Ahora
que las series juveniles vuelven a estar de moda gracias
a Smalville o The O.C.,
creo que es un buen momento para hablar sobre Dawson´s
Creek
, una serie que curiosamente divide a la
audiencia entre fervientes seguidores y críticos
feroces. Yo estoy entre los primeros, por supuesto, aunque
no pueda ver la tercera temporada que ahora emiten por
las mañanas. En realidad, si una serie es de adolescentes,
tampoco hace falta mucho más para que me guste.
Pero ese es otro tema.

Dawson
Crece
(esa es la traducción española)
se sitúa a medio camino entre dos tipos de series
juveniles: la sit-com tipo Salvados por la campana,
con sus personajes estereotipados, sus tramas recurrentes,
ese universo reducido a pocas personas; y por otro la
serie dramática tipo Los rompecorazones,
más realista, con tramas que van generando cambios
en los diferentes capítulos, secundarios que aparecen,
crecen o se marchan, etc…

-Ahora
que Pacey se tire a por los zapatos

En
Dawson Crece los personajes no son claros estereotipos,
pero es cierto que en cada capítulo los protagonistas
suelen ser sólo cuatro o seis a lo sumo, al contrario
de Los rompecorazones o Colegio
Degrassi, en las que había un montón,
y si te perdías una semana te preguntabas ¿quién
es ese rubio que está liado con la gótica?
Además, los episodios suelen tener una estructura
circular (todos comienzan con Dawson y Joey
en la habitación del primero terminando de ver
una película), sobre todo en las primeras temporadas,
algo que la relaciona con las comedias de situación,
más simples y repetitivas. Por otra parte, aunque
en “Dawson Crece” los personajes evolucionan,
los capítulos tienen una intención independiente,
los continuarás son una excepción. Por eso
está a medio camino entre las dos. Estaría
más cerca si acaso de Sensación de
vivir
o de la propia The O.C., una
mezcla entre la típica serie americana de instituto
y las canadienses, más radicales.

Debido
a que la serie es muy larga, comentaremos más que
nada las dos primeras temporadas, que dicho sea de paso,
son las mejores. Suele ocurrir en este tipo de producciones
que los creadores las alargan y alargan, y cuando terminan
de liar a todos los personajes con todos (Al salir
de clase
es un buen ejemplo), matado a algún
secundario (Scott en Sensación de
vivir
o la arpía Abbey en Dawson)
o recuperar a un personaje antiguo (la profesora pivón
en Dawson), no se le ocurren muchas más ideas.

Pero
empecemos de una vez, que si sigo así voy a meter
más rollo que los discursos profundos de Dawson
y Joey.

Dawson
Crece
cuenta la historia de una pequeña
población costera (Capeside, no confundir
con Bayside) de la parte este de los Estados Unidos,
centrándose en el paso de la adolescencia a la
madurez de los personajes protagonistas, a saber:

Dawson
Leary
, chaval con pinta de salir de un anuncio
de Tommy Hilfiger (o de aquella colonia española,
Boston, que imitaba las pelis de high school
americanas), más fan de Spielberg que
Viruete de Superman, y con unas dudas
existenciales que harían temblar al mismo Kafka
(¿Cómo? ¿No sabes quién
es Kafka? Koldo dixit). Es el hijo único
de un matrimonio perfecto: él tiene pinta de
actor porno y de hecho está en paro; ella es
una periodista calenturienta que pone los cuernos
a su marido al principio de la serie.

Pronto
se dará cuenta Dawson de que en la vida no todo
es tan bonito como en las películas de Hugh
Grant
. Es fácil identificarse con Dawson, porque
es un idealista, un cinéfilo y un buenazo, como
algunos de los mejores lectores de la web. Además
tiene pinta de chico sano y un poco visualdisco,
pero al lado de los jugadores del equipo de fútbol
es poco menos que un grunge. Dawson será el personaje
que menos evolucione de toda la serie, algo que él
mismo reconocerá. Aunque en un principio Dawson
se fijará en Jen, pasará toda la serie enamorado
de Joey, amiga de la infancia que pedirá un distanciamiento
cuando se de cuenta de que a ella le han crecido los pechos.
Su gran sueño será ser director de cine,
por lo que rodará unos cortos para tratar de emular
a su ídolo, Steven Spielberg, de cuyos films está
decorado su cuarto con todo tipo de posters. La separación
de sus padres, sumada a su propia ruptura con Joey, le
sumará en una crisis, pero no por ello perderá
sus pod…, quiero decir, no por ello perderá su
romanticismo y sus ideales.

