuerdo a las tres personas que compraban su colección (en España ni terminó de editarse).

Dos hombres también pueden bailar agarraos y no pasa absolutamente nada.

USAGENTE

Al loro, que esta historia tiene tela y se pueden perder. El Capitán américa, Steve Rogers, se cansó de que el gobierno no le dejara actuar en libertad, así que renunció a su uniforme para adoptar otra identidad: El Capitán. Los poderes fácticos designaron a otra persona para representar el icónico papel de Capitán América, un tal John Walke,r antiguo Superpatriota, con superfuerza y bastante mala leche, además de ponerle un compañero negro más fascista que él si cabe.

Desgraciadamente, sus brutales formas a la hora de combatir el crimen, con palizas a indefensos villanos cual policía de Los Ángeles y su ideología, un poquito más de extrema derecha de lo habitual en los supers le conviertieron un individuo polémico y poco apropiado para hacer el papel de simpático representante del sueño americano. Así que pidieron a Steve Rogers que volviera a ser el simpático Capitán América de toda la vida, lo cual aceptó, volviendo a su identidad original. Pero claro, tener un agente con superpoderes, una lealtad acérrima al gobierno de turno y al que no le importe pegar un par de palizas a unos moros sospechosos de ser terroristas (como todos) le venía muy bien a Bush Padre. Así que otorgaron a John Walker una nueva identidad: el USAGENTE.

En misión humanitaria.

Como hemos dicho, el tipo tenía pocas entendederas, pero tenía muy claro que ser americano es una bendición y que lo más grande para un ciudadano de cualquier país es servir a su madre patria. Y además tenía muy poquita paciencia y mucha mala leche. Así que cuando el gobierno le mandó formar parte de Los nuevos vengadores, saltaron chispas. Pero vamos, que él a lo suyo que para eso lo pagan. Un hombre como los de antes, con nombre de whisky y que güela a sudor y a tabaco. Si es que a las tías le gustan los cabrones.

“Violar el copyright es antiamericano” – El Juez Dredd.

Su indumentaria, ya la ven: como la del Capitán américa pero en chungo, o sea, en colores oscuros, que es lo que se estila para demostrar lo chungo que eres, como bien saben los jevis. Posteriormente cambiarían su escudo por un escudo láser y el traje por una armadura que nos remitía directamente a los antidisturbios, papel que sin duda realizaría con una sonrisa en la cara. Le tenemos bastante perdida la pista una vez pasados los 90, su época de gloria. Pero seguro que andará por ahí, partiéndole las costillas a algún jipi de mierda anti-Irak. Dios salve a América.

Algún lumbreras tuvo la genial idea de unir a Thundertrike, Máquina de guerra y el USAgente en una seria limitada llamada Vengadores: Objetivo Terminatrix. Una puta mierda dibujada por un tal Mike Gustovich del cual nunca más se supo ni falta que hace.

BATMAN / AZRAEL

¿Fue Marvel la única que cayó en la tentación de los cambiar y endurecer sus personajes para ocultar la falta de ideas y los lamentables guiones de la época? La respuesta es…. ¡No! En DC también tuvieron su dosis. El caso de Batman, el padrino de todos los héroes oscuros, como Luke Cage o Rayo Negro, fue el más sangrante.

Como cada vez menos críos leían tebeos de supers (no como ahora, que no los leen ninguno), no tenía sentido andarse con miramientos a la hora de representar la maldad de sus villanos. Así que uno muy malo le partió la espalda a Batman.. Un mastuerzo llamado Bane, un nuevo enemigo del cruzado de la capa, le pilló en un mal día y le proporcionó varias “hondanadas de hostias”, que diría Clemente. Para rematar la jugada, le clavó la rodilla en toda la columna y le deja paraplégico, cual defensa leñero del Atletico de Bilbao. Era el fin de Batman, confinado para siempre a una silla de ruedas… ¿o no?

El mundo del cómic, solidario como pocos, hizo de un pobre hombre con malformaciones físicas un gran héroe. Es cosa de todos.

Pues no. Como ese año no había mundial, Batman se aburre y decide pasarle el testigo y la identidad a un tal Azrael, un estudiante que resultó ser miembro de una orden de asesinos. Es lo que tiene la universidad, que se conoce gente interesante (no). Para ser un fans de los pitufos, el tío no era muy benigno, que digamos. Al contrario: le fue cogiendo el gustillo a eso de apalear rateros y gente con problemas mentales y se fue flipando cada vez más, añadiendo complementos y modificando el bat-uniforme. En lugar de traje el individuo llevaba una armadura repleta de hombreras, brazalates y pinchos, para partir dientes y sacar ojos mejor a los criminales, al margen de varias armas de fuego ideales para acabar con carteristas, mendigos o hinchas del equipo rival de Los murciélagos de Gotham. Nosotros le imaginamos con el bat-puño americano, las bat-Doc Martin, la bat-bomber, las bat-gafas de sol y el bat-cenicero dándose de hostias en el parking de Pont Aeri.

Bruce Wayne terminó por pensar que quizá, solo quizá, el chaval se estaba pasando en lo de tomarse la justicia por su mano y tras conseguir recuperarse de tu espalda partida (??????) acabó con él. Que pena que la más grande no tuviera acceso a tamaños doctores, que obraron el impensable milagro.

No te esfuerces. No molas ni con pistolas.

Araña Escarlata

De este mejor no decir nada, porque el auténtico Spiderman chungo era el de toda la vida que se quedó majareta perdido en la saga del clon. Bueno, sí: que llevaba una jersey hecho jirones. ¡Hey, un jersey destrozado, como mola, totally rad! Al menos no llevaba chaqueta. No era malote, pero merece una mención aquí. Puestos a repasar mierdas, no es cuestión de dejar de lado una de las más grandes.

