El
mundo de los dibujos animados televisivos siempre ha sido
difícil y competitivo, al igual que el de las series
o el resto de programas de la caja tonta. ¿Cuántas
series prometedoras se han cancelado tras una sola temporada?
Este fue el caso de COPS, que seguía el patrón
de eficacia provada en los 80: dibujos + muñecos
= éxito. Pero algo falló en esta sencilla
ecuación.
En
nuestro país la serie fue un éxito total
y aún hoy es muy recordada. El éxito se
debía principalmente a su emisión en La
merienda, espacio de Antena 3 seguido por
toda la chavalería, en dura competencia con Super
guay de Telecinco. La serie era emitida
a diario, pero, y a diferencia de muchas otras, en su
país de origen también era emitida con esa
frecuencia, lo que provocó que sus 65 capítulos
fueran emitidos en 3 meses. La competencia en el terreno
de las figuritas y los dibujos era feroz, y la andadura
de COPS terminó en esa primera temporada. Por si
fuera poco, al no reponerse en años, cayó
rápidamente en el olvido de los americanos. Así
se explica la dificultad existente para encontrar información
o capturas sobre COPS.
Desgraciadamente
no pudimos disfrutar de la serie de figuras de acción
(COPS´n´ Crooks se llamaba), pero a muchos
nos quedó un vívido recuerdo de la serie
animada. La mayoría de episodios giraba en torno
a un plan del Jefe para robar o hacer la puñeta
a los ciudadanos de Ciudad Imperio. Por supuesto, y a
pesar de ser policias y ladrones, la violencia explícita
era mínima, la utilización de armas de fuego
anécdotica y las bajas inexsistentes. Para que
os hagáis una idea, recuerdo un episodio donde
capturaban a todos los policias y les obligaban a... hacerles
la colada. ¡Cuanto mal han hecho las asociaciones
de padres al mundo animado!
No
es que fuera precisamente una serie rompedora, y lo que
viene a continuación lo prueba. Nuestro episodio
de hoy es...
EL
CASO DE LOS PIRATAS DEL ICEBERG
Como
de costumbre, nuestro amigo Antibalas nos pone
en antecedentes sobre el caso en cuestión. Una
diligencia que deja en evidencia a la burocracia de la
policia española.Por
lo visto, Ciudad Imperio se encuentra bajo los efectos
de una ola de calor similar a la que hemos sufrido por
aquí hace poco. Desconocedores de los milagrosos
poderes de la siesta o el gazpacho, la alcaldía
de la ciudad llega a un acuerdo con el gobierno canadiense
para la cesión de un iceberg, como si de un futbolista
inútil se tratase. Se ve que las reservas de agua
de la ciudad están bajo mínimos, igual que
las reservas de creatividad de los guionistas de Los
Serrano.
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Nuestro
querido amigo El Jefe se entera de los planes de la alcaldía.
Este sosias de Kingpin (o de Jesús Gil)
con pelo decide rápidamente hacerse con el iceberg
y hacerse de oro vendiendo el agua a los desesperados
ciudadanos. ¿No os suena un poco a El caso
del bacalao, de Mortadelo y Filemón?
Los
COPS se huelen la tostada y Antibalas decide mandar a
Barricada, Maza y Vaquero a proteger
el iceberg. Y digo yo, ¿no está Vaquero
un poco fuera de su ambiente? ¿Se va a dedicar
a cabalgar algún oso polar extraviado? Supongo
que el personaje no había cumplido su cuota de
apariciones. Normal, porque el tipo apestaba.
El
jefe, por su parte, ha mandado a Crusher, Gatillo
y la tipa esta que era una bruta. Es que no me acuerdo
del nombre. Los tres llegan hasta el iceberg no en un
aburrido helicóptero, como los COPS, sino en unos
atractivos deslizadores que, por supuesto, podías
adquirir en tu tienda más cercana para montar en
ellos a tus muñequitos. Pero como son unos inútiles,
pronto caen víctima del bazooka-láser de
Maza y... un cañón de agua. De acuerdo,
es agua a presión... pero coño, ¡que
les han derribado con agua! ¡QUEREMOS EXPLOSIONES
YA!
El
jefe, que no se fiaba un pelo de sus subalternos, decide
hundir el remolcador de un torpedazo y llevarse el mismo
el iceberg. Afortunadamente, nuestros amigos se ponen
a salvo en una balsa inchable. Todos menos Vaquero, que
no sabe nadar. Menudo cuerpo de élite. ¿No
os decía que apestaba? El pobre Vaquero recibe
la humillación de tener que ser salvado por un
personaje secundario de esos de los que nunca se vuelva
a oir hablar jamás. Ni el Inspector Gadget es
tan torpe.
En
fin, que los cacos amarran el gigantesco bloque de hielo
al submarino, y el jefe ordena a sus esbirros que anulen
a los policías, que se han refugiado en la propio
iceberg. Crusher crea una avalancha, con tal mala suerte
que a punto está de enterrar a sus propios compañeros.
Esto os dará una idea de la incompetencia de estos
temidos delincuentes. Donde esté el Torete...
En
general, para los COPS es pan comido acabar con los malosos
(incluso a base de bolas de nieve), hacer huir al jefe
y arrastrar el iceberg hasta el puerto de Ciudad Imperio.
La malosa cachas no pega a nadie, Crusher no aplasta nada
y Gatillo no acierta a nadie con su ametralladora pectoral.
Ya lo sabéis amigos, haceos policas: es fácil,
divertido, y contaréis con la admiración
del populacho. Desde aquí recomiendo al Jefe que
cambie de esbirros y contrate, no sé, a La banda
de los supercamorristas, que por tontos que sean lo
harán mejor.La ciudadania aclama a los héroes
cuando llegan con el preciado hielo y los delincuentes
pasarán una buena temporada detrás de las
rejas. Los polis se disponen a coger una pulmonía.
Caso cerrado.
Tras
ver semejante episodio, y junto a las sinopsis de otros
capítulos que he podido recordar, uno llega a una
triste pero abrumadora conclusión. La serie era
mala. ¿Me atrevería a decir muy mala? Venga,
me atrevo: era muy mala. Aunque no exenta de cierto encanto,
y técnicamente notable: buena animación,
buena música, buenos diseños de personajes.
Pero los guionistas no estaban por la labor, y la competencia
era inmisericorde: GI Joe, He-Man, Transformers,
Mask, Tortugas Ninja... Lo mejor
de ella, sin duda, era su galería de pintorescos
personajes (se nota que había línea de muñequitos),
y la potente cabezera y despedida, con el recordado "roll
call" (¡Lanzero!, ¡Computadora!, ¡Cazador
y Relámpago!), que un servidor ha escuchado hasta
haciendo cola en un McDonalds, recitado por un
grupo de amiguetes que deglutían su McNífica
recordando a estos defensores de la ley y sus amiguetes.
Y ahora que lo pienso, es la mejor situación para
revisitar la serie: con amiguetes y comida basura.
Como casi todo en esta vida.
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