Joey
Potter
(nada que ver con el odioso mago), es la
chica-Dylan McKey de la serie. De familia problemática,
con madre fallecida y padre en la cárcel, trabaja
de camarera en una heladería, vive con su hermana
embarazada de un hombre negro y está enamorada
en secreto de Dawson. Cuando entre en acción
Jen, ella sacará sus uñas y luchará
por él, llegando incluso a salir juntos.Pero
no duró mucho su idilio con Dawson; ella está
creciendo y se está conociendo a sí
misma, por lo que necesita espacio (la típica
excusa).


Joey es la que más cambia a lo largo de la serie,
convirtiéndose en una imbécil en mi opinión
a medida que va dejando de ser dependiente de Dawson.
Empezará a valorarse más a sí misma
cuando empiece a pintar, y a fijarse en otros chicos,
como Jack McPhee, aunque increíblemente
acabará al final con Pacey, algo que nos descolocó
a todos en su día. Viru dice que las Corrs
son “tres Joeys”, lo cual no tiene por qué
ser necesariamente malo.

Jen
Lindley
es la chica mala y sexy, la recién
llegada al pueblo que trae de cabeza a toda la serie.
A pesar de tener 15 años, ha vivido todo tipo
de excesos en Nueva York, por lo que hay quien piensa
que puede ser pariente de Ace Frehley. Su protagonismo
tendrá altibajos, y uno de los momentos más
interesantes son los choques con su abuela Tía
May
(no recuerdo su nombre, pero recuerda a Tía
May), una fanática religiosa con la que vive
y a quien escandalizan los modos liberales de la jovencita.
Evoluciona de chica facilona y libertaria a buena
amiga madura de Dawson, aunque su rol de mujer curtida
por la vida no lo perderá jamás.

Nunca
se llevó bien con Joey, debido a la rivalidad
entre ambas por Dawson. Aparte del tipo rubio, salió
con un fanático religioso (lo que le faltaba),
con un niñato cantautor y tenía un antiguo
novio de Nueva York que sólo pensaba en la juerga,
como Vince Neil, y que un día se llevó
a Dawson y a Pacey para que se soltaran el pelo. Aparte
de los protagonistas, su mejor amiga será Abbey,
una niña pija odiosa que se entretiene lanzando
rumores infundados, metiendo cizaña entre sus compañeros,
y que terminará ahogándose en un dramático
capítulo. Si os acordáis, en el funeral
Jen dará un discurso en el que dará la nota,
ofendiendo a su abuela que la echa de casa y todo.

Pacey
Witter
es el mejor y único amigo de Dawson,
el típico secundario gracioso, rebelde, problemático,
víctima de un padre policía autoritario
y un hermano también madero, igual de idiota.
Al principio tuvo un lío con una profesora
cañón (Tamara, no confundir con
Ámbar), que provocó un escándalo
en el instituto, y más adelante sería
novio formal de Andie McPhee, una chica con
traumas psicológicos por un hermano fallecido,
hermana de un chico impersonal y gay, aunque esto
último no lo supo desde el principio.


Es una mezcla entre el tipo con sombrero (Joey) de
Colegio Degrassi
y Screech, como se
pudo comprobar en el capítulo en el que se celebra
un concurso de misses en Capeside y Pacey se apunta, como
hizo en su día el nerd amigo de Zack. No
ganó, por supuesto, pero para la historia queda
su pinta a lo braveheart y su discurso reivindicativo.
Pacey también evolucionará mucho, aunque
nunca dejará de ser el típico perdedor.
Gracias a su novia Andie, se volverá responsable
en los estudios, aunque el estigma familiar siempre le
dejará marcado. De hecho, cabe recordar el escupitajo
que le soltó a un profesor que estuvo puteando
a Jack McPhee, el hermano de Andie, que llegó
a salir un tiempo con Joey. Con el tiempo, dará
la vuelta a su papel de secundario, llegando a acaparar
más protagonismo que el propio Dawson. De hecho,
hasta acaba con Joey. Ahora que lo pienso, en un capítulo
llega a teñirse el pelo de rubio…¿Tan
idealizado tenía a Dawson?

Antes
hemos mencionado a dos más, que aparecerán
en la segunda temporada, y que parecen sacados de una
película de Almodóvar: Andie McPhee,
chica neurótica, y Jack, su hermano gay,
que darán vidilla a los capítulos. Hay que
mencionar sobre todo el momento en el que Jack recita
un poema en clase
en el que descubre a los demás
y a sí mismo su condición homosexual. Estaba
claro que si era un chico sensible y le gustaba el arte,
tenía que serlo. ¿Qué dije antes
sobre los estereotipos? Como todos, pasará de ser
un personaje episódico a ser uno de los pilares
de la serie. Desde luego, siempre nos ha parecido un buen
chico, aunque algo simplón.