Un señor raro.

El Motorista Fantasma y Venganza

El motorista fantasma no es ese cani de tu barrio que se hace el chuleta delante de un par de technololis con la vespino que le han regalado sus padres, sino un superhéroe satánico (???) creado en los 70, olvidado en los 80 y que volvió con fuerza en los 90, en su versión 2.0.. Lógicamente, su moto era mucho más moderna, llevaba chupa de cuero y pinchos y contaba con una cadena con la que azotar a los villanos, cuyos eslabones se separaban y podía utilizar a modo de shurikens. Ideal para la época, el nuevo Motorista quedaba de puta madre. Cuando su impacto inicial se diluyó, se sacaron de la manga un clon chungo del clon chungo: un individuo llamado Venganza.

Todos contra el fuego. Hasta los propios seres de fuego.

El botarate este odiaba a nuestro motorista, y era como una versión exagerada de él. Más grande, más malo, y con dientes de morsa. A diferencia de Espinete, tenía los pinchos por delante, así que es bastante posible que en caso de abrazarte te pinchase el corazón. Los dos protagonizaron grandes choques, como los que protagonizará nuestra selección en el mundial, y durante un tiempo, este espíritu de la venganza hooligan y anti-estado de derecho puso en jaque al protagonista de la serie. Pero la popularidad de Venganza era tal que, de nuevo, se exigía un cambio de bando. Los dos calaveras se acabaron aliando y luchando contra las fuerzas demóniacas (con tilde en la o). La colección no duró mucho más.

En los 90 eran tan duros que las capas ni se mojaban.

El Erradicador

Seguro que todos recordáis que a Superman le mataron allá por 1993. Que sí, hombre, que salió en la tele Por supuesto, resucitó, como Jesucristo o los GnR (esto…). Pero mientras yacía en su suntuosa tumba, cuatro individuos con una S en el pecho (y no era para revindicar los Simago) se pasearon por los cómics protagonizados por el kriptoniano, revindicando ser “el nuevo Superman”, igual que cuando nos venden un grupo como “Los nuevos Beatles” o “Los nuevos Sex Pistols”. De entre los 4 farsantes, destacaba por sus modales El Erradicador. El tipo se hacía pasar por Superman, y muchos creímos que quizá fuera él el auténtico. Luego descubrimos que no, que se trataba de otro kriptoniano, con pocos escrúpulos para exterminar a los rateros con su visión calorífica. De los otros clones ni hablamos, porque daría para otro artículo (y encima Cyborg era malo). Para terminar, recordemos que al resucitar Superman llevaba mullet, iba de negro, con pistolas y bolsillitos. Además intentó asesinar a un par de personas y como Kent, llevaba COLETA. No sé libró ni él.

Peleándose por las barritas Krisia.

Los Darkstars

Unos linterna verde, pero en oscuro. Si los Linterna verde eran los policías del universo, los Darkstars eran los antidisturbios. Ya os podéis imaginar: iban en tonos más oscuros, eran más rudos, administraban “otro tipo de justicia”… Lo que venimos diciendo todo el artículo. Tenían un dibujante de esos con rayitas, a lo Lee pero en malo (valga la redundancia). Como anécdota, comentar que acogieron en su seno a personajes como John Stewart ( el Linterna Negro) o Donna Troy, la Chaqueta amarilla del universo DC. Lo de esta chica es para darla de comer aparte. Pues eso. Desaparecieron y nadie les echó de menos, como el día en el que se separen Efecto Mariposa.

Bukkake a Veneno

Veneno

Veneno comenzó formando parte de esa respetable tradición del “reverso tenebroso” de los héroes. Como KITT y KARR, sin ir más lejos. Un enemigo jurado del héroe, su reflejo oscuro, su némesis. Sin embargo, la popularidad del personaje lo acabó por convertir en otro clon malote. Resulta que Veneno era bueno y quería ayudar a la gente, solo que odiaba a Spiderman. O sea, que si el Hombre araña no estaba por ahí dando guerra, Veneno se dedicaba a ayudar a los indefensos. Podría haberse metido a política.

Relamíendose tras el bukkake.

En varias situaciones, Veneno hizo piña con Spidey por el bien común, y acabó consiguiendo sus propias series limitadas, que se vendían como reproductores de Mp3s, amén de cantidad de merchandising para vírgenes. Pero con el tiempo la gente se fue hartando de él. Para compensar la pérdida de Veneno como villano, tuvieron que sacarse de la manga a Matanza, un psicópata pasadísimo de rosca que no era sino un gemelo malvado de veneno, que a la vez lo era de Spidey. Un poco triste.

Como estos figuras acaben como el del tebeo…

Terminamos aquí nuestro repaso por las versiones edgier, darker and rawest de los superhéroes más tradicionales. Nos dejamos cosas que no entrarían bien en el artículo: Desde la armadura de Daredevil ( y de los demás), Los 4 fantásticos con pistolones, X-Force, los grupos de Image Cómics… Si algo hemos aprendido de este artículo es: 1- la cantidad de tebeos de mierda que tenemos en casa 2- la cantidad de artículos que podemos hacer con los cómics de principios de los 90. Luego mira lo que se publica hoy en día y la cosa tampoco es que haya cambiado demasiado: megaeventos a tutiplen que se quedan en nada, héroes que salen del armario, revelaciones del pasado lejano de los personajes, mueretes… Casi que apetece más releerse Rom que meterse en semejantes berenjenales. Pero lo haremos. Son tantos años que lo llevamos en la sangre.