Seguro
que más de uno está hasta las narices de
ver Star Wars por todos los lados. No es que nos
pille de nuevas, pues sabíamos lo que nos esperaba
con el estreno de la peli en cuestión, y desde
luego conozco a un nutrido grupo de fans, lo que no esperábamos
es que tantos oficinistas aburridos y estudiantes de teleco
se fueran de repente a declarar fans acérrimos.
"Yo es que soy muy friki", presume el pajero
en cuestión, que también pensará
en adquirir un disquito de ragatton "para oir en
el coche". De lo que seguro que pocos presumen es
de haber tenido, y perdonen la expresión, los santos
cojones de tragarse hasta el final El especial de vacaciones
de La guerra de las galaxias.

Retrocedan
conmigo (elijan ustedes el método) hasta 1979.
Con la película original convertida en un mito
y faltando un año aún para el estreno de
El imperio contraataca, los fans se comían
las uñas y devoraban los cómics de la Marvel
esperando nuevas aventuras de nuestros amigos rebeldes
mientras recibían collejas por parte del capitán
del equipo de fútbol, por flipaos. De repende,
en la CBS, se anuncia que, en vísperas de
acción de gracias, (que no Navidad) se va
a emitir un especial de televisión, con nuevas
peripecias de sus protagonistas. ¡Menudo acontecimiento!
Son muchos los seguidores que recuerdan estar impacientes
con diez años, pendientes aquel día del
televisor… y que también recuerdan que se llevaron
un soberano chasco.

Nadie
guardó una buena impresión de la emisión
y con el paso del tiempo fue cayendo en el olvido. El
programa no se volvió a emitir jamás. El
propio Lucas dice que si pudiera, acabaría con
todas las copias que existen por ahí. Claro que
el tío también querría acabar con
todas las copias de la trilogía original sin sus
fabulosos retoques por ordenador. El productor reconoce
en día que "fue el peor montón de mierda
que jamás haya hecho". ¿Era para tanto
la cosa? Afortunadamente, han ido saliendo a la luz copias
para preservar este histórico documento. Repasemos
el programa y juzguen ustedes mismos.

La
cosa comienza con Han y Chewbacca huyendo
de unos cazas imperiales a bordo del Halcón Milenario.
Chewie está nervioso y se revuelve en su asiento.
No es que padezca de almorranas, es que va a llegar tarde
a su casa para celebrar "el día de la vida",
que se ve es una festividad importante en la galaxia.
Suena como a una movida antidrogas. Ten cerebro, pasa
de la coca. ¿Y por qué tiene tanto interés
el peludo en ese día? Pues porque es uno de esos
momentos, como año nuevo o un funeral en el que
se reune toda la familia. Sí: el wookie cazarrecompensa
es un afortunado marido y progenitor, igualito que Don
Pantuflo.

Conozcan
a la familia de Chewbaca: su mujer Malla, su hijo
Lumpy y el abuelo Itchy, que llamaremos
Matías. Estamos ahora en su residencia, en el planeta
Leprechaun o como quiera que se llame el planeta
de los monstros esos. Su clan está muy nervioso
también. Los siguientes minutos estarán
dedicados a la vida normal de una familia de wookies:
el abuelo duerme la siesta, la madre limpia la casa y
el hijo juega con una maqueta de un Ala X. Pues
igual que si fueran de Reus o Jerez. Ojo que todas las
conversaciones están en el idioma original de los
peludos, aunque no importa: el espectador está tan familiarizado con la fórmula de la telecomedia familiar (valga la redundancia) que no son necesarias las palabras para entenderlo todo. Como el niño no hace más que joder
con la pelota, le ponen la tele, que aquí son hologramas
en tres dimensiones.