El
creador de la serie no es otro que Kevin Williamson,
el responsable de la “renovación” del
cine comercial de terror adolescente en los 90, con títulos
como Scream o Sé lo que hicisteis
el último verano
. De hecho, en la primera
temporada habrá un capítulo en el que se
realiza un homenaje a esos films: un psicópata
merodea por Capeside, hace llamadas a Jen (que hace de
Drew Barrymore), etc. Y es que el sentido del humor
y los guiños están presentes a lo largo
de toda la serie. Algunos ejemplos:

-En
un episodio, Dawson, Pacey, Jen, Joey y Abbey son castigados
a pasar la mañana del sábado en el colegio,
y no deja de ser una versión reducida de El
club de los cinco
, como el propio Dawson reconoce.

Uno
de los rasgos diferenciales de la serie es la manera en
que se expresan los protagonistas. En vez de decir “estoy
jodido porque no sé que hacer con mi vida”,
Dawson o Pacey dirán “El lacerante dolor
que siento me impide dilucidar cuál será
el destino de mi existencia”
. Lenguaje y pensamientos
profundos para chicos de quince años. A esa edad,
mis grandes dilemas eran si Fisto era más
fuerte que el chino de la mano dorada, o si Anthony
se había matado realmente al caerse del caballo
¡Pobre Candy! Con el sentido del humor del
propio director, observamos que en el segundo guión
que Dawson escribe (quiere ser director de cine, y escribe
varios cortos) los personajes utilizan un lenguaje recargadísimo,
como una exageración de la propia manera de hablar
exagerada de ellos mismos. Siempre he pensado que ese
aspecto restaba verosimilitud a la serie, pero al mismo
tiempo es una de sus rasgos distintvos. Chicos profundos
y sensibles estos de Capeside, que sin duda jamás
vieron Salsa rosa o El Supershow.


-Uno de los casos más extraños de bromas
privadas de la serie se produce en uno de los momentos
cumbres de la primera temporada. Os pongo en situación:
en el capítulo antes mencionado sobre el concurso
de belleza
, ese en el que se presenta Pacey, Dawson
se da cuenta por primera vez de que Joey es algo más
que su amiga: como ella se peina y maquilla para participar
en el concurso (en el que queda segunda) la ve como nunca
la ha visto, y se da cuenta de que la quiere. Pues bien,
ante esa reacción, Joey, con su habitual inseguridad
le dice que todo es una fantasía, que ella no es
una princesa, sólo está vestida y arreglada,
mañana volverá a ser la Joey de siempre,
etc. Pues bien, a lo que iba: en el episodio siguiente,
al comienzo, vemos a Dawson y Joey hablando en el cuarto
del chico rubio mientras se oye de fondo la película
que ambos están viendo. ¿Y saben qué
es lo que puede escucharse? Ni más ni menos que
la conversación entre Dawson y Joey del
capítulo anterior, la del concurso de belleza.
Osea que Dawson ¡¡¡es fan de su propia
serie
y la ve en su cuarto!!! Esto es kafkiano (¿Cómo?
¿No sabes quién fue Kafka?, etc).

-El
colmo de las coñas con la serie se producirá
en el film Jay y Bob el silencioso contraatacan,
donde James Van Der Beek se burla de su mítico
personaje, del que todo hay que decirlo, nunca logrará
librarse del todo.

En
general, la serie tiene muy buen ritmo, consigue atrapar
con sus tramas, las introspecciones de Dawson y Joey,
las canciones típicas de instituto (similares a
las de pelis como The Faculty o Rumores
que matan
, con gente como Sixpence none the
Richer
, Jessica Simpson, o Paula Cole
), y gracias a Dios no hay un tufillo a producto de diseño
para adolescentes idiotas. No es difícil entender
a los chavales de Capeside. Por otra parte, se agradece
que las intervenciones de los padres sean mínimas.
Uno de los fallos de las series españolas es que
el rol de las personas mayores a veces es tan importante
o más que la de los adolescentes, y eso no puede
ser. ¿Quién quiere saber cosas del padre
de Clark Kent? Uno quiere ver al futuro Superman
ligando con Lana o discutiendo con Luthor,
pero lo que haga su progenitor es lo de menos. Algo parecido
pasa en Dawson, porque a pesar de que la trama de la separación
de los padres es importante al comienzo, lo cierto es
que se centran sobre todo en las consecuencias que llegan
a tener en el hijo.

Es
interesante además que el tema tabú (el
sexo) sea protagonista prácticamente desde el comienzo,
pero nunca abordado de una manera explícita, como
en las pelis de Spielberg. Es uno de los rasgos
fundamentales de Dawson: tiene cientos de oportunidades,
pero nunca se estrena, porque él valora sobre todas
las cosas la premisa del amor romántico. El sexo
preocupa a todos, incluso a la experimentada Jen, que
en un momento de debilidad llega a preguntarle a Joey
en privado si Dawson, bajo sus pantalones tendrá
“una pistola o un rifle”…

Otro
de los méritos es el acertado equilibrio en la
importancia de los personajes. A pesar de que la serie
se llama Dawson crece, a medida que avance,
Joey, Pacey o Jen irán adquiriendo
tanto protagonismo o más que el aspirante a Spielberg,
buscando renovar tramas y no perder el interés.

