Espero que os hayáis recuperado de la increíble experiencia de la lectura del cómic. Como habéis podido ver se trata de uno de los tebeos con más acción de la historia, siempre que tu concepto de acción incluya cosas como ir a comprar el pan o hacer zapping en pijama a las 3 de la mañana. Vamos a analizar la historiera y a explicar algunas cosas que es posible que a los menos familiarizados con estos asuntos se les hayan escapado, supongo que por tener cosas semejantes a una vida social.
Lo primero que nos puede chocar es… ¡EL HOMBRE DE ARMAS sin bigote! ¿Qué sucede aquí? Esta es la primera pista que nos induce a pensar que el comic se hizo con los primeros diseños de los muñecos, tomando como referencia a estos y los cómics que incluían, que no tenían mucho que ver con los dibujos animados. Aunque es posible que Man-at-arms dejara crecer su bigote después, probablemente influido por Tom Selleck, al que Duncan procesa una gran admiración. Al menos su cabeza parece sólida (a diferencia de la del muñeco, que era de goma).
¿Y eéa es Teela? Desde luego, no la de los dibujos: está claro que estamos ante los personajes tal y como se presentaban en los mini-cómics y las propias figuras. Personalmente creo que Filmation hizo un gran trabajo mejorando los diseños de los personajes. La otra cosa de la viñeta que nos llama la atención… ¡Adam doblando unas pesas! Una de dos: o las pesas de Eternia están hechas del mismo material que las «manos locas» o bien nuestro amigo se está volviendo cada vez más descuidado en lo que a su identidad secreta se refiere. Todo sea por mojer…
Y mientras tanto, en La tierra, Clark Kent demuestra tener una destreza tan solo comparable, por lo inexsistente de ésta, a la del gato Stimpy. Es posible que alguno se pregunte que leches hace Clark Kent trabajando en la tele. La respuesta es sencilla: la gente suele trabajar para tener dinero. Eso y que, a finales de los setenta, la DC decicidó «modernizar» al reportero y le puso a trabajar en un canal de la tele, presentando los informativos, y abandonar la redacción del Daily Planet, que por aquel entonces dirigía nuestro querido Ansón. Lógicamente, después de las Crisis en tierras infinitas, todo volvió a empezar de cero y Clark volvió a la redacción del Planet.
En esta viñeta, podemos ver como Adam canta alegre con una buena moza sobre su regazo. Pero en el siguiente panel… ¡Ya no está! ¿Dónde ha ido la muchacha? Esa es la clase de mujeres en la que se interesa. Ya sabeís, de las que hacen cosas como… cantar canciones contigo en la taberna… y después no te vuelven a llamar nunca más. Sí, de esas, de esas a las que les prestas discos y no te los devuelven jamás… de las que te envenenan la comida y se acuestan con tu padre… De esas.
Seguimos con las diferencias con la serie de dibujos… Adam se conviert en He-Man… por que sí. Ni «¡Por el poder de Greyskull!» ni nada. Que falta de dramatismo. A esto hay que unir que la hechicera se convierte en halcón, pero lleva un traje que recuerda a una cobra o algún tipo de serpiente. Ya sabemos a quién le robó Serpentor el modelito.
Cuando He-Man aparece, lo hace portando una pedazo de hacha más propia de Conan que de El hombre más poderoso del universo. ¿Dónde está su espada? ¿No era la otra mitad de la espada de poder? Que lío chavales. En la misma viñeta podemos observar como Battlecat dice que puede ir más rápido que la luz. Se ve que no es Adam el uníco que gusta de presumir, pero su mascota ha pasado. ¿Quién diantres se cree que nada vaya a correr a semejante velocidad? Y menos llevando esa armadura, por no hablar de la musculoca de 100 kilos que va subido encima.
He-man no solo lleva el hacha para intimidar. ¡Está dispuesto a usarla! ¿Pero habéis visto el golpe que le lanza a Skeletor? ¡Si le llega a dar le decapita! ¿Esto es Masters del Universo o una partida del Barbarian? Con todo, a uno le alegra ver que si lleva armas es para utilizarlas, porque si recordáis la serie de dibujos, lo máximo que llegaba a hacer con la espada era cortar una cuerda para que una lámpara de araña cayera sobre Trap-Jaw.
Finalmente, y como habéis podido comprobar, Superman consigue derrotar a Skeletor. Es claramente un gran fallo de guión: si estás presentando unos personajes nuevos y quieres impresionar a la audiencia… ¿No debería se He-Man el que salvara el día? No sólo el Supes le da para el pelo a He-Man, si no que encima se libera del control de Skeletor el solito… Adam queda fatal, pero como en todos los cómics donde se enfrentan dos héroes, el final se hacen coleguísimos y parece no importarle. Aunque fijo que por dentro se le ha quedado la espinita clavada.
Bromas aparte, reconozco que la historia me ha gustado mucho. El dibujo de Curt Swan es especialmente bueno (siempre me ha gustado ese hombre), y la historia es muy divertida, cumpliendo su cometido de presentar a los personajes, pues poco después DC Comics publicó una serie limitada de tres números sobre los Masters. La única pega que le pongo, es, como ya he mencionado, que no muestra el verdedero poder de He-Man. Y que no sale Orko. De acuerdo, Orko es inaguantable, pero es uno de los símbolos más reconocibles de la saga. Aunque quizá esto se arregle en la siguiente historia. Por que sí, amigos…
¡hay segunda parte!
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