Comienzan a aparecer acróbatas, malabaristas y
bailarines disfrazados haciendo cosas raras, como el Circo
del sol
pero sin el toque cultureta. ¿Estamos
en el planeta de los wookies o en el Planeta Imaginario?
Es aquí cuando caí en la cuenta. El Especial
de vacaciones no es sino uno de esos programas tan habituales
en la tele americana, con actuaciones de cómicas
y musicales. Como si Noche de fiesta lo presentara
la Princesa Leia en lugar de una ex-miss españa
operada y semi analfabeta. Sabiendo esto, uno ya puede
hacerse una idea de como va a ir el tema. El niño
queda encantando con la actuación, que a nosotros
se nos ha hecho eterna, pero la madre no está contenta.
Sigue preocupada, así que decide llamar a Luke
Skywalker
, para preguntarle si hay alguien más
por ahí.

Por
medio de un videofono se pone en contacto con el joven
Jedi, que por lo visto está pasando por una etapa
glam en su carrera. ¡Miren las toneladas de maquillaje
y rimel que lleva Mark Hamill! En aquella época
el actor había tenido un accidente que le había
dejado varias señales en la cara, pero aún
así, el resultado es exageradísimo, a no
ser que pensase en unirse a algún grupo de música
disco o estuviera representando The rocky horror
show
y nosotros sin saberlo. Luke tampoco
tiene ni idea de dónde está Chewie, pero
no le gusta ver a su mujer tan preocupada, así
que le obliga a sonreir. "Vamos, dame una sonrisa…
eso está mejor", dice satisfecho. Ni Michael
Landon
. Fue en ese momento, abrumado por las circunstancias,
cuando consideré por primera vez poner fin a mi
vida, pensamiento que se volvería a cruzar por
mi mente varias veces durante la duración del especial.

Va
siendo hora de comenzar con las actuaciones cómicas:
Malla llama a un amiguete suyo, que está lidiando
con un imperial que ha venido a su almacen. Un tocapelotas
sin pelotas, vamos. Se trata de un cómico famoso
allí por la serie The Honeymooners
(que sirvió de modelo a Los Picapiedra, para
que os hagáis una idea). Nos hace unos chistes
a coste del imperial y le dice a Malla que tampoco tiene
ni idea del paradero de su marido. Para distraerse, nuestra
"wooka" se pone a cocinar algo, pues como mujer
tiene que encargarse de las cosas del hogar. En lugar
de Arguiñano o Adría, en la
tele de la galaxia tienen a un travesti con cuatro brazos
que enseña a hacer las recetas. Entre esto y lo
de antes de Luke deducimos que la galaxia, más
que muy, muy lejana, parece más bien cercana…
a Chueca. Esta parte es medianamente graciosa y
se pasa rápido, aunque ver batir en un cazo a la
inspiradadora de la Mama de Futurama
no es la idea de aventuras y emoción que tenía
en mente.

El
tío llega a casa con regalitos para toda la familia.
El objeto más destacable es que el que ragala al
abuelo, una especie de máquina de realidad virtual
que el melenas no duda en probar inmediatamente. Al ponerse
el casco, aparece ante sus ojos una negra (Dinah Carroll,
seguramente familia de Pepe) con el pelo aplumado
que le asegura insinuante que es "su fantasía
y su placer". Dado el cariz de su programa, llamaremos
a esta máquina "El pajódromo".
La fantasía del viejo consiste en que le cante
una canción para él, ni más ni menos.
Así que durante los próximos seis minutos
nos deleitaremos una sucesión de planos psicodélicos,
en un cruce entre un programa de Lazaroff y los
créditos de una película de James Bond
de los 70. Fast Foward, para que te quiero.


Ten cerebro. Pasa de la coca.

El
agüelillo abandona el pajódromo, y Malla
decide llamar a Leia para preguntarla por
el paredero de su marido. "Seguro que se ha
ido al bingo o a ver al Sevilla", parece
pensar. Leia aparece ante nosotros, con un ojo mirando
a cada lado y cierta pinta de estar algo ida. Recordemos
que Carrie Fisher estaba hecha toda una yonkarra
por aquella época, compartiendo drogas con
medio hollywood (hizo buenas migas, por ejemplo,
con John Belushi), lo cual explica que nos
recuerde, por momentos a Bertín Osborne
en su época de Contacto contacto.
Ella tampoco ha visto al bicho y se retira, muy
amablemente, a "empolvarse la nariz".
Y el Navidul, buenísimo.