Personalmente,
mi momento favorito de la serie es en un cumpleaños
de Dawson en el que, asqueado de que no ha “evolucionado”
nada en un año va a un local, y allí Dawson
y Andie se emborrachan a base de ron y coca-cola y acaban
¡¡¡cantando un blues en el escenario
del club!!!! Lo mejor viene después, cuando Dawson
vuelve a su casa, a su propia fiesta de cumpleaños,
borracho perdido, y le canta las cuarenta a cada persona
importante de su vida: su madre es un putón, su
padre un parado, etc…

Y
por último, otro punto a favor de la serie es que
Dawson es clavado a mi amigo Agustín, lo cual tiene
su gracia.

A
continuación, y para deleite de los mitómanos,
incluyo parte de la primera conversación seria
entre Dawson y Joey (en el primer capítulo) en
el que ya se dan a conocer muchas de las claves de la
serie:

Joey:
No me parece una buena idea seguir quedándome a
dormir, ¿entiendes?
Dawson: *incorporándose*¡No, no lo
entiendo! Hoy es sábado, y duermes aquí
desde los 7 años…
Joey: Las cosas cambian, Dawson, evoluciona.
Dawson: *sentado en la cama* Pero, ¿de qué
estás hablando?
Joey: Dormir juntos estaba bien cuando éramos
críos, pero hemos cumplido los 15…
Dawson: Sí…
Joey: Empezamos el Instituto…
Dawson: ¡Sí…!
Joey: ¡¡Yo tengo pechos!!
Dawson: *riendo* ¡¿Qué?!
Joey: ¡¡Y tú tienes genitales!!
Dawson: *un poco avergonzado* Siempre los
he tenido…
Joey: Y tienes más cosas…
Dawson: *sonriendo* ¡¿Y tú
que sabes?!
Joey: Los dedos largos. *Dando media vuelta
hacia la ventana*
Tengo que irme…
Dawson: Oye, no salgas corriendo, ¡vamos,
explícate, Joey!
Joey: *volviéndose de nuevo* Creo
que nuestras hormonas pueden alterar esta relación,
y prefiero limitar los riesgos.
Dawson: *levantándose y yendo hacia ella*
¿Tus hormonas no estarán empezando a sentir
algo por mí, no?
Joey: ¿¡Algo!? ¡¡Qué
fuerte!! ¡No, no siento algo por ti, Dawson! Hace
mucho que te conozco. Te he visto moquear, eructar, rascarte
el culo, vomitar… *irónica* No puedo sentir
algo por ti…
Dawson: ¿Pues cuál es el problema?
Joey: Hay que adaptarse al cambio, o el tema hombre-mujer
acabará interponiéndose.
Dawson: ¿Qué es esto: Cuando Harry
vivía en los 80? ¡No seas absurda! *se
tumba en la cama*
Nosotros superamos esa tontería…
Joey: ¿Cómo la superamos?
Dawson: Yéndonos a dormir… Estoy cansado.
Joey: Niegas los hechos.
Dawson: No, los pruebo. Pruebo que podemos seguir
siendo amigos a pesar de tus teorías de desarrollo
sexual.
Joey: No creo que funcione, Dawson.
Dawson: No te me pongas femenina, Joey, o tendré
que llamarte Josephine…
Joey: Ahhhh… ¡¡Josephine…!!
*Joey se abalanza sobre él, a la cama, y empieza
a hacerle cosquillas por todo el cuerpo*

Joey: Vas a ver…
*Comienzan a forcejear, riendo, hasta que Joey empieza
a quejarse porque Dawson la está ganando. Al final,
Dawson consigue reducirla, sujetándola de las muñecas*

Joey: Au, au, au… Vale, me rindo. Me rindo…
Dawson: Somos amigos. Por mucho vello que nos salga
en el cuerpo. ¿Hecho?
Joey: Hecho.
Dawson: Y no volveremos a hablar de esto, ¿hecho?
Joey: De acuerdo.

Como
ven, la típica conversación que todos hemos
tenido a los quince años con la amiga con la que
hemos compartido cama y películas, y que llegado
un momento crucial, nada es como antes. Esperemos que
eso no le pase a viruete.com y por ella no pasen nunca
los años, ni le crezcan pechos.

Terminemos
este artículo con el mensaje de la canción
de la cabecera (la segunda canción, más
famosa que la primera, que quizás era más
apropiada):

I
don’t want to wait for our lives to be over,
I want to know right now what will it be.
I don’t want to wait for our lives to be over,
will it be yes or will it be sorry?