Que
duda cabe que Caballeros del zodíaco
está entre las series de anime más míticas
y exitosas jamás emitidas en nuestro país.
Su creador, Masami Kuramada, dibujaba tan bien
como, pongamos, el Yeti, pero consiguió
a pesar de ello crear unos personajes carismáticos
y una saga épica y emocionante. Y la cosa mejoraba
en la serie de dibujos, que tuvo un éxito arrollador
entre la chavalada. Debido al amplio número de
caballeros protagonistas, no había problema a la
hora de jugar a los Caballeros. El listillo del grupo
se pedía a Seiya (más enchufao que
Terelu) , el chuleta a Ikki, etc… Pero
nadie parecía tener mucha prisa por pedirse a Shun,
el caballero de Andrómeda.

No
acabo de tener claro si la cadena viene o va.

En
todas las series de peleas variadas tiene que haber un
pupas, un personaje al que le toca sufrir y que es eclipsado
por los demás. Al pobre Shun le tocó ese
papel en Saint Seiya. En combate siempre
parecía ser el menos poderoso, teniendo que ser
rescatado en demasiadas ocasiones por su hermano Ikki,
el caballero del Fénix, el equivalente a
Lobezno o Vegeta de la serie. ¿Qué
tenía que lo hacía tan poco atractivo para
tanta gente?


De entrada, su apariencia le distinguía de los
demás. Por su pelo tenía, como todos
los personajes, pinta de poder tocar en Motley
Crue
(aunque quizá a él le pegaría
más Europe, TNT o alguno de esos grupos
suecos), pero mientras la mayoría de los personajes
iban en camiseta (sin mangas), salvo el Dragón,
Shun llevaba pantalones de pinzas con tirantes. Una
combinación ciertamente horrorosa pero con
la que el pensaba que estaba divino. Y es que incluso
según su autor Shun era “el niño
bonito”…

El
chico mejoraba cuando se ponía la armadura.
La armadura de Andrómeda era de la más
chulas. Era la que más protegía, el
peto cubría el tronco entero, tenía
más hombreras que un video de Milli Vanilli
y la cadena era puro jevi metal, uno de los
pocos que llevaba algún tipo de arma. Eso
sí, era la única con “tetas”.


Luego la cagaron cuando la rediseñaron y
la estilizaron, haciendo que protegiera menos y
cambiando el casco por una diadema. ¿No vieron
que así no arreglaban nada? No tienen ni
gotica conocimiento.

En ocasiones, cuando todos los caballeros salían con
su patrón/tótem o como queráis llamarlo,
detrás de Andrómeda aparecía una
demisela con cadenitas. Mientras que el resto de los caballeros
eran identificados con animales, bien reales, bien mitológicos,
Shun era representado por uno de los primeros casos de
maltrato de la historia. Por la pobre Andrómeda,
que fue atada a una roca para que se la comiera el Kraken
como si fuera una bolsa de monchitos, como bien
nos contaba la mitología griega, o eso decían
en Furia de Titanes. Como molaba esa peli,
sobre todo el búho robot aquel. Cuando pueda me
compro uno.

Comparad
con la foto de arriba sin armadura … ¿De
dónde sale tanta melena? ¿El casco
lleva extensiones?

A
la hora de atacar, la cadena tenía algunos poderes
chulísimos. Pero una de las defensas consistía
en hacer girar la cadena alrededor del cuerpo de Shun
como si estuviera haciendo gimnasia rítmica. Un
encanto. Y en más de una ocasión, la sagrada
cadena nebular era utilizada como si fuera vulgares
aparejos de escalada. Por su parte, l
a
armadura era del mismo color que nuestro bollo favorito,
rosa, por supuesto. Si a eso unimos su “especial
sensibilidad”, similar a la de Rafa de Gran
Hermano
, la voz que tenía (la menos viril de
todas) y escenas como aquella en que calentaba el cuerpo
del cisne para salvarle de la congelación, no es
de extrañar que al final nos que nos parecía
que era algo “rarito”, el chaval.

No
es lo que parece. Pero Jesús Vázquez
seguro que encantadísimo.

Como
hemos mencionada, su papel en los combates decisivos era
bastante discreto. En la saga de las doce casas
tiene menos éxito que Los pecos teloneando
a Slayer. Apenas acaba con un enemigo, teniendo
que ser rescatado en demasiadas ocasiones por el pesado
de su hermano, el caballero del Fénix, que tenía
que estar hasta los mismísimos de que su hermanito
no se las pudiera arreglar solo. Y además siempre
le emparejaban con los villanos más afeminados,
que si Afrodita de Piscis, que si el tío ese del
arpa…

Ikki,
dando su primera copa a su hermano, a ver si va
espabilando.

O
sea que Shun era un moñas, un afeminado, peleaba
mal, vestía raro y le tenía que sacar las
castañas del fuego. Y además era el que
menos salía, hasta en la canción de la serie.
Pero molaba. A pesar de todo, desarrollé una gran
simpatía con Shun, como suelo hacer por los personajes
secundarios y que son dejados de lado por los autores,
como Yamsha, un dos tres, responda otra vez. Además
siempre me identifiqué con ese lado sensible, aunque
claro, con trece años (los que tenía Shun
en la serie, por cierto) que te llamen maricón
es una de las más graves afrentas. ¡Incluso
su canción era de las más flojitas de los
discos!

De
repente noto un refrescante olor a jazmín,
que maravilla de poder, oigan.

Por
lo que sabemos, en la saga del Hades (que aún
no he visto, ya me vale) tiene un papel bastante importante
aunque vuelve a tocarle hacer de pupas cual caballero
del Atleti. Y se deja intuir que se convertirá
en el nuevo caballero de Virgo, lo cual estaría
muy bien. Vamos digo yo, que en el fondo me da un poco
lo mismo.

La
gente suele mirarme con cara rara cuando le hablo de mi
predilección por Andrómeda, la cual reconozco
es por pena y por llevar la contraria. Al final, el pobre
Shun se quedaba a medio gas de casi todo. Aunque eso sí,
nos indicaban que su cosmos era el más poderoso.
Seguro que a Carl Sagan le molaba mazo eso, pero
nosotros preferíamos pegar buenas hostias.