En
estas, los imperiales llegan a casa de Malla. El mercader
chiflado se pone a decir sandeces para entretenerlos,
pero los tipos están bastante mosqueados. Para
subirles el buen humor, decide ponerlos en un holoproyector
algo de música. Y ahí aparecen tocando
Jefferson Starship
. Aunque el nombre encaja perfectamente
con la temática que hoy nos ocupa, no hubiera
elegido yo a este grupo para esto. Hawkwind,
o Kraftwerk me hubieran parecido más
apropiados. Pero bueno, tampoco están mal,
entendedme, siempre me ha gustado muchísimo
su tema Jane, que hubiera preferido interepretasen
aquí y Mickey Thomas es un buen cantante
(su proyecto Over the Edge está muy
bien) . En un alarde de arrojo, el guitarrista hasta
utiliza los dientes. Es ahí cuando entendí
que no invitaran, por ejemplo, a Ted Nugent:
probablemente sería confundido por los espectadores
con el propio Chewbacca. La actuación, para
que sea más "galáctica" cuenta
con diferentes efectos de iluminación que dejan
más claro que nunca que los 70 son el futuro.
Jugando
al Guitar Freaks

La
actuación del grupo gusta bastante al imperial.
Se ve que no hay muchos conciertos ultimamente: normal,
el Imperio no hace más que clausurar salas. Los
imperiales continúan registrando la casa. Cuando
nadie le ve, el pequeño Wookie pulsa un botón
en su proyector y comienza a ver lo que están haciendo
Luke y Leia… y nos es mostrado en dibujos animados.
Como si de Kill Bill se tratase, los siguientes
minutos nos será narrada la historia utilizando
la animación, en el que es sin duda el mejor momento
de la película. Recuerda un poco a
Heavy metal o alguna de aquellas películas
de animación francesa de los 80. Los robots, eso
sí, son iguales que los que saldrían años
después en la serie Droids.

 

En
el transcurso del corto, nuestros chicos se estrellan
en un planeta y se encuentran por primera vez con Bobba
Fett
, que al principio se hace pasar por un amigo.
Al final descubren que es de los malos y el tipo se pira.
Todo formaba parte de un incomprensible plan del imperio.
Un acontecimiento histórico y canónico,
además de la única parte de la película
donde hay algo de acción. El resto de escenas de
naves son todas extraídas de las primeras películas.
Eso sí, a mí que me expliquen el parecido
del Han Solo animado con el real, se parecen menos que
los de los New Kids on the block.

Aguanten
que vamos terminando. En fin, que tras esta historia por
fin se dirigen al planeta wookie. Mientras los imperiales
retienen a la familia de Chewie, hay un corte de aproximadamente
media hora a una cantina. Igualita que la de Tattoine
¿será una especie de franquicia galáctica,
un Starbucks de mala muerte (valga la redundancia)?
El caso es que el bareto lo regenta Bea Arthur, Dorothy
de Las chicas de oro. Tras esquivar las
proposiciones de un amiguete algo salido, los imperiales
le dicen que tiene que cerrar. La tabernera intenta echar
a la gente, pero el personal la ignora completamente así
que se pone… efectivamente, a cantar. Y tan horrible
es la canción que a medida que la interpreta, el
bar se va quedando vacío. Hasta llega a bailar
con Greedo, o un tipo que usaba la misma careta.
Efectivamente, esto no tienen nada que ver con el resto
de la trama. Aquí volví a pensar en quitarme
la poca vida que me quedaba y dejar de sufrir. A lo mejor
es que hay que verlo colocado, como Leia, para pillarle
la gracia.

El
caso, que llegan Han y Chewie ahí, despachan a
los imperiales y POR FIN pueden celebrar el día
de la vida (drogas, ¿para qué?). La familia
acude a traves de la galaxia (???) ocultos bajo capas
rojas que deben de permitirles cruzar el cosmos y que
les hacen parecerse a Mum-Ra el inmortal, hasta
un lugar donde están Leia, Luke y compañía,
para seguir celebrándolo todo el día. Los
actos incluyen que la princesa cante sobre la música
de Star Wars, con una letra inventada. El resultado, totalmente
atroz y digno de El Semáforo. La gente le
habría echado. Tras esto, la familia cena unida,
imagino que viendo el equivalente wookie al especial de
Cruz y Raya. Miedo me da, considerando lo que hemos
visto, ese tipo de programas. Por último, el peludo
recuerda imágenes de la primera película,
en un flashback que nos da a entender que prefiere estar
por ahí jugándose el pellejo a pasar un
minuto más de celebración. Es el momento
de mayor identificación con el personaje en toda
la trilogía, pues nosotros también tenemos
ganas de salir huyendo y no aguantar ni un segundo más
ante el televisor.

Como
he dicho antes, el programa es un intento de unir
la saga galáctica con un espectáculo
de variedades, con canciones, humor y hasta dibujos.
El problema es que fracasa estrepitosamente, las
canciones aburren, la comedia no es especialmente
brillante (si encima no sabéis inglés…)
y se alarga demasiado, y las apariciones de los
personajes de la película son algo desastrosas.
Añadan los minutos de "conversación
wookie" y la grima que da la familia de Chewbacca
y la cosa es ya para meterla dentro del Arca de
la alianza de Indiana Jones y que nadie la
vuelva a ver jamás. De acuerdo, eran los
70, pero es que hay programas festivos de la época
que no son ni la mitad de horrorosos. Por eso este
mamotreto fracasa miserablemente. Como aventura
de la saga, es un truño, y como especial
de variedades nos sumerge en el más profundo
de los sopores. No salen zombies ni nadie hace kung
fu y aunque hay robots y un par de explosiones,
no consigue levantar el vuelo. Habemos truñaco.

Lucas
delegó la producción de este especial, ya
que se encontraba ocupado con El imperio contraataca.
Cuando vió el resultado, se aseguró que
el programa no fuera transmitido por segunda vez, nunca.
Aunque tampoco puede encargarse de destruir las copias
que hay, ya que al estar realizado por otra productora
ajena a Lucasfilm, son suyos los derechos. Con
todo, algunos afortunados que tenían video allá
por 1979 grabaron el programa y fue salvado así
de las iras del Papa Lucas Grijanders. Para él
debe de ser como esa foto tuya de la comunción
de la que te avergüenzas.
Y
ni siquiera pudo hacer mucho dinero con esto. Como estamos
hablando de Star Wars, y ese nombre significa ante todo
"negocio", se proyectó merchandising
del especial, que fue abortado ante el resultado tan nefasto.
Para el recuerdo quedan tan solo los prototipos de los
muñecos que iban a lanzar de la familia de Chewie.

Con
el estreno del episodio III, y teniendo en cuenta la existencia
de esta película, podemos considerar que, efectivamente,
existen tres trilogías sobre Star Wars, quedando
repartida de las siguiente manera:

Classic
trilogy: Episodios IV, V y VI

TV
Trilogy: La aventura de los ewoks, La batalla de Endor
y el Star Wars Holiday Especial

Shit
trilogy: Episodios I, II y III.

Con
lo cual en el fondo Lucas se salió con la suya,
aunque eso sí, el 66% del material es cuanto menos
mediocre, pero bueno. Y además siempre han sido
número uno, incluso éste especial: en un
libro sobre los 100 peores momentos de la historia de
la TV, nuestro protagonista de hoy ocupa el primero lugar.
No se crean, que hay quien prefiere este engendro al Episodio
I por ejemplo: el niño wookie da menos asco que
Jarl Jarl. O que el follatontas que interpreta
a Anakin de joven. A ver si va a ser que Leia no
era la única que le da al temita. "Un poquito
de jaco, unos tiritos, y me pongo con el guión
del episodio I".